La economía (como ciencia o disciplina teórica y analítica) es el estudio de los procesos de producción, distribución, consumo y acumulación, orientados a la satisfacción de las necesidades humanas, individuales y sociales. El mismo término se refiere también a las formas reales y prácticas de organización de la producción y distribución de la riqueza, y a los procesos y dinámicas de crecimiento económico que una sociedad deteminada adopta. La misma definición de la economía, implica hacer referencia a los circuitos de producción, circulación, consumo y acumulación, tanto nivel micro, sectorial y macroeconómico, y a los elementos que los componen: empresas, mercados, finanzas, etc.
No todas las corrientes de pensamiento económico delimitan de igual modo los ámbitos o espacios de la economía. Las visiones más estrechas lo reducen al ámbito en que operan relaciones de cambio mediados por dinero. Las visiones comprensivas amplían los espacios de lo económico - que coincide con la delimitación del objeto propio de la ciencia de la economía - luego de analizar todos los sujetos, las actividades y las relaciones humanas y sociales que intervienen directamente en la producción, distribución, consumo y satisfacción de necesidades humanas, individuales, grupales y colectivas, en toda su variedad y complejidad, incluyendo también los efectos de esas actividades y procesos sobre la sociedad y el medio ambiente. Para satisfacer las necesidades, las personas y los grupamientos humanos encuentran en sí mismos, en el mundo natural y en la realidad social dada un conjunto de recursos, también grandemente diferenciados, que se presentan como medios que pueden utilizar para lograr aquella satisfacción. Entre tales extremos - las necesidades como fines y los recursos como medios - se desenvuelve lo que se considera ‘proceso económico’.
La economía supone también una específica actividad humana de ordenamiento consciente de ciertos recursos en función de producir ciertos bienes y servicios, para satisfacer determinadas necesidades: una adecuación de medios a fines, que implica una cierta racionalidad (humana) en la acción, y algún nivel de organización (social) de los recursos utilizados. Para estar en presencia de hechos económicos es, pues, necesario que la satisfacción de las necesidades suponga tal racionalidad en la acción, y tal organización de los recursos.
Así las cosas, en una formulación comprensiva, la economía es, en esencia, un proceso de intercambio vital entre el hombre y la naturaleza, por el cual resultan ambos transformados. La relación del hombre con la naturaleza no resulta inmediata: está mediatizada por la economía. Entre las personas y la naturaleza se levantan, en efecto, los complejos y dinámicos procesos de producción, distribución, consumo y acumulación.