Consumo perfectto Ucialidades del)

Descripción

En la Teoría Económica Comprensiva identificamos un conjunto de ‘cualidades’ del que llamamos ‘consumo perfecto’, que sería una suerte de ideal que nos guía en nuestro consumo práctico, y que en la medida en que nos aproximamos a él, vamos aprendiendo a consumir bien, a hacer del ‘buen consumo’ un mejoramiento constante, hasta que se nos convierte en costumbre y en virtud adquirida.

Una primera cualidad del bueno consumo es la moderación. Moderación no significa privarse de bienes y servicios. Moderación significa que se emplean los bienes y servicios en las cantidades justas para satisfacer la necesidad o cumplir el fin que se quiere. Un exceso de bienes y servicios, un empleo inmoderado de bienes y servicios, puede generar una insatisfacción de la necesidad tan fuerte como una escasez o una carencia de bienes y servicios. Si nosotros comemos inmoderadamente, nuestras necesidades de nutrición van a estar peor satisfechas que si comemos en forma moderada; pero si nos alimentamos menos de lo  necesario tampoco nos vamos a nutrir adecuadamente.

Una segunda cualidad del buen consumo es la correspondencia. Entendemos por correspondencia que se empleen aquellos bienes y servicios con los cuales las necesidades puedan satisfacerse del mejor modo. Esto, porque una misma necesidad puede ser satisfecha a través de distintos bienes y servicios. Por ejemplo, la necesidad de entretenerse puede ser satisfecha a través de un juego grupal, de una fiesta, de una lectura o de escuchar música, de ver una película o de pegarse a una pantalla de televisión durante horas. Así una misma necesidad tiene una múltiples posibilidades en cuanto a los bienes y servicios que se utilicen. El buen consumo busca, guiado por el sujeto, guiado por el fin que se desea alcanzar, aquel bien o servicio que mejor corresponda para la satisfacción de esa necesidad y para cumplir ese propósito.

Otra cualidad importante del buen consumo es la persistencia. Se trata de que las necesidades, aspiraciones y deseos, a medida que las vamos satisfaciendo y realizando, esos logros y esos resultados perduren. Así la necesidad no vuelve a plantearse como insatisfecha y necesitante de nuevos bienes y servicios con excesiva frecuencia. Si uno satisface una necesidad con la calidad suficiente, la satisfacción persiste y dura, antes de que la necesidad vuelva a presentarse, y cuando vuelva a presentarse la necesidad, idealmente no lo hace en el mismo estado en que se presentó la primera vez, sino también con alguna novedad, en algún grado superior, con algún avance en el sentido del potenciamiento de esa misma necesidad.

Una cuarta cualidad del buen consumo es el equilibrio, que alude al hecho que somos sujetos que tenemos múltiples necesidades en cada una de las cuatro dimensiones del desarrollo humano. El equilibrio está dado por una cierta armonía, en el sentido de no poner toda la acción, toda la actividad y toda la expectativa en una sola necesidad, sino en atenderlas armónicamente.  El equilibrio implica predisponer la actividad de consumo, o sea el tiempo que se destina a las distintas actividades con que se satisfacen o se desarrollan las necesidades, sin abandonar ninguna de las cuatros dimensiones importantes de la experiencia humana, que nos proporcionan calidad de vida.

Otra importante cualidad del buen consumo es la integralidad.  No solamente equilibrio entre las distintas necesidades, sino búsqueda de un desarrollo humano integral, búsqueda de una experiencia compleja, rica, diversificada. Lo cual implica también, no satisfacer las necesidades siempre de manera individual, porque individualmente tendremos siempre tendencia a retroalimentar ciertas direcciones y descuidar otra, y a dejar abandonados ciertos ámbitos de la experiencia humana. La integralidad se asocia a la participación, al satisfacer las necesidades grupalmente, al convivir y al compartir, a ser parte de comunidades, de familias, de grupos, etc., sin las cuales la integralidad no se verifica.

La sexta cualidad importante del buen consumo la podemos identificar como jerarquización. La jerarquización tiene que ver con opciones que hacen los individuos, con opciones que hacen los grupos, con opciones que hacen las sociedades que, en función del estado en que se encuentran y de los proyectos que tienen, optan por privilegiar las satisfacción de algunas necesidades y dejar de algún modo otras necesidades en espera del momento más adecuado, o de otra disponibilidad de recursos, etc. Jerarquización significa poner el proceso de satisfacción de necesidades bajo control del sujeto. Hay necesidades básicas que al no ser satisfechas dejamos de existir, por lo tanto hay prestarles atención prioritaria. Y hay otras necesidades que son fundamentales, que son importantes no por su grado de exigencia al individuo, sino por el valor que ellas tienen, como son las necesidades culturales y espirituales. Entonces también, desde ese punto de vista, las podemos jerarquizar, y podemos darles mayor proporción de nuestro tiempo y actividad.

Una séptima cualidad del buen consumo la llamamos potenciación. La potenciación significa que el proceso de satisfacción de necesidades, deseos, aspiraciones y proyectos los eleve, los energice. Si las necesidades, aspiraciones y proyectos son energías, fuerzas activas; si las necesidades son motivaciones que nos impulsan a la realización de obras, al cumplimiento de procesos, a actividades creativas, entonces hay procesos de consumo que van sinérgicamente potenciando esas necesidades, aspiraciones y proyectos. Si nosotros satisfacemos nuestras necesidades de cultura siempre en un nivel básico, si leemos siempre el mismo tipo de libros, si escuchamos siempre el mismo tipo de música, no vamos perfeccionando nuestra capacidad de apreciar las obras de arte, la literatura. Entonces nuestra necesidad, aspiración o proyecto se estanca. La potenciación significa buscar que el proceso de consumo convierta las necesidades, las haga cada vez más humanas, cada vez más espirituales, cada vez más impulsoras de iniciativas creativas.

En síntesis, lo esencial del consumo es lo que le ocurre a la persona al consumir. Lo importante es cómo se va desarrollando la experiencia humana, cómo se va generando una mejor calidad de vida. Calidad de vida no va a depender tanto de la provisión de bienes y servicios por la economía, sino que va a depender principalmente de las decisiones y acciones de nosotros mismos, que empleamos de una u otra forma los bienes y servicios y medios a los cuales podemos recurrir para satisfacer esas necesidades o realizar esas aspiraciones y proyectos.

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