EL BARCO EN LA NOCHE

texto

de Victor Domingo Silva

Ni cartas que encadenen, ni manos que despidan
¡Soledad de las penas que en el alma se anidan!
Como el barco, en la boca de la noche me pierdo...
Bulle el gentío a bordo... Ríen, danzan, olvidan...

¡Pero yo te recuerdo!

¿A dónde voy? Lo ignoro. No sé lo que persigo.
Por mí pudiera el barco torcer su rumbo al Polo...
¿Apena la distancia? ¿La ausencia es un castigo?
Bien puede que así sea para que el viaje sea solo...,

¡pero tú estás conmigo!

Estás, y sin mirarnos nos vemos... ¡Heme aquí,
dulce enemiga mía, náufrafo en la algarada
de vulgo errante! Enfermo de tu visión amada,
llego a creer que todas tienen algo de ti...,

¡pero no tienen nada!

Aquélla me recuerda tu voz, ésta tu modo
de sonreír, tu gracia triunfante, tu aire austero...
La ilusión es mirifica. El desengaño, fiero...
Mejor que tú, más bello, podrán tenerlo todo...,

¡pero yo no las quiero!