UNA CIVILIZACIÓN NO REPOSA EN EL USO DE SUS INVENCIONES, SINO EN EL FERVOR DE INVENTAR
Y los que dirán: « ¿Con qué propósitos obras puesto que hay tan poca esperanza de salvarla?». Responderé que una civilización no reposa en el uso de sus invenciones, sino en el fervor de inventar. Y que no solicitas a tu médico justificar su intervención por la calidad de su enfermo. Su diligencia cuenta antes que nada porque los fines son apariencias y etapas arbitrarias y no sabes adónde vas. Y más allá de esta cumbre hay otra cima de montaña. Y más allá de este individuo hay otra cosa que salvars, aun cuando sólo se tratara de la religión del salvamento.
Y si actúas por una recompensa, y si la reclamas que se te pague como por un contrato, eres un mercader y no un hombre.
(De la Nota 54)