INTRODUCCIÓN - EXPLICACIÓN AL LECTOR SOBRE EL TRANSCURSO DEL TIEMPO.

 

Glaucón: Aquella ciudad que hemos fundado y discutido, y que tiene su sede en nuestros razonamientos y discursos, pues, no creo que exista en ningún lugar de la tierra.

Sócrates: Pero al existir en el mundo de las ideas un modelo de ella, para el que quiera verla, los que la vean tal vez se propongan fundarla en sí mismos”.

 

Platón, La República, 592b.

 

EXPLICACIÓN AL LECTOR SOBRE EL TRANSCURSO DEL TIEMPO.


Las novelas de la serie ANTICIPANDO transcurren en dos tiempos, el pasado y el futuro. Las dos primeras – Los Cuadernos de Juan Solojuán y El Viaje de Ambrosio – suceden en el pasado. En ellas se representan procesos de deterioro tendencial de la vieja civilización moderna que anticipan su colapso, y se muestra cómo empiezan a desarrollarse comportamientos, experiencias, y búsquedas de un nuevo sentido de la vida, que anticipan el surgimiento de una civilización nueva. Las otras cinco novelas de la serie – La adicción de Rogelio, La Conferencia de Matilde, La Singularidad de Antonella, El Corazón de Lucía, y La Religión del Padre Anselmo – suceden en el futuro, una tras otra. En éstas se representa el progresivo despliegue de formas nuevas de producir y consumir, de organizarse y convivir, de enseñar y aprender, de conocer, pensar y creer, en el contexto de un mundo alterado, caótico, resultante de la caída del poder económico, político, mediático y tecnológico, de la rebelión social y la delincuencia desatada, del cambio climático y el deterioro ambiental.

Entre el pasado y el futuro así representados transcurren décadas, lo que queda evidenciado por los cambios tecnológicos y porque los personajes que en las novelas del pasado son niños o jóvenes, en las del futuro han crecido o son ya ancianos. El transcurso del tiempo, los acontecimientos históricos, y sus propias vidas, los han hecho cambiar interior y exteriormente. Pero el lector no ha de fijarse en los años que pudieran haber transcurrido entre el pasado de las dos primeras novelas y el futuro de las cinco siguientes. El lector, simplemente ubíquese en su propio presente, y lea las primeras novelas como sucedidas en el pasado, y las siguientes como hechos del futuro.

Como el tiempo transcurre inexorablemente, los hechos del pasado se van distanciando de nuestro presente, así como los hechos del futuro se nos van aproximando. No hay en la ficción, como sí sucede en la historia real, una cantidad de años entre los acontecimientos anteriores y los sucesivos que pueda ser determinada exactamente, pues el presente nuestro se va desplazando, mientras el tiempo de los ambientes y personajes de las novelas fueron fijados por el autor. Entienda, entonces, el lector, cualquiera sea el momento en que lea estas novelas, que los tiempos de la ficción son elásticos, como lo es el tiempo de los sueños. Ubique, pues, simplemente, los hechos y personajes, en el pasado en que ocurrieron, o en el futuro en que sucederán.

El autor