ROMANCE DE LA NIÑA ENAMORADA

texto

de Luis Cané

 

- Desde que quieres a ese hombre, 

tus palabras son el eco 

de sus engañosas frases 

que están vibrando en tu pecho 

 

- Desde que le quiero, madre 

mi vida es dulce como un sueño 

 

- Como en palabras sagradas 

crees en sus juramentos, 

sin ver que en cada promesa 

está el demonio en acecho 

 

- Déjame tranquila, madre; 

que si de amarle padezco, 

no hacen falta sus reproches 

para acrecentar mi duelo. 

 

-Si de tanto amarle sufres, 

hija, tu amor no comprendo; 

que en mis tiempos de muchacha 

no era el amor tan complejo. 

 

- Usted no lo habrá sentido, 

madre, como yo lo siento; 

que el dolor de los amantes 

es dolor de todo tiempo. 

 

- Cuando más quiero entenderte,

tu inquietud comprendo menos; 

echas el alma en suspiros, 

duermes en lecho de fuego, 

y tanto ríes o cantas 

como lloras en silencio. 

 

- Cada minuto que pasa, 

mi amor parece más nuevo 

y yo me siento más bella, 

para darle más contento; 

qué alegre estoy de ser casta, 

de los veinte años que tengo 

y de que amor profundo 

ser albergue en tan lindo cuerpo.

 

- ¡Ay, hija, qué poco valen 

a tu pasión mis consejos!... 

(Pero la niña no atiende 

más que a su encendido anhelo; 

que la razón es poca agua 

cuando es de amor tanto fuego.)