texto
de Miguel Ángel Asturias
Va pasando esta pena,
la pena de la vida,
la pena que no importa,
tú la has sentido larga,
yo la he sentido corta
y aún está distante
la tierra prometida.
A nuestro paso errante
fatal es todo empeño,
toda esperanza es muerta,
toda ilusión fallida …
Yo guardaré tu nombre,
yo velaré tu sueño,
yo esperaré contigo los primeros albores,
yo enjugaré tu llanto cuando conmigo llores,
y cuando ya no quieras que camine contigo
déjame abandonada como un grano de trigo
sobre las sementeras …
¡Déjame para siempre cuando ya no me quieras!