Gerardo González Cortés[2]
“Utopía” para el pensamiento común significa algo muy perfecto, soñado, deseado, pero irrealizable. Y no es así, al menos en la mente de quienes han propuesto modelos utópicos de sociedad, partiendo por Tomas Moro, que acuñó el concepto al describir una pequeña república que llevaba ese nombre, encontrada por un viajero en una isla junto a la costa atlántica de lo que es hoy Sudamérica. Es ficción, pero no fantasía, porque lo que Moro describe es –en mi opinión- una sociedad humana factible inserta en el mundo real de su época (inicios del siglo XVI).
Tomás Moro no fue ni el primero ni el último pensador en concebir y describir los parámetros de una sociedad utópica. En la mayoría de estos pensadores –si no en todos- las sociedades imaginadas son más igualitarias y menos verticales que aquellas en que vivían. De aquí que me parezca pertinente para los objetivos de este taller examinar brevemente las propuestas de algunos pensadores utópicos, identificando sus rasgos comunes, para luego iniciar la construcción crítica de una posible Utopía para nuestros tiempos. Y digo “crítica” porque se trata que sea política, económica, tecnológica y culturalmente factible, si no para nosotros, al menos para nuestros nietos y bisnietos en las ocho décadas que nos quedan de este siglo XXI. ¿Será mucho pedir? Lo intentaré pensando en ellos.
En este resumen de sólo seis páginas conforme a lo requerido por los organizadores del workshop he tenido que quitar mucho músculo al texto completo (aún en elaboración), dejando más bien el esqueleto de la primera parte y omitiendo del todo la segunda, donde discuto críticamente la factibilidad de la propuesta en el contexto mundial actual y las tendencias del cambio. Confío en que, aunque recortado, este texto sirva para abrir la discusión del tema en el marco del workshop.
ALGUNAS PROPUESTAS UTÓPICAS
La Utopía de Tomás Moro
El pequeño estado que describe Moro cumple una condición básica: es una sociedad que ha alcanzado la abundancia. Hay provisión de bienes y servicios para satisfacer las necesidades de todos, claro que en un marco de austeridad. Austeridad que no es auto-punitiva, sino caracterizada por un cierto hedonismo virtuoso. La riqueza es colectiva, no individual. Se produce en función del bien común, no de las demandas del mercado. No hay propiedad privada ni dinero.
Lo que concibió Tomás Moro para su Utopía es una visión sistémica, en la que todas las partes se refuerzan mutuamente. ¿Cuáles serían los pilares principales de esta construcción? Pienso en seis:
1. En Utopía cada ciudadano aporta según sus capacidades y recibe según sus necesidades, lo que es posible por tratarse de una economía de abundancia, que es posible a su vez porque todos trabajan y las necesidades sentidas se ajustan a las necesidades reales. Así, independientemente de su cuna o inserción social, cada uno, cada una, tiene la oportunidad del pleno desarrollo de sus talentos y la satisfacción de sus necesidades.
2. El tamaño de la población permanece estable en la isla, usándose colonias en el continente para absorber el exceso de población o para repoblar en caso de ser diezmada por epidemia.
3. El motor de la actividad personal y la creatividad no es la competencia, sino el amor solidario al prójimo. En Utopía la identidad personal tiene un fuerte componente familiar y comunitario, se es parte de un nosotros, de modo que es más importante para la satisfacción personal y la auto-estima compartir que competir. Es en este marco que adquiere pleno sentido una ética del trabajo a través del cual se expresa ese amor solidario.
4. Un cuarto pilar, que resulta clave para conseguir la “verdadera felicidad”, como lo indica Tomás Moro, es lo que yo llamaría un ‘hedonismo austero’: se trata de escapar de la trampa del mercado y la publicidad que generan necesidades de consumo artificiales, ofreciendo por otra parte espacios y tiempo libre para el desarrollo personal y para pasarlo bien y gozar de la vida de manera virtuosa, por cierto.
5. Un quinto pilar es ciertamente el sistema político de democracia participativa en el que el ejercicio del gobierno es entendido como servicio público y no como fuente de riqueza personal y privilegios; sistema que cuenta con mecanismos para evitar el surgimiento de una tiranía, que hoy llamaríamos dictadura.
6. Todo el sistema se sustenta sobre una cultura humanista renacentista, corriente de la cual Tomás Moro fue un destacado exponente. Se cree en “el ser humano” y su capacidad para realizarse individual y socialmente aquí en el planeta Tierra. Se cree en su capacidad de ser feliz.
La Utopía de Platón
Diecinueve siglos antes de que Moro concibiera su Utopía, Platón propone la suya en su tratado sobre la República.[3]Ambos pensadores construyen sus propuestas a partir de una fuerte crítica a las sociedades de su tiempo. Entre ellas están que el gobierno sea ejercido por hombres sabios y la necesidad de prevenir la instalación de una tiranía. Otra idea fuerza compartida es que el sistema social imaginado impide que el ejercicio del poder político permita a los gobernantes enriquecerse.
Platón admira y al mismo tiempo desconfía de la democracia ateniense debido a su vulnerabilidad frente a los populismos de la época promovidos por los “demagogos”. Aboga, por tanto, por un sistema político “aristocrático” en el sentido literal del término: gobierno de los mejores. Y los mejores para él son los más inteligentes y sabios, entre los que se destacan los filósofos. Ser un buen estratega para la guerra es otra condición necesaria para quien gobierne. Así, la sociedad ideal que propone consta de tres clases, a saber, la clase alta de los “guardianes”, en segundo lugar la de los guerreros y por último el pueblo común.
La originalidad de la clase gobernante propuesta radica en que se organiza en un sistema comunista radical. La familia y la propiedad privada estrechamente ligada a ella, que continúan siendo instituciones básicas para las otras dos clases, son suprimidas, instaurándose un sistema que implica una especie de paternidad/maternidad/filiación colectiva. Hombres, mujeres y niños viven en comunidades separadas.
La Utopía marxista
El principio ético clave en la concepción de una sociedad comunista madura es ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!Lo enuncia Carlos Marx en su Crítica al Programa de Gotha. Una condición necesaria para implementar este principio es haber alcanzado una economía de abundancia. Mientras ésta no se alcance, la remuneración justa del trabajo deberá corresponder al producto que resulte de éste; de manera que en camino hacia la abundancia es necesario mantener la norma de que cada trabajador recibe conforme a lo que produce. Según Marx el desarrollo y cambio de las fuerzas productivas subyace al nacimiento, auge y colapso de los modos de producción en la historia. Por tanto la superación del modo de producción capitalista y el logro de una economía de abundancia pasarán no sólo por una recomposición de de las relaciones de producción, sino también por avances tecnológicos que en su tiempo eran imposibles de predecir pero que nosotros estamos viendo.
En la fase superior de la sociedad comunista tanto la propiedad en su forma burguesa, como el dinero y el mercado desaparecerían.
La propuesta utópica de Riane Eisler
Antes que nada, ¿por qué incluir a Riane Eisler junto a pensadores de la talla de Platón, Marx y Moro? Tengo dos razones principales para hacerlo. Primero, porque aporta una mirada feminista a la comprensión de la historia pasada y su proyección futura. Y segundo, porque permite superar la muy extendida creencia en que los Homo Sapiens somos violentos por naturaleza y pensar que la explotación y el dominio y de unos sobre otros es sólo un episodio en la larga historia de la Humanidad.
Para Marx, como acabamos de ver, “la historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases”. Y su convicción es comprensible porque el conocimiento científico de las sociedades humanas en su tiempo en lo que se suele llamar Prehistoria era muy limitado. No había rastros de sociedades pre-patriarcales donde la dominación y la explotación no fueran el rasgo dominante. Es por esto que la sociedad comunista que él avizora en el futuro, una sociedad más horizontal, más inclusiva, más pacífica y -en último término- más feliz, no tenga precedentes –según él—en la Humanidad.
Fue Riane Eisler quien, al publicar en 1987 su famoso libro titulado “El Cáliz y la Espada: nuestra historia, nuestro futuro”, elabora y fundamenta la tesis acerca de la existencia de comunidades humanas de la Vieja Europa durante el neolítico, en las primeras fases de la revolución agrícola, que habrían operado más sobre el principio de solidaridad que sobre el de dominación. Se trataría de sociedades en las que la fecundidad tanto humana como de las siembras y el ganado sería muy valorada, en las que la Diosa Madre sería venerada y las mujeres ejercerían los roles sociales más importantes.
Pienso que la baja densidad demográfica y la consecuente baja presión sobre los recursos naturales deben haber contribuido a una convivencia pacífica entre las comunidades humanas. Por lo mismo, cuando con el correr del tiempo la relativa abundancia de alimentos reduce la mortalidad y permite el crecimiento de las poblaciones humanas, la presión de éstas sobre los recursos de agua y tierra cultivable aumenta y las luchas por controlarlos afectan la convivencia pacífica.
Como muestro en un ensayo reciente titulado “Reflexiones sobre el concepto de espíritu”[4],elmodelosolidariohabríaestado vigente por más de cuatro mil años,alcanzandosumáximoesplendor,yaainiciosdelaEdaddeBronce,enlacultura Minoica,en laisladeCreta,yhabríaseguidoejerciendoinfluenciadurantelaulterior etapaMicénica,colapsandoreciénaprincipiosdelsigloXII A.C.
¿Por qué este modelo solidario de sociedad desaparece casi sin dejar rastros? La creciente presión demográfica sobre recursos que se hacen escasos, que acabo de mencionar, es ciertamente un factor, pero no el único ni el más importante. La explicación dada por Eisler valiéndose de la ‘hipótesis Kurgan’propuesta por la antropóloga Marija Gimbutas –que considero válida -- es que ainiciosdelaEdaddelBroncelaViejaEuropafueinvadiday destruidaportribusnómadesprovenientesde lasestepasalnortedelMarNegro. Estosinvasores,quemontabanacaballo y usaban armas y armaduras de metal,trajeron conellosunaculturapatriarcalguerrerayviolenta, así como una religión dominada por divinidades masculinaseintrodujeronlaslenguasIndo-europeas, instaurando así un modelo de dominación que, con importantes mutaciones, perdura hasta nuestros días.
En mi opinión, se habría producido en esos pueblos un cambio crucial en la estrategia para la obtención de recursos que sustituye la economía de retorno diferido, que implicaba la agricultura y la crianza de ganado, por una estrategia de retorno inmediato, consistente en robar las cosechas y el ganado a las comunidades que los producían y criaban. Esta estrategia del robo, del pillaje -una forma violenta de apropiación- se institucionaliza luego en los grandes imperios agrícolas mediante el uso de ejércitos para someter a otros pueblos consiguiendo de ellos fuerza de trabajo esclava y forzándoles a pagar tributos. La acumulación de riqueza y de poder que de ahí resulta va de la mano con la verticalización de las estructuras sociales.
Riane Eisler concibe ‘Gilania’ y ‘Androcracia’ como los polos de un continuo. En los regímenes androcráticos que se suceden a lo largo de los últimos tres a cuatro mil años de historia de la Humanidad el principio gilánico básico de vinculación sigue activo, si bien desde la condición de dominado.
Eisler es una activa feminista. Busca entender la historia para cambiarla. Y cambiarla convenciendo, motivando y movilizando principalmente a actores sociales de la sociedad civil. Aboga antes que nada por un cambio cultural que valorice la contribución de las mujeres y eleve su status social; que destaque los valores ‘blandos’, asociados a lo femenino, por encima de los valores ‘duros’, asociados a lo masculino.
Eisler imagina el cambio como el resultado sinérgico de muchas pequeñas olas que van convergiendo y formando grandes olas capaces de producir un salto evolutivo que consolide el predominio de lo gilánico, horizontal, colaborativo, basado en la solidaridad, por sobre lo androcrático, vertical, competitivo basado en la dominación. Confía en que pequeños cambios en las instituciones sociales en la dirección correcta pueden generar un proceso de cambio más profundo en la dirección deseada. Así, por ejemplo, aboga por la valoración del “caring” –actitud de atención respetuosa y amorosa hacia los demás-- y del “caregiving”, entendido como el cuidado de quienes no son capaces de cuidarse a sí mismos por razón de edad o enfermedad. En este marco, da gran importancia a la educación desde la más temprana edad.
En el ámbito de lo económico, Eisler valora el mercado, que juega –en su opinión—un rol clave en una economía sana; considera, sin embargo, que a menudo las valoraciones dadas por el mercado están basadas en un distorsionado sistema de valores. En su propuesta para una teoría de la economía solidaria (“Partnerist economic theory”) examina seis ámbitos de la actividad económica, valorizando algunos que están descuidados por la ciencia económica tradicional, como es, por ejemplo, el aporte del trabajo no remunerado en el hogar y del voluntariado en el ámbito comunitario, contribuciones que debieran remunerarse debidamente por la sociedad e incorporarse en las cuentas nacionales y en el cálculo de producto interno bruto, ya que cumplen una función crucial en el ‘caring’ y el ‘caregiving’. Desde esta perspectiva sostiene que la atención de las necesidades básicas no puede ser dejada en manos del mercado y que el estado debe garantizar su adecuada satisfacción.
Aprecia, por tanto los ‘bienes públicos’ y aboga por la inclusión en una economía solidaria de los que denomina ‘bienes públicos globales’, incluyendo entre ellos la paz, la equidad internacional, la estabilidad financiera y la sustentabilidad medioambiental que incluye el debido cuidado (caring) de la Madre Tierra.
En cuanto a la concentración del poder económico en manos privadas, Riane Aisler es particularmente dura con las ‘megacorporaciones’, siendo crítica con el uso especulativo de las bolsas de comercio.
POSIBLES PRINCIPIOS Y CRITERIOS EN LA CONCEPCIÓN DE UNA UTOPÍA PARA EL SIGLO XXI
Los elementos comunes o complementarios de estas visiones utópicas que acabamos de revisar nos pueden resultar útiles para construir una visión de la sociedad que queremos para nuestros hijos, nietos y bisnietos en los aún muchos años que nos quedan de siglo XXI.
De cada cual….., a cada cual
Pienso que el principio enunciado por Carlos Marx como De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades, si bien no es explicitado por los otros pensadores, subyace a sus propuestas.
Lasnecesidadescuya satisfacción la sociedad debe asegurar varían grandemente según la edad y las capacidades potenciales de los sujetos en cuestión, que pueden variar de manera significativa, y de la cultura en la que están insertos. Por tanto, si queremos el pleno desarrollo de las capacidades de cada individuo en su propio beneficio y en el de la sociedad a la que pertenece, tenemos que concluir que la oferta de satisfactores debe ser también diferenciada, implicando costos que pueden ser muy diferentes. Es necesario tener también en cuenta que las capacidades individuales no son todas igualmente útiles y beneficiosas para la sociedad a la que el individuo pertenece e igualmente requeridas por ella. Puede pensarse así que la entrega de satisfactores desde la sociedad puede –e incluso debe— priorizarse y modularse conforme a sus propias necesidades.
Llegamos así al segundo componente de este principio: de cada cual según sus capacidades. En estas visiones utópicas la responsabilidad social de cada ciudadano varía y se especifica conforme a las capacidades efectivas de cada cual y a las necesidades de la sociedad a la que pertenece como colectivo estructurado y articulado. El bien común prima por sobre el beneficio individual.
Una economía de abundancia
Tanto en las visiones utópicas de Moro como de Marx la vigencia del principio de “a cada cual según sus necesidades; de cada cual según sus capacidades”puede aplicarse plenamente sólo en una economía de abundancia.
En la utópica sociedad comunista visionada por Carlos Marx la economía de abundancia se logra por el desarrollo de las fuerzas productivas que conduce a la obsolescencia del modo de producción capitalista y al término de la lucha de clases, lo que requiere la revolución proletaria, la instauración de un período de ‘dictadura del proletariado’ y la puesta en operación de una economía socialista cuyo objetivo último sea la superación de una economía de escasez. Sólo conseguido dicho objetivo será posible alcanzar la ‘fase superior de la sociedad comunista’, como Marx la llama.
En la Utopía de Tomás Moro la abundancia de bienes y servicios no se ha logrado principalmente por el desarrollo tecnológico, sino por un cambio cultural y de régimen político. En lo cultural la población de Utopía comparte un sistema de valores coherente con lo que he llamado ‘un hedonismo austero’, la ostentación de lujo y riqueza –por ejemplo- es considerada de mal gusto y propia de bárbaros. Se aspira como objetivo último a que todos los ciudadanos lo pasen bien, sean –en la medida de lo posible- felices aquí en esta vida, lo que se facilita ciertamente con un nivel bajo de aspiraciones en relación con la posesión de bienes materiales, aspiraciones más altas en cuanto a bienes culturales y ‘espirituales’ y relaciones sociales más ‘gilánicas’ que ‘androcráticas’ –conforme a las categorías propuestas por Riane Aisler.
Primacía de lo público sobre lo privado
En las visiones utópicas que hemos examinado los bienes públicos predominan marcadamente sobre los privados, aunque en grados diversos. La propuesta de Platón es drástica, si bien restringida a la clase dirigente, en la que se abole la familia y la propiedad privada. En la Utopía de Tomás Moro no hay propiedad privada ni siquiera de la vivienda, sin embargo la familia es protegida y valorada. Algo semejante ocurre en la propuesta de Marx. Riane Aisler, por su parte, da gran importancia a la familia y sus funciones sociales y, si bien no cuestiona la propiedad privada de los medios de producción, sí cuestiona la concentración del poder económico de las corporaciones transnacionales y sostiene que la atención de las necesidades básicas no puede ser entregada al mercado y debe ser asegurada por el estado.
La cultura cívica es fundamental. En la propuesta de Moro, los ciudadanos no sólo se sienten parte de su familia y de su comunidad local, sino de la república en su conjunto. Así, la identidad personal se hace “nosotros”. Lo que le ocurre al “nosotros” me ocurre a mí. Hay conciencia de reciprocidad solidaria, que podemos llamar ‘gilánica’.
¿En qué medida en estas visiones utópicas la ‘libertad individual` se ve limitada? Todo depende del punto de vista desde el que se mire. No hay libertad para cuestionar de manera radical el modelo de sociedad y el sistema de valores en que se sustenta. Sí hay libertad, tiempo y oportunidades para cultivar las propias habilidades e intereses. En la propuesta de Moro hay también libertad religiosa e incluso se reconoce el derecho a la eutanasia y el suicidio asistido. Existe legislación civil y penal y quienes la violen son castigados, pero dicha legislación no busca defender y consolidar el poder y supremacía de una clase dominante, sino la primacía del bien común sobre el interés individual.
El sistema político y el gobernante al servicio del bien común
Platón desconfía de la democracia y su opción es por un régimen aristocrático o gobierno de los mejores, pero sabiéndoles corruptibles los organiza sin propiedad privada y sin familia. Esta clase gobernante es preparada para gobernar y se espera que lo haga al servicio del bien común de la polis.
Intuyo aquí una propuesta meritocrática, en la que los ciudadanos que muestran aptitudes para cumplir las funciones de gobierno reciben capacitación para ello y van demostrando su habilidad y liderazgo a medida que ascienden en el sistema de gobierno. Es esta opción por una meritocracia la que aparece en la Utopía de Tomás Moro en el marco de una democracia participativa y puede asumirse que también estaría en la visión de Marx de una sociedad comunista madura, una vez alcanzada la abundancia económica y superada la lucha de clases con la desaparición de las mismas.
¿Pueden realizarse estas propuestos utópicas a nivel nacional o requieren una transformación global? En las mentes de Moro y Platón se las concibe a nivel nacional. Marx, en cambio, piensa que el comunismo maduro necesita ser global para ser estable. Eisler por su parte parece pensar que es posible transitar hacia sociedades predominantemente gilánicas por evolución social más que por vías revolucionarias violentas. Cabe preguntarse, no obstante, si sociedades androcráticas con posiciones dominantes en el sistema global permitirán el tránsito hacia un modelo predominantemente solidario a nivel global que implicaría para ellas ciertamente pérdida de poder en el ámbito internacional.
Primacía de lo gilánico sobre lo androcrático
Estas categorías creadas por Riane Eisler vinculan el modelo solidario a lo femenino y el modelo de dominación a lo masculino, concebidas como categorías analíticas para describir sociedades humanas, lo que no quiere decir que las mujeres sean necesariamente “gilánicas” ni los hombres, “androcráticos”. De hecho, el movimiento feminista –por ejemplo- con frecuencia ha luchado por reivindicar el status de las mujeres igualándolo al de los hombres, sin cuestionar el carácter androcrático del sistema. Este es un tema que trabajaré más adelante al discutir la viabilidad de la propuesta que esbozo a continuación. Lo rescato aquí porque considero que este aporte conceptual de Eisler viene a complementar y enriquecer los aportes eurísticos hechos por los otros pensadores considerados en este ensayo.
CONCIBIENDO UNA UTOPÍA PARA NUESTROS TIEMPOS
¿En qué estamos pensando?
1. En un sistema social planetario[5], en el que:
- Todos los seres humanos son respetados en su dignidad y derechos[6]y tienen clara conciencia de sus deberes y responsabilidadescon la sociedad;
- cada cual recibe el cuidado y tiene las oportunidades para desarrollar plenamente sus capacidadesy ejercerlas, así como ver satisfechas sus necesidades básicassocialmente reconocidas como tales;
- el Estadoasume la responsabilidad de respetar esos derechos y satisfacer esas necesidades, valorizando y potenciando al mismo tiempo la capacidad de las familias y las organizaciones de la sociedad civilcon ese fin;
- la educaciónpública es universal, permanente, gratuita, personalizada y certificable, con una oferta en educación superior que responde a las necesidades actuales y futuras de la sociedad en su conjunto;
- el sistema económicooptimiza el uso de los recursos productivos (tecnología, recursos humanos, capacidad organizacional, capital financiero, etc.) en función de la satisfacción de las necesidades reales (no-superfluas) de la población actual y de las generaciones futuras;
- losavances tecnológicosque elevan la productividad y reducen la cantidad de trabajo requerido, son usados inteligentemente para reducir y flexibilizar la jornada laborale incorporar el trabajo a distancia, permitiendo así que, por una parte, todos los ciudadanos y ciudadanas que quieran y necesiten trabajar puedan hacerlo y, por otra, que gocen de abundantetiempo libre.
- el desarrollo económicorequerido para la adecuada satisfacción de necesidades humanas es sustentable, asumiendo así la Humanidad su responsabilidad colectiva de cuidar al planeta Tierra y a la Biósferade la que es parte integral.
2.- En elámbito demográfico:
- Se propende al crecimiento vegetativo cero de la población (TGF 2.1 hijos por mujer), evitando el envejecimiento extremo de su estructura por edades, para lo que se asume la reproducción humana en todas sus etapas y componentes como actividad productiva de alta valoración social, con los costos que implica para los progenitores debidamente compensados[7];
- mediante planificación de los asentamientos humanosse propende al desarrollo de centros urbanos de tamaño medio, libres de contaminación ambiental, con localización espacial de servicios y lugares de trabajo que maximizan la accesibilidad a los mismos y sistemas de transporte público eficientes que minimizan el uso de transporte privado;
- en cuanto a las migraciones internas e internacionales, se aplican políticas para que ellas cumplan el doble objetivo de favorecer al migrante y de integrarlo productivamente en el lugar de destino, beneficiando tanto a la comunidad receptora como a la de origen (vía remesas), de manera que la migración juega un papel equilibrador del sistema de asentamientos y no desestabilizador;
3.- El bien comúnprima por sobre los intereses particulares, lo que implica que:
- Los bienes públicosson valorados por la comunidad y considerados como propios, incluidos los bienes públicos globales;
- en el ámbito económico la función social de la propiedad privadacondiciona el libre uso de ella por el propietario;
- la acumulación de riqueza y poder económico por parte de particulares está reglamentada de modo que se asegura que financia actividades que contribuyen al bien común y de ninguna forma atentan contra él, permitiéndose y valorándose en este marco las actividades filantrópicas.
4.- Se distingue cinco modalidades o niveles de actividad económica, a saber:
- La economía familiar o doméstica, nivel en el que se valoriza –y cuando es conveniente se remunera— actividades tales como el cuidado de niños, ancianos y enfermos y la preparación de alimentos;
- el nivel comunitario, a escala de barrio o municipio, en el que se promueve, facilita y valora la prestación voluntaria y o remunerada de servicios entre miembros y familias de la comunidad en actividades tales como apoyo a madres y padres en el cuidado de sus hijos, cuidado de enfermos crónicos, visita periódica a ancianos que viven solos y apoyo a niños con dificultad en rendimiento escolar, siendo crucial el papel jugado por personas jubiladas en este ámbito;
- los trabajadores por cuenta propia y las micro y pequeñas empresasque producen bienes y servicios para el mercado, a las que se incentiva a asociarse en cooperativasa fin de beneficiarse de economías de escala y facilitar la entrega por parte de organismos del estado de asesoría técnica, crediticia y comercial;
- en el caso de las empresas de mayor tamañoy de aquellas asociadas a corporaciones transnacionales, el estado se reserva el derecho de autorizar su giro sólo en la modalidad de ‘joint venture’ con participación del propio estado como socio a fin de asegurar que la operación de la empresa contribuye efectivamente a la implementación de la estrategia vigente de desarrollo sustentable y aporte al bien común;
- el estadoproduce por sí mismo o mediante empresas sub-contratadas todos los bienes y servicios requeridos para la adecuada satisfacción de las necesidades básicasde la población reconocidas socialmente como tales;
- la Economía como ciencia y la política económica se ocupan más de gestionar sustentablemente la abundanciade bienes y servicios y su adecuada distribución, que de administrar la escasez e intentar superarla, como ocurría en el pasado.
5.- Los sistemas de gobierno a nivel nacional y localpermiten el ejercicio de una democracia participativa, previenen toda forma de corrupción, y aseguran que las personas elegidas o designadas para cumplir funciones de gobierno lo sean por sus méritos y actúen con conciencia de ser servidores públicos;
6.- El sistema judicial y sus instituciones apuntan más a la prevención del delito y –cuando éste ocurre- a la reparación de las víctimas y a la reinserción del delincuente, que a su castigo;
7.- El sistema de gobierno global federadotiene la autoridad política, capacidad técnica y recursos disponibles para:
- formular e implementar una estrategia y políticas globales de desarrollo sustentable de largo y muy largo plazo,
- operar eficientemente un sistema monetario único y mantener la estabilidad financiera global;
- contar con la capacidad en los ámbitos jurídico y económico para actuar como autoridad pública global en su relación con las corporaciones transnacionales,
- jugar un rol decisivo en la redistribución de la riqueza entre las naciones,
- facilitar la solución de conflictos interétnicos y entre naciones por la vía del diálogo y la negociación,
- y mantener la paz, para lo cual cuenta con sus propias fuerzas de seguridad.
8.- Como consecuencia de lo anterior, las naciones se han desarmado,conservando los estados nacionales el derecho al uso exclusivo de la fuerza sólo en el ámbito policial.
9.- El modelo androcrático(prevaleciente en la actualidad) ha sido sustituido por un modelo de carácter gilánicoen el que el principio de solidaridad prima por sobre el principio de dominación tanto en las instituciones, como en las relaciones entre individuos, entre géneros, entre comunidades y entre naciones, haciendo que la colaboración sea más importante que la competencia.
10.- Se valora y respeta la diversidad cultural, evitándose así la primacía hegemónica de unas culturas sobre otras, razón por la cual se fomenta el cultivo de las lenguas étnicas al mismo tiempo que se difunde y consolida en el ámbito internacional el uso del Esperanto.[8]
11.- Esta nueva sociedad humana global se sustenta sobre un cambio profundo en el sistema de valoresque rige la convivencia a todos los niveles, cambio cultural que resulta de y subyace a una nueva etapa en la historia de la Humanidad en la que el progreso tecnológico y el desarrollo humano han hecho posible consolidar a nivel global el “Buen Vivir”[9].
En la segunda parte de este ensayo consideraré críticamente la factibilidad de la propuesta en el contexto mundial actual y las tendencias previsibles del cambio.
[1] Versión resumida de la primera parte.
[2] Gerardo González Cortès, es doctor en Psicologìa Social por la Sorbonne (Universidad de Paris), se especializò en Demografía Social, trabajando por 27 años como funcionario internacional de las Naciones Unidas en el campo de Poblaciòn y Desarrollo Sustentable. Durante los ùltimos 22 años, después de jubilarse, su actividad se ha centrado en el diálogo y cooperación interreligiosa por la paz.
[3] Platón, La República, en: http://www.um.es/noesis/zunica/textos/Platon,Republica.pdf
[4] Ver en: https://www.blogger.com/blogger.g?rinli=1&pli=1&blogID=8700916998173660982#allposts
[5] Dado lo avanzado del proceso de globalización, creo difícil asegurar la persistencia de una sociedad utópica a nivel nacional o regional.
[6] Los Derechos Humanos en sus varias generaciones proclamados por las Naciones Unidas constituyen un marco ético-jurídico de gran riqueza, que va mucho más allá de los derechos civiles y políticos a los que se suele hacer referencia cuando se habla de violaciones a los DDHH.
[7] Incluimos aquí en el concepto de ‘reproducción humana´ no sólo la concepción, embarazo, parto y amamantamiento, sino el cuidado de los hijos en todas las etapas posteriores hasta su emancipación de la familia de origen en la edad juvenil, lo que incluye condiciones materiales adecuadas en el hogar, alimentación, entrega de afecto, educación en valores, etc. Todo esto requiere por parte de la madre y el padre capacitación, tiempo y apoyo por parte de servicios tales como sala-cuna, jardín infantil, y redes de apoyo familiar y barrial. En una Utopía para el Siglo XXI como la que estamos esbozando se habrían reducido a un mínimo los embarazos no deseados mediante una educación desde la adolescencia en el ámbito del amor humano y la sexualidad responsable con un enfoque gilánico, esto es, habiendo superado todo rastro de machismo ‘androcrático’ en las relaciones entre géneros. Se habrían creado por otra parte condiciones sociales favorables para que la reproducción ocurra en las edades más favorables de la madre (entre 20 y 35 años, tentativamente).
[8] Ver más sobre el uso actual del Esperanto en: https://es.wikipedia.org/wiki/Esperanto
[9] EL Buen Vivir es un principio de filosofía de la vida basado en el ´Sumak Kawsay´ que recoge la cosmovisión ancestral Quechua centrada en el ser humano, como parte de un entorno natural y social. Este concepto fue adoptado como principio constitucional por la República de Ecuador. En concreto el Buen Vivir es: “La satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y muerte digna, el amar y ser amado, el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas. El Buen Vivir supone tener tiempo libre para la contemplación y la emancipación, y que las libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno -visto como un ser humano universal y particular a la vez- valora como objetivo de vida deseable (tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un otro)”. Plan Nacional del Ecuador para el Buen Vivir 2009 – 2013. Fuente: http://www.buenvivir.gob.ec/inicio