SALIR DEL LIBERALISMO ECONÓMICO - TIMOTÉ HEBERT

Hoy día, vivimos en un mundo encerrado en la supremacía del modelo liberal. Alternativas, plausibles o concretas existen, pero no tienen lugar en el debate al momento de tomar decisiones económicas y políticas. Tomando el ejemplo de las elecciones presidenciales, pensar un tipo de proteccionismo, una mejor asignación/distribución de los recursos respecto a la del libre mercado es, generalmente, calificado de extremo. “Extremo” en el sentido de que sería una conclusión precipitada, que olvida o no ve la complejidad de las metas, y que en consecuencia es irrealizable. “Extremo”, en oposición a lo sabio y razonable. No obstante, el liberalismo económico y las leyes del mercado son sólo una opinión, una corriente, una idea, un modelo dentro de un espectro de modelos posibles.

La corriente económica predominante es un trasfondo que impacta nuestra vida cotidiana porque elige los valores humanos que fundamentan la base del intercambio con el otro.

Adam Smith con su idea de la mano invisible es considerado el origen del liberalismo económico. Cada individuo, buscando su propio y único interés, contribuye a la maximización del interés global. Una observación que viene de una crítica de Bernard de Mandeville en la fábula de las abejas o vicio privado, virtudes públicas; “vicio privado” siendo sinónimo del individualismo defendido por Smith. El individualismo definido por Smith es el vicio definido por Mandeville, y el individualismo así definido como vicio puede ser identificado como egoísmo, egocentrismo, antipatía, infidelidad, irresponsabilidad. . .

Así, el sistema favorece algunos de los instintos peores e infantiles. Este tiene la capacidad de mantenerse en funcionamiento a través de la defensa que las personas que han ascendido socialmente realizan de él, puesto que su éxito individual depende de la mantención del propio sistema.

Cincos observaciones aparecen rápidamente:

1) Si la ganancia económica no es segura, la pérdida de valor en las relaciones humanas sí lo es. Esto sucede a través de la pérdida de ayuda mutua, confianza, y hasta de sentimientos de afecto hacia los demás. De una manera similar, la defensa de nuestro interés individual nos ciega a las malas condiciones del otro (ej. un aumento de nuestro poder adquisitivo debido a un dumping social en el país exportador). El sistema con la competencia no busca mejorar la condición humana global, sino la de algunos individuos.

2) Existe un problema en la gestión de los bienes y servicios públicos – incluyendo bienes no renovables en el sentido de que son parte del patrimonio de la humanidad. Existe, de igual manera, una incapacidad para solucionan los problemas globales. La mejor posición ofrecida por el sistema es la del “polizón”: aprovechar las ganancias sin asumir los costos. Entonces, entre los países productores y consumidores, todos los cuales contribuyen a los problemas globales: ¿quién paga la externalidad negativa?

3) El individualismo es con frecuencia incompatible con la redistribución de la riqueza. Las diferencias de estatus social son justificadas por el esfuerzo individual. En la realidad, con demasiada frecuencia el liberalismo favorece una reproducción social contraria al principio de la meritocracia, dañando al mismo tiempo el ascenso social. Junto con el capitalismo, que permite a los que tienen tener cada vez más, y más rápidamente, la brecha social se incrementa cada día. Si las clases bajas pueden ser engañadas, crecen dentro de ellas frustraciones e iras que se acumulan.

4) El aumento sin límite del poder de algunos actores económicos destruye las democracias modernas. El poder de los lobbies es hoy tan fuerte, que en numerosas democracias supera el de la población en las decisiones a nivel nacional y supranacional. El 27 noviembre 2017, la comisión europea anunció la renovación por 5 años de la licencia del glifosato. Sin embargo, la población europea estaba en grande mayoría contra la renovación del producto del que muchos estudios mostraron la nocividad. Así, la democracia como sistema donde el poder es ejercitado por el pueblo, por definición, fracasó frente al Lobby de Monsanto.

5) La acumulación sin límite permite finalmente a los ganadores del sistema orientar el pensamiento de la gente hacia su propio interés. Así, el Premio Nobel de Economía participa en la construcción de una falsa creencia sobre lo que es una economía sabia, y lo que no lo es. Considerando su nombre completo, Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, el Banco de Suecia tiene éxito al homologar su opinión o su modelo económico preferido, con lo que es “sabio”, a propósito del liberalismo económico que sirve a sus intereses. Lo mismo con la sobre-representación de los defensores del liberalismo en los grandes medios de comunicación, que inducen la aprobación de esta ciencia económica por parte de la población. Incluso la misma palabra “Ciencia”, al referirse a la economía, induce a negar la diferencia de corrientes y posibilidades. Lentamente, el sistema se auto-impone, se auto-proclama como la única solución a los problemas que él mismo desarrolló y deja de lado.

Así, para responder a los desafíos ambientales y sociales de nuestra época, salir del liberalismo económico extremo se pone como fundamental para quien quiera analizar los problemas actuales. No obstante, el desafío no se limita a salir del liberalismo extremo, sino que también implica tomar un camino distinto que permita la construcción de un nuevo sistema que no se base en vicios, sino en virtudes. Así, se deben evitar todos los políticos que no intenten reducir la frustración social acumulada, y que intenten utilizar esto como manera de acceso al poder. Tomar en cuenta al “otro” – como antónimo de nuestro ego – es ahora una necesidad.

Cada ser humano es maestro de su pensamiento, y este texto se ofrece como una generalización de los comportamientos con el objetivo de resumir la mecánica y los problemas del sistema liberal.