Término con el que la Teoría Económica Comprensiva alude al proceso de emergencia y desarrollo de una economía socialmente integradora, que se inicia con la individuación y desarrollo del “Factor C”, y que se cumpliría plenamente cuando este Factor se constituya como organizador micro y macroeconómico.
El Factor C, tal como ocurre con otros factores económicos, tiene su origen en un recurso, que en este caso es la energía social emergida desde el ser humano y los procesos culturales e históricos. Al manifestar sus potencialidades y al integrarse de manera concreta en la economía, se encuentran estas energías con elementos preexistentes en el trabajo y en los sujetos económicos dados, de manera que el resultado es un nuevo factor crecientemente individuado. La diferencia radica en que la formación del Factor C no da lugar a una ampliación del proceso de división social del trabajo (como sí sucede con los factores gestión, tecnología, financiamiento y medios materiales), sino más bien a una especie de reunificación. La cooperación y la comunidad se gestan y hallan su sentido en situaciones en que existe división, marginación y disgregación, precisamente como un elemento por superarlas; la comunización y la cooperación se constituyen como movimientos hacia la integración de sujetos separados, siendo capaces de articular en un sujeto colectivo integrado las distintas dimensiones y valores de la vida personal y social.