Howard Richards
RESUMEN
Max Weber plantea que la vocación del empresario es semejante a la vocación del científico y a la del artista. Quien tenga vocación para ser científico, o para ser artista, necesariamente tiene una pasión para dedicarse a la ciencia o al arte por sobre todas las cosas. El caso del empresario no es distinto del caso del científico. En la ponencia se propone que hablar de “vocación” empresarial es una opción autorizada por la ciencia y justificada por la ética.
Las personas con vocación son seres humanos especialmente motivados, quizás distinguidos por unos rasgos especiales que denota la palabra “vocación”, que se examinan con algún detalle, mas allá de lo ya denotado por la palabra “motivación.”
Desde esta óptica, el autor examina las motivaciones y el espíritu de emprendimiento que anima a quien es empresario, y aborda dos problemas que surgen en el caso de la vocación del empresario.
El primer problema es la creencia muy generalizada de que el empresario necesariamente tiene que ser egoísta. El segundo problema es que no importaría mucho la voluntad y la vocación del empresario, pues el mundo y la sociedad se mueven por leyes objetivas, lo que sería particularmente claro en el caso de la economía.
El autor analiza ambos problemas con el auxilio de la sociología, la psicología y la biología, y mediante el análisis de numerosos casos de empresarios exitosos profundamente motivados por su ‘vocación empresarial’, concluye relevando el papel de dos elementos claves: la ética a nivel personal, y las normas socialmente consensuadas y establecidas para el ejercicio de la actividad empresarial.
Las reflexiones que ahora les ofrezco nacieron de una larga entrevista que hicimos unos cinco años atrás a un empresario de nombre Antonio Walker1. Antonio se dedica a la fruticultura. Ha sido el presidente del gremio de exportadores de fruta de la séptima región. Junto con Jim Morin de la Facultad de Teología y Filosofía de la Universidad Católica del Maule habíamos emprendido una investigación del compromiso social católico en la zona. Nos tocó entrevistar a gente de diversos sectores, a un campesino, a un sindicalista, a un concejal, a una doctora en medicina, a una ejecutiva de la Fundación Fe y Esperanza, a la voluntaria encargada de obras sociales de una capilla... Nos habíamos citado con don Antonio por su fama de ser un ejemplo viviente de compromiso social en el rubro “empresario.”
De repente y sin responder directamente a ninguna pregunta que habíamos planteado nuestro entrevistado afirmó: “Ser empresario es una vocación. Es como ser sacerdote.” No pude no pensar en el texto de Max Weber “La Ciencia como Vocación.” 2 Me refiero a aquel párrafo de esta famosa charla dictada en Alemania en 1917 que reza que quien tenga vocación para ser científico necesariamente tiene una pasión para dedicarse a la ciencia por sobre todas las cosas, en seguida dice que el caso del empresario no es distinto del caso del científico.
Weber fue uno de los grandes fundadores de la sociología. Sin ser creyente, reconoció y estudió las profundas influencias que han tenido las religiones en la formación de las sociedades y las culturas. Cuando Weber eligió la palabra alemana Beruf, que traducimos “vocación” para expresar su pensamiento, sabía perfectamente que la historia de la voz remontaba a épocas cuando la palabra “Europa” fue sinónimo de “tierra de los cristianos” y cuando los significados de todas las palabras se encontraron en el contexto de la ideología espiritual que conformaba el único discurso público de aquellos tiempos. “Vocación” no es la única palabra que vive aún en nuestros tiempos modernos a pesar de la debilidad actual del contexto religioso en el cual en un principio nacieron sus significados.
1 - La entrevista se puede encontrar en https://sites.google.com/site/catolicosocial/proyecto/Actividades bajo el nombre Antonio Walker.
2- Max Weber (1998) El político y el Científico. Madrid, Alianza Editorial. Esta edición contiene traducciones al español de las dos charlas de Weber publicadas en 1919 Politik als Beruf y Wissenschaft als Beruf (La Ciencia como Vocación) más un prologo de Raymond Aron.
De esta manera la opción de un gran fundador de las ciencias sociales de escoger una voz derivada históricamente de la imagen de un Dios quien llama a la persona humana a cumplir su papel en el plan divino, y luego de identificar esta misma voz con algo que se llama “pasión” (o sea con Leidenschaft en alemán) enmarca mi tema. Al desarrollar el tema de la vocación del empresario, defiendo en general el uso de palabras que cumplen funciones sociales necesarias, aunque no sean propias de la ideología económica neoliberal actualmente dominante. Indago en general una pregunta fundamental de la psicología: ¿Cómo entender lo que llama Weber “pasión,” en fin cómo entender las motivaciones humanas? Si vamos a hablar de la vocación del empresario3, tenemos que interpretar lo que John Maynard Keynes llamaba “los espíritus animales” que motivan a los empresarios. Les voy a proponer que la opción weberiana y mía de hablar de “vocación” es una opción autorizada por la ciencia y justificada por la ética.
En otra oportunidad me tocó entrevistar a otro empresario chileno. Fue don Alfonso Muena el fundador de nuestra industria salmonera4. La historia temprana de esta industria, que don Alfonso cuenta en un libro que ha escrito pero que no ha querido publicar (quizás va a ser su obra póstuma) nos muestra otro rasgo típico de aquella pequeña fracción de la población humana que son los empresarios. Es la persistencia, la perseverancia. Durante largos años la industria salmonera chilena no era más que un sueño en los corazones de unas pocas personas, principalmente en el corazón de una sola persona. Eso sí, era un sueño racional. Se sabía a la luz de la razón fría que las aguas del sur de Chile tenían condiciones como para realizar una industria de esta índole. Aunque fuera un sueño racional, igual era sueño. Tenían que ser presentes elementos de la motivación humana nacidos de los fuegos de la mente sub-consciente. En el caso de don Alfonso el sueño de una industria salmonera chilena se plasmó en la energía mística de una motivación que tuvo que perdurar durante largos años de incontables frustraciones y demoras.
Todos hemos aprendido del economista e historiador de las ciencias económicas Joseph Schumpeter que por favorables que sean los demás
3.- John Maynard Keynes (1936), The General Theory of Employment, Interest, and Money. London, Macmillan. p. 161.
4.-La entrevista se puede encontrar en mi sitio Web www.howardrichards.org bajo el título “El Papel del Empresario en la Eliminación de la Pobreza.”
factores de la producción, sin el factor de la creatividad de aquellas personas que combinan los demás factores para organizar la producción no hay empresas.5 Nos enseña Max Weber que el compromiso del cual nace la perseverancia es propio de quien tenga vocación, sea para ser científico, sea para ser empresario, sea para ser artista. Sobre el artista escribe: “No conocemos a ningún gran artista quien no ha servido a su obra, y solamente a su obra.” Escribe también: “La imaginación del matemático Weierstrauss es naturalmente distinta en su significado y resultado de la imaginación de un artista. Son de distintas cualidades. Pero el proceso psicológico es lo mismo. Ambos son frenesí (en el sentido de la ‘manía’ de Platón) e ‘inspiración’.”
Estoy diciendo con el apoyo de Max Weber que la vocación del empresario es semejante a la vocación del científico y a la del artista. En otro lugar Weber habla de la vocación del político. Trajinando derecho por este mismo derrotero uno puede hablar de la vocación del docente, la vocación del odontólogo, la vocación del cocinero y así sucesivamente hasta incluir a todos los seres humanos.6 Pero este derrotero nos conduce a una conclusión equivocada. Aunque sea cierto que tenemos que comprender primero la psicología del ser humano en general, para poder comprender después la psicología de las vocaciones, y para comprender finalmente a quienes tengan específicamente vocación de empresario, no es cierto que cada ser humano manifieste las cualidades de quien tenga vocación.
Desde la teología podemos decir que Dios tiene un plan para la vida de cada ser humano. Decía el líder negro de los Estados Unidos Martin Luther King, Jr. que si el oficio de uno es realizar el aseo de un edificio o de una calle, uno debe limpiar el edificio o la calle con esmerada perfección por amor a Dios y por amor al prójimo.7 Sin embargo, la sencilla observación del mundo que nos rodea constata la existencia de los apáticos, los depresivos, los chistosos, los viciados, y los amargados por la pobreza que limita sus oportunidades, y de unos cuantos más quienes aunque la divina providencia les haya asignado alguna vocación, no la hayan encontrado.
5.- Joseph Schumpeter (1942), Capitalism, Socialism, and Democracy. New York, Harper & Row.
6.- La palabra alemana Beruf que maneja Weber a menudo tiene este sentido amplio, siendo casi sinónimo de “oficio.”
7.-Ver Martin Luther King Jr. (2012) Strength to Love. Boston, Beacon Press. (Primera edición 1963).
Podemos decir que los con vocación son seres humanos motivados, quizás distinguidos por unos rasgos especiales que denota la palabra “vocación” mas allá de lo ya denotado por la palabra “motivación.”
Al tratar de las motivaciones en general, y mas allá de la motivación, de lo que es vocación, y al llegar por fin al espíritu de emprendimiento que anima a quien es en menor o mayor escala, y en uno u otro sector, empresario, voy a dedicarme especialmente a sopesar dos dudas ineludibles que surgen en el caso de la vocación del empresario, que no surgen o no surgen tanto en otros casos.
El primer problema ineludible es la creencia que el empresario necesariamente tiene que ser cínico y egoísta. Esta duda se sigue del principio que todos los seres humanos somos en el fondo egoístas. Puesto que los empresarios son seres humanos, tienen que ser egoístas también. Puesto que organizan los esfuerzos mancomunados de quienes colaboran en la empresa, les toca manifestar que les interesa el bien de aquellos colaboradores y a menudo dejan entender al público que la empresa algo aporta al bien común. Por el necesario contraste entre lo que son y lo que dicen tienen que ser cínicos también.
Una versión ligeramente distinta de esta misma duda admite que haya una fracción de la población menos egoístas que los demás, animados por deseos sinceros de servir a la humanidad y a Dios si Dios existiera, y si no existiera Dios en todo caso a la humanidad. Esta segunda versión de la primera duda aconseja a los integrantes de esta capa idealista del pueblo que se dediquen a la medicina, o a la administración de una ONG, o a la docencia, al clero, o a algo por el estilo. Quizás, pero solamente quizás, podrían realizar sus ideales siendo abogado, político, periodista, o artista, pero en ningún caso dedicándose a un campo francamente orientado al lucro como lo es el empresariado.
Una segunda duda ineludible reza que no importa la voluntad del empresario. Las buenas intenciones que puedan tener un don Antonio o un don Alfonso no determinan el rumbo del mundo. Al contrario, el mundo se mueve y genera siempre su amplia cuota de miseria y violencia por leyes objetivas, sobre todo aquellas de las ciencias económicas. En una versión ligeramente distinta, esta segunda duda atribuye a las instituciones capitalistas que nos rigen la generación de una serie de imperativos que hunden al empresario con buenas intenciones en vorágines nefastas, sea lo que sea la calidad de su alma. La realidad objetiva determina lo que el empresario tiene que hacer.
No podré dar mis respuestas a aquellas dos dudas ineludibles sin una indagación previa de las motivaciones, primero de la motivación humana en general y segundo de la motivación de aquellos seres humanos en cuya conducta se manifiesta una vocación de hacer algo bueno en la vida.
Mis reflexiones sobre la motivación humana en general subentienden la tesis de Max Weber que las energías y compromisos fundamentales que mueven a los empresarios, si no sean idénticos son por lo menos semejantes a las energías y los compromisos de los científicos, los artistas, y otros seres humanos motivados.
Los psicólogos han escrito montones sobre la motivación.8 Especialistas de otras disciplinas también se han dedicado al tema. Si sumo a esta literatura ya vasta los escritos que no esgrimen la voz “motivación” pero tocan lo medular del asunto, me doy cuenta que no me queda ninguna esperanza de dominar la bibliografía pertinente. Con el apoyo de lo poco que he alcanzado a leer, a continuación sintetizo las que me parecen ser algunas de las principales respuestas científicas a la pregunta ¿Por qué los seres humanos hacemos lo que hacemos?
Parto de la base que todos los empresarios son seres humanos y todos los seres humanos somos animales. Compartimos ciertas necesidades y cumplimos con ciertas funciones necesarias junto con los demás animales, y hasta con los demás seres vivos, como las plantas, las bacterias, y los virus. Entre los seres vivos los animales somos por antonomasia seres que se mueven, somos animados. De partida, de alguna manera todos tenemos que movernos para conseguir nuestra alimentación. También nos falta agua o alguna especie de líquido; y puesto que los individuos son mortales, para que siga existiendo una forma de vida sus códigos tienen que pasar de generación en generación. Por eso somos además de hambrientos también sedientes y eróticos. Ciertas motivaciones –y aquí se puede considerar el miedo y ciertas tendencias agresivas— forzosamente existen por los peligros físicos que condicionan la persistencia de la vida.
De tales antecedentes derivados de las ciencias naturales el joven Sigmund Freud dedujo lo que tiene que ser de todas las teorías de la motivación humana la más sencilla.9 Es su principio de placer. Plantea que la naturaleza
8.- Por ejemplo el anuario Nebraska Symposium on Motivation, un libro denso y largo publicado todos los años. Sale en 2014 el número 62 de esta serie.
ha inventado un mecanismo ingenioso para motivar a los seres humanos para que hagan lo que tienen que hacer. Es la tensión. El ser humano tiene que comer. Por eso siente una tensión que llamamos hambre. Para aliviar la tensión come. Al comer se siente placer. Para cada necesidad hay una tensión. El ser humano es motivado para escapar de la tensión y lograr la tranquilidad. Hasta los sueños nocturnos funcionan para procesar las ansiedades y facilitar aquel relajamiento que es placer.
El joven Freud nos ha enseñado que la búsqueda del placer, sobre todo en una sociedad en la cual se reprime la sexualidad, no es siempre una búsqueda consciente. Nos ha enseñado que normalmente ni el empresario ni nadie conoce la profundidad de las fuentes primitivas de su propia motivación. Lo que uno diga a sí mismo en su fuero interno, y lo que uno diga a los demás, son cuentos que puedan o no tener que ver con la motivación efectiva y eficaz.
La teoría de la motivación humana del filósofo inglés Jeremy Bentham (1748-1832) es un poco más complicada que la teoría del joven Freud, puesto que en vez de una sola variable Bentham plantea dos. Según nos enseña Bentham la naturaleza ha dado a los seres humanos dos maestros: el placer y el dolor.10 El ser humano se mueve para acercarse al placer y para alejarse del dolor. Fueron Bentham y sus correligionarios del utilitarismo quienes fundamentaron las tradiciones neo-clásicas de las ciencias económicas. En la evolución histórica de dicha ciencia, el placer de Bentham llegó a ser la felicidad de J.S. Mill, y luego la utilidad de Stanley Jevons, la preferencia de Paul Samuelson.11 Hoy en día hablamos de valor, de las cadenas de valor, y de la creación del valor. El valor se define por la preferencia del comprador medida por la cantidad de dinero que el comprador esté dispuesto a desembolsar para conseguir el producto.
9.- Para el joven Freud hubo un “principio de placer” animando la actividad humana que chocaba a menudo con el “principio de la realidad.” Ya en 1920 Freud resumió y superó este pensamiento extremadamente sencillo en su libro Jenseits des Lustprinzips. Leipzig, Internationaler Psychoanalytischer Verlag.
10.- “Nature has placed mankind under two sovereign masters, pain and pleasure. It is for them alone to point out what we ought to do, as well as to determine what we shall do.” Jeremy Bentham (1780) Introduction to the Principles of Morals and Legislation. Reimpreso en (1838-1843) The Works of Jeremy Bentham. William Tait, Edinburgh. Vol. I, p. 16.
11.- Aparte de las obras de los autores mencionados, la evolución histórica general de las ciencias económicas está trazada en Joseph Schumpeter (2008) Historia del Análisis Económico. Madrid, Ariel.
Hace años, en el transcurso de un coctel en California, un importante economista norteamericano, el profesor Abba Lerner, me quiso hacer ver que la ciencia económica es la ciencia de los valores en la medida en que los valores han sido cuantificados, mientras la filosofía es la ciencia de los valores en la medida en que los valores no han sido cuantificados todavía. Hemos llegado a lo que se puede llamar una teoría contable de la motivación humana. Cuando el ser humano nace llorando, los inocentes piensan que llora porque quiere mamar, pero los científicos saben que llora porque le faltan datos cuantitativos. Sin datos cuantitativos no sabe ni puede saber qué hacer.
En las actuales nociones de valor contable y de cadenas de valor podemos percatar una teoría sencilla de la motivación del empresario. La forma de análisis de cadenas de valor es actual, pero el fondo del modo de razonar se deriva de raíces antiguas. Es un modo de razonar que remonta al pensamiento de los sofistas que interpelaron a Sócrates en los Diálogos de Platón. Fue declarada anti-natural por Aristóteles. En los albores de la modernidad Aristóteles y sus seguidores escolásticos fueron burlados por negarla. Los debates en su torno siguen hoy. Es aquel modo de razonar que define la motivación del empresario en términos de partir con una cierta suma de dinero para luego en un tiempo pretérito llegar a poseer una suma de dinero mayor.
Pero antes de profundizar las raíces antiguas de las teorías egoístas-cuantitativas de los negocios, y antes de cuestionar la validez intelectual del individualismo metodológico asociada con ellas, regresemos una vez más al testimonio vivo de mi pequeña muestra de dos empresarios chilenos, don Antonio y don Alfonso.
Dice don Antonio que los empresarios son como los católicos. Hay de todo. El declararse católico no genera ninguna garantía de compromiso con los valores del Evangelio. Entre los empresarios hay quienes se esfuercen para ser buenos empresarios, eso sí, pero el hecho de ser empresario no da ninguna garantía de tener vocación como para ser buen empresario. Por su parte don Antonio se siente llamado a ser buen empresario, y también colabora con otros empresarios a fin de promover entre ellos y ellas las buenas prácticas. Considera que el bienestar del país depende en gran medida de la calidad de su empresariado.
Don Antonio observa que hoy en la fruticultura hay un tipo nuevo de empresario que no existía antes. Son profesionales de la ciudad. Ganan dinero como ingenieros o abogados o médicos o agrónomos, y luego solos o como grupos de socios compran un campo y se dedican a la exportación. Tienen más formación universitaria que los agricultores tradicionales. Están más al día con el pensamiento internacional actual en materia de administración responsable de empresas. Ya han descartado las normas tradicionales de jerarquía que elevaron los patrones sobre los inquilinos como una distinta clase social y casi como una distinta raza.
Por su parte don Antonio establece relaciones más horizontales que verticales con sus trabajadores. Dice con orgullo que casi todo lo que él ha aprendido de informática lo ha aprendido del hijo de uno de sus trabajadores, quien logró acceder a la universidad y se tituló en las ciencias de la información. Entre los ejecutivos y especialistas de su empresa la mayoría son trabajadores que se han formado en la empresa misma con el apoyo de varias formas de capacitación. Casi todos sus trabajadores están logrando educar a sus hijos a nivel de educación terciaria. Si un trabajador o una trabajadora no tiene condiciones para una tarea determinada, por ejemplo si su físico no resiste el trabajo duro de cosechar la fruta de las alturas de los árboles, se le busca otra tarea más conforme a sus talentos, por ejemplo realizar el control de calidad.
Desde la Escuela de Negocios de Harvard hemos escuchado mucho en los años recientes del valor compartido.12 La empresa no debe generar valor solamente para un solo sector, que sería el sector de los accionistas, sino para todos quienes colaboren en la empresa y para todos los stakeholders. Sin hablarnos del concepto de valor compartido, don Antonio nos muestra su espíritu. Subir la calidad de vida de quienes colaboran con él en su empresa es un objetivo. No es un costo para minimizar a fin de maximizar otra variable. Confiesa don Antonio que no es un objetivo plenamente logrado. Hay logros, pero todavía hay más qué lograr.
Don Antonio se define como fruticultor y no piensa en cambiar de giro aunque fuera más rentable invertir su capital en otra industria. Se educó como fruticultor y ha hecho carrera dedicándose a este ramo. En nuestras actuales sociedades de conocimiento la fruticultura como tantos otros ramos ha llegado a ser una verdadera profesión. Siempre se generan nuevos conocimientos especializados. Siempre hay que estudiar y asistir a cursos y congresos para mantenerse al día. Si uno pregunta a don Antonio
12.- Michael E. Porter and Mark Kramer, “Creating Shared Value,” Harvard Business Review Vol. 77 (2011) pp. 62-77.
cuál es el papel del capital, su respuesta hace eco del pensamiento del gran filósofo de los negocios Peter Drucker. El capital no es la meta del negocio.13 Es un elemento necesario para poder realizar las metas del negocio. En su caso específico don Antonio percibe un sueldo como CEO de su empresa pero hasta la fecha no ha retirado nada en calidad de ganancia realizada sobre el capital invertido. Con el visto bueno de los otros inversores, quienes son unos pocos familiares, ha comprado más terrenos y plantado más árboles. El capital se mantiene intacto y hasta crece. ¿Por qué? Dice don Antonio “...porque algún día alguien entre mis hijos o nietos también pueda querer hacer algo en la vida.”
En Noruega contaban desde un principio con el respaldo del sector público, del sector académico, del sector sindical, y del sector de los pescadores cooperativistas.14 Hoy en día todos conocemos los tropiezos de la industria salmonera: los conflictos laborales, los daños ambientales, las plagas que destruyen las peces. En Noruega también ha sido necesario conciliar intereses opuestos y enfrentar plagas. Pero si nuestro tema es la vocación del empresario, hay que pensar la vocación de don Alfonso no con las luces de hoy sino con las luces de medio siglo atrás. Hay que pensar el momento cuando el gobierno del doctor Salvador Allende le otorgó una subvención para echar las bases de una industria que todavía no existía. Hay que pensar el momento cuando el gobierno del general Augusto Pinochet la renovó.
Cabe observar de paso que la industria salmonera no solamente nació debido al apoyo de un gobierno socialista, sino que al retorno de la democracia contó con el fuerte apoyo del intendente socialista de la décima región, y posteriormente con el apoyo de todos los presidentes incluidos Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. Aquí hay otra prueba más, si más pruebas fuesen necesarias, que economías plurales que combinaran elementos del socialismo con elementos del capitalismo son posibles.
Regresamos ahora desde dos testimonios vivos específicos a la explicación científica general de la motivación humana. A mi parecer, las teorías del joven Freud, de Bentham, y de los economistas que hemos visto hasta ahora, nada explican de fenómenos observables en la conducta de
13.- Peter Drucker, “Business Objectives and Survival Needs,” Journal of Business Vol. 31 (1958) pp. 81-90.
14.- No he verificado la historia de la industria salmonera en Noruega. Relato la versión que me contó don Alfonso. Es la versión más relevante, puesto que se trata de comprender el papel del modelo noruego en su motivación.
numerosas personas de las cuales las buenas intenciones de don Antonio y don Alfonso son ejemplos. Nada he dicho para explicar la motivación de aquellas personas quienes quieren, como ha dicho el padre Hurtado, “hacer el bien, el mayor bien posible.”15
Hasta ahora las teorías de la motivación consideradas no explican el deseo de servir al prójimo, ni el deseo de aportar al bienestar de la población de un país; ni tampoco explican la pasión, la manía, que Max Weber citando a Platón atribuye a quien tiene vocación. Propongo regresar, pues, a la biología otra vez. La biología fue explícitamente la fuente de la teoría de placer del joven Freud. Implícitamente fue también la fuente de Bentham, puesto que Bentham atribuye a la naturaleza el dominio de los dos grandes resortes, el placer y el dolor, que según Bentham producen el comportamiento del ser humano.
Esta vez voy a derivar de la biología las raíces de la sociabilidad humana. Del biólogo suizo vuelto psicólogo Jean Piaget, los psicólogos y los científicos sociales en general han aprendido que el ser humano es un animal ético.16 Su desarrollo ético se entrelaza con su desarrollo intelectual. Por ejemplo, en cierta etapa de su desarrollo el niño adquiere la capacidad intelectual de imaginar cómo el mundo se ve mundo desde el punto de vista de otra persona. Por eso llega a ser capaz en el plano ético de respetar los puntos de vista de los demás. Aprovechando de caminos abiertos por Piaget hoy en día existe un campo floreciente de investigación en materia del desarrollo moral humano.17 La psicología y pedagogía del desarrollo moral cuenta con revistas académicas especializadas, asociaciones profesionales, maestrías y doctorados, y cualquier cantidad de aplicaciones de sus hallazgos científicos a la práctica.
Pero hay más. Quiero decir que hoy la ciencia nos enseña que el ser humano amén de ser ético es también místico. Me refiero a descubrimientos provenientes no solamente de investigaciones de la estirpe de la epistemología genética de Piaget. Me refiero también a hallazgos de quienes han investigado las emociones fuertes. Ahora cito los testimonios
15.- Alberto Hurtado SJ (1943) La Elección de Carrera. Reimpreso por la Fundación Padre Hurtado, Santiago, sin fecha.
16.- Jean Piaget (1932) Le jugement moral chez l´enfant. F Alcan, París.
17.- Hay una introducción en castellano editado en Chile. Gracia Navarro Saldaña (2012) Moralidad y Responsabilidad Social: Bases para su Desarrollo y Educación. Universidad de Concepción, Concepción.
de unos pocos de los muchos investigadores científicos que han indagado los procesos culturales que transforman las emociones fuertes en formas fuertes de sociabilidad.
Llamo para dar su testimonio a la catedrática de la Universidad de California, Nancy Tanner. Ella no es una antropóloga que se ha dedicado a estudiar la evolución biológica de la especie humana. Ella documenta con esmerado detalle cómo han llegado a existir los rasgos distintivos del cuerpo humano, como lo son por ejemplo, la garganta y lengua con su capacidad para vocalizar palabras, las hormonas con funciones sociales, y las facciones de la cara. El cuerpo humano tiene características especiales que no son comunes a otros mamíferos. Es un cuerpo biológicamente programado para ser culturalmente programado. La especie humana ha evolucionado, ha florecido, y ha prosperado por ser una especie social y cultural. Por la cultura ha podido cooperar. Los animales culturales, o sea nosotros, hemos podido cambiar nuestro comportamiento de acuerdo a las demandas del medio ambiente en forma mucha más rápida que los cambios de comportamiento producidos por la mutación y la selección natural. Somos capaces de asumir la cultura por las energías profundas generadas en nuestras células, órganos, nervios, huesos, sangre y músculos.18
Mi segundo testigo es otro antropólogo analista de las bases biológicas de la conducta humana. Es el escocés Victor Turner, especialista en el estudio de los rituales sociales y religiosos de la tribu Ndembu de Zambia. En un sentido más amplio Turner es especialista en el estudio de las funciones de los ritos y símbolos. Turner como Tanner se ha dedicado al estudio de la evolución del cuerpo humano y sus consecuencias para la sociabilidad.19 La sociabilidad a su vez se manifiesta en fenómenos culturales como lo son las fiestas, los juegos, los rituales, las danzas, la magia, los mitos de dioses y cuentos de héroes que organizan comunidades, y los ritos de iniciación. Como ella, él revisa los hechos de la biología, cómo dichos hechos han sido generados en el transcurso del tiempo. Turner en cierto momento se dedica especialmente a la evolución del cerebro. Citando los estudios de muchos
18.- Nancy Tanner (1985) On Becoming Human. University of California Press, Berkeley.
19.- Victor Turner (1983) “Body Brain, and Culture,” Zygon, Journal of Religion and Science. Vol. 18, pp. 221-45. Entre las fuentes citadas por Turner se destacan las investigaciones de Paul MacLean sobre la estructura y evolución histórica del cerebro humano. Ver Paul MacLean (1990) The Triune Brain in Evolution: Role in Paleocerebral Functions. Plenum Press, New York.
otros investigadores, analiza la religión y la cultura partiendo de los tres niveles del cerebro. Los tres niveles se evolucionaron en tiempos medidos por épocas geológicas. Se manifiestan en la estructura física del cerebro humano hoy.
Un primer nivel fundamental, antiguo y reptil lo compartimos con nuestros primos los lagartos y las culebras. Este primer nivel de nuestros cerebros se encarga de las mil funciones automáticas que conservan la vida sin la intervención de ningún pensamiento consciente; subentiendo aquí como siempre, que se refiere no solamente a un cerebro en una cabeza sino a sus vinculaciones con sistemas nerviosos extendidos en todo el cuerpo. Turner asocia este nivel con motivaciones como el acatamiento a las rutinas tan necesarias en la gestión de las empresas y en el buen ordenamiento de las casas; la nostalgia y la añoranza; el retorno a lo conocido; la seguridad en las repeticiones en general.
Un segundo nivel del cerebro lo compartimos con los hermanos mamíferos. Aquí se encuentran afinidades y las emociones humanas principales, como son por ejemplo el miedo y la agresividad e incluso la agresividad medio juguetona que se observa en los patios escolares, en los mercados bursátiles, y en los campos deportivos. Es típico de los mamíferos que en los juegos los chicos desarrollan sus poderes y destrezas físicas. En el caso humano y en menor medida en algunos otros mamíferos, aprenden en los juegos sus roles sociales adultos.
El nivel más nuevo y más típico de nuestra especie es el nivel de la gran corteza cerebral, con sus dos hemisferios derecho e izquierdo. Posee una enorme capacidad para procesar palabras, formas, símbolos, música, e imágenes. La corteza cerebral hace posible la cultura, y la cultura hace posible la humanidad. Dicho eso, hay que constatar que la cultura integra todas las emociones y todo el cuerpo. Integra la rutina en las normas consuetudinarias. Integra y civiliza las emociones violentas, por ejemplo en el viernes santo y en el mundial de la FIFA. Integra el frenesí de las muchedumbres exaltadas, observable hoy por ejemplo en los multitudinarios conciertos de famosos artistas pop, en el fervor Pentecostal, en las fiestas trasnocheras, y en las marchas políticas. La cultura integra el cuerpo entero. No hay danza sin pies. No hay parentesco sin sexualidad. No hay ritmo sin corazón. No hay arte sin manos.
De este breve resumen de las condiciones biológicas del animal cuyo nicho ecológico es ser el animal cultural, derivo una doble tesis que pretende contribuir a la explicación de las pasiones que Max Weber encuentra en las vocaciones. El primer aspecto de la doble tesis es que este animal social que es el ser humano es un ser ético. El segundo aspecto de la doble tesis es que este animal cultural que es el ser humano es un ser místico. Es ético en la medida en que es culto, o sea integrado en una sociedad. En todas las sociedades son fundamentales las normas.
Son las reglas convencionales que regulan y orientan la conducta. El ser humano es místico porque la cultura sube las emociones a otro nivel, que es el nivel de las prácticas espirituales y de muchas otras prácticas que integran al individuo en algo más allá de sí mismo. Max Weber no usa la voz “mística” pero habla de pasión, de inspiración, y de manía. Victor Turner, complementa sus largos años dedicados a la investigación de la forma de vida de los Ndembu de Zambia analizando la fisiología del cerebro humano. Se esfuerza para comprender los ritos que constituyen a una persona humana en sus relaciones afectivas con sus semejantes, con sus ancestros y descendientes, y con los espíritus que viven en la selva y en la montaña. En ambos casos, o sea el caso Weber y el caso Turner, propongo captar el significado de sus aportes con mi tesis que el ser humano es un ser místico.
Ahora ya podemos responder a la primera de las dos dudas ineludibles antes referidas. La base de la duda fue que cualquier vocación que ostenta ser social tiene que ser ilusión, porque sabemos que en el fondo el ser humano es y tiene que ser egoísta. La respuesta es que aunque sea esta duda una verdad de Perogrullo en la mente de un Jeremy Bentham, aunque esta duda siga necesariamente de definir el ser humano como ser egoísta siempre calculando cómo conseguir un máximo de placer y un mínimo de dolor, la realidad es otra. La realidad es que nuestra sociabilidad está enraizada en cada célula de nuestros cuerpos. No es precisamente que el individuo de vez en cuando salga de su soledad para pasar un tiempo siendo social. Es que su personalidad, sus emociones, y su cuerpo mismo se constituyen, en el momento actual y en los siglos y milenios precedentes al momento actual, en su sociabilidad. Nuestras motivaciones sociales son normales, profundas y poderosas. Por lo tanto, cuando encontremos a un empresario con vocación no hay porqué descartar las evidencias que encontramos a la vista. Si don Alfonso se siente llamado a ser un héroe de Chile salvando a multitudes de la miseria, o si un adolescente se encuentra encantado por un video juego en el cual él se imagina salvando a los buenos del planeta tierra de los extraterrestres malvados, en ambos casos las emociones son muy humanas.
A la luz de lo que hemos aprendido de la biología humana y por ende de la mente y cultura humana, de investigadores como Piaget, Tanner, y Turner, regresemos otra vez a los Diálogos, de Platón, en el quinto siglo antes de Cristo20 y regresemos otra vez a la filosofía de los negocios de Peter Drucker en el siglo veinte. Con Platón y Drucker quiero profundizar mi respuesta a la primera de las dos dudas ineludibles a fin de preparar el terreno para mi respuesta a la segunda.
Repito que desde Platón en adelante se ha realizado en Ocidente un largo debate sobre el rol del dinero en los negocios. ¿El dinero es un medio o es un fin? Difícilmente se puede hablar de vocación si en fin de cuentas el objetivo único de todo empresario forzosamente tiene que ser partir con una cantidad de dinero y terminar con una cantidad de dinero mayor. En este caso el empresario no tiene opciones. No puede ser ni responsable ni irresponsable porque el sistema le quita su libre albedrío.
Tiene más sentido hablar de vocación si atendemos la tesis de Peter Drucker que el fin de todo negocio es servir. Dice Drucker que la sociedad no tendría porqué tolerar a un sistema cuya finalidad fuese simplemente partir con dinero y llegar con más dinero, sin pasar por la etapa intermediaria de producir algún bien o servicio útil.
Dijo Drucker en el siglo veinte, que el negocio se define por el producto que aporta al consumidor.21 Algo semejante dijo Platón mucho antes. Más de una vez Platón esboza una relación triple entre un oficio, un peritaje, y un bien. Un oficio, por ejemplo, sería ser médico. Su peritaje es la ciencia y arte de la medicina. Su bien es la salud. En forma semejante, el oficio del zapatero cuenta con sus destrezas y saberes y cuenta con su finalidad: la confección y reparación de calzado. Y así sucesivamente.
En el lenguaje de Platón, cada techne (cada arte o oficio) tiene su episteme (conocimiento especializado) y su agathon (su bien). Interpretando a
Platón con palabras actuales se puede decir que cada oficio cumple una función social. El empresario cumple la función de organizar empresas.
20.- El tema de la vocación de servicio de quien realiza un oficio y la disputa con los sofistas recurre en varios diálogos de Platón, entre otros La República y Gorgias.
21.- “The purpose is certainly to supply an economic good or service. This is the only reason why business exists. We would not suffer this complicated, difficult, and controversial institution except for the fact that we have not found any better way of supplying goods and services productively, economically, and efficiently.” Drucker, obra citada, p. 85.
Con esta base Platón pudo haber llegado a una filosofía pluralista y pragmática. Dado que las funciones necesarias para la vida hay que cumplirlas de alguna manera y otra, se puede cumplirlas de distintas maneras. Se puede mejorar las instituciones paulatinamente descubriendo medios cada vez más eficaces para motivar y orientar el cumplimiento de las tareas necesarias y convenientes. Se puede ajustar las instituciones en forma pragmática según cambien las circunstancias y según avanzan los saberes.
De hecho Platón no fue ni pluralista ni pragmático. Pensaba que la filosofía debe dedicarse a descubrir una manera ideal permanente y única para organizar la vida. Para Platón hubo una sola unidad de pensamiento capaz de lograr la unidad práctica del pueblo para cooperar en pos del bien común. Honraba a su maestro Sócrates por su práctica permanente de cuestionar siempre todas las creencias, pero imaginaba que la dialéctica socrática iba a colmar la búsqueda de la verdad con el encuentro definitivo de la verdad buscada. Por eso Karl Popper enumera a Platón entre los enemigos de la sociedad abierta.22
La Grecia antigua de la época de Platón no contaba con ni un solo partidario de la filosofía de Karl Popper. Pero hubo muchos sofistas. Los sofistas, según nos cuenta Platón, criticaban la visión de Platón de los aportes al bien social de los médicos, los zapateros, y todos los demás con una doctrina de individualismo egoísta. Dijeron los sofistas que en el fondo hay un solo oficio. Es el oficio de lucrar. Hay un solo conocimiento. Es el saber lucrar. Hay una sola finalidad de todos quienes trabajan. Es el dinero.
Una primera respuesta de Platón a semejante argumento de los sofistas depende de las definiciones de las palabras. Quien busca solamente dinero no debe llamarse médico. Se debe llamar médico a quien utiliza la ciencia médica para sanar a enfermos. Quinientos lustros después de la muerte de Platón, adhirió a su doctrina un campesino de la zona de Limache de nombre Bernardo.
Sucedió que en el pabellón de urgencia del hospital Santo Tomás de Limache un médico estaba tratando a la víctima de un accidente automovilístico. Llegó la hora del fin de su jornada de trabajo. El médico se fue. Comentó Bernardo que este médico no tenía vocación. No fue un verdadero médico.
22.- Karl Popper (1957) La Sociedad Abierta y sus Enemigos. Editorial Paidós, Buenos Aires (original inglés 1945).
Bernardo no es creyente, como no lo fue Max Weber. Sí en sentido lato Bernardo tiene fe, su fe se identifica con una cálida y muy sentida esperanza del eventual triunfo de la gran lucha histórica del pueblo chileno en cuyo panteón figuran héroes como por ejemplo Salvador Allende, Victor Jara, Pablo Neruda, y Violeta Parra. Sin embargo Bernardo no tardó en usar la voz “vocación.” No tardó en criticar al médico por no tenerla.
Pero los sofistas, ni los de hoy ni los de los tiempos de Platón, no se dejan convencer por las definiciones de las palabras. Diga lo que diga el lenguaje, según ellos los hechos dicen que el ser humano es egoísta. Aquí responde Platón con otro argumento. Esgrime su teoría del amor. Se trata del famoso y a menudo mal entendido amor platónico.23 Cuando Max Weber atribuye a la persona con vocación una manía en el sentido de Platón, Weber se refiere a la teoría platónica del amor. El amor es una especie de locura divina. En el amor uno se encuentra fuera de sí, más allá de sí. Pero al contrario de lo que pasa en las formas patológicas de perderse, en el amor al perderse uno se realiza.
Hay más. Platón nos cuenta que el verdadero amante quiere el bien del amado. Ahora bien. El bien de una persona es sobre todo el bien de su alma. Si dos se aman, cada uno vela por la salud del otro. Vela sobre todo por la salud de su alma. De este modo el amor llega a ser una especie de cooperación educativa. Aquí la voz “educativa” corresponde a un concepto muy platónico de educación articulado por su famoso discípulo Aristóteles. Dijo Aristóteles que la persona bien educada encuentra placer en la virtud. La persona mal educada encuentra placer en el vicio.
En su concepto de amor Platón anticipaba el concepto de sublimación de Sigmund Freud. Freud nos enseña que los mismos fuegos eróticos capaces de quemar las sanas relaciones humanas dejando una secuela de puras cenizas amargas, en la vida civilizada son capaces de prestar su poderosa fuerza motriz a la belleza, a la vida ordenada, al amor romántico, y al trabajo disciplinado.
También en varios textos Platón anticipaba lo que en el siglo veinte Norbert Elias iba a llamar “el proceso civilizador.”24 Elias se dedicaba a estudiar la transformación cultural no tanto de las fuertes pasiones eróticas, sino más
23.- Platón trata del amor y de la manía del amor especialmente en sus diálogos El Banquete y Fedro.
24.- Norbert Elias (1999), El Proceso de la Civilización. Editorial Eudeba, Buenos Aires.
bien el proceso civilizador de las fuertes pasiones agresivas y violentas. Me refiero por ejemplo a su trabajo sobre la historia de los deportes.25
Estoy sugiriendo que lo que sabemos hoy justifica a Platón más que a Bentham. Hemos aprendido mucho de las raíces biológicas de la vida intelectual y social, documentado en las obras de Jean Piaget, Nancy Tanner, Víctor Turner, y en la psicología actual. Hemos aprendido mucho de los estudios del desarrollo histórico de los sentimientos como son los de Norbert Elias en el caso de la agresividad y los de Denis de Rougemont26 en el caso de la sexualidad. Sabemos hoy que las emociones humanas son mucho más sociales y mucho más complejas que la alternancia egoísta entre placer y dolor que entró en los cimientos de las ciencias económicas.
Pasemos ahora a la segunda duda ineludible. Llevamos la discusión desde el plano de la psicología de las motivaciones hacia el plano de la estructura básica del sistema capitalista. La duda reza que sean lo que sean las buenas intenciones de determinados empresarios, e incluso sean lo que sean las buenas intenciones de los empresarios en general como grupo o como clase, e incluso sean lo que sean las buenas intenciones de la ciudadanía en general incluyendo tanto los que tengan espíritu emprendedor así como a los que no lo tengan, sin embargo el sistema que nos gobierna impone ciertos imperativos que hay que cumplir. Dichos imperativos chocan a menudo con la cohesión e integración social y con ideales hoy en principio normativos como son los de libertad, fraternidad e igualdad. Chocan a menudo con otros imperativos que son los impuestos por las leyes de la física, la química y la biología. Vale decir chocan con la ecología.
Encuentro la segunda duda más atendible que la primera. La encuentro en gran parte exagerada. La encuentro también en gran parte acertada. Sugiero que todos estamos llamados a hacer lo que se pueda hacer en el sistema como es, y también estamos llamados a aportar a cambiar el sistema.
A fin de aterrizar un análisis de los imperativos del capitalismo y a fin de fundamentar una propuesta para superarlos, consideremos primero el testimonio vivo de un tercer empresario. Consideremos el caso del joven
25.- Norbert Elias y Eric Dunning (1992) Deporte y Ocio en el Proceso de la Civilización. Fondo de Cultura Económica, México.
26.- Denis de Rougemont (1972) L´amour et l´occident. Plon, Paris.
norteamericano Blake Mycoskie.27 Blake nació el 26 de agosto de 1976 en el estado de Texas. En sus apenas 37 años de vida ha organizado cinco empresas exitosas. Como adolescente se distinguió como tenista. Como es común en Estados Unidos fue buscado por varias universidades como deportista y terminó reclutado por la Universidad de los Metodistas del Sur en Dallas. Dicho sea de paso, el empresario chileno Antonio Walker también se matriculó en una universidad norteamericana en calidad de deportista, en su caso como futbolista para jugar en el equipo de la Universidad Politécnica de California. Walker estudió fruticultura en California. Mycoskie se dedicó a estudiar dos carreras a la vez en Texas, a saber, filosofía y finanzas. A poco andar y siendo todavía un alumno de pre-grado con apenas 18 años de edad, Mycoskie organizó su primera empresa. Fue un servicio de lavado para alumnos universitarios de nombre EZ Laundry. Se dio cuenta que le gustó el oficio de emprendedor. Le gustó crear algo nuevo y verlo tomar forma y comenzar a operar. A los 23 años fundó otra empresa, una dedicada al ramo de la publicidad con sede en Nashville, Tennessee. Se llamaba Mycoskie Media. A los 26 años vendió Mycoskie Media para dedicarse a aquel sector de la industria de la televisión que se llama “realidades.” Su tercera empresa se llamaba “Reality Central.” No solamente fue empresario en el campo de realidades televisadas sino también protagonista participante. Junto con su hermana Paige Mycoskie competió en un famoso maratón alrededor del mundo que se llamaba “The Amazing Race” y casi ganó. Pero su éxito como empresario en televisión topó con una barrera. El multimillonario Rupert Murdoch financió una gran cadena mundial de realidades televisadas, dejando a Mycoskie atrás en calidad de propietario de una PYME sin mayores posibilidades de competir con el gigante australiano. Luego organizó su cuarto negocio. Fue una escuela para conductores de vehículos.
En el año 2006 Mycoskie viajó a Argentina un poco como turista y un poco también como voluntario de una fundación sin fines de lucro. Como voluntario participó en la entrega de zapatos usados a niños pobres del conurbano periférico de Buenos Aires. También conoció un tipo de zapato
típico de Argentina que se llama la alpargata. En Argentina encontró su Epifanía. Se dio cuenta de hechos que nunca antes habían penetrado en su mente: Existen en el mundo millones de pobres sin zapatos y sin dinero
27.-Blake Mycoskie (2012) Start Something that Matters. Ebury Publishing, New York and London.
para comprar zapatos. Otro hecho: hay enfermedades serias, entre otras la disentería, que atacan a millones de pobres precisamente por andar con los pies desprotegidos. También le llegó a Mycoskie la intuición que la alpargata podría llegar a ser una moda de calzado apetecida en el primer mundo. Se apoderó de su ser la inspiración del ahora famoso modelo de negocio “uno por uno.” Por cada vez que el consumidor compra un par de zapatos, se entrega a un pobre descalzo un par de zapatos igual, de la misma marca, del mismo estilo. Lo que es más, y lo que da este modelo de negocio un tono sentimental más humano todavía, se organiza viajes de voluntarios de tal manera que los zapatos son entregados con cariño. Cada pie y cada zapato es medido personalmente para asegurar que los zapatos calcen bien a los pies.
Mycoskie ha comentado que aunque había armado empresas antes, fue en el modelo ‘uno por uno’ que encontró su vocación. Siempre pensaba que iba a pasar la primera mitad de su vida acumulando su fortuna, y luego la segunda mitad de su vida haciendo filantropía. Ahora encontró una manera de hacer negocios y filantropía a la vez. Con este modelo ha armado su quinta y principal empresa “Toms Shoes.” Según cifras de 2012 Toms Shoes cuenta con más de 500 puntos de venta. Ha entregado más de un millón de pares de zapatos en 40 países. Se ha extendido el modelo ‘uno por uno’ más allá del tema zapatos al tema lentes y la empresa se ha dedicado también al tema agua potable. Toms Shoes ha colaborado con otras empresas importantes como son American Telephone and Telegraph, America On Line, y las cadenas de tiendas Nieman Marcus y Nordstrom, y con famosos artistas como por ejemplo la actriz del cine Charlize Theron quien ha sido voluntaria entregando zapatos en su país natal Sud Africa.
Del caso Blake Mycoskie se pueden extraer tres razones generales por las cuales la segunda duda ineludible es exagerada.
Primero, en un régimen de libertad las personas en gran medida pueden hacer lo que quieren. Porque tienen libre albedrío no están obligados a hacer lo que las leyes de las ciencias económicas receten. Mycoskie se sintió llamado a ayudar a los pobres descalzos. Nos cuenta que se sintió llamado especialmente a ayudar a las víctimas de podoconiosis. Es una enfermedad cuya causa es trajinar descalzo sobre suelos volcánicos. Produce tremendas y dolorosas hinchazones de los pies y piernas. Así reza su propio testimonio sobre su motivación, y no tenemos ninguna buena razón por dudar que la emoción que sintió al conocer a las víctimas de la enfermedad no fuera sincera. Con el objetivo de llevar a la práctica su “modelo de negocio uno por uno” Mycoskie vendió su escuela de conductores en medio millón de dólares y con este capital fundó su nuevo negocio Toms Shoes. En mi propio caso estudié derecho porque por varias razones quería ejercer como abogado, y de hecho he defendido varias causas justas sin honorarios como lo han hecho miles de mis colegas en aquella profesión. Ni Mycoskie, ni yo, ni nadie estamos obligados a elegir aquella conducta tal que nuestro rendimiento en dinero llegue a un máximo matemático donde la curva de la segunda derivada tenga inclinación cero.
Dicho de otra manera, hay un error en la historia de las ciencias económicas en el paso desde la felicidad al dinero como medida de la motivación humana. Aceptando por el momento el criterio simplista de Bentham, es observable que los seres humanos a menudo preferimos el placer directo en vez de conseguir más dinero y luego con más dinero comprar más placer. Mi amigo Tomás por ejemplo deriva placer del mero hecho de ser dueño de una PYME. Le gusta tener negocio propio y le gusta ser su propio patrón. Le gustan los motores. Le gusta el oficio de hacer reparaciones de vehículos. Le gusta el trato con los clientes. Le gustan sus muchas relaciones de confianza con clientes que a través de los años confían en él por ser comerciante honesto y técnico capaz. Como la mayoría de los seres humanos en cuanto pueda Tomás hace lo que le dé satisfacción en la vida. Claro que los que tenemos buena suerte también ganamos suficiente para vivir, pero no es porque somos esclavos del dinero.
La felicidad del mismo empresario está en la base de todo el movimiento actual de emprendimientos sociales. Son miles los empresarios que se sienten realizados y felices por el bien que han podido hacer. Como dice la especialista en responsabilidad empresarial profesora Gracia Navarro de la Universidad de Concepción, la responsabilidad es una opción de vida. En un régimen de libertad cualquiera puede elegir la opción de responsabilidad. Es una opción que trae felicidad. Mycoskie es un botón de muestra.
Una segunda lección general ilustrada por el caso Mycoskie es que la ética es rentable.28
28.-Entre los estudios empíricos que muestran la rentabilidad de la ética se encuentran en el sitio Web. www.unglobalcompact.org pinchando primero en “issues” y luego en “financial markets” y luego “show me the money.” Otro botón de muestra es Douglas Grisaffe y Fernando Jaramillo, “Toward Higher Levels of Ethics: Preliminary Evidence of Positive Outcomes,” Journal of Personal Selling and Sales Management. Vol. 27 (2007) pp. 355-371.
Si uno tiene una motivación sincera por hacer el bien, uno no pierde nada por su sinceridad. Sin embargo aún a los que les falte una vocación sincera les conviene fingir. Son numerosos los estudios que confirman lo que el caso de Toms Shoes ejemplifica. La naturaleza ética y mística del ser humano es tal que los consumidores prefieren las marcas asociadas con la ecología, con la entrega de valor real y no engañoso al consumidor, y con las buenas prácticas laborales. Lo mismo se puede decir del personal de la empresa. Como han dicho Hamel y Prahalad, para conseguir que los ejecutivos y los profesionales y demás personal de una empresa se comprometan con su misión no sirve la mera autoridad formal. Hay que promover una cultura de compromiso con los objetivos de la empresa.29 En ama a un amante, toda la sociedad aprueba y apoya a quien defiende el bien y lucha contra el mal.
Una tercera lección ilustrada por el caso Mycoskie es que las empresas son desechables. No mueren porque no viven. El libre albedrío es extensivo a tomar la decisión necesaria aunque sea triste que la empresa ya no está cumpliendo sus funciones sociales y debe cerrar. Nunca es lícito robar, mentir, estafar, burlar la ley, y poner en peligro las vidas de terceros por una supuesta necesidad de salvar la empresa cueste lo que cueste. En mi calidad de abogado especializado en quiebras he participado en la liquidación y en la reorganización de muchas empresas, y puedo asegurar que no hubo ni un solo fallecimiento, ni entre los trabajadores, ni entre los ejecutivos, ni entre los dueños. Debe haber, y en países avanzados como Suecia hay, políticas públicas que ayuden al personal de las viejas industrias cerradas a encontrar nuevo trabajo.30 También respaldan a los empresarios para que emprendan nuevas empresas. Dicen los suecos que se cierran los negocios solnedgang31 y se abren los negocios solupgang.32 Mycoskie cerró su negocio de realidades televisadas cuando llegó a ser evidente que no pudo competir con Murdoch. ¡Tanto drama se pudo haber evitado si la mina San José hubiera cerrado cuando llegó a ser evidente que el dueño no tuvo capitales suficientes para cumplir con la ley por abrir un segundo túnel a la superficie! Cuando durante sus vacaciones en Argentina Mycoskie tuvo
29.- Gary Hamel y C.K. Prahalad, “Competing in the New Economy: Managing out of Bounds,” Strategic Management Journal. Vol. 17 (1996) pp. 238-39.
30.- Ver los capítulos sobre Suecia (capítulos 5-8) en Howard Richards y Joanna Swanger (2006) Dilemmas of Social Democracies. Rowman & Littlefield, Lanham MD.
31.- O sea, de puesta del sol.
32.- O sea, de amanecer, del alba.
su momento de Epifanía y sintió su verdadera vocación, decidió vender su negocio solnedgang, su escuela para conductores, a fin de comenzar su negocio solupgang, Toms Shoes.
Hasta aquí hemos mostrado que la segunda duda ineludible es exagerada. No estamos presos en las jaulas de las leyes de hierro del sistema. Falta todavía comentar lo acertado de esta misma duda. Por ejemplo, la empresa privada con fines de lucro es sometida al imperativo de vender sus productos en precios suficientes para cubrir los costos y dejar un margen. En el caso de Antonio Walker, si caen los precios de las frutas en los mercados, nada pueda hacer don Antonio para subir la calidad de vida de sus trabajadores, sean lo que sean sus buenas intenciones.
En un sistema comercial puro sin ninguna de las muchas enmiendas que han confeccionado las sociedades modernas, solamente se hace lo que es rentable. Si no es rentable por lo menos con un retorno que supera lo que se puede ganar dejando plata cobrando intereses en una cuenta bancaria, típicamente no se lo hace.
La producción y el empleo también se encuentran frenados por la demanda. En el tipo de sistema social vigente, tiene que haber ventas, y para que haya ventas tiene que haber compradores. El comprador debe tener no solamente una necesidad o deseo que el bien ofrecido en el mercado pueda satisfacer, sino también el poder adquisitivo para poder comprarlo.
El hecho que una persona necesite vender algo para vivir, sea sus servicios como trabajador, sea alguna mercancía, no implica necesariamente que vaya a encontrar en el mercado a quien se lo compre. Así el sistema mismo suele producir una población marginal, o sea una población de personas que necesitan vender para vivir pero no encuentran a compradores. Para cada don Antonio, para cada don Alfonso, y para cada Blake Mycoskie, hay además de los que encuentren buen empleo en las buenas empresas organizadas por los buenos empresarios, un don José, una doña María y un don Jesús quienes se encuentran en situación marginal. Tiene mal trabajo mal pagado, o trabajo precario, o ningún trabajo. No son pocos los integrantes de la clase marginada que eligen caminos menos sanos a la felicidad como son el alcoholismo y la delincuencia. Todo esto pasa, sean lo que sean las buenas intenciones de los Antonios, los Alfonsos, y los Mycoskies.
Lo que quiero hacer no es simplemente constatar que la segunda duda aunque sea exagerada guarda siempre su cuota de verdad. Quiero construir propuestas positivas sobre la base de la visión de vocación del empresario que ya tengo esbozado. Quiero sugerir pistas de transformación. Quiero solucionar los problemas sistémicos, no solamente analizarlos. Propongo conjurar la duda, no por negar su cuota de validez sino por decir que los obstáculos que la duda manifiesta son superables.
A lo mejor no voy a convencer a nadie. A lo mejor nadie va a creer que las soluciones que con mis co-autores proponemos sean factibles. No obstante, quiero dejar escuetamente afirmado que lo que ya llevo dicho se puede aplicar no solamente para hacer lo posible en el sistema como es, sino también para cambiar el sistema. A quien quiera más que una breve síntesis le puedo obsequiar una extensa bibliografía.
A pesar de que no espero convencer a nadie, casi me da pena explicar cómo transformar el sistema para que funcione en forma eficiente por el bien de todos. Casi me da pena porque la explicación es tan sencilla. Para mí, para mis co-autores, y para unos pocos alumnos nuestros, las soluciones son obvias y claras. Para llevarlas a la práctica solamente faltan lo que llamaba el padre Hurtado una actitud social, más inteligencia, más esfuerzo. Me siento como una brasileña de la ciudad de Belo Horizonte entrevistada por una periodista norteamericana sobre el fin del hambre en Brasil.33 Durante siglos los pobres de Brasil pasaron hambre. Recién en la primera administración de Lula da Silva, Brasil estableció un sistema de seguridad alimenticia para todos. La entrevistada se puso a llorar. ¡Era tan fácil! ¿Por qué no lo hicimos antes?
Recordemos que estamos defendiendo el uso de la voz antigua “vocación,” o sea el llamado al servicio, al interior de una tradición que remonta a Platón y a la Biblia.34 Según Platón cada techne, o sea cada oficio, tiene su episteme, o sea su peritaje especializado, y su agathon, o sea su función social. La función social del empresario es organizar empresas.No siempre en el sector privado con fines de lucro. En todos los sectores alguien tiene que organizar los distintos elementos para que la totalidad
33.- Dicha entrevista se encuentra en Frances Moore Lappe and Anna Lappe (2003) Hope´s Edge. Tarcher/Putnam, New York.
34.- Un texto antiguo que se refiere a un llamado de Dios para cumplir un papel en el plan divino es el sexto capítulo del libro del profeta Isaías en el Antiguo Testamento, probablemente escrito en el octavo siglo antes de Cristo. Se puede considerar también el llamado de Dios a Moisés para encabezar la liberación de los judíos de su esclavitud en Egipto.
funcione y cumpla su función social. Hoy en día las empresas de toda índole suelen plasmar sus funciones sociales en sus misiones y visiones. Hemos derivado inspiración de tres empresarios, don Antonio, don Alfonso, y míster Blake, quienes han demostrado que efectivamente se puede servir al Dios y al prójimo luchando desde la trinchera del empresariado. De Peter Drucker hemos aprendido que el aporte responsable de la empresa a la sociedad no comienza en el momento de calcular el monto de valor creado y luego decidir cómo repartirlo. Comienza antes. Comienza en el momento de crear empleo. Comienza en el momento de abastecer al consumidor con un producto o servicio de buena calidad a un precio asequible.
Sucede que para poder cumplir sus funciones sociales las empresas necesitan capital. El capital es un medio, no un fin. Vivimos hoy en sociedades de conocimiento, algunos ya las llaman sociedades pos-capitalistas. Los actores claves en las industrias ya no son quienes por ahorro o por herencia tienen capital para invertir. La verdad es que el capital sobra. Se ha cumplido lo previsto por John Maynard Keynes en el sentido que hoy vivimos en un mundo donde ya hay capitales acumulados abundantes. El cuello de la botella no es falta de fondos, sino falta de proyectos capaces de absorber los fondos en formas productivas. Enormes sumas circulan en el mundo todos los días en transacciones especulativas sin encontrar ninguna utilización rentable en las economías reales.35 Los líderes hoy son más los empresarios que los capitalistas; son los Carlos Slim, los Bill Gates, los Sebastián Piñera, los Mark Zuckerberg quienes han sabido innovar y crear. Dicho todo esto, siempre hay que juntar la plata necesaria para realizar las operaciones.
Por ser con mi pareja inversionistas de pequeña escala asistimos recién a una junta de accionistas de la empresa chilena Masisa. Masisa se dedica a materiales de construcción con conciencia ecológica. Se encuentra entre el número creciente de empresas que realizan una triple contabilidad con criterios financiero, social, y ambiental. El principal proyecto tratado en la junta de accionistas fue una nueva planta en México. Para juntar el capital necesario la propuesta fue conseguir la mitad del capital de los ingresos de la misma empresa provenientes de sus propias operaciones. La otra mitad seria por emisión de nuevas acciones. Me dí cuenta que los accionistas importantes representados en la sala eran todos AFP. Es así hoy. Los accionistas tienden cada vez más a ser instituciones. Pero hay también
35.-Ver Charles K. Wilber, “The Casino Economy,” America Magazine. (Revista del Consejo Episcopal de los Estados Unidos) 2 de Mayo 2011. p.1.
otras fuentes de capital: emitir bonos, vender haberes de la empresa, sacar préstamos, subvenciones de gobiernos, partenariados con otras entidades públicas o privadas, colaboración con bancos de desarrollo como lo es por ejemplo el BID, Banco Interamericano de Desarrollo, etc.
Sea la que sea la fuente de capital, el capital tiene un costo. A eso voy. Para llevar a la práctica las funciones sociales de la empresa hay que solventar sus gastos. Entre otros, hay que gastar el costo del capital.
Ahora viajamos. Desde el Hotel W en el Barrio Alto donde se reúnen los accionistas de Masisa, viajamos a una población desolada en Sud África donde la mayoría no han tenido trabajo estable por varias generaciones. Suelen emborracharse con una mezcla de cerveza casera, jugo de piña, y ácido de batería. El gobierno de Sud África en los últimos años se ha dado cuenta que aun tomando en cuenta todas las maravillas que hagan las grandes empresas privadas con fines de lucro jamás van a dar trabajo a todos los africanos que necesitan trabajar para poder vivir. Ha armado un sistema de servicio comunitario pagado.36 Los participantes no venden nada. Les es prohibido vender, a fin de no competir con quienes se dedican al comercio. Cuidan a víctimas de SIDA, hacen el aseo de hospitales, realizan la reforestación de desiertos, pero no venden. Antes de confiar la implementación del programa a su propia burocracia, el gobierno ha celebrado convenios con ONGs de la sociedad civil. Por ser ONGs movilizan no solamente fondos públicos, sino también aportes privados y voluntariado.
Esto es transformación del sistema. El empleo ya no depende de las ventas, menos de las ganancias. El gasto social ya no es solamente un rubro del presupuesto público, sino un esfuerzo mancomunado de los distintos niveles públicos, de las diversas entidades de la sociedad civil, de la responsabilidad social empresarial, e incluso de individuos quienes son donantes o voluntarios.
En su fase actual ya hemos dado trabajo, y con el trabajo dignidad y capacitación, a más de doscientos mil ex cesantes. Pero son casi 12 millones los sudafricanos quienes se quedan o sin trabajo o con trabajo tan precario
36.- Se puede encontrar información sobre el Community Work Programme de Sud Africa en el sitio Web de la OIT (Oficina Internacional de Trabajo de la ONU, con sede en Ginebra). www.ilo.org (Luego en el espacio “Search” poner “Community Work Programme South Africa”).
y mal pagado que permanecen inmersos en la extrema pobreza. ¿De dónde van a salir los recursos como para armar un abanico de apoyo social para emplear a 12 millones? La respuesta está en el concepto de costo del capital y en su concepto gemelo la renta económica.
Para explicar los dos conceptos llamamos como testigo experto al gran fundador de las ciencias económicas quien fue Adam Smith. En su obra maestra La Riqueza de las Naciones, Smith se plantea la pregunta: ¿Cuánto cobra el terrateniente por el uso de su tierra? La respuesta es: Cobra el máximo que pueda cobrar. Sigue pues la pregunta: ¿Cuánto puede cobrar? La respuesta es: todo menos lo que hay que pagar a los trabajadores por concepto de sueldo, y menos lo que hay que pagar al agricultor por el uso de su capital. El agricultor, quien hace el papel de capitalista, exige un retorno normal y si no lo recibe deserta para trabajar la tierra de otro terrateniente. En fin hay que pagar los sueldos; hay que pagar el costo del capital. Lo demás es renta. Con los dos primeros la producción está garantizada. La renta es por lo tanto lo que sobra una vez pagados todos los gastos necesarios para conseguir la producción.37
Un siglo después otro gran economista, el suizo de habla francés León Walras demostró que la teoría de la renta se puede generalizar a cualquier ingreso mayor que lo necesario para realizar la producción. En un primer momento se trata de las rentas de las tierras, de las minas, de los bosques silvestres, de los aguas, y de los recursos naturales en general. En un segundo momento el concepto de renta económica se refiere a cualquier incentivo redundante, o sea cualquier ingreso mayor de lo que es necesario para conseguir la producción.38 Se refiere por supuesto a las ganancias de especulaciones que no cumplen papel productivo alguno.
Aquí en principio está la superación de la marginalidad, la desigualdad, y la ingobernabilidad. Es el traspaso de las rentas al gasto social. Puede ser por filantropía personal, puede ser por responsabilidad social
37.- Adam Smith (1776), La Riqueza de las Naciones (varias ediciones). Libro Uno (de los cinco libros que componen la obra) capitulo once. La doctrina de la renta como excedente no necesaria para incentivar la producción se asocia comúnmente con David Ricardo quien posteriormente elaboró de una manera más formal las ideas en principio ya presentes en Smith.
38.- Leon Walras (1874) Elements d´economie politique pure ou theorie de la richesse sociale. L. Corbaz, Lausanne. Leçons 39 y 40. Walras fue partidario de la nacionalización de las tierras y hasta pensaba que sería posible de esta manera solventar el gasto social sin impuestos.
empresarial, puede ser por traspaso de la empresa a su fundación asociada como en el caso del traspaso de ganancias de la empresa Compañía de Acero del Pacífico a la Fundación CAP,39 puede ser porque el Estado se hace dueño de los recursos naturales y cobra por su uso en su calidad de propietario, puede ser como en la Edad Media porque instituciones religiosas y caritativas llegan a ser propietarias de tierras, puede ser por Royalty cobrado a la extracción de recursos naturales, puede ser por Impuesto Tobin u otro impuesto a inversiones sin mayores finalidades productivas, puede ser por impuestos a ganancias mayores que las necesarios para incentivar la producción, puede ser por entregar la propiedad de los recursos naturales a los patrimonios de instituciones sin fines de lucro. En todos los casos la fuente es lo que Adam Smith y todos los economistas clásicos llamaban “renta.” En todos los casos el destino es una u otra forma de gasto social.
Ustedes comprenderán que la factibilidad de organizar así el flujo de recursos a fin de tejer mejor el tejido social y a fin de defender mejor el medio ambiente depende de la ética. La propuesta aquí introducida con suma brevedad puede pertenecer a aspectos técnicos de las ciencias económicas, pero no fue una pérdida de tiempo indagar las bases biológicas de la sociabilidad. Sin ética y sin mística las soluciones técnicas permanecen en calidad de letra muerta en los escritorios de los académicos.