de Manuel Magallanes Moure
ELLA DICE
Sus ojos suplicantes me pidieron
una tierna mirada y por piedad
mis ojos se posaron en los suyos...
Pero él me dijo: ¡más!
Sus ojos suplicantes me pidieron
una dulce sonrisa y por piedad
mis labios sonrieron a sus ojos...
Pero él me dijo: ¡más!
Sus manos suplicantes me pidieron
que les diera las mías y en mi afán
de contentarlo, le entregué mis manos...
Pero él me dijo: ¡más!
Sus labios suplicantes me pidieron
que les diera mi boca y por gustar
sus besos, le entregué mi boca trémula...
Pero él me dijo: ¡más!
Su ser, en una súplica suprema,
me pidió toda ¡toda! y por saciar
su devorante sed, fui toda suya...
Pero él me dijo: ¡más!
DICE ÉL
Le pedí una mirada y al mirarme
brillaba en sus pupilas la piedad
y sus ojos parece que decían:
¡No puedo darte más!
Le pedí una sonrisa. Al sonreírme
sonreía en sus labios la piedad
y sus ojos parece que decían:
¡No puedo darte más!
Le pedí que sus manos me entregara
y al oprimir las mías con afán,
parece que en la sombra me decía:
¡No puedo darte más!
Le pedí un beso, ¡un beso! Y al dejarme
sobre sus labios el amor gustar,
me decía su boca toda trémula:
¡No puedo darte más!
Le pedí en una súplica suprema
que me diera su ser... y al estrechar
su cuerpo contra el mío, me decía:
¡No puedo darte más!