En un sentido restringido se entiende por eficiencia la obtención de los mayores beneficios y ganancias incurriendo en los menores sacrificios y costos. La eficiencia de las empresas se logra mediante la adecuada organización de los factores productivos, de modo que operen con la máxima productividad. Una forma de organización de empresas es más eficiente que otra, cuando con una similar dotación de factores productivos, logra generar mayor producción o valor económico.
En términos económicos más comprensivos, la eficiencia tiene diferentes aspectos y sentidos. De un lado, como eficiencia productiva macroeconómica, es aquella situación en la cual no es posible aumentar la cantidad producida de algún bien o servicio, a menos que disminuya la cantidad producida de algún otro, utilizando la totalidad de los recursos y la tecnología disponible; de otro lado, se habla de eficiencia del mercado y de eficiencia del consumo, como aquella situación en que existe una distribución tal de los factores y de los bienes entre las personas, que si se cambia para beneficiar a alguna persona, necesariamente se perjudica a otra, es decir, no hay ninguna otra distribución de bienes y de factores entre las personas que permita mejorar el bienestar de todas ellas simultáneamente. Cuando las dos condiciones anteriores se dan conjuntamente se dice que existe eficiencia económica. No obstante, la eficiencia económica no necesariamente implica la existencia de igualdad social, pudiendo haber eficiencia económica junto a una desigualdad en la distribución del ingreso.
En el contexto de la economía compensiva, el término eficiencia, referido al ámbito empresarial o de las unidades económicas, presenta algunas importantes cualidades. La primera es que, entendida como la óptima adecuación y organización de los medios para alcanzar determinados objetivos, mantiene el análisis en constante referencia a lo central que es la búsqueda de la felicidad humana y del desarrollo social. Esto define la eficiencia en función de los objetivos superiores de la economía en general, y de los mercados, en particular, al mismo tiempo que plantea permanentemente la pregunta por las mejores vías y formas de alcanzar esos objetivos. Una segunda cualidad del concepto de eficiencia es que integra las cuatro dimensiones que especifican los contenidos del desarrollo, o sea en este caso la expansión, diversificación, perfeccionamiento y unificación de la economía en su conjunto. Se puede considerar también como una cualidad y ventaja adicional del concepto de eficiencia, el que tenga una especial fuerza de convicción para quienes se plantean los problemas económicos, dada la centralidad que ha adquirido en el marco de la disciplina económica convencional.