17. Al más alto nivel.
El día siguiente lo ocupó Matilde en avanzar en el diseño de “La Transvaluación”. La conversación con sus amigos la había inspirado a pensar en el futuro de la especie humana y en sus variadas y diversas posibilidades. Ya al anochecer decidió dejar constancia de lo que había concebido e imaginado para aquél futuro remoto siglo XXXI en que pensaba ambientar su próxima novela. Se instaló cómodamente en su sillón, accionó el transcriptor de voz y comenzó a dictar:
“El grupo humano de los Full Informatizados (FI) y que se mueve preferentemente por la libido dominandi no es homogéneo, manifestándose en él distintas orientaciones y tendencias. Dos grupos son los más desarrollados, y quedarán representados en la novela por diferentes personajes. Uno es el individuo volcado al conocimiento científico, que goza con el descubrimiento de cada vez más particulares distinciones tanto en los campos de la microfísica como de las macroestructuras del cosmos (personaje masculino mayor), y tanto en los microcomponentes de la vida como en las dinámicas generales de la evolución (personaje femenino joven). Otra tendencia de los FI está dada por individuos volcados al desarrollo y uso de las tecnologías informáticas, orientándose unos (personaje masculino joven) por las creaciones de la inteligencia artificial y las aplicaciones de realidades virtuales, y otros por las construcciones de redes intercomunicadas e interactivas que se forman en niveles de creciente sofisticación y refinamiento (personaje femenino mayor).
El grupo de los Potenciados Vitales (PV) motivado preferentemente por la líbido sentiendi es también diverso. Las tendencias más marcadas en este grupo son, por un lado, las que se orientan al logro de los más altos rendimientos en el deporte, el atletismo y la sexualidad (personaje masculino joven), y al refinamiento en los goces que proporcionan los sentidos de la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto (personaje femenino mayor). La otra orientación de los PV se dió como consecuencia del potenciamiento cerebral, distinguiéndose los que han alcanzado un mayor desarrollo del hemisferio izquierdo, predominando en ellos el espíritu lógico, racional, matemático, analítico (personaje masculino mayor), o el hemisferio derecho, que se manifiesta en individuos sentimentales, emotivos, comunicativos y afectivos (personaje femenino joven).
El grupo de los Espíritus Cordiales (EC) que se realizan en la búsqueda de la libido sciendi, se muestra diferenciado entre aquellos cuyo desarrollo espiritual se enmarca en perspectivas religiosas, creyentes en Dios y que buscan y entienden el desarrollo espiritual como un camino de amor y de unión con el Creador (personaje masculino anciano), y los que experimentan la vida interior y la espiritualidad como unión con la Vida y la Energía cósmica, sin creer ni hacer referencia a un ser divino trascendente (personaje femenino joven). En el grupo de los “creyentes” se dan dos orientaciones, en cuanto en unos predomina una tendencia ‘verticalista’ tal que el desarrollo espiritual es un camino ascendente que implica el desprecio del mundo material y la aspiración en soledad interior hacia las cumbres de la fé, la esperanza y el amor a Dios (personaje masculino mayor), y en otros el espíritu se despliega en la experiencia de la comunidad y en la vocación de amor al prójimo (personaje femenino joven). Entre los buscadores espirituales agnósticos o no creyentes en religiones, están por un lado los ‘intimistas’, cuyas experiencias místicas son vividas en el encuentro de lo absoluto en la interioridad de sí mismos (personaje masculino joven) y quienes viven lo absoluto en la unión con el Ser universal (personaje femenino mayor).”
Matilde dió por terminada la tarea del día y se fue a dormir. Soñó esa noche que estaba en un mundo de fantasía, poblado de personajes extraños que provenían de la literatura y el cine pero que en su sueño estaban vivos y la seguían y acosaban con la intención de convencerla de que los siguiera hacia lejanos e ignotos planetas, cada uno en distinta dirección, sin que ella encontrara el tiempo ni el silencio necesarios para decidirse por uno u otro camino.
***
La mañana siguiente Matilde recibió de su editorial la información de que las ventas y descargas de sus libros habían experimentado un incremento de más del 40 % respecto del promedio de los doce meses anteriores. Comprendió que era un efecto de la difusión que estaba teniendo en todo el mundo el anuncio de su conferencia, que se había viralizado en las redes sociales y en los medios de comunicación digitales independientes.
Contenta decidió hacer una revisión de la campaña de promoción del evento. Puso en los buscadores la frase “conferencia de Matilde Moreno”. Se sorprendió al ver que aparecían referencias a cientos de miles de páginas; pero al entrar al contenido de los anuncios se disgustó al encontrarse con mensajes y noticias del tenor siguiente: “La famosa escritora chilena Matilde Moreno desafía a la represión de la política”. “Matilde Moreno desafía a la Dictadura y plantea un cambio del sistema social”. “El desafío de la escritora Matilde Moreno para restablecer la política y cambiar el orden social”. Realizó en seguida búsquedas similares en los idiomas inglés, francés, portugués y alemán. El resultado fue igualmente sorprendente tanto por la cantidad de referencias como por la radicalidad de los títulos de las notas encontradas.
Pensó en llamar a Juan Solojuán para preguntarle por qué su conferencia se estaba promocionando con mensajes tan extremos y agresivos. Le sorprendía y molestaba especialmente el empleo de la palabra “desafío”. Abrió la página cultural del CCC y encontró la nota publicitaria oficial de la conferencia. En el aviso aparecía su fotografía, el título que ella había fijado: REPENSAR LA POLÍTICA Y EL ORDEN SOCIAL, y abajo con letra pequeña se había agregado la frase publicitaria: “el desafío del presente”. Comprendió que el cambio del sentido original no era responsabilidad de CONFIAR sino de los internautas externos que lo viralizaban en la red. Comprendió también que ese modo de presentar la noticia había contribuido mucho a su enorme difusión, y que ya no podía hacer nada para cambiar la situación.
Conversando después con Juan Solojuán supo que los publicistas del consorcio nunca imaginaron los efectos que tendría el haber agregado en la nota publicitaria esas tres palabras. Tampoco podía saber Matilde que tan elevada difusión mundial de su conferencia estaba inquietando no solamente a la CIICI nacional sino también a los gobiernos de varios otros países.
En efecto, organismos de información e inteligencia de diferentes Estados alertaron a sus gobiernos, y los Ministros de Relaciones Internacionales de Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Venezuela, México, España, Estados Unidos, Francia y Rusia movilizaron a sus embajadas en Chile para pedir información y explicaciones sobre el anunciado evento, y exigiendo que fuera controlado por haber adquirido una dimensión que afectaba la seguridad interior en sus respectivos países.
A consecuencia de ello el coronel Ascanio Ahumada fue convocado por Ramiro Gajardo, Ministro de Seguridad Interior del Estado, para que le informara todo lo que sabía y lo que había hecho sobre el tema. Lo que más preocupó al Ministro fue la información reciente, extraída de una conversación que lograron ‘pinchar’, entre la escritora Matilde Moreno, Pedro Juan Iriarte de CONFIAR, el historiador Ambrosio Moreno, el filósofo Gabriel López del Instituto IFICC y el abogado Tomás Ignacio Larrañiche, que se celebró en la casa de éste, por la que los expertos en análisis del lenguaje habían informado que, entre las propuestas que haría la escritora en su conferencia, probablemente estaría la activación de procesos judiciales relativos a violaciones de los derechos humanos supuestamente ocurridos durante la instauración y consolidación de la Dictadura Constitucional Ecologista.
Como resultado de la reunión con el coronel, el Ministro decidió elevar de rango el asunto de la conferencia, calificándolo como prioritario y poniéndolo bajo la tuición directa del Director Nacional de la CIICI, el general Conrado Kessler. A éste dió la precisa instrucción de que no debía permitirse la realización de la conferencia, por estar en juego no solamente la seguridad interior del Estado sino también las buenas relaciones internacionales del país. El coronel Ahumada debía presentarse inmediatamente ante el general Kessler y continuar trabajando bajo sus órdenes directas, con la tarea de elaborar en el más breve plazo, dada la premura que requería responder a las contrapartes de los homólogos regímenes autoritarios de los otros países, para darles garantías de que el asunto se encontraba bajo control.
Dos días después el general Conrado Kessler informó al ministro de Seguridad Interior del Estado que ya tenían el plan que garantizaba que la conferencia no tendría lugar, y que podía informar de ello a sus contrapartes, con la condición de que no les diera a conocer las medidas que serían aplicadas, pues si llegaba a filtrarse la información el plan pudiera ser dificultado.
—Pero a mí debe informarme cuáles son las acciones que serán aplicadas —le dijo el Ministro Gajardo con voz autoritaria.
—Por cierto, señor Ministro. Es necesario que usted dé su aprobación al plan que hemos elaborado. Este incluye tres acciones coordinadas, siendo cada una de ellas suficiente para controlar la situación, pero conviene adoptarlas simultáneamente para lograr el más completo éxito y reducir al mínimo las reacciones y los efectos negativos que pudieran tener para el orden público.
—Explíquese, dígame cuál es el plan.
—Tres acciones. Una tiene por objetivo impedir que la escritora Moreno se presente el día de la anunciada conferencia. Le puedo garantizar que ella no se hará presente. La segunda acción consistirá en una bien coordinada acción policial que impedirá la concurrencia de público a la sala del evento. La conferencia no tendrá público que la escuche. La tercera acción será impedir la difusión de cualquier comunicación que se quiera efectuar desde dicho recinto, a través de un completo silenciamiento electrónico del lugar.
Después de un momento de silencio para calibrar la impresión que su plan generaba en su superior jerárquico, el general Kessler se adelantó a la obvia pregunta que el Ministro Gajardo estaba a punto de expresarle.
—Naturalmente, mi señor, estas tres acciones serán realizadas de modo tal que nadie podrá acusarnos de haberlas tomado con la intención de impedir que la conferencia se realice. Serán ejecutadas de manera que no se podrá establecer ningún vínculo de causalidad con alguna intención gubernamental de impedir la realización del evento. Usted sabe bien que en ese sentido somos expertos.
—Muy bien, General. Puede usted proceder con su plan. Sea claro que la responsabilidad completa de su realización y de las consecuencias que pueda tener son y serán enteramente suyas. Y manténgame informado de cualquier novedad.
—Por supuesto, señor Ministro, le aseguro que haremos todo de modo impecable.
—Y algo más, mi estimado General Kessler. Sería muy conveniente que se desplegara una acción sistemática para impedir que continúe difundiéndose mundialmente la noticia de la conferencia, que está alarmando a cada vez más gobiernos con los que debemos mantener las mejores relaciones y darles las seguridades del caso.
—Eso es mucho más difícil, señor Ministro, pues las redes sociales y las comunicaciones por la Internet-5 se hacen incontrolables cuando se supera cierto punto de viralización de los mensajes. No obstante, lo que podremos hacer al respecto será dificultar la emisión de nuevos mensajes desde el centro informático del consorcio CONFIAR, y enviar paralelamente mensajes falsos que confundan al público, anunciando por ejemplo que el acto ha sido suspendido por sus organizadores, o que se han cambiado el lugar y la fecha de su realización. En fin, en este sentido le aseguro que haremos lo que podamos.
El Ministro se levantó del asiento, tendió la mano al general, y sin decir nada más llamó a su secretaria para que acompañara al general.
Los días siguientes Matilde, Ambrosio y Juan Solojuán pudieron apreciar que en sus barrios los disparos, las alarmas de las viviendas y las sirenas policiales y de bomberos se extinguieron de un día para otro. Había vuelto la calma a sus barrios habitualmente bien protegidos. Comprobaron también que en los alrededores de sus casas ya no estaban los vigilantes, y que tampoco eran seguidos cuando iban de un lugar a otro.
Y como ocurre a menudo que las personas más inteligentes y sabias suelen pecar de ingenuidad en la interpretación de los hechos políticos y policiales, supusieron que el cambio se debía a que los servicios de la CIICI, habiendo escuchando la conversación que tuvieron dos días antes en la casa de Ambrosio y Lucila, tomaron nota de la altura de miras, la moderación y la ausencia de amenazas al orden establecido con que habían analizado el tema de los procesos judiciales relativos a la vulneración de los Derechos Humanos.
Creyéndolo así, Matilde y Juan Solojuán abandonaron las que consideraban ahora como precauciones excesivas sobre lo que hacían y conversaban, y retomaron su costumbre solidaria de anunciar sus desplazamientos en automóvil por las arterias de la ciudad a todas las personas que pudiesen interesarse en compartir el transporte.
No se dieron cuenta de que ahora sus movimientos eran seguidos desde el aire, por minúsculos drones provistos de aún más diminutos pero muy eficientes aparatos que registraban todos sus movimientos y sus conversaciones. Se trataba de implementos recientemente recibidos desde los Estados Unidos y que se utilizaban exclusivamente en los casos que implicaban riesgos a nivel internacional.
Lo que no escapó a Juan fue que en los días siguientes las comunicaciones que hacían sobre la realización del evento estaban siendo interferidas y falsificadas. Al darse cuenta de ello instruyó al equipo informático del consorcio que preparara un plan de contingencia para impedir las interferencias y continuar con la difusión del evento.
Lo que al respecto hicieron los informáticos y los publicistas encargados del evento fue suspender el canal que habían utilizado hasta el momento, reemplazarlo por otro que mantenían con muy elevados sistemas de seguridad que lo hacían casi invulnerable, y anunciar el cambio explicando que se había decidido para responder a las interferencias y confusiones de organismos que intentaban dificultar los alcances del evento.
Esto hizo que numerosas redes sociales, reaccionando ante la acción represiva, incrementaran aún más sus actividades de difusión. Así se entabló una verdadera lucha entre los partidarios de la libertad de comunicación y quienes pretendían reprimirla. El resultado fue que la expectativa que generaba la conferencia continuó creciendo exponencialmente, hasta el punto de que se establecieron conexiones con centros de difusión y redes independientes que se preparaban para trasmitir la conferencia con traducción simultánea al inglés, alemán, francés, italiano, ruso, árabe y chino mandarín.
El General Kessler comprendió que esta parte del plan había fracasado; pero no era algo para él inesperado, y en parte ya se lo había advertido al Ministro Gajardo. El General no tenía duda alguna de que su plan para impedir la realización del evento estaba tan bien estudiado que no habría modo de que ella pudiera realizarse. Y ese era su objetivo, lo que había prometido, y lo cumpliría cabalmente.