Para la economía comprensiva el concepto de “necesidad” resulta insuficiente para identificar las motivaciones e impulsos de donde surgen las demandas económicas, y por ello utiliza la expresión “necesidades, aspiraciones y deseos”, con la que resume el conjunto de las motivaciones y fuerzas que mueven al ser humano.
“Necesidad” es una noción estrechamente ligada a la de “carencias” y tiene una connotación de imperiosidad en la exigencia de satisfacción que no siempre tienen los requerimientos humanos de consumo. Por ello, y si bien el concepto de necesidades utilizado en economía engloba todas las otras motivaciones que se explicitan al agregarle las aspiraciones y los deseos, se prefiere formularlas en estos términos más amplios porque permite una mejor percepción de la variabilidad, multiplicidad e indeterminación de los motivos e impulsos que están a la base de todo el edificio de la economía. De todas maneras, bajo la noción del término “necesidades, aspiraciones y deseos”, se engloban todas las motivaciones e impulsos que son capaces de convertirse en demandas económicas y de promover la producción de bienes y servicios orientados a satisfacerlas (en cualquiera de los tipos de unidades económicas).