PRESENTACIÓN

La educación requiere miradas de futuro, amplias, profundas, penetrantes. Esto por la complejidad inherente a los procesos educacionales, y también considerando que, lo que se realiza hoy en cualquier nivel de la actividad educativa, tendrá repercusiones durante décadas. Ello en todos los niveles: lo que ocurre a un niño en la sala de clases puede marcarlo y condicionarlo durante toda la  vida. La docencia ejercida hoy por un profesor ante un grupo de alumnos puede impactar, a través de dinámicas imprevisibles y por conductos insospechados, procesos sociales y políticos de larga duración. Una reforma educacional implementada en el presente pudiera tal vez determinar transformaciones económicas, políticas y culturales de carácter epocal. Por ello, la educación requiere ser analizada y reflexionada con visión antropológica y en perspectiva histórica.

Examinar la educación con tal amplitud y profundidad se presenta con especial importancia y urgencia en momentos históricos de transición, cuando la conciencia de la crisis que la afecta lleva a plantearse la necesidad de concebir e implementar reformas en sus estructuras y en sus prácticas fundamentales.

Cuando hay crisis no pueden darse los objetivos como conocidos y ciertos, ni las estructuras como establecidas y estables, ni las prácticas como formas de acción consolidadas. Es en los contextos de crisis cuando surge inevitable la necesidad de repensar, redefinir y rediseñar la educación, empezando por identificar de modo nuevo los objetivos que se desea lograr y los caminos que hay que recorrer para alcanzarlos. Ciertamente, cuando se redefinen objetivos y se reformulan estructuras, procesos y prácticas, se abren dinámicas de transformación de consecuencias difíciles de predecir y calcular. Pero la alternativa a ello es solamente la extensión de la crisis en el tiempo, el deterioro y la decadencia.

Hemos invitado a nuestros investigadores y a colaboradores externos que nos han ofrecido el resultado de sus investigaciones, a pensar sobre todo ello, y estamos recogiendo en este libro cuatro artículos que aportan visiones amplias, profundas, penetrantes, sobre diversos aspectos de la educación actualmente necesaria.

En el primero de ellos, Luis Razeto Migliaro busca responder la pregunta sobre cómo ha de ser una educación que prepare e introduzca a los niños, adolescentes y jóvenes (y también a los adultos porque la educación ha de ser permanente), en la sociedad de conocimiento, y que contribuya a formar personas creativas, autónomas y solidarias.

Buscando respuestas Razeto examina cuáles son los requerimientos que plantean a la educación las nuevas estructuras del conocimiento que están abriendo el tránsito hacia una nueva civilización; qué objetivos debieran plantearse para la educación en las condiciones reales actuales y mirando al futuro; quiénes y cómo han de ser los educadores capaces de  actuar en función de tan elevados y difíciles objetivos;  en qué sentido y cómo los jóvenes estudiantes deben ser protagonistas de su propia educación; cómo enseñar a conocer y aprender; qué características debe cumplir una didáctica orientada hacia el autoaprendizaje; cuáles transformaciones de las escuelas y de los centros de enseñanza-aprendizaje son indispensables; y cómo avanzar hacia la igualdad a través de una educación que ha de ser pluralista y autónoma.

Juan Miguel Batalloso Navas aborda la interrogante sobre los contenidos cognitivos, valóricos, emocionales y de competencias que una educación de calidad tendría actualmente que enseñar.  Advierte al respecto que, si hasta ahora ha sido el Estado y sus burócratas especializados quienes han tenido el poder absoluto en la determinación y fijación de los contenidos escolares, hoy, en un mundo en que nuestra capacidad de comunicación, de intercambio de información y de construcción de conocimiento no tienen límites, ya no puede mantenerse el asunto de los contenidos escolares fuera del debate y de la participación social. Es así que, en base a su muy amplia experiencia y estudio de la educación, Batalloso reflexiona sobre aquello que considera que vale la pena ser aprendido, sin perder de vista que esos aprendizajes pueden construirse a partir de muy diversas experiencias pedagógicas, formativas y de vida.

Sostiene que los contenidos escolares, en vez de ser agrupados en las clásicas disciplinas o en las modernas competencias de aprendizaje, podrían agruparse en áreas de trabajo y experiencias en valores: Áreas de trabajo intelectual, manual, ética, estética, de desarrollo personal y comunitario. Areas no entendidas como nuevas asignaturas o materias escolares, sino como un orden transdisciplinario y psicosociológico de experiencias integradas. 

Antonio Bolívar y Mª Rosel Bolívar-Ruano nos proponen repensar la transformación de la educación desde la actividad concreta de los docentes en las escuelas, considerando que los cambios no pueden llevarse a cabo por encima de las emociones, sentimientos y horizontes profesionales del profesorado. Cambios impositivos, al margen de las vidas profesionales y que no contribuyen a situarlas en escenarios más atractivos, generan emociones negativas y resistencia; por lo que querer introducir cambios, al margen de lo que los profesores y profesoras sienten, es introducirlos por la puerta falsa y –en cuanto tales– condenarlos al fracaso.

De allí postulan la necesidad de volver la mirada a la escuela como lugar estratégico de un cambio generado desde abajo, el cual puede consistir en una transformación profunda de la organización y de la práctica escolar, mediante la formación de Comunidades Profesionales d Aprendizaje. Se trata de que las escuelas desplieguen un “aprendizaje organizacional”, es decir, actividades y estrategias en que sus miembros construyen nuevos conocimientos o reconstruyen los existentes en orden a mejorar el funcionamiento individual, de los equipos, y de la organización como conjunto. Afirma que la mejora de los aprendizajes de los estudiantes no se producirá si no se ha generado también una cultura de aprendizaje para los propios profesores. Hacer de las escuelas verdaderas comunidades profesionales de aprendizaje,  según el autor, implica integrar tres dimensiones: una cultura escolar que enfatiza el profesionalismo, que hace hincapié en el aprendizaje, y que otorga un alto valor al trabajo conjunto de docentes indagando sobre las mejores prácticas.

Mauricio Núñez Rojas aborda un pregunta específica pero de alta importancia para el perfeccionamiento de la actividad educativa, y que abre a la posibilidad de que la investigación se constituya como elemento inherente al trabajo habitual de los profesores: ¿Qué forma debiera tomar la investigación en el área profesional docente? ¿Cuál debiera ser su foco y cuál su ética? Evitando hacer de los maestros, investigadores conforme a la imagen de los que tomando distancia de su objeto pierden todo nexo con su realidad, se pone en perspectiva la posibilidad de hacer de la investigación de la propia práctica pedagógica un elemento esencial del perfeccionamiento docente y de la solución de problemas que se presentan en el aula.

Nuñez presenta, a partir de una serie de experiencias de investigación colaborativa, las posibilidades de desarrollo profesional que pueden lograrse mediante la implementación de dispositivos metodológicos en la práctica docente, reunidos los profesores en comunidades reflexivas. En particular, presenta un dispositivo metodológico que se orienta al desarrollo de la profesionalidad docente a partir de una práctica de escritura en comunidad. Así formula la pertinencia de poner en relato las vivencias de los profesores, de modo tal de transformarlas por el ejercicio reflexivo explícito, entendiendo que la experiencia puede ser vista y desarrollada como una construcción consciente de lo vivido.

A los autores que nos ofrecieron estas importantes contribuciones en el marco de nuestro Ciclo de Investigación y Difusión sobre los Desafíos de la Educación en un Mundo Complejo, les expresamos nuestros más sentidos y cálidos agradecimientos. A los lectores los invitamos  a una lectura atenta y reflexiva de esta obra, que nos hace en cada uno de estos textos, ampliar y extender la mirada hacia nuevas dimensiones y posibilidades en la educación.

 

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