Nuevos protagonistas para el cambio global
El impacto de la economía social y solidaria
Luis Alfredo Delgado Bello
NUEVOS PROTAGONISTAS PARA EL CAMBIO GLOBAL. El impacto de la Economía Social y Solidaria by Luis Alfredo Delgado Bello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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Obra Información del Título
ISBN Obra Independiente: 978-980-18-1819-9
A Yaika, que me animó siempre a que escribiera este libro y me inspiró permanentemente.
A mis hijos, Carlos Alfredo, Luis Eduardo, Gabriel Enrique, David Alejandro y Ana Karina, que prácticamente son coautores con sus opiniones, críticas, revisiones, soporte, cariño y apoyo en la elaboración de este libro.
A Franklin Piña, Elvy Monzant, Demetrio Petit, Yelitza Castillo, Epifanio Salazar, Dalia Vetancour, Macario Castillo, Marcos Plaza, Joaquín Ramón, Gerardo Cárdenas, Pedro Delgado, Luis Alegrett, Alejandro Castillo, Leonardo Salas, Yaika Weber, porque el libro quiere expresar lo que hemos aprendido juntos en nuestra cooperativa Gestión Participativa.
A CECOSESOLA por su testimonio solidario.
A Carlos Bellosta por sus permanentes aportes visionarios.
A Ignacio Ávalos, Rogério Dalló, Werner Corrales, Manuel Mariño, Georg Rath, Teófilo Ugalde, que con gran dedicación, revisaron el borrador de este libro e hicieron importantes correcciones y sugerencias.
A Thanet Martin por sus gráficos y figuras.
A Garcilaso y Viana, Amayra y Elisa, que desde Lugar Común, la solidaridad y el compromiso, hicieron posible la publicación del libro.
CAPÍTULO I OÍR CRECER LA HIERBA 11
La dimensión cuantitativa de estos procesos económicos 12
Más de 3.000 millones de personas integran este movimiento solidario 17
CAPÍTULO II EL GRAN IDEAL ES UNA MICRO VISIÓN 30
De una Macro Visión a una Micro Visión en la Economía Solidaria 30
El gran ideal es una Micro Visión 34
Los 28 pioneros de Rochdale 34
1848 un año con dos hechos simbólicos trascendentes: Rochdale y el Manifiesto 42
La opción de profundizar el cambio iniciado en la Revolución Industrial 51
¿Transformar el mundo tomando el poder? 62
CAPÍTULO III TRANSFORMAR EL MUNDO SIN TOMAR EL PODER 64
Los sistemas sociales y sus cambios. Una visión sistémica. 65
Transformar el mundo sin tomar el poder 80
Cómo construir esa nueva civilización 83
El impacto del sistema solidario 85
Las fuerzas entrópicas del sistema solidario 87
CAPÍTULO IV LA ENTROPÍA EN EL SISTEMA SOLIDARIO 88
La permanencia de lo que se quiere cambiar dentro de la Economía Solidaria 90
1. En lo económico. Fuerzas entrópicas 92
La disociación del asociado 92
El archipiélago de la Economía Solidaria 95
2. En los procesos organizativos. Fuerzas entrópicas 98
Asumir diseños organizativos propios de las sociedades jerárquicas 98
Con modelos empresariales “llave en mano” 100
3. El pensamiento, lo cultural y espiritual. Fuerzas entrópicas 101
Alejados de la espiritualidad, del cambio personal 111
CAPÍTULO V MILLONES DE ESCUELAS VIVENCIALES 115
Los adultos se están formando en la vida 125
Procesos educativos, de formación entre adultos en la economía solidaria 128
¿Cómo educarnos como adultos, desde y para la vida solidaria? 131
Veamos esas escuelas en funcionamiento 136
Convertir cada experiencia en una Escuela Vivencial de la Solidaridad 149
La capacitación y la investigación 152
La educación solidaria en los jóvenes 158
Millones de escuelas vivenciales 160
CAPÍTULO VI LA ARTICULACIÓN ECONÓMICA 162
1. La integración económica 164
2. El financiamiento está en nosotros 170
4. La economía solidaria en el hábitat 196
CAPÍTULO VII LOS PROCESOS ORGANIZATIVOS EN LA ECONOMÍA SOLIDARIA 200
3. La articulación del movimiento de la economía solidaria 228
CAPÍTULO VIII IR CONSTRUYENDO, AQUÍ Y AHORA, LA SOCIEDAD QUE QUEREMOS 239
Cinco Cómos para el ir construyendo la sociedad que queremos 242
El primer cómo: Nuestra coherencia 243
El segundo cómo: construir una impactante fuerza social solidaria 244
Un tercer cómo: Las Alianzas 245
¿Cuál sociedad es esa Nueva Sociedad? 254
Oír crecer a los nuevos protagonistas 255
PROLOGANDO
Luis Razeto Migliaro
He leído con gran y creciente interés a medida que avanzaba en la lectura, el libro NUEVOS PROTAGONISTAS PARA EL CAMBIO GLOBAL. El impacto de la Economía Social y Solidaria, de Luis Delgado Bello.
Es una obra sobresaliente, que destaca en el contexto de la abundante literatura y la multiplicación del pensamiento que se despliega actualmente en el mundo, en torno a la economía solidaria y cooperativa, y en función de identificar las formas y los contenidos posibles de una transformación progresiva del mundo.
El libro sobresale y destaca por varias cualidades que me hacen recomendarlo encarecidamente a todas las personas interesadas no solamente en la creación de una economía justa y humana, sino más ampliamente, a quienes se motivan por el desarrollo humano en el más amplio sentido, y en especial, en la perspectiva de construir y transitar hacia una nueva, mejor, superior civilización.
El autor demuestra un notable saber sobre la realidad que estudia; despliega en la obra un conocimiento que es teórico y práctico a la vez; que es tanto vivencial y experimental como científico, especulativo y sistemático; que combina las dimensiones histórica, estructural y proyectual de la realidad; que se ocupa de lo micro, lo intermedio y lo macro del proceso; y que se complace en las realizaciones, avances y logros, al tiempo que no escatima la crítica de sus limitaciones e incoherencias, y siempre avanzando hacia propuestas innovadoras, con creatividad y autonomía.
Es, además, una obra rigurosa y profunda en lo esencial, al tiempo que sencilla y de fácil lectura y comprensión.
No puedo ocultar la satisfacción que me produce el aprecio y valoración que el autor hace de mi propio pensamiento y obra sobre la economía cooperativa y solidaria, y encontrar aquí desplegadas muchas de mis ideas; ni podría dejar de reconocer que la lectura del libro de Luis Delgado Bello ha sido para mí de valiosos aprendizajes en diversos aspectos en que su elaboración se diversifica, aborda temáticas nuevas, y se despliega con base en su muy amplia experiencia, y en su rigurosa, comprometida y solidaria búsqueda de caminos nuevos de transformación social y desarrollo humano. LR
Manuel Mariño
Es necesario un cambio de paradigmas en las políticas de desarrollo a nivel global ¿Puede la Economía Social y Solidaria ser un protagonista de relevante importancia en ese cambio? A estas preguntas y a otras encrucijadas que nos presenta el mundo de hoy, lleno de desigualdades y concentración del poder financiero, responde el autor de este libro. Luis Delgado nos señala con propuestas muy claras cuál es el camino a seguir para lograr el cambio que nos permita vivir en una sociedad más justa, más equitativa y más inclusiva.
Algunos lectores seguramente pensarán que lo que se plantea en el libro es una utopía, que no hay condiciones para llevar adelante las propuestas, que los grandes centros de poder no lo permitirán, etc., etc., puede ser pero personalmente sí creo que es posible. En cualquier caso lo que plantea el autor puede y debe ser el inicio de una discusión de fondo entre todos los actores de la Economía Social y Solidaria si realmente creemos en un mundo nuevo con principios y valores que dignifiquen el ser humano. ¡Sí se puede! MM
Rogério Dalló
La necesidad de una “nueva civilización” exige “nuevos protagonistas” y demanda una revisión profunda de la historia, de las prácticas, de los métodos y de los mismos Valores y Principios que deben sostener al modelo de sociedad, de economía, de cultura y de política que se pretende alternativo y alterativo al que vivimos y sufrimos actualmente.
En esa obra Luis Alfredo Delgado Bello, además de revisar la historia y los procesos, apunta caminos concretos y señala ejemplos del camino que debemos seguir si queremos ese anhelado cambio civilizatorio.
Además de plantear un panorama histórico e ideológico de la ECOSOL, la obra de Luis ofrece ejemplos y referencias de los “CÓMO”... ¿Autogestión? ¿Cogestión? ¿Gestión “Empresarial”? ¿Hasta dónde son prácticas pertinentes y coherentes?
Los “CÓMOS” son tan importantes cuanto el QUEHACER para que podamos ubicarnos bien frente a la estrategia necesaria para plantear un modelo alternativo y alternativo al que vivimos y sufrimos actualmente.
Hay que tener claridad del Proyecto Histórico Político (PHP) a que apuntamos... Luego nuestras formas de actuar (el método) deben traducir la coherencia del PHP... Y finalmente Luis nos ayuda a entender los CÓMOS...
La considero una obra indispensable para ubicar y plasmar un protagonismo coherente en la Economía Social y Solidaria. RD
Ignacio Ávalos Gutiérrez
Estas páginas abordan un tema que concierne a, por lo menos, tres mil millones de personas, cuya vida transcurre dentro del marco de la economía social y solidaria. En ellas se muestra su relevancia a lo largo de la historia, a la vez que se asoman propuestas de cambio, tanto IMPRESCINDIBLES como importantes. El lector tiene en sus manos un libro necesario, que nos viene como anillo al dedo en esta época en la que el planeta se encuentra punteado por una grave crisis, uno de cuyos rasgos estructurales es la desigualdad social. IA
CAPÍTULO I
OÍR CRECER LA HIERBA
¿Cómo puede pasar desapercibido el sistema o modalidad de hacer Economía, que incorpora a más de 3.000 millones de habitantes del planeta, a la mitad de la población adulta del mundo?
¿Por qué la Economía Solidaria, social, cooperativa, colaborativa, popular, autogestionaria, no parece tener impacto significativo en las políticas públicas de la mayoría de los países, así como en las políticas de los organismos multilaterales?
¿Por qué son pocos los pensadores, economistas, filósofos, políticos que la asumen como propuesta global?
¿Por qué estos hechos económicos y sociales diseminados en todo el mundo son vistos desde afuera, y también por muchos de sus protagonistas, solo como procesos para los débiles, para los que necesitan de otros para mejorar, para los pobres, para los marginados, para los que no tienen fuerzas propias?
¿Por qué ante crisis tan impactantes de los habitantes del planeta, como el fin del trabajo, el desempleo tecnológico, la crisis ambiental, la crisis de la democracia, las desigualdades económicas, de género, las pandemias y otros temas trascendentales, la voz de la Economía Solidaria, es tenue, bajita, sin impacto?
¿Será que el desarrollo de este modo de hacer economía y de vivir tiene un techo natural, limitaciones culturales, contradicciones estructurales, que le impiden expandirse en una dimensión más societal?
¿Quiénes y cuántos?
La dimensión cuantitativa de estos procesos económicos
¿De quiénes estamos hablando?
No me gustan las definiciones por lo negativo, pero aproximémonos a esta economía desde ese ángulo. Son non-profit. Sin fines de lucro. Donde los intereses del financiamiento, del capital, o de grupos políticos, no definen los objetivos de las empresas.
Pero acercándonos también, desde lo positivo, desde sus ambiciones y desde sus principales objetivos, son procesos que buscan, con el protagonismo de sus integrantes, soluciones a problemas comunes, gestionándolos con participación de sus integrantes.
Quisiera que no olvidásemos las palabras “problemas comunes” en este acercamiento, porque va a marcar la proyección que tenga esa economía, como lo analizaremos más adelante. De qué tan amplia sea la visión acerca de cuáles son los problemas comunes, va a depender el tipo de soluciones y visión con la que se aborde. ¿Desde mis problemas, o desde nuestros problemas? Y, ¿Cuál es el alcance de ese “nuestros”?
Cuando se habla de Economía Solidaria, se puede pensar que son empresas con ciertas características o atributos, democráticas, generosas, caritativas, cuidadoras de su entorno, pero que en términos de la economía, son iguales a cualquier empresa y deben funcionar según los patrones de cualquier emprendimiento.
Si eso fuese así, se estaría hablando de empresas económicas pero con un calificativo, “democráticas”, “buenas”, “solidarias”, “cuidadoras del ambiente”, pero al final, empresas. La solidaridad terminaría siendo solo un adjetivo del hecho económico pero no su esencia.
En esa visión, las empresas de la Economía Solidaria tendrían que ser, en primer lugar, empresas y regirse por las “leyes de la economía”, pero sin olvidarse de su adjetivo solidario y realizar “buenas acciones” en su comunidad. La economía y la solidaridad estarían separadas.
Simbiosis de la economía y la solidaridad
En el desarrollo de este libro vamos a seguir la perspectiva que nos plantea Luis Razeto1, quien acuñó el término Economía Solidaria en los años 80 del siglo pasado. Lo significativo de este enfoque es que ve este fenómeno social ubicándolo en, y desde, la ciencia económica.
¿La Economía Solidaria realiza hechos económicos? ¿La solidaridad es compatible con la economía?
Razeto, en su libro Fundamentos de una Teoría Económica Comprensiva2, señala que todo emprendimiento económico se da mediante la articulación de factores, de fuerzas productivas: el financiamiento, el trabajo, los bienes materiales, la gestión, la tecnología. Razeto señala además, que existe un factor, una fuerza productiva, que también incide en la producción y la productividad, que es el factor C3.
En todas las empresas, con menor o mayor intensidad, dice Razeto, está presente el factor C, llamado así porque muchas palabras que se identifican con su esencia, empiezan por la letra C: Cooperación, Comunidad, Compromiso, Comunión, Compañerismo, Confianza, Comunicación, Cariño, Cogestión, Colaboración, Consenso.
En las empresas y procesos económicos, afirma Razeto, según quien sea su promotor y en coherencia con la modalidad que adopte, uno de esos factores productivos, o una combinación de factores, asume la organización de la empresa y subordina e impregna a los demás factores de su lógica y de su propósito. El protagonismo está en ese factor.
Pero cuando en una empresa, el factor C es el organizador, el que lleva y guía la empresa o el proceso económico, estamos hablando de la Economía Solidaria. El protagonismo lo tiene en este caso el factor C.
Si nos reunimos para obtener calidad y buenos precios y organizamos una empresa para comprar juntos los productos de nuestro consumo familiar, es la solidaridad, la cooperación, el factor C el que organiza a la empresa y al hecho comunitario del que es parte.
El factor financiero será entonces una herramienta en el desarrollo del hecho económico y social que se emprende. El factor C organizará y subordinará al factor tecnología y al factor gestión. También a los bienes materiales. Igualmente el factor trabajo, que se organizará ahora para cumplir el objetivo de la empresa solidaria, pero se impregnará y se hará coherente con lo que significa ese factor C, marcándolo como un hecho colaborativo, asociado, como trabajo en equipo, con solidaridad, confianza, equidad y compañerismo.
La Economía Solidaria es Economía y también es Solidaridad. No son empresas que son solidarias porque hacen donaciones y colaboran con la comunidad, porque son “buenas” o por un conjunto de adjetivos que califiquen el hecho o proceso económico. Son empresas y procesos económicos y sociales, que en su esencia son organizadas, diseñadas y vividas, por y en solidaridad. Por esa fuerza productiva identificada como factor C.
Es la simbiosis de la Economía y la Solidaridad. Estos procesos se enmarcan en una visión de vida que no se limita al ámbito de la mera producción de bienes y servicios.
A estas empresas y procesos nos referiremos en este libro como iniciativas de la Economía Solidaria. Las que son organizadas y gestionadas por grupos solidarios, y valga la redundancia, en y con solidaridad.
¿Cuáles son esas empresas solidarias? ¿Cómo las podemos identificar?
¿Cuáles son esas empresas y procesos? ¿En dónde están? ¿Cómo se identifican?
Seguramente la lista que les proporcionaremos ahora les parecerá incompleta. Ustedes conocen muchas otras formas de economía solidaria en su entorno y en el mundo. Añádanlas, mentalmente, en la reflexión que vayan haciendo al leerla. Quiero presentarles esta enumeración con la esperanza de que la sensación de inmensidad y de variedad que yo he tenido en mi vida, en el cooperativismo y mientras investigaba este tema, se replique en ustedes.
Haciendo una compilación de lo que plantean diversos autores como Pérez de Mendiguren (2009)4, Coraggio (2016)5, Guridi y Pérez (2014)6, Gestión Participativa (2008)7, Cárdenas (2015)8, Álvarez (2017)9, Bastidas (2018)10, Razeto (1994)11 e Iriarte (1985)12, son empresas de la Economía Social y Solidaria:
- Las cooperativas de todos los tipos y sus organismos de integración, educación y promoción
- Las mutuales
- Las cajas de ahorro
- Los fondos de empleados
- Las cajas comunales
- Los montepíos
- Las sociedades de socorro mutuo
- Las mutualidades en todos sus campos de acción
- Las cofradías
- Las asociaciones
- Las fundaciones
- Las organizaciones de voluntarios
- Las sociedades anónimas laborales
- Las empresas de propiedad social
- Los grupos de intercambio solidario
- Las asociaciones comunales
- Las sociedades laborales
- Las empresas de inserción
- Las empresas y organizaciones de comercio justo
- Las empresas solidarias
- Las empresas asociativas
- Las empresas sociales
- Las empresas autogestionarias
- Las empresas de trabajadores
- Las asociaciones civiles en economía
- Los emprendimientos asociativos
- Las comunidades campesinas
- Los ayllus
- Las empresas recuperadas
- Las asociaciones de productores
- Las “wikimedias”
- Las organizaciones de programadores de software libre
- Las asociaciones de consumidores
- Los cambalaches
- Los bolsos
- Los sanes
- Los susú
- Los kibutz
- Los koljoses
- Las ferias populares
- Las ferias de consumo familiar
- Las organizaciones de consumo responsable
- Las organizaciones basadas en trueques y monedas locales
- Las asociaciones de vivienda comunitaria
- Las finanzas solidarias
- Las empresas familiares
- Las experiencias tipo Grameen
- La banca ética
- La banca solidaria
- Las “sin fronteras”
- Los emprendimientos de salud solidaria
El planeta está lleno de estas expresiones, en donde grupos interesados en resolver problemas protagonizan hechos económicos, con su esfuerzo concertado, con solidaridad.
¿Cuántas personas del mundo se integran a este tipo de empresas?
Más de 3.000 millones de personas integran este movimiento solidario
Esta información consolidada y con precisión no existe en el mundo. Sin embargo, contamos con algunos datos duros que nos permiten inferir razonablemente un número de integrantes de la Economía Solidaria. Veamos.
Figura 1
Integrantes de la economía social y solidaria por modalidades
Fuente: elaboración propia.
Integrantes del Cooperativismo
La Alianza Cooperativa Internacional (ACI)13 reporta 2.600.000 cooperativas articuladas en esa organización, que representan 1.200 millones de asociados14.
Como la afiliación a la Alianza Cooperativa Internacional es voluntaria, y también porque los requisitos económicos para incorporarse y permanecer en ella son restrictivos para muchas organizaciones de América, África y Asia, hemos estimado, en forma conservadora, un 40% más de personas afiliadas a otras cooperativas en el mundo que no están incorporadas, formalmente, en la ACI. Esto representaría a unos 500 millones adicionales de cooperativistas. Lo que nos da un total cercano a 1.700 millones de cooperativistas en el mundo.
1.700.000.000 integrantes de cooperativas
Integrantes de las mutualidades
La Asociación Internacional de Mutualidades (AIM)15 reporta 250 millones de personas integradas en sus diferentes afiliadas en todo tipo de actividades mutuales16.
250.000.000 de mutualidades
Integrantes de las modalidades financieras solidarias
Los fondos de empleados, las cajas de ahorros, la banca ética, los fondos comunitarios, bancos para el micro emprendimiento y las múltiples formas de financiamiento solidario, se estima que incorporan a más de 200 millones de personas en todo el mundo17.
200.000.000 de modalidades financieras solidarias
Integrantes de las organizaciones comunitarias de consumidores
En el campo del consumo, encontramos a las organizaciones no cooperativas de comercio justo, las ferias comunitarias, las ferias de consumo familiar, las organizaciones de consumidores, las redes de abastecimiento, las farmacias comunitarias, la compra en conjunto de insumos para la producción agrícola y otras actividades productivas. Se calcula que los integrantes de este tipo de experiencia solidaria sobrepasan los 500 millones de personas en el orbe18.
500.000.000 participantes en organizaciones comunitarias de consumidores
Integrantes de las unidades de producción solidarias
En unidades de producción solidarias de bienes y servicios, no cooperativas, se incluyen empresas recuperadas, empresas de inserción, empresas sociales, empresas asociativas, empresas solidarias, empresas familiares, empresas en el campo de la salud, empresas de reciclaje, ambientalistas, informáticas, de investigación, de comunicación, de las artes, de profesionales de diferentes especialidades, educativas, de turismo, de vivienda, de salud, agrícolas, agroindustriales, empresas de producción social. Se ha proyectado que en estas modalidades solidarias se incorporan más 300 millones de personas en la tierra19.
300.000.000 en unidades de producción de bienes y servicios asociativas
Integrantes de las organizaciones de defensa de los derechos humanos
En organizaciones comunitarias en defensa de los derechos humanos, la preservación del ambiente, la fauna, los niños, los “sin fronteras”, unos 100 millones de participantes20.
100.000.000 en entidades asociativas de defensa de derechos
En total más de 3.000.000.000 de personas vinculadas a la Economía Solidaria
La precisión de estas cifras
Al revisar estos números nos pueden surgir muchas dudas y preguntas. ¿Cuál es la exactitud de las cifras? ¿Corresponden todas estas organizaciones a la Economía Solidaria? ¿Son coherentes con la definición de empresas solidarias que hicimos anteriormente?
Como comentamos al principio, es una aproximación apoyándonos en datos duros, en afiliación a organismos que articulan esas modalidades. También en informaciones de organismos públicos nacionales e internacionales. Pero eso no nos impide reconocer que la información está dispersa y ausente en muchos países y regiones. La exactitud en este momento no es posible.
Probablemente el número es mayor, por la diversidad de manifestaciones espontáneas e informales de esta economía.
Pero, podemos no saber el tamaño preciso de un gran elefante que vemos en la pradera. Su alto, su ancho, su peso exacto. Pero es un animal enorme. Para todos los fines debemos considerarlo así y no podemos argüir el desconocimiento detallado de esas medidas para no apartarnos oportunamente si el elefante viene airado, corriendo hacia nosotros. Ya se darán los modos y las circunstancias para establecer con precisión esas magnitudes. Pero el elefante está ahí. Es grande, es fuerte, es impresionante.
Establecer una comparación de ese elefante con una jirafa, un león, un rinoceronte o un hombre, nos permitirá precisar su dimensión.
Relacionando magnitudes
Comparemos el tamaño de esas experiencias solidarias con otras magnitudes.
En comparación con la población mundial
Podemos ver el tamaño de la Economía Solidaria, que se desarrolla principalmente entre adultos, en comparación con la población mundial mayor de 15 años.
Figura 2
La economía solidaria en relación con la población mundial mayor de 15 años
Fuente: elaboración propia tomando datos de Worldometer21.
Somos 7.800 millones de personas en el planeta, 6.630 millones mayores de 15 años22 frente a 3.050 millones de participantes adultos en la Economía Solidaria. Casi el 50% de la población mundial adulta está vinculada con hechos de la Economía Solidaria.
Relacionándola con la comunidad
de creyentes en religiones
Si establecemos la relación con las religiones con mayor número de seguidores, ninguna de ellas tiene el número de integrantes con los que cuenta la Economía Solidaria23.
Figura 3
La economía solidaria en relación con los creyentes de las principales religiones en el mundo
Fuente: elaboración propia tomando datos de Wikipedia.
Relación con la población
que habla diferentes idiomas
Contemplemos a la Economía Solidaria en contraste con la población que habla diferentes idiomas:
Figura 4
Nativos Mandarín 917 millones Español 460 millones Inglés 379 millones Hindi 341 millones
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Hablantes totales Inglés 1.132 millones Mandarín-Chino 1.117 millones Hindi 615 millones Español 532 millones
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La economía solidaria en relación con los hablantes de diferentes idiomas
Fuente: elaboración propia tomando información de Ethnologue24.
Son más las personas que hablan el lenguaje de la solidaridad, frente a los hablantes de cualquiera de los idiomas del mundo.
Otra vez estamos ante el hecho de que si sumamos los hablantes de inglés en todo el mundo, más los hablantes de mandarín, no alcanzan el número de los integrantes de la Economía Solidaria. Más aún, si sumamos los hablantes de los cuatro idiomas principales en el orbe, la cifra es similar a la de la Economía Solidaria.
Fotos de la Economía Solidaria
en el mundo
Otra manera de acercarnos a esta economía en su dimensión cuantitativa es verla en algunas de sus manifestaciones locales y regionales.
Veamos unas cuántas fotos.
Como quien entra en una galería a revisar obras de arte, paseemos por esta exposición de fotos cuantitativas de la realidad asociativa en muchos países. No tenemos que detenernos en todas. Solo en las que nos llamen la atención. Entremos, revisemos algunas de ellas25.
En Canadá en la provincia de Quebec la cifra de cooperativistas representa al 70% de la población (2010).
En Banco Grameen, en Bangladesh, 7 millones de miembros que dirigen el banco, organizados en más de 1.400.000 grupos de base, entregan el 29% de los microcréditos en el país26.
En Uruguay, las organizaciones de la Economía Solidaria producen el 90% de la leche, el 34% de la miel y el 30% del trigo (2011). Las viviendas construidas por ayuda mutua en este país suman más de 27.000 (2019).
En Estados Unidos las cooperativas eléctricas rurales atienden a más de 42 millones de usuarios residentes en 47 estados, lo que representa el 42% de las líneas eléctricas del país (2010).
Las cooperativas de ahorro y crédito de Paraguay poseen activos por más de 2.100 millones de dólares, lo que representa casi un 17% del total del sistema financiero nacional (2010).
Las cooperativas agropecuarias argentinas son responsables de más del 20% del total nacional de las exportaciones de trigo (2010-2011).
En Brasil las cooperativas de salud prestan servicios médicos y odontológicos a 17,7 millones de personas, casi un 10% de la población del país (2011).
Las ventas de las 300 empresas cooperativas más grandes del mundo suman 1.1 trillones de dólares, importe comparable al PIB de algunas de las economías nacionales más importantes (2012).
En India los miembros de cooperativas superan los 240 millones de personas (2012).
En Japón una de cada tres familias es cooperativista (2019). Asimismo, un 91% de los productores agropecuarios son socios de cooperativas que en conjunto facturan anualmente una cifra superior a los 90.000 millones de dólares (2012).
En Kenia las cooperativas tienen una participación del 45% en el PIB del país y gestionan el 31% de los depósitos y ahorros nacionales. Además producen un 70% del café, un 76% de los productos lácteos y un 95% del algodón (2010). Así mismo, las cooperativas dan ocupación a más de 250.000 personas (2010). Una de cada 5 personas es socia de una cooperativa (2019).
En Singapur, los cooperativistas son 1.400.000, lo que representa una tercera parte de su población (2015). Las cooperativas de consumo tienen una participación del 55% en el sector de supermercados y facturan una cifra superior a los 700 millones de dólares anuales (2010).
En Bélgica las cooperativas farmacéuticas tienen una participación en el mercado de 19.5% (2010).
En Corea las cooperativas agrícolas reúnen a más de 2 millones de productores rurales (un 90% del total) y facturan anualmente una cifra superior a los 11.000 millones de dólares. Adicionalmente las cooperativas pesqueras coreanas tienen una participación en el mercado de un 71% (2012).
En Chipre las cooperativas representan el 30% del sector bancario y son responsables de la comercialización del 35% de su producción agropecuaria (2012).
En Eslovenia las cooperativas agrícolas son responsables del 72% de la producción lechera, 79% de la ganadera, 45% de la de trigo y 77% de la de papas (2010).
En Finlandia las cooperativas son responsables de la producción de un 74% de los alimentos, un 96% de los lácteos, un 50% de la producción de huevos, 34% de la producción forestal y manejan un 34% de los depósitos en el sistema financiero (2012).
En Venezuela el 40% de las personas que habitan en la capital del estado Lara, Barquisimeto, se abastecen de alimentos en la red cooperativa CECOSESOLA (2018)27.
En Kuwait las cooperativas de consumo manejan el 80% del comercio minorista del país (2010).
En Noruega las cooperativas producen el 99% de la leche y derivados, las cooperativas de consumo manejan el 25% del mercado, las pesqueras son responsables del 8.7% de las exportaciones nacionales y las forestales tienen una participación del 76% en el sector. Uno de cada 3 habitantes del país es miembro de una cooperativa (2010).+
En Polonia las cooperativas producen el 75% de la leche y derivados (2010).
En el Reino Unido la mayor agencia de viajes independiente es una cooperativa (2012).
Solo en Europa los bancos cooperativos dan ocupación a más de 700.000 personas (2012).
En China el total de ventas de las cooperativas a nivel nacional alcanzó los 3,69 billones de yuanes (560.000 millones de dólares), un aumento interanual del 15,3 por ciento, lo cual supone una aceleración de 4,4 puntos porcentuales en comparación con el mismo período del año pasado. Las ventas de las cooperativas de suministro y comercialización rural de China alcanzaron los 2,22 billones de yuanes (alrededor de 319.600 millones de dólares) en el primer semestre de 2019, un aumento interanual del 6,6 por ciento, según los últimos datos de la Federación de Cooperativas de Suministro y Comercialización de China (FCSCCh) (2019)28.
Australia tiene 1.700 empresas propiedad de sus miembros que prestan varios beneficios a sus 13 millones de miembros (2019)29.
Oír crecer la hierba
Con la sabiduría de los habitantes de los llanos, de las pampas y las altiplanicies, sus moradores utilizan frecuentemente el refrán: “Hay que oír crecer la hierba”. No nos damos cuenta de un día para otro cómo avanza, cómo crece el pasto, el forraje, la grama. Pero está creciendo. Y mucho. Hay que saber oír su crecimiento.
Oír cómo crece, prever su desarrollo, ver las consecuencias de esta incorporación mundial a la Economía de la Solidaridad, será de mucha importancia.
Viene creciendo a los pies de todos nosotros un gran movimiento social. Un movimiento mundial. Un movimiento que aglutina a millones de personas. Un movimiento que necesariamente debe ser democrático, porque siendo de grupos sociales que emprenden juntos, no puede ser eficiente sin la participación de sus integrantes. Son iniciativas y proyectos comunes. Es un movimiento que, queriéndolo o no, lo haga conscientemente o no, educa en la vivencia de relaciones distintas.
Debemos saber oír su crecimiento. Hacer el silencio necesario para ver y oír crecer esa hierba.
Preguntas sobre su hoy y su mañana
¿Cómo se desarrollará? ¿Cuál será su impacto político? ¿Su impacto educativo? ¿Será solo un movimiento de los débiles, subordinado a los poderes económicos, políticos y sociales?
¿Cuáles son sus limitaciones? ¿Cuáles son sus potencialidades?
Un sinfín de preguntas que nos inquietan y que queremos abordar en los capítulos siguientes.
CAPÍTULO II
EL GRAN IDEAL ES UNA MICRO VISIÓN
De una Macro Visión a una Micro Visión en la Economía Solidaria
Al revisar los datos de la Economía Solidaria en el mundo, llama mucho la atención que ella está presente en regímenes muy distintos, democráticos y totalitarios. Está en países con orientaciones ideológicas y políticas muy diferentes. En continentes que profesan religiones muy variadas. Está en lugares en donde hay persecuciones, prisión, tortura, por pensar diferente. También está presente en las sociedades más abiertas.
En la mayoría de los países no encontramos intolerancia o persecución por ser cooperativista, o mutualista o integrante de grupos micro financieros tipo Grameen, o por impulsar la banca ética o cualquier otra modalidad de la Economía Solidaria.
Puede haber más o menos indiferencia o pocos respaldos institucionales. Trabas. Pero no persecución. Aún en los regímenes que han pretendido controlar todos los procesos económicos, siempre ha habido manifestaciones de la Economía Solidaria.
¿Por qué?
¿Los Estados y fuerzas políticas y sociales no tienen temor a que el desarrollo de la Economía Solidaria cambie su situación actual? ¿No ven peligro para su control del poder?
Los protagonistas e impulsores de las empresas de capital pueden ver a esas experiencias, mientras no se desarrollen significativamente, como sus hermanas menores o como las que ayudarán a solucionar los problemas de los que están en minusvalía, o también, como una gran ayuda para equilibrar o calmar las tensiones sociales.
La ausencia de una visión clara, contundente, sin ambigüedades, acerca del tipo de sociedad que se aspira, por parte de la economía solidaria, abre la puerta para múltiples interpretaciones del papel que juega en el ámbito societal.
Cada grupo de interés la ubica en su cosmovisión. Como complemento, como competencia, como colaborador, como atención a los grupos vulnerables. Muy raramente como antagonista.
A eso contribuyen los planteamientos que vienen de los mismos integrantes de la Economía Solidaria, cooperativa, colaborativa o mutual.
Falta de claridad en la visión macro de la sociedad
Solo encontramos propuestas para la sociedad enmarcadas en lo ético, en los valores. Una sociedad justa, cooperativa. Descrita con calificativos como Equitativa, Democrática, Participativa, de Respeto. Solidaria.
No se hace referencia significativa y clara por parte de la Economía Solidaria a cómo sería el Estado, si lo hubiese, en una sociedad Solidaria, Cooperativa. No se plantea cómo sería el sistema de justicia, el de la toma de decisiones, las alianzas entre sectores sociales. Los sistemas de salud, educación y de otros servicios públicos. La participación en la gestión pública. La gestión y participación de los trabajadores en la conducción de las empresas públicas y privadas. El uso de la tecnología. Los procesos culturales. La desigualdad. La innovación. La ecología. La crisis de la democracia. La crisis mundial del desempleo tecnológico. El ingreso básico universal. La articulación mundial de los pueblos y naciones. En fin, sin considerar los temas del común, locales, nacionales, regionales y mundiales.
Algunos, dentro de la Economía Solidaria, plantean muy directamente que adentrarse en esos temas provocaría la reacción de los núcleos de poder o de los aspirantes a serlo.
Que inicialmente debemos crecer y convertirnos en una gran fuerza económica y social, que sea testimonio de la sociedad que buscamos, lo que nos dará el derecho y la fuerza para plantear nuestro punto de vista. Sin embargo, esta posición todavía nos mantiene sin respuestas sobre cuál es ese punto de vista que plantea la Economía Solidaria para construir una nueva sociedad.
Manifestaciones de visiones macro de la Economía Solidaria en Guyana y Ecuador
No siempre ha sido así. Visiones más amplias y comprometidas con la sociedad también han estado presentes. Tanto en los orígenes de este movimiento como posteriormente.
En términos más societales, algunos propulsores del cooperativismo de Guyana, en el año 1970, dieron un paso al frente significativo en esta visión más integral y establecieron un proyecto de país cooperativo y aprobaron la constitución de la República Cooperativa de Guyana, modificada en 1980, en donde se plasmaba la visión de una sociedad que adopta la perspectiva de un país basado en la cooperación:
El 23 de febrero de 1970, el gobierno Burnham proclamó la República Cooperativa de Guyana. Este movimiento tuvo consecuencias tanto económicas como políticas. El gobierno argumentó que muchos recursos del país habían sido controlados por extranjeros capitalistas y que la organización de la población en cooperativas proporcionaría el mejor camino para el desarrollo30.
En otro país, Ecuador, constitucionalmente, se establece el Sector de Economía Popular y Solidaria, dándole un protagonismo nuevo a estos grupos sociales:
Art. 283.- El sistema económico es social y solidario; reconoce al ser humano como sujeto y fin; propende a una relación dinámica y equilibrada entre sociedad, Estado y mercado, en armonía con la naturaleza; y tiene por objetivo garantizar la producción y reproducción de las condiciones materiales e inmateriales que posibiliten el buen vivir. El sistema económico se integrará por las formas de organización económica pública, privada, mixta, popular y solidaria, y las demás que la Constitución determine. La economía popular y solidaria se regulará de acuerdo con la ley e incluirá a los sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios31.
Sin embargo, estas y otras acciones a nivel de países, desarrolladas en el mundo, son excepciones a una pauta general de la Econom
ía Solidaria, caracterizada por una ausencia de posición sobre lo común.
Tampoco hay claridad sobre los cómo lograr los objetivos
Pero además hay otra ausencia significativa. La de “los cómos”. ¿Cómo alcanzar esa sociedad solidaria, llena de valores que señalamos en los párrafos anteriores? ¿Cuál es el camino para llegar a ella?
El cómo alcanzarla y el cómo promoverla no aparece explícitamente en su comunicación a sus integrantes y a la sociedad en su conjunto.
Podría entenderse que se dará por el crecimiento económico y de experiencias de la Economía Solidaria. Crecerá por la invitación a las personas o a la comunidad a integrar este tipo de organización.
Pero, ¿cómo? ¿Imponiéndolo desde el poder? ¿Con alianzas con otros sectores económicos? ¿Con alianzas con factores políticos? ¿Articulando un tercer sector en la sociedad? ¿Incursionando en la política? ¿Asumiendo posiciones de gestión municipal, estadal, nacional, mundial?
Lo cierto es, que hay pocos planteamientos sobre este tema en el conjunto de las entidades de la Economía Solidaria.
Esas ausencias no pueden ser casuales y debemos buscar las razones.
En la historia de los integrantes de esta Economía podemos encontrar muchas respuestas.
Cuándo y dónde se pasa de la
macro visión a la Micro Visión en la Economía Solidaria
Hurguemos primero en las cooperativas, por su peso específico determinante en la Economía Solidaria y por su influencia en el mutualismo, comercio justo y otras organizaciones de la Economía Solidaria.
El gran ideal es una Micro Visión
La cooperativa de Rochdale se ha tomado como el símbolo y modelo de lo que debe ser una cooperativa. Veamos su alcance.
Rochdale como símbolo
Los 28 pioneros de Rochdale
Los pioneros de la cooperativa de la calle del Sapo en Rochdale, en 1848, se rebelaron contra la situación que estaban viviendo los trabajadores en las fábricas, en Inglaterra, durante la llamada Revolución Industrial.
Ellos se encontraban en fábricas con condiciones inhumanas, con más de 15 horas de trabajo diario, con explotación infantil, con trato inequitativo a las mujeres. Todos los trabajadores en condiciones deplorables.
Su rebelión, tal como la describe la historia, culminó en la constitución de una cooperativa, inicialmente de consumo pero con aspiraciones a desarrollar otras actividades.
Las normas, los criterios que guiaron su organización, sus principios, fueron plasmados en los estatutos y han tenido una trascendencia enorme en el cooperativismo mundial, porque sobre ellos, con sus adaptaciones y modificaciones, se han establecido las pautas para determinar cuáles organizaciones son cooperativas y cuáles no.
De hecho, la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), que es la organización no gubernamental más grande del mundo, representando a 1.200 millones de personas, es la depositaria y se considera la intérprete de los principios rochdelianos, para establecer si una organización es cooperativa o no.
Más aún, en la mayoría de las estipulaciones legales en el mundo, la definición de lo que es una cooperativa se establece siguiendo los principios proclamados por la ACI, inspirados en los pioneros de la calle del Sapo en Rochdale.
Es importante, entonces, conocer ese origen en Rochdale y su evolución. Analizar las normas, los principios de los pioneros y sus modificaciones posteriores.
No tengo la intención de hacer análisis o interpretación de cada una de estas normas. Pero sí, mostrarlas en su conjunto para llamar la atención sobre algunos aspectos relevantes.
Les pido revisen el siguiente cuadro con las formulaciones hechas por los pioneros como temas o secciones de su documento constitutivo del 24 de octubre de 1848. También las modificaciones y añadidos de 1854 hechos por la cooperativa de Rochdale, así como las formulaciones de los “principios” realizadas por la Alianza Cooperativa Internacional en 1937 en París, en 1966 en Viena y en 1995 en el mismo lugar de fundación de la cooperativa de los pioneros de Rochdale, en Manchester.
Tabla 1 Cuadro comparativo. Evolución de los principios de las cooperativas
Rochdale 1848 |
Rochdale |
ACI París 1937 |
ACI Viena 1966 |
ACI Manchester 1995 |
Objetivo de los pioneros. Su ideal owenista |
Ídem |
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Preocupación por la comunidad |
Democracia |
Ídem. Insistiendo en las asambleas de los asociados |
Control democrático |
Control democrático |
Gestión democrática por parte de los asociados |
Adhesión libre Dimisión libre |
Ídem |
Adhesión libre |
Adhesión libre |
Adhesión voluntaria y abierta |
Compra y venta al contado |
Ídem |
Ventas al contado |
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Interés limitado |
Ídem |
Interés limitado al capital |
Interés limitado al capital |
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Retorno |
Ídem |
Distribución de excedentes en proporción a las operaciones |
Principio de los excedentes |
Participación económica de los asociados |
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Autofinanciamiento, obras sociales, retorno |
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Ventas a los no miembros |
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El descuento para la educación |
Fomento de la enseñanza
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Fomento de la educación
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Educación, formación e información |
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Devolución desinteresada del activo neto |
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Neutralidad política y religiosa |
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Autonomía e independencia |
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Cooperación entre cooperativas |
Cooperación entre cooperativas |
Fuente: elaboración propia32.
Principios solo para cooperativas
de base
Revisándolos, vemos que casi todas las normas o principios de las cooperativas, en su formulación final de 1995, se refieren, primordialmente, a la unidad cooperativa, a lo micro, a las características de un emprendimiento cooperativo de base.
Democracia interna, adhesión voluntaria, participación económica de los asociados, el retorno de los excedentes, la autonomía, la educación.
Todos esos principios se refieren a las guías para organizar una cooperativa de base.
Llama mucho la atención el silencio o desaparición, en todas las versiones posteriores a 1937, del primer punto señalado por los pioneros: el de reconocer o asumir la visión de Robert Owen de un proyecto de sociedad.
Revisemos la primera fila del cuadro anterior. Un silencio durante años sobre el tema. En 1995, de alguna forma aparece tímidamente, con el mensaje de preocupación o compromiso por la comunidad.
Solo se aparta un poco de esa visión micro el principio que la ACI incorpora en 1966, el de la Cooperación entre cooperativas, que marca un sentido mayor de movimiento cooperativo, de integración, de la necesidad de articularse.
Pero, en la formulación de este nuevo principio cooperativo, se evidencia que en su diseño, esas guías o pautas organizativas están concebidas solo para las unidades de base y no son aplicables a cooperativas que integren a otras cooperativas u organismos de integración de ellas, ya que sus integrantes o asociados, ya no son personas naturales, sino cooperativas, personas jurídicas no naturales.
Expresiones como “un hombre, un voto”, como frase que ha resumido el sentido de la democracia cooperativa, no son aplicables en estas entidades integradoras porque sus afiliadas podrían representar a números muy diferentes de asociados y la igualdad en la participación, es decir, el sustituir cada hombre, un voto; por cada cooperativa, un voto, se vería inequitativo e inaplicable.
De la misma manera se da con otras normas destinadas a esos organismos articuladores, lo que comprueba que la interpretación que se ha hecho de los principios, solo es aplicable a las unidades de base y no han sido pensadas para un movimiento o una sociedad.
¿Desde el comienzo, los pioneros lo enfocaron así?
Pero al revisar la historia nos encontramos que se omite el sentido fundamental de la búsqueda del movimiento que culminaron los 28 pioneros de Rochdale.
En su manifiesto inicial sobre por qué se organizaban, resalta su visión Oweniana (por Robert Owen) que planteaba un modelo para toda la sociedad. Una aspiración de cambio global.
Más aún, esa visión que reduce los principios a lo micro, está realmente distanciada de la misma posición de la ACI en 1930 cuando en su documento de propósito declara:
La ACI, continuando la obra de los Pioneers de Rochdale, y según sus principios, persigue, con toda independencia y por sus propios medios, la sustitución del régimen de empresas privadas con fines de lucro, por un régimen cooperativo, organizado en interés del conjunto de la comunidad y basado sobre la ayuda mutua” (Lambert, 1965) 33.
Se abandona la macro visión y se pasa a una Micro Visión
Esa visión desaparece en las versiones posteriores de la ACI sobre las características de una cooperativa y solo se asoma con cautela, en la frase o principio de 1995: “preocupación o compromiso por la comunidad”.
Dudé mucho sobre si la palabra preocupación no era una mala traducción porque me parecía que se acercaba demasiado a una posición pasiva, bien sea personal o grupal.
Pero lo cierto es que los sinónimos de “preocupación” son ansiedad, inquietud, desasosiego, interés. No son palabras de acción. En la declaración de la ACI la frase en inglés es Concern for Community que igualmente significa “preocupación por”. La frase en francés en la traducción de la misma declaración de la ACI es Engagement envers la communauté. Aquí, sí se le da el sentido de “Compromiso con”.
Sin embargo, aun así, en la explicación oficial del principio, la ACI no va mucho más allá de la llamada Responsabilidad Social Empresarial, o a apoyar procesos sustentables, lo que no se refiere a la construcción de una nueva sociedad, sino a la relaciones con el entorno de las unidades económicas34.
Sin duda la incorporación de ese principio refleja un avance sobre el compromiso societal, omitido en las reformulaciones de los principios por la ACI en 1937 y 1966, en las que se eliminaron los fines más globales.
Sin embargo esos cambios todavía están muy alejados de la visión de la cooperativa que tenían los pioneros de Rochdale y de las otras cooperativas que se constituyeron a mediados del siglo XIX.
Ahondando en los propósitos de los pioneros
Para profundizar este punto me voy a permitir, transcribir los objetivos de la sociedad de los equitativos Pioneros de Rochdale planteados en sus estatutos:
Objetivo de los pioneros. Su ideal owenista:
La sociedad tiene fines y como planes tomar medidas con vista al interés pecuniario y al mejoramiento de las condiciones sociales y familiares de sus miembros, reuniendo una cantidad suficiente de capitales divididos en participaciones de una libra cada una, a fin de poner en práctica los siguientes proyectos:
El establecimiento de un despacho para la venta de víveres, de vestidos, etc.
Construir, compartir o edificar un número de casas destinada a los miembros que deseen ayudarse mutuamente para mejorar su condición doméstica y social.
Comenzar la fabricación de aquellos productos que la sociedad juzgue convenientes para emplear a los miembros que se encuentren sin trabajo o que sufran repetidas reducciones en sus salarios.
Para procurar a los miembros de esta sociedad en aumento de beneficio y de seguridad, la sociedad comprará o tomará en arrendamiento una o varias tierras, que serán cultivadas por los miembros que se encuentran sin empleo o cuyo trabajo no sea bien remunerado.
Desde el momento que sea posible, esta sociedad emprenderá la organización de las fuerzas de la producción, de la distribución de la educación y del gobierno, o, dicho en otras palabras, el establecimiento de una colonia que se baste a sí misma y en la que unirán los intereses, o bien prestará ayuda a otras sociedades para establecer colonias de esta clase.
Para desarrollar la sobriedad, se abrirá una Sala de Templanza tan pronto como se crea conveniente, en una de las casas de la sociedad35.
Era un proyecto que iba mucho más allá de la bodega que estaban fundando en la calle del Sapo en aquel pueblo de Rochdale.
En el mismo comienzo, en sus propósitos mencionan a Robert Owen que propugnaba por un mundo distinto y un camino para lograrlo.
Los objetivos de los pioneros no se limitaban a reglas o principios para regir un emprendimiento micro.
¿En quiénes se inspiraron los pioneros de Rochdale?
Hay una historia previa de reflexiones teóricas sobre los hechos que se estaban viviendo en las fábricas y en la sociedad y de intentos por construir hechos concretos de soluciones a los problemas que vivían los trabajadores. Se iniciaban distintas modalidades como cooperativas, colonias, falansterios, sindicatos.
En 1848 de alguna forma llega a una cúspide ese proceso de intentos y reflexiones y aparecen los equitativos pioneros de Rochdale.
El debate y la acción de búsqueda de transformaciones de toda la sociedad eran intensas. Por un lado esta tendencia que culmina en Rochdale, pero por otro lado el planteamiento, que también aparece públicamente, en el mismo año de 1848, con el Manifiesto comunista.
1848 un año que marca dos opciones
1848 un año con dos hechos simbólicos trascendentes: Rochdale y el Manifiesto
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La constitución de la Cooperativa de los pioneros de Rochdale
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El Manifiesto comunista
Podría parecer una mera casualidad la fecha de estos dos hechos. Pero no lo es. Son respuestas diferentes ante un problema con una raíz común: La rebelión de pensamiento y de acción ante las consecuencias de la Revolución Industrial.
Consecuencias que son vividas y pensadas desde la óptica de los que sufrieron dramáticamente el arranque de esa revolución de las máquinas. Desde los trabajadores, desde las comunidades como consumidores, desde los artesanos, desde los agricultores.
Desde la desigualdad se pensaban soluciones prácticas y teóricas.
Para unos era teórica y prácticamente posible construir alternativas concretas de vida. Que se pudiesen poner en funcionamiento de inmediato. Alternativas distintas a las del modelo de la Revolución Industrial. Alternativas regidas por principios que contrastaban con las empresas de capital. Alternativas que se ponían a andar.
Se iniciaron, pues, empresas, colonias, comunidades, cooperativas, falansterios, aspirando que esas redes de nuevas organizaciones fuesen la base de la nueva sociedad.
Soluciones que daban respuesta a problemas que afectaban directamente a gran parte de los involucrados.
Para otros, había que enfrentar y terminar con ese sistema de empresas y construir nuevas sociedades, con el establecimiento del gobierno de los que sufrían.
Si no se enfrentaba al origen de los problemas, al capitalismo, las pequeñas soluciones no eran viables y no tocaban el fondo mismo del problema. El Manifiesto comunista resume esa posición. En el propio manifiesto se expresa la opinión sobre el otro modo de actuar, la corriente de Owen y otros pensadores que promovían acciones inmediatas.
En este socialismo (de Owen y otros) se encuentran las doctrinas y sistemas características de los primeros choques del proletariado como clase contra el régimen burgués. Estas doctrinas realizan una crítica medianamente correcta del mundo burgués y profesan “un ascetismo universal y un torpe y vago igualitarismo” y diseñan modelos de sociedades futuras de carácter utópico36.
El origen y el camino de ambas visiones
Veamos cómo evolucionan ambas posiciones.
Rochdale
Repasemos un poco los procesos que se acumulan y se acrisolan en Rochdale para entender mejor las razones de sus objetivos trascendentes.
De un movimiento de finales del siglo XVII, con sus hechos y personas, se fueron incorporando planteamientos, principios y modos de actuar.
De Owen tomaron, además de su inspiración e ideales, su proyecto de “los pueblos de cooperación”. Owen veía a estas aldeas o colonias cooperativas como el tipo de sociedad ideal al que él quería llevar a la humanidad.
Asumieron de Owen un tema que aparece explícitamente en los llamados principios de Rochdale: el capital sería remunerado por un interés, no por el resultado del emprendimiento.
También se apropiaron de varias posiciones de Charles Fourier que propugnaba los falansterios —complejos de vida que incluían viviendas, producción, distribución de los productos, mediante la puesta en común de los bienes— y tomaron especialmente la democracia en la economía y en la sociedad. Fourier, considerado como el padre del urbanismo, concebía cada falansterio como un lugar de vida común, gestionado democráticamente37.
El principio de la democracia en Rochdale se inspira en estas experiencias.
También Fourier es el gran apóstol de la asociación voluntaria, que es incorporada por los pioneros en sus principios.
William King, en 1827 en Brighton, promovió una cooperativa de consumo (20 años antes de Rochdale) que sirvió de motivación para la constitución de más de trescientas sociedades parecidas.
En 1829 proclama la naturaleza voluntaria de la cooperación:
La cooperación es un acto voluntario y todo el poder del mundo no puede convertirla en obligatoria38.
Sobre su visión de los objetivos finales dice:
El objetivo final de todas las asociaciones de cooperativas, comerciales, industriales o agrícolas, es el establecimiento de comunidades (…) No son más que formas de llegar a establecer las comunidades de cooperación mutua. No son más que medios para un fin que no debe perderse de vista nunca39.
King, como estratega, pensaba que las cooperativas debían comenzar por el consumo:
La cantidad de dinero que las clases obreras gastan anualmente es enorme (…) El beneficio realizado sobre esas sumas alcanza para establecer no pocas fábricas40.
Él vio estratégicamente ese camino del consumo como una manera de que las organizaciones fuesen realmente independientes y pudiesen ser soporte de nuevos procesos asociativos.
En Rochdale se ve claramente la inspiración de William King. Una cooperativa que comenzó su desarrollo mediante la actividad de consumo, en su famosa bodega de la calle del Sapo.
De Saint Simón y Buchez, tomaron el concepto de “trabajo asociado”, que inspiró las reglas fundamentales de las cooperativas autónomas de producción. Esos cuatro principios van a tener impacto en la consolidación del movimiento rochdeliano.
1. Los asociados serán a la vez, empresarios.
2. El retorno a prorrata o en proporción al trabajo.
3. El principio de la devolución desinteresada del activo fijo, y
4. La asociación no podrá hacer trabajar a obreros no asociados.
De Pestalozzi (Suiza 1746-1827) filósofo de la educación, tomaron la importancia y los criterios de una educación vinculada a los hechos económicos.
Rochdale acrisoló, integró conceptos, criterios y modos de acción que fueron exitosos en su actuar y que dieron respuesta a la búsqueda de opciones para enfrentar la situación de trabajadores y comunidades y que a la vez planteaban una visión de otro mundo posible.
En el post-Rochdale además sucedió algo realmente trascendente: El protagonista de la experiencia se identifica en forma colectiva. Desaparecen las figuras individuales, de pensadores y hechos identificados con sus creadores. El protagonismo lo asume un colectivo de personas: Los pioneros de Rochdale. Esto no es banal. Es pasar al protagonismo de las organizaciones frente a los protagonismos individuales. Los hechos y esfuerzos colectivos no son hechos de un individuo. Este es un tema de la cultura del momento histórico que retomaré más adelante.
Todos los antecedentes de Rochdale tienen elementos fundamentales que queremos recordar en este momento. Las normas para las unidades de base eran solo un aspecto.
1. Nacen como respuesta en oposición a la sociedad que origina las desigualdades y sufrimiento de la población
2. Quieren construir sociedades alternativas sustentadas en valores y modos de proceder basados en la cooperación.
3. Su aspiración es global. Construir una nueva sociedad basada en la autoayuda y la cooperación.
4. Definen los criterios y principios para organizar unidades de base
Ese mismo año de 1848, otra visión
Manifiesto comunista
El otro proceso que venía desarrollándose en paralelo, el del Manifiesto comunista, deviene de análisis filosóficos y teóricos, de luchas sociales. Desde esa óptica hace sus propuestas.
Es importante el análisis que hace el Manifiesto comunista del proceso que culmina en Rochdale. Se quiere diferenciar de él. Lo califica de utópico. Pero le dedica espacio y tiempo a su crítica.
Veámoslo en sus propias palabras tomadas del Manifiesto:
3. El socialismo y el comunismo crítico-utópico
Los verdaderos sistemas socialistas y comunistas, los sistemas de Saint-Simon, de Fourier, de Owen, etc., brotan en la primera fase embrionaria de las luchas entre el proletariado y la burguesía, tal como más arriba la dejamos esbozada. (V. el capítulo “Burgueses y proletarios”).
Cierto es que los autores de estos sistemas penetran ya en el antagonismo de las clases y en la acción de los elementos disolventes que germinan en el seno de la propia sociedad gobernante. Pero no aciertan todavía a ver en el proletariado una acción histórica independiente, un movimiento político propio y peculiar.
Es cierto que en esos planes tienen la conciencia de defender primordialmente los intereses de la clase trabajadora, pero solo porque la consideran la clase más sufrida. Es la única función en que existe para ellos el proletariado.
Añade el Manifiesto:
Estas descripciones fantásticas de la sociedad del mañana brotan en una época en que el proletariado no ha alcanzado aún la madurez, en que, por tanto, se forja todavía una serie de ideas fantásticas acerca de su destino y posición, dejándose llevar por los primeros impulsos, puramente intuitivos, de transformar radicalmente la sociedad.
Y, sin embargo, en estas obras socialistas y comunistas hay ya un principio de crítica, puesto que atacan las bases todas de la sociedad existente. Por eso, han contribuido notablemente a ilustrar la conciencia de la clase trabajadora41.
¿Y cuál es el camino alternativo propuesto? Veámoslo otra vez con las palabras del Manifiesto:
El proletariado se valdrá del Poder para ir despojando paulatinamente a la burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de la producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase gobernante, y procurando fomentar por todos los medios y con la mayor rapidez posible las energías productivas.
Claro está que, al principio, esto solo podrá llevarse a cabo mediante una acción despótica sobre la propiedad y el régimen burgués de producción, por medio de medidas que, aunque de momento parezcan económicamente insuficientes e insostenibles, en el transcurso del movimiento serán un gran resorte propulsor y de las que no puede prescindirse como medio para transformar todo el régimen de producción vigente42.
La propuesta es la asunción al poder, al gobierno, por parte del proletariado. Será el camino para generar una sociedad distinta, mediante acciones despóticas sobre la propiedad y el régimen burgués.
El impacto de ambas rutas
Veamos esos dos procesos desde la distancia de casi doscientos años después.
El impacto de ambos es evidente.
Casi doscientos años después las experiencias continuadoras del concepto Rochdale se han multiplicado en el mundo, como lo hemos visto cuando, en páginas anteriores, quisimos ponernos a oír crecer la hierba. Casi la mitad de los habitantes adultos del planeta están vinculados con experiencias de cooperación, de solución a los problemas mediante la acción de las comunidades asociadas. Por supuesto que tienen otras inspiraciones y fuentes ancestrales que las impulsan, pero el papel de las cooperativas ha sido preponderante.
También hemos presenciado cómo la visión micro ha predominado en ellas, apartándose de los propósitos de sus propulsores, de su macro visión.
Esa reducción de las aspiraciones que expresaban los pioneros de Rochdale y la Alianza Cooperativa Internacional hasta 1937, minimizan el problema global que originan las propuestas de nueva sociedad.
Esas respuestas micro suponen un diagnóstico, casi ético, de la situación social con propuestas también con mucho peso, en el deber ser, en lo ético. Soluciones éticas a un diagnóstico ético. Frente a la propiedad individual de los bienes de producción, de las empresas, la respuesta es la propiedad cooperativa o común. Frente la ausencia de participación en la gestión empresarial, la democracia en la elección de las autoridades de la empresa. Frente a los fines de lucro, los fines de servicio. Frente a la capacidad de decisión en relación con el capital aportado, un hombre, un voto. Frente a los valores egoístas de esa sociedad, el desarrollo de valores humanistas, de desarrollo humano.
El tema era y es más complejo
Pero el tema era y es más complejo. Se estaba frente un proceso global, histórico, cultural, tecnológico, humano. Con una lógica estructural que era necesario comprender para poder plantear soluciones que no solo fuesen para grupos que se organizaran en lo micro, sino que pudiesen aportar a la transformación global. La intención del proceso de Rochdale era esa, con una visión de mayor alcance. Así lo planteaban e hicieron todo su esfuerzo por lograrlo.
Ese diagnóstico incompleto construye propuestas alternativas a las características que percibe del sistema en el que vive. Como un espejo que refleja lo contrario de lo que se ve. Casi podríamos decir que elabora propuestas sobre las manifestaciones exteriores del sistema o sociedad que quiere combatir.
Pero, al no ver la totalidad, su lógica profunda incorpora elementos fundamentales del sistema del que dice oponerse.
Incluye elementos esenciales de ese sistema como la visión organizativa de las sociedades “de dominación” que han sido y son un lastre en la concepción de las organizaciones cooperativas y en general de la Economía Solidaria.
Se incorporan modelos jerárquicos de gestión propios de las estructuras de poder centralizados, nombrando jefes, autoridades, directivos en los que la base de la organización delega la responsabilidad de la conducción, renunciando a su protagonismo colectivo, limitándose a “aprobar” informes de gestión, a ser espectadores de la gestión.
Ese diagnóstico incompleto, micro, y sus respuestas que prescinden de lo macro, sí pudiera ser señalado como utópico.
Asumir esa visión jerárquica de la conducción de las organizaciones trae consigo asumir la cultura de dominación promoviendo los valores de la subordinación, de la apropiación y concentración de la información y el conocimiento.
También, por un diagnóstico incompleto, la relación con el Estado y otras estructuras sociales es solo vista desde el ángulo de la autonomía de las organizaciones. Sin embargo, como veremos más adelante, la dependencia legislativa, por vía de leyes, y su vinculación con el Estado, ha maniatado el accionar de estas organizaciones.
Desgraciadamente, esa visión micro de las soluciones a los problemas que viven las comunidades y trabajadores, también la encontramos en organizaciones comunitarias, culturales y sindicales, que tampoco han trascendido a visiones holísticas de lo que está pasando y sus soluciones.
Intentaremos abordar este tema con más profundidad, en el siguiente capítulo.
El camino seguido por El Manifiesto
También desde la perspectiva de casi 200 años los seguidores del Manifiesto han inspirado hechos que han impactado a la humanidad.
Han tomado el poder político en no pocas ocasiones, a nombre del proletariado, en sociedades en las que, en realidad, el proletariado era pequeño, casi inexistente y con poca organización.
En las sociedades en las que se dio esa toma del gobierno, el desarrollo industrial era incipiente, predominando actividades económicas terciarias y agrícolas. El tamaño del proletariado era, en consecuencia, pequeño.
No había organización consolidada en esos trabajadores y tampoco conciencia de un rol protagónico de ese grupo social en la conducción de la sociedad. La visión de su posible papel histórico la tenían grupos externos a ellos de carácter más político.
Ese vacío fue llenado, en tales casos, por vanguardias políticas que asumían para sí el papel deseado para ese proletariado en crecimiento. Esas vanguardias debían conservar el poder político alcanzado.
El planteamiento del Manifiesto de actuar despóticamente, muchas veces ha servido de coartada para conservar el poder para los intereses de esa vanguardia y de una burocracia gestora del Estado, sin que se haya producido la sociedad que se sueña en el Manifiesto. Más bien, las sociedades reales que se han desarrollado, en muchas ocasiones, reprodujeron los peores males de las situaciones previas que se querían abolir.
Puede plantearse que han sido desviaciones. Es verdad. Pero podría ser también, que la propuesta de la toma del poder y la administración despótica del mismo, fuese esencialmente contradictoria con la sociedad comunitaria a construir, lo que la convertiría en irrealizable.
¿Por qué transformar al mundo?
La opción de profundizar el cambio iniciado en la Revolución Industrial
Ambas propuestas, la organización económica y social de las comunidades y la de tomar el poder para transformar la sociedad, pudieran olvidar las transformaciones que se puedan generar, en y desde, el mismo sistema social que motivó la rebeldía social de los pioneros de Rochdale y los propulsores del Manifiesto comunista.
Steven Pinker43 argumenta, frente a los que promueven transformaciones radicales en la sociedad actual, que no tienen sentido esas posiciones, cuando en el planeta nunca ha habido tanto progreso.
Nos presenta datos contundentes.
La pobreza ha venido disminuyendo en forma significativa. Hace 200 años, el 90% de la población estaba en extrema pobreza, mientras que al inicio del siglo XXI, solo el 10% de la humanidad se encuentra en esa situación.
Figura 5
Pobreza extrema, 1820-2015
Fuente: Steven Pinker, TED44.
También, la esperanza de vida ha venido subiendo. En 1771 ese indicador se ubicaba en 30 años de expectativa de vida, mientras que en el 2000, la esperanza de vida superaba los 70 años.
Figura 6
Expectativa de vida, 1771-2015
Fuente: Steven Pinker, TED45.
Así mismo, la mortalidad infantil ha venido disminuyendo. En el año 1751, 35% de los niños morían antes de los 5 años. La situación actual es que solo el 6% de los niños no alcanzan el lustro.
Figura 7
Mortalidad infantil, 1751-2015
Fuente: Steven Pinker, TED46.
Las muertes por hambre han disminuido en forma notoria.
Figura 8
Muertes por hambre, 1860-2016
Fuente: Steven Pinker, TED47.
El analfabetismo, en gran medida, ha sido superado si lo vemos en el transcurrir de los años.
Figura 9
Alfabetismo, 1475-2010
Fuente: Steven Pinker, TED48.
Los servicios, bienes y comodidad en el hogar han aumentado.
Figura 10
Bienes, servicios y comodidad en el hogar, 1900-2015
Fuente: Steven Pinker, TED49.
Datos que pueden utilizarse para argumentar, que son el resultado de un sistema que se apoya en la búsqueda del beneficio personal y la competencia. Que son esas poderosas motivaciones de sus protagonistas las que impulsan el desarrollo. Que la sociedad entera se beneficia. Que se estimula el bienestar.
¿Para qué, entonces, transformar el mundo? Sigamos en la misma dinámica social, corrigiendo situaciones e innovando. Pero junto con los datos anteriores, también nos encontramos otras realidades.
En el año 2016, solo 62 personas alrededor del mundo poseían la misma riqueza que la mitad de la población mundial50.
En el año 2019, el 1% más rico de la población posee más del doble de riqueza que 6.900 millones de personas51.
Así mismo, para el año 2019 casi la mitad de la humanidad vive con menos de 5,50 dólares al día52.
Petare es un barrio en el este de la ciudad de Caracas. Testimonio de la desigualdad en el país, en América y en el mundo.
La desigualdad que evidencian estas cifras e imágenes también es coherente con el sistema social, la lógica intrínseca, que está concentrando el máximo beneficio en sus protagonistas, que al final son pocos.
La lógica detrás de la desigualdad tiene raíces muy profundas. Va mucho más allá y mucho más atrás que su expresión económica en el capitalismo y en los regímenes autoritarios. Son las mismas raíces que explican las guerras, la esclavitud, el sometimiento de las mujeres, de razas, la concentración del saber, de la información. Es la toma de opción por la espada, por la conquista, por la dominación. Es la expresión actual de la lógica de las sociedades que optan por lo jerárquico y la dominación, frente sociedades de asociación y cooperación regida por el Cáliz53.
Este reino de la desigualdad es un drama para todo el mundo y también para el propio sistema en el que se sustenta.
Además estamos envueltos en una crisis ambiental, en la que la lógica de estas empresas es de utilización, sin control, de los recursos naturales colocándolos a su servicio, provocando serios daños en nuestra casa común.
Un tema pocas veces tratado, es el de la micro visión que exhiben los protagonistas de las empresas bajo esta concepción, limitada a su negocio, a su unidad, a su rentabilidad, perdiendo la perspectiva de la globalidad, de su inserción en la comunidad y sociedad en la que se desarrollan.
Esta precariedad e inviabilidad para todos, del sistema económico y social, es tan evidente que desde su propio seno, se han originado diversas inquietudes y movimientos que han culminado, en el inicio de esta tercera década del siglo, en el Manifiesto de Davos54.
El Manifiesto de Davos 2020 plantea en esencia tres principios.
Uno, que el propósito de las empresas debería ser colaborar con todos los grupos de interés implicados en su desenvolvimiento (stakeholders). Las empresas no funcionan solo para sus accionistas, sino para todas las partes involucradas: empleados, clientes, proveedores, comunidades locales y la sociedad en general.
El segundo propósito se refiere a que una empresa es más que una unidad económica generadora de riqueza, ya que esta atiende a las aspiraciones humanas y sociales en el marco del sistema social en su conjunto. Y los salarios del personal ejecutivo deben reflejar la responsabilidad ante todas las partes involucradas.
Y el tercer objetivo señala que una multinacional es, en sí misma, un grupo de interés –tal como los gobiernos y la sociedad civil–, al servicio del futuro global.
Esta especie de “misión social” de las empresas que propone Klaus Schwab, el fundador del Foro Económico Mundial, no es nueva.
Hace décadas que se habla del capitalismo de las partes interesadas o stakeholder capitalism. Incluso el mismo Schwab planteó ideas similares a comienzos de la década de los 70.
Sin embargo, este enfoque no encontró resonancia, puesto que el “capitalismo de accionistas” –cuyo objetivo es maximizar los intereses de los inversores– se impuso como el mantra dominante, liderado por el premio Nobel de Economía Milton Friedman.
En estos momentos el planteamiento tiene más acogida formal, como lo demuestra el Manifiesto de Davos 2020, pero el tema es de fondo, es estructural.
Una declaración no cambia el objetivo central de un empresario capitalista de minimizar costos y maximizar ingresos, ni cambia estructuralmente el trato, como recurso subordinado, que se le da al trabajo, a los bienes materiales, a la tecnología y a otras fuerzas productivas. Así mismo no cambia la relación que se establece con los clientes. No cambia la inserción del modelo económico en una cosmovisión de dominación.
Es muy importante la toma de conciencia de las crisis que se han generado por la búsqueda del beneficio de los inversores. Pero no basta. El cambio tendría que ser profundo y con opciones claras en la relación con las comunidades a las que abastecen y en las que se ubican físicamente y con el factor trabajo que no puede continuar siendo tratado mediante relaciones personales de contratación y subordinación, sino como un factor también protagonista en la relación.
El cambio tendría que ser muy profundo y establecerse en diálogo y con relaciones innovadoras con toda la sociedad, que de darse, seguramente estaríamos hablando de otro modelo económico y social.
Pero lo que definitivamente sí debemos abordar es la transformación del mundo. No es negar los avances de la civilización. Es verlos y celebrarlos y a la vez comprender el drama de desigualdad y pobre visión espiritual que los acompaña, para emprender con base firme los caminos de transformación que sean necesarios.
¿Transformar el mundo tomando el poder?
Analizar este punto es vital: ¿Se puede transformar el mundo tomando el poder?
La respuesta espontánea afirmativa a esta respuesta, un sí, parece contradecir las aspiraciones de los que buscan sociedades de participación, justas, verdaderamente democráticas.
¿La forma de tomar el poder y ejercerlo impide alcanzar sociedades equitativas y participativas?
Es una pregunta, no solo para los herederos del Manifiesto comunista.
También para otras cosmovisiones que propugnan la toma del poder político para transformar la sociedad.
La situación creada por la revolución industrial, las desigualdades, los abusos, los sindicatos, la reacción social y política que desató y también los cambios tecnológicos, han impulsado diferentes propuestas de cambio que propugnan la toma del poder político.
El Estado pasó a tener un papel regulador de los excesos y también los movimientos políticos y sociales cumplieron ese papel.
La toma de ese poder político regulador se convirtió en un objetivo, también de otras tendencias políticas y sociales.
Así mismo, desde las propias fuentes del Capital se consideró que no era viable el desarrollo sin ajustes, regulaciones, políticas sociales y otras medidas que cambiaran las relaciones en las empresas y en la sociedad.
Por supuesto que también estuvo y ha estado presente, la visión de que la causa de los desequilibrios que vemos, se derivan de las regulaciones desde el Estado. Que hay que eliminarlas y dejar que el mercado sea el regulador del desarrollo y los desequilibrios. No hay pruebas verificables de esta teoría. Por el contrario, cuando la sociedad y el Estado se retiran, los desequilibrios son mayores.
Pero al lado de esas posiciones, la idea de la toma del poder político, para regular y para desde ahí, transformar la sociedad y crear importantes sistemas compensatorios, ha estado presente, y ha inspirado a grupos y partidos políticos, de diferentes tendencias, a organizarse para la toma del poder político.
Estas visiones no contemplan caminos distintos para las transformaciones. No se imaginan que, también, cambios profundos en las relaciones económicas o cambios espirituales puedan ser los grandes motores del cambio global.
¿Transformar el mundo sin tomar el poder?
La respuesta que se le dé a este interrogante puede abrir amplios derroteros de transformación. Nos puede mostrar caminos y opciones. Es el tema de nuestro siguiente capítulo: Transformar al mundo sin tomar el poder.
CAPÍTULO III
TRANSFORMAR EL MUNDO SIN TOMAR EL PODER
En una localidad de nombre muy religioso, “Devoto”, hoy nos encontramos con que se ha instaurado una gestión colectiva de la mayoría de los procesos sociales. En manos de la población está la gestión del internet, del gas, de la electricidad, de procesos educativos, del financiamiento, de las viviendas, de la producción de leche y queso, de la televisión por cable, de la distribución de bienes de consumo, de la exportación hacia el país y hacia el mundo.
En esa población argentina, de unos 7.000 habitantes, en la Provincia de Córdoba, la comunidad ha venido tomando la decisión de ir construyendo soluciones a su vida, organizándose en forma solidaria.
Una alianza entre mutuales y cooperativas ha venido impulsando todos esos procesos y cambios culturales. Los protagonistas, sin quitarle el mérito bien ganado a sus líderes comunitarios, han sido los colectivos de personas solidarias y comprometidas. Mujeres y hombres con propósitos compartidos y con soluciones construidas en común.
Nos cuesta imaginarnos que haya sido necesario, para realizar esa maravilla social, que un grupo se hubiese propuesto tomar el poder político local, la Municipalidad, para desde ahí, lograr esos cambios. La historia devota transitó otros caminos. No esperaron tomar el poder político para iniciar el proceso de transformación. Lo construyeron desde ellos y eso les ha dado poder social que sin duda influye en todo.
La Municipalidad de Devoto, el ente político local, sigue siendo muy importante en la población y colabora e influye en ese proceso transformador. También la cultura de los migrantes que formaron el pueblo ha influido de forma determinante en lo que se ha logrado. El desarrollo en cooperación de las comunidades originarias. Las experiencias previas en la organización mutual y cooperativa en Córdoba, en Argentina, en Rochdale y antes, han marcado una visión de los cómos podemos organizarnos para producir, distribuir y consumir.
¿Cuáles son los caminos para la transformación de la sociedad?
Esta pequeña localidad nos obliga a revisar los caminos para plantearnos, cuáles podemos tomar para transformar la realidad.
Sobre todo preguntarnos, ¿se pueden forzar o imponer los procesos que significan un mayor crecimiento y desarrollo humano, en compromiso, en valores, en la voluntad de hacer con los otros?
Preguntarnos si podemos voluntariosamente influir para que se produzcan esos cambios, o estamos inmersos en la corriente desbordada de la vida, navegando en una piragua o canoa endeble, en la que solo atinamos, con nuestro remo, a cambiar milímetros de nuestro rumbo.
Preguntarnos hacia dónde se dirige esa corriente en nuestro hoy y qué está influyendo para que tome la dirección en la que va. De qué podemos apoyarnos para que nuestro remar nos lleve más cerca de lo que buscamos.
La Teoría General de Sistemas
Los sistemas sociales y sus cambios. Una visión sistémica.
Son muchas las variables presentes en nuestros procesos personales y sociales. Urge verlas como conjunto. Intentar comprender sus interrelaciones. Comprender qué mantiene a los sistemas sociales con vida y qué propicia sus avances y también su destrucción.
Los sistemas societarios en los que vivimos actúan como organismos vivos. Fuerzas internas lo impelen a conservar su equilibrio fluyente. Otras fuerzas en lo interior del mismo sistema lo impulsan hacia la autodestrucción, hacia el caos, hacia la muerte de lo que una vez fue. Otros procesos internos siembran las tendencias a la recuperación. También interactúan con sus entornos que los alimentan y los inducen al cambio.
Nos apoyaremos en la Teoría General de Sistemas (TGS) para abordar el tema. En la TGS, se han acuñado términos que se refieren a esos procesos y fuerzas55. Homeostasis para conservar el equilibrio fluyente. Entropía para el impulso hacia la destrucción. Neguentropía para las fuerzas que impulsan la recuperación del orden del sistema. También resalta la TGS que los cambios en los sistemas están estrechamente vinculados con la relación con otros sistemas en el entorno.
Quizás la palabra más importante para comprender la dinámica y las interacciones de un sistema es la palabra “coherencia”. La coherencia es fundamental para que podamos hablar de un sistema. La coherencia entre los subsistemas que lo conforman. Sin esa coherencia no hay sistema.
El corazón se acelera cuando se necesita correr. El cerebro y el sistema nervioso actúan. Los pulmones también. En la piel se abren los poros para liberar el sudor. Los músculos se expanden y contraen. Si esto no sucediera coordinadamente, no habría sistema humano. Sería un agregado de partes que no conformaría un sistema, un ente funcional, algo nuevo, distinto a la mera suma o agrupación de esas partes. El Sistema se da, porque al estar integradas, en simbiosis, todas sus partes, sus subsistemas, se genera un todo distinto, que ya no es visto como “cosas” aisladas, sino como un nuevo “todo” dinámico.
En TGS estaríamos hablando de la Sinergia que se produce al integrase sus partes.
Estas reflexiones las traigo a colación porque estamos hablando de Transformar el mundo sin tomar el poder. Estamos poniendo en la mesa el tema de la transformación de grandes y complejos sistemas sociales.
Necesitamos entender la coherencia que amalgama, que mantiene en vida la sociedad actual. Tenemos que reflexionar sobre las fuerzas o procesos que impulsan al cambio, a su muerte, a su recuperación.
No menos importante va a ser entender la coherencia de los sistemas que impulsen el cambio de esos grandes sistemas sociales.
La coherencia de los sistemas que son los impulsores de la transformación.
La coherencia para tener capacidad transformadora por parte de los partidos políticos, o de la economía solidaria, o de la ciencia, del ambiente, de la tecnología, la espiritualidad y otros factores del entorno de la sociedad.
Tres grandes subsistemas
Para aproximarnos a ese análisis queremos mostrar tres grandes subsistemas que nos dan una primera gran mirada del funcionamiento de la sociedad.
Figura 11
Los tres grandes subsistemas de la sociedad
Fuente: elaboración propia.
1. Los procesos del pensamiento, la cultura, el emocionar, el espíritu
2. Los procesos económicos
3. Los procesos organizativos
Todo funciona en sincronía
Todo está enlazado. La manera de hacer economía con la forma en que nos organizamos para producir, distribuir y consumir.
También está sintonizado con los cómos nos organizamos para otros procesos sociales, como es el caso de la organización de las instituciones públicas y comunitarias.
Todo está imbricado y coherente con las formas de hacer familia, de entretenerse, de organizarse los grupos religiosos.
Así mismo, la manera de hacer economía es coherente con la manera de pensar y de ser que tiene ese sistema, la sociedad en donde se dan esos procesos económicos.
Igualmente, si lo vemos desde los procesos de pensamiento, cultura y espíritu, nos topamos con una coherencia con los procesos económicos y los conceptos y modo de entender la organización.
Son sistemas que funcionan como un nuevo todo dinámico, en sincronía, como un automóvil, un ser vivo o el clima.
Los cambios también se dan en sincronía entre los subsistemas
Los cambios también se dan en sincronía. Los procesos de cambio, impulsados por fuerzas, que también son sistemas, impactan al sistema global, no solo a una parte de él. Lo impactan con capacidad de un cambio global si afectan a todo el sistema.
Un proceso de cambio religioso, en la esfera del pensamiento y el espíritu, puede fortalecer procesos económicos y organizativos existentes.
Un cambio en lo político puede coadyuvar y facilitar procesos espirituales, de valores, y en la dinámica económica.
Un cambio en la tecnología, desde lo económico puede impactar globalmente las formas de organizarnos y pensar.
El tema es trascendente para entender las transformaciones sistémicas y valorar las potencialidades de la Economía Solidaria para contribuir con un cambio global. Así como también valorar e integrarse con de otras acciones sociales que provengan de otros impulsos sociales, como partidos políticos, sindicatos, organizaciones culturales.
Para que podamos ver esa dinámica en sincronía, los invito a dar un paseo por tres hechos históricos. Dos del pasado y uno en el que estamos envueltos. Ese paseo lo haremos poniendo el foco en los vínculos entre la economía, la organización y el espíritu.
Tres procesos sociales
El primero de ellos referido al nacimiento con fuerza del capitalismo. Nos referiremos a él recordando a Max Weber, con La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905).
El segundo refiriéndonos a hechos anteriores al capitalismo con el amanecer y protagonismo de la idea de la Libertad.
El tercero con el inicio del fin de las organizaciones jerárquicas, que lo titulamos El Comienzo del Fin de las Formas Jerárquicas de Gestión.
Empecemos nuestro recorrido.
La ética protestante y el espíritu
del capitalismo
Max Weber escribió un famoso libro: La ética protestante y el espíritu del capitalismo56 en el que quiso mostrar esos vínculos. Su trabajo nos ayudará a percibir mejor las relaciones sistémicas.
Queremos compartir los conceptos que desarrolla sobre la coherencia entre la esfera del pensamiento, cultura y espíritu, y el hecho económico. Se refiere al momento histórico del nacimiento del capitalismo.
Weber constató que en los países de mayor desarrollo capitalista estaba presente el protestantismo. Más concretamente, el “protestantismo ascético” en el que considera incluidos calvinismo, pietismo, metodismo y baptismo57.
En otros países y regiones de base cristiana, sobre todo en donde predominaba el catolicismo, no se presentó ese desarrollo pujante del capitalismo. Al contrario, tenían un muy bajo desarrollo industrial.
Weber se propuso establecer los porqués de esa diferencia.
Primero profundizó en un paradigma fundamental del cristianismo: ¿Cómo se logra la salvación? ¿Qué debemos hacer para encontrar la felicidad permanente?
El cristianismo tiene respuestas diferentes. Para el mundo católico la salvación debía ser conquistada por nuestras buenas obras. Si vivíamos en pecado nuestro destino era el infierno. Si nuestras obras eran buenas seríamos salvados, tendríamos acceso al Paraíso.
Para Lutero, Calvino y los puritanos, los seres humanos ya fuimos elegidos, ya algunos están salvados. Es la visión presente en la Biblia del Pueblo Elegido de Israel. No son nuestras obras las que nos van a salvar. Algunos ya fuimos elegidos, otros no. La predeterminación de nuestro destino es un hecho totalmente aceptado para esos líderes religiosos.
Se convierte entonces en un tema crucial saber si estoy entre los elegidos. También será primordial responder a ¿cómo me debo desenvolver como cristiano, como elegido? ¿Cuáles serán las bases o principios de mi ética?
Para valorar lo trascendente de estos dos temas, Weber resalta, que para los protestantes, la riqueza se convierte en una señal de elección. En otras palabras, si eres rico, Dios te quiere, te ha elegido.
Este es un cambio dramático con respecto a las creencias católicas, en las que se subrayaban planteamientos como:
Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios, Lucas 6: 20-23.
¡Ay de vosotros los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo, Lucas 6: 24-26.
O también:
Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos.
Como vemos, es un fuerte contraste. En la visión protestante la riqueza es vista como algo deseable. También la acumulación y el uso racional de la riqueza, tan necesarios para el desarrollo capitalista.
Pero la relación con el espíritu del capitalismo va más allá. También es el cómo obtener esa riqueza.
Max Weber toma la descripción de Benjamín Franklin sobre el espíritu del capitalismo y lo correlaciona con los principios éticos del protestantismo.
Benjamín Franklin resumía el espíritu capitalista con estas máximas:
El tiempo es dinero.
Las virtudes que dan crédito a una persona generan también dinero.
No hay que gastar todo lo que uno tenga.
Ganar dinero, en definitiva, se convierte en un fin en sí mismo.
Ganar dinero significa practicar una conducta que hay que seguir como norma de vida, como una obligación moral. Se le impone al individuo como un deber por encima de cualquier consideración hedonista o utilitaria58.
Pero no es solo el ganar dinero el elemento de ese capitalismo en ciernes que conjuga perfectamente con la ética protestante. Es también el cómo ganarlo.
Ese trabajo duro, persistente, constante de los impulsores del capitalismo, necesario para construir empresas, está acompañado por la valoración del trabajo del protestantismo ascético. No tanto del luteranismo en su planteamiento de la predeterminación, sino en lo que añaden los protestantes ascetas que proclaman que los creyentes deben tener la certeza de su salvación.
Esa certeza se evidencia en el comportamiento con el que deben poner de manifiesto la voluntad de Dios y la glorificación de Él. No estar seguro de la salvación mostraría una debilidad en la fe. Los pastores calvinistas predicaban que tenían la obligación de sentirse elegidos y les recomendaban un trabajo infatigable como el medio más apropiado para conseguir esa seguridad.
No se le pide al creyente buenas obras sino una vida santa. Una vida orientada sistemáticamente a la gloria de Dios. El trabajo permanente y dedicado era uno de los elementos centrales de esa manifestación y celebración de la gloria divina.
Se estableció así la coherencia en un sistema social en nacimiento, entre un capitalismo emergente que requería ganancia, acumulación y trabajo intenso, con una ética religiosa que proclamaba que la riqueza, la acumulación y el trabajo, evidenciaban el haber sido elegido para la salvación. Y también, que el trabajo duro —tanto de los empresarios como de los trabajadores, tomado como “profesión”, como dedicación religiosa—, es un deber del elegido.
Aquí nuevamente nos topamos con la coherencia sistémica. Son relaciones afines que siempre están presentes en los sistemas sociales. No se puede comprender el todo en movimiento sin las partes, así como no se pueden entender las partes sin el todo. Ni la religión, el pensamiento, sin la economía. Tampoco la economía sin el pensamiento. Son un todo, solo comprensible si es visto en un conjunto dinámico, fluyente, en proceso.
La Libertad como concepto prevalente
Demos el segundo paseo en la historia para percibir esas interrelaciones entre el pensamiento, la economía y la organización.
La Libertad no fue una gran idea que se le ocurrió a alguien genial que la impulsó con su carisma. El mundo occidental la asumió como parte de un sistema, en la que la idea de la libertad era funcional al proceso social que se estaba desarrollando.
Veamos cómo pasó. Encontremos, descubramos la coherencia sistémica en la transición del feudalismo.
El concepto de Libertad y el paso que dio este valor para convertirse en esencial en las sociedades occidentales, tiene mucho que ver con la transición del feudalismo al capitalismo. La transformación de ese gran sistema social, que como todo sistema, tenía unas fuerzas resistiendo al cambio, buscando su equilibrio y otras fuerzas impulsando nuevos equilibrios.
Si nos preguntamos acerca del peso que ha tenido en nuestras sociedades occidentales el concepto de libertad, si se debió solo a la promoción de la idea por predicadores o líderes influyentes, encontraremos un sonoro no, dado por la dinámica social que va mucho más allá de esas reflexiones filosóficas o de predicadores.
Las respuestas las encontramos más enraizadas en la dinámica social.
La Europa geográficamente ubicada al centro-este, coincidiendo con el imperio de Carlo Magno, estaba bloqueada, encerrada en su espacio, por los árabes por el sur y los normandos por el norte. Sus habitantes tenían que defenderse de unos y de otros. No podían intercambiar con otros pueblos, comerciar. Los cristianos no podían movilizar ni una tabla en el Mediterráneo. Se vieron obligados a organizarse autárquicamente.
Surgieron los feudos, organizaciones fundamentales del feudalismo, que eran núcleos poblacionales prácticamente de autoconsumo, con fortificaciones y castillos para protegerse de los normandos y salteadores.
El recurso económico estaba fundamentalmente en la tierra. Se producía para las necesidades del feudo. El ámbito del gobierno era local. El sistema de creencias familiares y de vida era estable y jerarquizado. Muy pocas relaciones con el entorno fuera del feudo.
Alrededor de esos feudos, y de las fortificaciones y castillos que los acompañaban en la Edad Media, se encontraban mercaderes, grupos minoritarios, que iban de feudo en feudo, de población en población buscando mercancías, intercambiando sus productos. Solo ellos, los mercaderes, establecían un puente con el exterior del feudo, comerciando telas y otros productos.
Aquellos mercaderes tenían su propia subcultura de incipiente libertad, que necesitaban para movilizarse, comprar, vender y comercializar. Era otra óptica moral, de relaciones, de familia, de vida con normas más liberales.
Para unos, los del feudo, el pensamiento coherente con su organización y vida económica era de orden, de sumisión, de reconocimiento al poder establecido, de aceptación de las condiciones de pobreza y sometimiento. De esperar una vida mejor después de la muerte.
Para los otros, los mercaderes, los valores y pensamiento coherentes con su vida económica eran la libertad de movimiento, de intercambio, de vida, de obtener ganancia, de pensar con libertad.
Por diversas razones religiosas y económicas, y también con métodos y caminos diferentes, se rompe el bloqueo. Se inician las cruzadas hacia Jerusalén, que al final no tienen éxito militar, pero sí abren el comercio hacia el este.
Se potencia así la actividad y riqueza de los mercaderes y alrededor de sus rutas y caminos se constituyen ciudades en las inmediaciones de los burgos o castillos. Pueblos y ciudades medievales59, en las que los comerciantes tienen un papel relevante.
Son ciudades de libertad, de movilización, no solo de los comerciantes, sino también de trabajadores del campo, artesanos y otros oficios. Se consolida la “burguesía” con la libertad como criterio organizativo y de vida. El comercio fue prevaleciendo como actividad económica y como comprensión de la vida.
Esa tensión entre dos modos de economía, organización social y pensamiento, el feudal y el de los mercaderes, es la base que propicia una fractura gigantesca en la visión y organización de la sociedad y especialmente de la religión predominante, la católica. Se reclama la libertad de interpretación de la Biblia. La libertad para constituir iglesias autónomas. Símbolos y prácticas distintas.
La ruptura religiosa está acompañada también de otras divisiones en la sociedad europea. Los nuevos poderosos burgueses se alían con los reyes en contra de los nobles. Surgen reinos rebeldes, revoluciones.
La Libertad, como valor, recorrió a la sociedad entera acompañando los procesos sociales integrales, en donde la economía necesitaba de emprendimientos libres, organizaciones nuevas y pensamiento libertario.
La idea de la Libertad adquirió un significado relevante como símbolo de un nuevo equilibrio dinámico de la sociedad en desarrollo.
En el proceso que se da con la fuerza que le imprime la ética protestante al desarrollo del capitalismo, vemos cómo el espíritu, la ética, es movilizadora de hechos económicos.
En este caso, del desarrollo de la idea de la Libertad, vemos cómo es el cambio económico, la apertura del comercio de la Europa medieval, la que exige unos nuevos valores. Exige el lubricante de la idea, concepto y valor de la libertad, para tener éxito.
Dos rupturas sistémicas
En ambos procesos está patente cómo la lógica sistémica evidencia su coherencia y nos da lecciones sobre cómo se producen los cambios en los grandes sistemas en la sociedad y cómo también se dan subsistemas muy especiales.
Unos actúan como subsistemas propiciadores de cambios. En el caso del desarrollo de la idea de la Libertad, vemos cómo la economía de los mercaderes, organizada para lograr sus objetivos, cambia su organización de vida y es acompañada por un pensamiento signado por las libertades, coherente con su modo de actuar.
Es el mismo papel impulsador de cambios de las organizaciones protestantes, en el desarrollo de la Revolución Industrial.
En todo sistema social hay fuerzas que impulsan los cambios, subsistemas que explican los porqués de las transformaciones.
Unos subsistemas impulsan el cambio y la transformación y otros subsistemas cumplen el papel del caos, de la entropía, de frenar su vida.
Veamos otro ejemplo de transformación de sistemas sociales desde esta óptica sistémica. Un caso mucho más cercano y vivido por nosotros.
Ruptura de las formas jerárquicas
de gestión
En estos momentos somos testigos de cambios impactantes en los procesos organizativos a nivel mundial. Otro sistema global se tambalea. Está en transformación. Se aproxima el fin de la gestión basada en procesos jerárquicos y del sistema del que es parte.
Sorpresivamente la ineficiencia y la falta de competitividad están inundando a las organizaciones con esquemas verticales de gestión, los que eran, tradicionalmente, el soporte de sus éxitos.
Hasta hace muy poco, los conceptos de gestión propios de las sociedades jerárquicas habían sido los dominantes. El poder interno en esas organizaciones estaba concentrado. Lo veíamos en la economía, en lo político, en lo espiritual. En el capitalismo, en los Estados, en la religión. La subordinación a esos epicentros de poder se convirtió en la lógica natural de todos los sistemas jerárquicos.
Todo debía responder a esas fuentes del poder. Todo debía responder a los presidentes, a las juntas directivas, al alto mando, a los dueños, a los jefes, a los gerentes. En las cúpulas de las cadenas de mando se concentraba la información, el conocimiento, las decisiones, la acumulación de saberes y de bienes. La manera de ver la vida, de entender las relaciones sociales, era coherente con esos esquemas jerárquicos.
El éxito de esas estructuras dependía de la excelencia de la parte superior de la cadena de mando. Debían tener el top del saber, de la información, de la comunicación. Debían saber manejar a todos los integrantes de las diversas ramificaciones de las cadenas de mando.
No debían esperar de esos niveles subordinados, aportes estratégicos, políticas financieras, avances organizacionales, criterios de marketing, innovaciones tecnológicas. De todo eso se debían encargar las cabezas. El papel de los de abajo, fundamentalmente debía ser ejecutar las responsabilidades que se les asignaban. No se esperaba mucho más.
Cuando se comenzó a hablar de la sociedad del conocimiento muchos lo entendieron como la importancia de aumentar los saberes en las cadenas de mando en la misma lógica y proporción en las que se desenvolvían. Más conocimiento a los ejecutores para cumplir su tarea y más conocimiento a los conductores para dirigir.
Pero un mar de fondo crecía con una fuerza inmensa. En las empresas tecnológicas, en Silicon Valley, en espacios de creación libre, el conocimiento se compartía profusamente apoyado por cambios tecnológicos en la comunicación y la información. Estos nuevos hechos generaban su propia dinámica. Las cadenas de mando ahí no tenían sentido. Eran ineficientes en ese mundo de innovación permanente.
Las empresas y organizaciones se establecían adaptándose a esa nueva realidad. Se reinventaban. Se hacían abiertas y flexibles. Google, por citar un ejemplo, creó un sistema de gestión y producción que rompía los moldes. El llamado teletrabajo pasó de nado mariposa a estilo libre, a croll.
El COVID-19 llegó en terreno abonado y trajo como consecuencia la oportunidad de consolidación y masificación de formas innovadoras de trabajo y reuniones, sustentadas en las tecnologías que venían desarrollándose.
El manejo de la información con grandes almacenadores y procesadores de datos le dio otra dimensión a la gestión de las empresas.
A la par, algo se había generalizado en todos los rincones del planeta. Según el reporte de Hootsuite en el año 2019, más de 5.112 millones de personas contaban con, al menos, un celular60. Cualquier persona que posea un teléfono inteligente o una computadora tiene acceso a una inmensa información. Estos pequeños aparatos, junto con otros mecanismos de incorporación a internet, se convirtieron en los principales enemigos del acaparamiento de información, de la concentración del saber.
La competencia entre Encarta y Wikipedia es un gran pequeño ejemplo de las transformaciones crecientes. Encarta pretendió hacer una enciclopedia que abarcara al saber de la humanidad con un trabajo de centralización de la información. Se lo propuso al amparo del gigante Microsoft.
Frente a ella, se desarrollaba otra enciclopedia, Wikipedia, creada y recreada constantemente por una organización que integraba el conocimiento de miles de personas y organizaciones que voluntariamente aportaban a esa gran memoria, saber y reflexión colectiva de la humanidad.
El resultado está patente para todos. Wikipedia, en el 2021, es el sexto sitio web más visitado en el planeta, superado solo por Google, YouTube, Facebook, Twitter e Instagram61.
Todo ese movimiento mundial de la información y el conocimiento, potencialmente en manos de todos, socavó las bases de las cadenas de mando en las organizaciones con concepción jerárquica.
El saber, especialmente el saber hacer, permite que fluya información y capacidad de gestión por todas las organizaciones, generando formas nuevas de hacer y gestionar. Los que oportunamente se incorporan en esa corriente transformadora son más eficientes y obtienen ventajas competitivas.
Por supuesto, como lo hemos estado viendo desde la óptica sistémica, la realidad naciente, en este caso gravitando especialmente en los procesos organizativos y de comunicación, necesita coherencia con la manera de pensar y las formas de hacer economía.
El modo de pensar, concebir y actuar se transforma. Aparecen los Millennials y rápidamente, al paso de las innovaciones surgen nuevas mentalidades. La Generación Z o post-millennials. Hoy estamos ante la Generación T o generación táctil, también llamada generación tecnológica o generación Alfa. En este momento, esta generación se encuentra en pleno desarrollo y presenta uno de los mayores desafíos educativos de la historia. Para 2020, se estimaba que esta generación abarcaba el 17,2% de la población mundial62.
Se transforma la economía. Se transforma la cosmovisión. Se transforman las formas de organización y de gestión. Se transforma el Sistema Social.
Otra vez, desde un subsistema del sistema global de la sociedad, el de las tecnologías comunicacionales, se propician cambios en la globalidad.
Transformaciones sin la toma del poder político
En ninguno de los tres casos expuestos, las transformaciones se realizaron partiendo de la toma del poder político. No fue el subsistema político el propiciador de los cambios. Más bien fueron el resultado de una movida del piso social, que exigió cambios en lo político.
Transformar el mundo sin tomar el poder
El repasar estos procesos —el nacimiento del capitalismo, el lugar preminente de la idea de la Libertad y el fin de las formas jerárquicas de gestión—, nos permite recalcar que los procesos sociales hay que verlos desde la coherencia de la articulación de un sistema. Que sus transformaciones se dan en procesos simultáneos o coherentes entre todos los subsistemas que lo componen. Que las fuerzas o subsistemas, que propugnan los cambios, hacen detonar una dinámica que mueve coherentemente al todo social, cambiando cultura, pensamiento, organización y economía. Es lo que vimos en la población argentina de Devoto.
En esa óptica, transformar el mundo tomando el poder parece no tener sentido. Por supuesto, entendiendo que tomar el poder se refiere a lo que nos viene a la mente a la mayoría de las personas. Tomar el poder, sería la toma del poder político, del gobierno, del Estado. La transformación del mundo se debería hacer, según este concepto, por ese camino, haciendo hoy todo el esfuerzo para tomar el Estado y subordinar todo a ese objetivo. Imponer por la fuerza, con la espada, con el temor y el miedo, la concepción de sociedad de los que toman el poder.
La propuesta de tomar el poder político para transformar el mundo, sin que todo el sistema social vaya cambiando, no es viable. Es un contrasentido la “toma de lo político”, sin que esa presencia en lo político sea el resultado, esté en simbiosis, en sintonía con el cambio en la lógica de hacer economía, con cambios en lo cultural y también con cambios en la misma manera de hacer política.
En la visión de la “toma del poder” pareciera que le deberíamos apostar a que solo el poder político captado realizaría la labor titánica, por no decir imposible, de forzar, de imponerle a la cultura, al pensamiento, a las religiones, a las cosmovisiones, que cambien según los criterios de quienes van a tomar el Estado. Apostar a la labor ciclópea de imponer una manera de hacer economía como también cambiar los modos de organizarse en la sociedad.
Por supuesto, esa pretensión de cambio, solo la pueden imaginar los que toman el poder, doblegando, desde el poder político, a la realidad, al pensamiento, a la organización social, a la economía. Imponiendo un control absoluto sobre todo el sistema social. Mediante una acción despótica de control total.
Estaríamos frente a una paradoja. Para cambiar una sociedad que juzgamos y criticamos como opresora, jerárquica, sometedora, arbitraria, injusta, deberíamos convertirnos en lo que queremos cambiar, construyendo un Estado despótico y opresor.
Más aún, previo a esa toma del poder, deberíamos mimetizarnos con los opresores. Hacer partidos políticos o fuerzas armadas que peleen, que odien, que maten, que dividan, que idealicen los esquemas jerárquicos de los partidos y las organizaciones guerreras. Sería como enamorar insultando, masticar agua, beber carne, viajar en la dirección contraria de nuestro destino.
El poder no es solo lo político
John Holloway, escribió el libro Cambiar el mundo sin tomar el poder63. Lo escribió desde su profunda formación y convicción marxista. En el texto hace hincapié en no tomar caminos que suponen una errónea concepción del poder.
Holloway parte del “grito” por el que expresamos nuestra disconformidad y rechazo a lo que vivimos en esta sociedad mundial.
Grito de protesta extendido en todo el planeta. Cambiar el mundo es una necesidad y una urgencia.
Pero él hace un llamamiento a que no cometamos el error perpetrado en el siglo XX, de confundir el Estado con el poder.
Dice que el poder no se encuentra concentrado en un punto, en un lugar, en un subsistema.
Que el Estado no es el Poder. El poder es una red que se extiende por toda la sociedad. El poder es una relación social que se reconstituye constantemente.
Esta visión del poder es una visión sistémica. Es parte de un todo dinámico y su cambio tiene que concebirse desde esa perspectiva.
No va a producirse un cambio en la sociedad, en sus relaciones de poder hacer, si no se enfoca mediante la construcción de fuerzas que impulsen un cambio sistémico. Un cambio coherente entre todos sus subsistemas. Lo económico, lo organizativo y lo espiritual.
El grito colectivo que nos impulsa al cambio
Cambiar el mundo se convierte en un imperativo. Nos nace desde lo profundo. Es el “grito” de John Holloway que resuena en todos los rincones del mundo.
Es el grito de los que sufren en carne propia las desigualdades y los que se indignan presenciándolas.
De las mujeres del mundo en profunda desigualdad y sometimiento.
De los pueblos indígenas perseguidos y marginados.
De los seres humanos que son segregados por el color de su piel, sea esta negra, amarilla, blanca o de cualquier matiz.
De los trabajadores subordinados, en su vida, en su potencial humano, en sus condiciones de vida.
El grito de todos los que presenciamos cómo se pone en peligro la vida misma de toda la humanidad en esta casa de todos, explotando irresponsablemente a la naturaleza.
El grito de un mundo que ha obtenido el mayor desarrollo material, la mayor riqueza de todos los tiempos y sin embargo el 1% de la población concentra el 82% de la riqueza64.
El grito por la trata de personas y el tráfico de órganos.
El grito por haber convertido la salud y la educación en un negocio.
El grito que origina una civilización que se autodestruye, que echa por tierra su propia casa común, su ambiente, siguiendo tercamente los principios del interés individual por encima de cualquier otra consideración.
El grito de un diseño social hecho para concentrar decisiones políticas y económicas en pocas manos, truncando las capacidades y el espíritu creador de los trabajadores, de los ciudadanos.
El grito por estar inmerso en una cultura de consumo irrelevante, sin opciones de crecimiento para millones de personas.
El grito por continuar en los ríos de la cultura de la dominación, de la conquista, de la jerarquización, del mundo patriarcal.
El grito por no vivir una vida armónica
Es el grito, parafraseando a Luis Razeto, por construir una nueva civilización.
Cómo construir esa nueva civilización
Pero, ¿cómo la construimos?
La pregunta pudiera tener respuestas voluntaristas, llenas de buenas intenciones, sin ningún asidero sólido, que nos hagan creer en su capacidad transformadora. Solo la fe en ellas y la necesidad de hacer algo.
O también respuestas deterministas. ¿Por qué no esperar a que se den los cambios que por dinámica propia de la sociedad se van a dar? Vendrán innovaciones tecnológicas que modificarán nuestra vida. Evolucionará el capitalismo por sus contradicciones. El mundo cambia siguiendo dinámicas sociales que no está a nuestro alcance orientar o modificar. Esperemos que sea para bien. No tiene sentido luchar por transformarlo.
Pero, otros no nos resignamos. Hemos vivido cambios personales, grupales, de organizaciones, de sociedades. Sabemos que es posible y que depende de nuestro granito de arena y de los millones de granitos de arena que se arrimen a ese propósito.
No estamos solos. Al lado de ese mundo jerárquico y de conquista, más de 3.000 millones hacemos esfuerzos por construir emprendimientos solidarios. El voluntariado para atender causas nobles, a la tercera edad, a los enfermos, a los indefensos, a los presos, a la educación, a la comunidad, reúne a otros millones de personas. Muchas organizaciones de desarrollo social, mal llamadas ONG, realizan actividades transformadoras importantes. En las artes está la manifestación permanente de rechazo a la cultura de la dominación y la aspiración de nuevas formas de relación basadas en la cooperación, la armonía y la solidaridad.
Indudablemente, muchos, multitudes, debemos y queremos dar nuestro aporte para ese “cambiar el mundo”.
Las condiciones para ese cambio civilizatorio se están creando por cambios tecnológicos, por el conocimiento compartido, porque la nueva vida late extensamente en todo el planeta y millones de proyectos transformadores.
También las condiciones se crearán con el impacto de millones de esfuerzos transformadores que se originen en las comunidades, en las redes sociales, en las unidades de trabajo, en las familias, en la educación, en el arte, la tecnología, la salud, en lo grande y en lo pequeño.
Las condiciones se darán desde un esfuerzo sistémico de cambio de la vida económica, organizativa y espiritual.
En estas páginas queremos hablar y valorar uno de esos aportes posibles.
El aporte de la Economía Solidaria a la nueva civilización
El impacto del sistema solidario
Queremos valorar lo que puede significar la Economía Solidaria en el desarrollo de una nueva civilización.
Los capítulos que siguen los dedicaremos a ese propósito. Démosle una primera visión ahora como un sistema.
El Sistema Solidario es una fuerza de cambio sistémico. Es, en sí mismo, un Sistema. Un Sistema que se sustenta firmemente en la satisfacción de las necesidades humanas de producir, distribuir, consumir y acumular. En el hecho económico. Está enraizado en la vida y las necesidades permanentes de los seres humanos. Es un proceso organizativo innovador y es a la vez un proyecto espiritual, de vida, de cambio en la convivencia humana. Esa es una base de sustentación monumental que ha llegado a miles de millones de personas. Eso hay que valorarlo.
Hace muchos años estuve visitando en actividades cooperativas un barrio pobre de Caracas. El barrio 12 de Octubre. El primer día que lo visité, compré un refresco y un sándwich, en un pequeño abasto en la entrada, al pie del cerro. Conocí en ese barrio, grupos artísticos, juntas de vecinos, clubes deportivos, iglesias, organizaciones comunales, la cooperativa de ahorro y crédito.
Hace pocos días estuve por allá nuevamente. 50 años después, me volví a tomar un refresco en el mismo abasto de la entrada. Ninguna de las organizaciones comunales que existían, en aquella primera visita, funcionaban. Solo ese abasto de la esquina y la cooperativa del barrio, continúan actuando.
Su desarrollo en lo económico, de la bodega y la cooperativa, es lo que les dio la permanencia. Los lazos que se establecen sobre esas bases económicas son los que influyen y se enraízan más en lo organizativo y en el pensamiento. Esa base económica de satisfacción de necesidades, de producir, distribuir, consumir y acumular, son los pilares sólidos y robustos en donde se apoya la Economía Solidaria.
Pero ella solo puede funcionar exitosamente si las formas de organizarse para producir, distribuir, consumir y acumular son coherentes con su esencia solidaria. Es decir, si el factor C, la fuerza productiva que es esencial a una organización solidaria, está presente. Si los equipos solidarios de trabajadores y las comunidades son los que gestionan los procesos económicos con participación.
Funcionará coherentemente si se integra con las comunidades del entorno, formando red con las unidades de la economía y vida solidaria, así como las entidades o puntos nodales o de encuentro de esa red solidaria.
Funcionará si se articula con otras fuerzas y sectores sociales de índole política, organizativa y económica.
Funcionará si en ese sistema se vive en una cosmovisión solidaria, una manera de pensar, vivir y actuar que nos permita a todos una vida de armonía y bienestar. Si eso se da con coherencia, el sistema se potencializará.
Será un sistema coherente en su esencia solidaria en los planos económicos, organizativos y espirituales.
La presencia en el gran sistema mundial coherente (y quiero resaltar la palabra coherente), de esta naturaleza, solidario, será una cuña fundamental para propiciar un cambio societal, para impulsar una nueva civilización de carácter planetario. Será una gran fuerza social que impactará los cimientos de nuestra civilización actual.
Impactará conjuntamente en lo económico, en las formas de organización y en el pensamiento. Este actuar sistémico será su mayor potencial.
Además, los cambios que son producto de las nuevas tecnologías informáticas y comunicacionales, están convirtiendo al planeta en tierra abonada para el surgimiento y crecimiento de empresas y procesos, por naturaleza, participativos.
Las tendencias al caos en la Economía Solidaria
Las fuerzas entrópicas del sistema solidario
Ese sistema solidario es un sueño, comentarán algunos. Eso no es lo que existe.
Es verdad. Existen muchísimos hechos identificados como experiencias de la Economía Solidaria pero no cuentan con la coherencia descrita. De muchos se dudará hasta si realmente son hechos de solidaridad.
Como en todo sistema, las tendencias a la muerte, a la destrucción están actuado. En esa lucha que se da en todo ser vivo, que se da entre morir, crecer y transformarse, está presente también en el sistema solidario. Las fuerzas que impulsan hacia la muerte están presentes con intensidad, cumpliendo su rol destructivo. Debemos conocerlas.
En eso nos vamos a enfocar en el siguiente capítulo, para después pasar a desarrollar propuestas de caminos en busca de mayor coherencia del sistema solidario.
CAPÍTULO IV
LA ENTROPÍA EN EL SISTEMA SOLIDARIO
Imaginemos que vamos por un hermoso camino en un valle frondoso. Vamos manejando una bicicleta que toma impulso por nuestro pedalear. En las bajadas del camino ganamos velocidad y en las subidas, nuestra bicicleta tiende a detenerse, a bajar la velocidad y necesitamos pedalear, con más fuerza, para poder continuar.
Cuando vamos por un paraje plano y no pedaleamos, seguimos avanzando pero sentimos que vamos disminuyendo la velocidad. El roce con el piso, el aire y el viento en contra, hacen su trabajo. Si dejamos de pedalear o se rompe la cadena, llegará el momento en que la bicicleta se detendrá y se caerá. A menos que pongamos un pie en el suelo y la sostengamos. Pero si nos bajamos y no la sostenemos por ningún medio, veremos a nuestra bicicleta en el suelo.
Montar bicicleta es un sistema. Un sistema sobre el que actúan fuerzas. Algunas para su avance, otras para su conservación, pero, como en todos los sistemas, otras que lo impulsan al caos, a la destrucción del mismo sistema. Fuerzas entrópicas, se llaman en la Teoría General de Sistemas, tomando el vocablo Entropía de la Termodinámica.
En nuestro paseo en bici, las fuerzas que impulsan a frenar y a caer, son el roce con el piso, el aire y el viento, aunque parezcan imperceptibles. También el efecto de la fuerza de gravedad en las bajadas, subidas y en lo plano. Así mismo, impacta el desgaste y disminución de nuestras fuerzas para pedalear. O también, el rompimiento de la cadena por su desgaste. Si no mantenemos el empuje hacia adelante, indefectiblemente, la bicicleta caerá.
La Economía Solidaria, como sistema, también cuenta con esas fuerzas entrópicas que la frenan y si actúan sin contrapesos, harán que se caiga.
Tenemos que identificar y estar conscientes de esas fuerzas que impulsan a la destrucción de la economía de la solidaridad para actuar en la neutralización y superación de las mismas.
Todos sabemos o imaginamos lo que es la caída de una bicicleta pero ¿cuál es la caída, el caos, un final de la Economía Solidaria?
No es que desaparezca. La bicicleta en el suelo no ha desaparecido. Está ahí. Es que pierda su empuje, su dirección, su sentido. Es que regrese a un estado ineficiente que le impida lograr sus propósitos fundamentales.
La Economía Social Solidaria, en muchas de sus modalidades, nace con el propósito de dar respuesta a situaciones humanas deplorables, provocadas en y por la sociedad en la que han vivido sus integrantes. Es querer construir una nueva, basada en la solidaridad. Buscar soluciones para todos, porque las causas son globales.
En estricto sentido, no nace para acabar con la sociedad que origina los problemas, sino para construir soluciones con criterios solidarios y construir una nueva sociedad que supere a la anterior.
La diferencia parece sutil, pero es importante subrayar que su objetivo no es destruir. Es construir.
El construir algo nuevo debería concluir con la desaparición de lo anterior o al menos su minimización, en la medida que lo nuevo ocupe grandes espacios relevantes en el planeta.
¿Qué pasaría si lo anterior, la sociedad generadora de las situaciones indeseables, no solo esté presente en el proyecto de la Economía Solidaria, sino que tenga mucha fuerza y pretenda prevalecer en las dinámicas de esta nueva economía? ¿Qué pasaría si va frenando y neutralizando su fuerza de construcción de nueva sociedad?
Es natural, en todos los cambios societales, que lo viejo esté presente en lo nuevo. No aparecen nuevos sistemas sociales de la nada. Parten de lo existente. Y quedan fuerzas de lo viejo que tenderán a reconstruir lo anterior. Al igual que en la bicicleta, que si no pedaleamos, ella se detendrá y caerá, en la Economía Solidaria, si no vamos correctamente y con fuerza orientados al objetivo planteado, las fuerzas de freno nos harán caer. Nos pareceremos más a la sociedad que queremos cambiar, que a la que buscamos y en consecuencia perderemos la capacidad transformadora.
La permanencia de lo que se quiere cambiar dentro de la Economía Solidaria
Ese es el tema de este capítulo. ¿Cuáles son esas fuerzas entrópicas, las fuerzas de destrucción, de freno, de la Economía Solidaria? ¿Son importantes? ¿Nos han hecho retroceder?
En el nacimiento de los hechos relativamente recientes de la Economía Solidaria, en el siglo XIX, se construyeron nuevas realidades partiendo de un diagnóstico de cómo el capitalismo naciente y la sociedad en general, originaban opresión y miseria.
Sin embargo, el diagnóstico dejó por fuera aspectos claves que eran y siguen siendo causantes de las crisis sociales que se han generado.
Se concluyó en ese momento, que la raíz del problema está en el control, la gestión y la subordinación de los factores de la producción de las empresas por parte de los dueños del capital, guiados fundamentalmente por fines de lucro.
Se propuso en consecuencia y como alternativa, que la propiedad de las empresas fuese de todos los que participaran en ellas.
Se estableció el control democrático. La asamblea de todos como concreción de ese control.
También se estableció una delimitación de las ganancias del capital presente en la empresa. Un interés limitado.
Sin embargo quedaron presentes y con mucha fuerza aspectos esenciales del sistema anterior en lo económico, en lo organizativo y en el pensamiento, cultura y valores. Expresiones claves de la cosmovisión de las sociedades jerárquicas, del dominio, de la conquista, de la espada65, continúan presentes.
Esos aspectos sobrevivientes insertados en la propia Economía Solidaria, serán las principales fuerzas que cumplirán el papel de intentar frenar el avance del sistema solidario y como a la bicicleta, hacerla caer.
Iremos analizando, por separado cómo están presentes esas fuerzas entrópicas en lo económico, en lo organizativo y en lo espiritual, de las organizaciones con proyectos solidarios. Después integraremos esos tres grandes aspectos.
Por un rato, en este capítulo, analizaré el tema con cierto espíritu caricaturesco. Resaltando las fuerzas escondidas que frenan la economía de la solidaridad, sin olvidar que están presentes simultáneamente otros propósitos, valores y modos de proceder coherentes con una auténtica Economía Solidaria. Espero que el caricaturizar no ofenda. Es el esfuerzo sincero por hurgar en las fuerzas que nos frenan en los propósitos que nos guían en la construcción de Solidaridad.
Sé que esta fotografía puede parecer distorsionada, movida. Les pido, amigos lectores de la Economía Solidaria, que se pregunten, mientras leen, si conocen emprendimientos que reflejen lo que aquí se dice.
En cualquier caso me disculpo de antemano, si la fotografía aparece borrosa y si distorsiona la realidad.
Cuáles son las fuerzas de freno, que sobreviven en lo que deseamos cambiar
En lo económico nos enfocaremos en ver esas fuerzas de freno, y destrucción en los siguientes tópicos:
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La disociación de los asociados como clientes y como empleados u obreros
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El archipiélago de la Economía Solidaria
En lo organizativo nos enfocaremos en
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La organización jerárquica de nuestras organizaciones
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El asumir modelos empresariales, llave en mano, de las empresas privadas y públicas, para desarrollar “hechos solidarios”
En el pensamiento y lo espiritual
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La Micro Visión
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La neutralidad política
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El condicionamiento del Estado, de la visión global, mediante leyes y las llamadas autoridades de aplicación
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El concepto educativo como una acción paralela y separada de lo que se vive en el accionar solidario
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El alejamiento de la espiritualidad, del cambio personal, de la solidaridad
Veamos por separado cada uno de estos aspectos.
Las fuerzas de freno en lo económico
1. En lo económico. Fuerzas entrópicas
Revisemos las manifestaciones de las tendencias destructivas:
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La disociación del asociado. El asociado como cliente y el asociado como obrero o empleado.
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El archipiélago de la Economía Solidaria.
La disociación del asociado
La disociación del asociado. El asociado como cliente y el asociado como obrero o empleado.
El asociado-cliente
Vemos en muchas empresas de la Economía Solidaria que los asociados cumplen un doble papel. Tienen una doble personalidad.
El asociado actúa como tal, como parte de la organización solidaria en la que se ha integrado, en las instancias diseñadas para la participación, como las asambleas.
Ahí tiene la oportunidad de expresarse, intercambiar, aportar, controlar y decidir.
Sin embargo, cuando la empresa solidaria se relaciona con él, el asociado pasa a ser un cliente o un empleado u obrero y es tratado como tal. Se le trata como un individuo, no como un protagonista del proceso. No es visto como comunidad, sino como una persona, como un externo a la organización.
Esto lo podemos notar en muchos emprendimientos financieros solidarios que son vistos solo como un sistema de ahorros personales para préstamos individuales. Aunque tengan algunos fondos para propósitos específicos, en la práctica, no se busca constituir fondos comunes que se destinen a las necesidades financieras de las personas, familias, de emprendimientos grupales, o como formas de acumulación para el sistema financiero y el sistema solidario.
En realidad, cuando constituimos un emprendimiento financiero solidario todos estamos contribuyendo a un fondo común para destinarlo a los fines que establezcamos entre todos. La invitación solidaria es para eso.
Pero de hecho, en la práctica, se pasa a la actividad de captar ahorristas individuales, con motivaciones estrictamente individuales. Se atrae con el porcentaje de interés a obtener, con las facilidades para el préstamo individual y otras razones ajenas al hecho solidario.
Como en toda empresa financiera clásica, se concentra en captar “clientes individuales” y diseñar “servicios” atractivos que les permitan competir con otros entes en la captación del ahorro usando métodos parecidos a los de esos otros.
A los clientes captados por esas motivaciones les ponemos como requisito hacerse asociados, para que puedan obtener así los “beneficios” de la organización. Este requisito destruye el carácter de integración y compromiso de ser asociado. Destruye la voluntariedad de inscribirse en un proyecto común. Es asociado por un mero trámite de carácter individual, como una manera de obtener “beneficios”, “Algo que me dan”. No algo que logramos como resultado de un esfuerzo común.
Si analizamos con atención, nos traemos el modelo empresarial mercantil bancario a la organización financiera solidaria. Nos traemos la lógica esencial de esas empresas: la captación y atención de terceros, con toda su logística para lograrlo.
Establecemos la dualidad. Limitamos al asociado a una participación en la dinámica de las asambleas y otras instancias, pero toda su relación con la empresa solidaria es propia de ajenos, de terceros, de clientes.
De la misma manera lo hacemos en actividades de consumo, en donde el comprar juntos, un hecho profundamente colectivo, lo transformamos en vender a “clientes asociados”, lo que un equipo administrativo de la organización decide. El asociado pasa a ser un cliente y hay que motivarlo y captarlo con ofertas y otras técnicas de mercadotecnia orientadas a terceros.
El asociado empleado u obrero
Asociado empleado u obrero
La otra modalidad de asociado disociado la encontramos en el trabajo, que con dedicación intensa, requieren las experiencias de la Economía Solidaria.
En aquellas organizaciones solidarias de consumo, con un número importante de asociados-consumidores, muchas veces se da el hecho de que no se consideran asociados a los que trabajan para hacer funcionar el emprendimiento.
A pesar de estar y contribuir intensamente en el proyecto de desarrollo solidario en el campo del consumo, se los trata como ajenos, como no integrantes del proyecto, como empleados dependientes de la organización. En algunos casos hasta se les niega el derecho a inscribirse en la organización para obtener los bienes.
Pero, aunque formalmente sean aceptados como asociados, la relación con ellos es también de carácter individual, regida por normas y disposiciones que corresponden a las de los trabajadores dependientes. No como parte fundamental del hecho asociativo.
Aunque el aporte de los que están a tiempo completo al hecho asociativo de abastecerse juntos de bienes y servicios, es mayor en compromiso y dedicación del que realizan los que solo compran y obtienen esos servicios, sin embargo, se los trata como subordinados. Como si trabajaran para unos dueños. No se les considera una parte protagónica del proceso, sino como unos empleados. Es difícil ver en estos hechos el proceso de avance de construir una nueva sociedad.
El trabajo asociado en unidades de producción
En otras asociaciones solidarias que se dedican especialmente a producir bienes o servicios, es más común que todos los que trabajan sean asociados. Es su proyecto común, el trabajar asociadamente para producir bienes y servicios y crear una vida nueva. A pesar de esto, es frecuente la sustitución del rol patronal, el papel del patrón de la empresa de capital o pública, por quienes ejercen alguna función en órganos de coordinación. Se introducen cadenas de mando. Se actúa como jefes de sus compañeros de proyecto. También vemos asumir el rol de trabajador dependiente, de subordinados hacia otro compañero, por muchos trabajadores que están formalmente asociados en la organización. Es la internalización del modelo mercantil en nuestras organizaciones.
La disociación de los asociados en clientes y trabajadores dependientes asesina, estructuralmente, un proyecto de construir y gestionar, todos juntos, soluciones y vida solidaria. Termina por replicar las relaciones vigentes en empresas públicas y privadas.
También en lo económico: un archipiélago económico
El archipiélago de la Economía Solidaria
Otra evidencia de la presencia de las fuerzas de freno y destrucción del proyecto solidario está en su dispersión, su inorganicidad.
Empresarialmente la Economía Solidaria, hoy por hoy, transmite la idea de un inmenso archipiélago, con islas pequeñas, medianas y grandes.
Nos puede ayudar a visualizar esta realidad, la imagen de las islas del centro y el oeste del océano Pacífico, la Polinesia, Micronesia y Melanesia. Islas aisladas sin ningún istmo que las una.
Los puntos de encuentro del archipiélago de las unidades de la Economía Solidaria, no son de carácter económico.
Los puentes que hay son, fundamentalmente, de carácter gremial y de apoyo a las unidades.
Las mutuales tienen a la AIM y otras federaciones regionales o nacionales. Igualmente, las cooperativas tienen a la ACI y organismos de carácter local, regional y nacional. Así mismo se han constituido redes como REASS, RIPESS, CIRIEC y otras. Las experiencias tipo Grameen, las Wiki, los kibutz y otras tantas han establecido también puntos de encuentro y apoyo de esa naturaleza.
Pero esos encuentros, con aportes importantes en la reflexión y el acercamiento, no son de carácter económico. Las islas mayores en el archipiélago solidario son grandes porque se han articulado por lo económico, como el caso de la Corporación Mondragón y otros procesos similares que son inmensos complejos empresariales solidarios, que articulan numerosos procesos. Mondragón cuenta con más de 100 empresas solidarias, 100.000 trabajadores y más de 6 millones de asociados consumidores66.
La integración gremial también está desarticulada
No es solo que, en ese archipiélago global, las unidades de base de la Economía Solidaria se mantienen desarticuladas, sino que ni siquiera en la propia integración gremial se da la articulación de las diferentes modalidades de la economía de la solidaridad.
Con la excepción de la Confederación Latinoamérica de Cooperativas y Mutuales de Trabajadores COLACOT y organizaciones representativas de la Economía Social y Solidaria en algunos países como España y Colombia, no existen otros entes para la acción común gremial, entre modalidades de la Economía Solidaria.
Hay que hacer notar que el sistema capitalista también tiene puntos de encuentro como las cámaras de industria y comercio, las patronales y otras modalidades, que defienden intereses compartidos por sus integrantes. Pero no son resultado de integración en los procesos económicos.
Existen grandes grupos económicos porque en la lógica de su sistema se van fagocitando entre ellos. Algunos son inmensas corporaciones, como imponentes islas de los procesos económicos capitalistas. Pero la articulación gremial, se limita a la defensa de su sistema en la sociedad y a veces a la defensa de los pequeños entre ellos, frente a los más poderosos de su propio sistema.
Esa es su esencia, que parte de la competencia como una regla de oro. No tienen la vocación de unirse sino de ganarse el mercado eliminando o disminuyendo a los otros. Es parte de su modo de ser. Ser unidades aisladas es parte de su esencia individualista.
Ese legado no debería ser asumido por la Economía Solidaria. Pero cuando nos vemos a nosotros mismos, a cada uno, a cada unidad, a cada modalidad, luchando en forma solitaria, sin actuar juntos, pareciera que hemos internalizado una forma de relación económica, que es parte de la herencia del sistema que no deseamos.
Presente la Micro Visión
Cuando hacíamos referencia a que el gran ideal es una Micro Visión hacíamos énfasis en este aspecto. El proyecto de una unidad de la Economía Solidaria, no puede acabarse en sí mismo. En la pequeña unidad. La lógica de la economía de la solidaridad no puede ser la competencia entre sus integrantes en la misma lógica del sistema social que se quiere superar. Ni actuar en forma de grupos desconectados. Ni tampoco desarrollando un individualismo grupal.
El planteamiento hecho desde las cooperativas, con el nuevo principio aprobado por la ACI en Viena en el año de 1966 de “cooperación entre cooperativas”, parece necesitar una formulación más comprometida, hacia la integración del movimiento solidario. Verlo, no solo, como un asunto gremial, ni de apoyos, sino como la profunda articulación de lo económico, organizativo, gremial y de cosmovisión de nuestra fuerza global creciente.
Esta visión desarticulada de la Economía Solidaria, de individualismo grupal, es otra de las fuerzas entrópicas, que pertenece a lo que se quiere superar y que frena a nuestra bicicleta en su avance hacia los objetivos que se ha propuesto de construir soluciones en una nueva sociedad.
Organizados para no participar
2. En los procesos organizativos. Fuerzas entrópicas
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Asumir diseños organizativos propios de las sociedades jerárquicas.
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Optar por modelos empresariales, “llave en mano”, de las empresas privadas y públicas, para desarrollar “hechos solidarios”.
Con diseños jerárquicos
Asumir diseños organizativos propios de las sociedades jerárquicas
Las concentraciones de poder, bien sea en lo económico, en lo político y social, como también en lo espiritual, necesitan que las organizaciones que constituyan, respondan a sus intereses centralizados.
Organizarse con “cadenas de mando” es esencial para ellas. Un mando centralizado que tiene un sistema de trasmisión de las órdenes de arriba hacia abajo, para el conjunto de la organización. Un sistema donde todos los integrantes son tratados y separados como individuos. No como grupo. Un sistema que permita al tope de la cadena recibir toda la información que sube por escalones y estructuras.
En las organizaciones económicas estas cadenas se establecen para lograr que todo responda a los dueños del capital o del poder político. Para el ejército que responda al alto mando. Para un partido político a sus directivos. Para una Iglesia a su jefe espiritual. Para el gobierno, que hasta el último funcionario, reciba las instrucciones del poder, las ejecute e informe a sus “superiores”.
Por supuesto, esas cadenas de mando, son parte de un sistema más global, y están en coherencia con la manera de hacer economía. Son parte de una cosmovisión, de una cultura, jerárquica, patriarcal, de estímulo a la subordinación de los de abajo y de “mando” de los de arriba.
Esta visión se retroalimenta con valores y cosmovisiones y por eso está llena de simbología, que va desde los distintivos exteriores de los diferentes escalones de la cadena, hasta formas de “trato debido” a los superiores. El cuadrarse ante el superior militar, los privilegios en remuneración, el tipo de oficinas y el nivel del piso en donde están “los jefes” en los edificios. Contar con privilegios, como choferes y un sinnúmero de manifestaciones exteriores coherentes con la posición en las cadenas de mando, son manifestaciones simbólicas de la relación jerárquica.
Sin embargo las empresas y organizaciones de la Economía Solidaria, se constituyen por equipos humanos, que buscan objetivos comunes y lo gestionan con participación. No está presente un poder interno central que se derive de la propiedad del capital o de cualquier otro aporte o participación. Son proyectos comunes. En igualdad de participación. Las decisiones son de todos en asamblea y con otras modalidades de participación de todos. No se tiene a nadie “arriba” al que se tenga que responder. Los que asuman alguna función de coordinación, de articulación, por decisión de sus compañeros, están en esa actividad, mientras la asamblea de todos así lo quiera.
El diseño de la organización interna de las entidades solidarias debe responder a su esencia, so pena de fracasar en su objetivo. Deben gestionar de una manera diferente, en donde todos puedan participar de forma inteligente, ordenada y eficiente en la gestión, en los acuerdos, en el compromiso y en el trabajo.
Las cadenas de mando son contra natura, en las organizaciones de la Economía Solidaria. Responden esencialmente a la sociedad que se quiere superar. A poderes centralizados.
Dualidad en la gobernanza
Dualidad en la gobernanza
Volvemos a encontrarnos con una dualidad dentro de muchos entes de la Economía Solidaria.
Por una parte están presentes formas de participación de todos, en asambleas y otras instancias, pero al lado, en la gestión cotidiana, se han incrustando modalidades de gestión jerárquica, el concepto verticalista de la organización, las cadenas de mando, la subordinación de unos asociados a otros.
Esto provoca una batalla silenciosa entre los dos modos de proceder al interior de las organizaciones en la que, sin duda, pierde la solidaridad. La asamblea de todos tiende a perder protagonismo frente la “gerencia” y su cadena de mando.
Muchas asambleas se realizan solo anualmente. Se llevan informes hechos por los directivos y por “la gerencia”, que se someten a consideración de los asociados que asisten a esas asambleas, que los aprobarán o no, mediante votos y con evidente poca información y tiempo para procesarla.
El resultado de esa esquizofrenia en la gestión a veces da resultados empresariales, valorado con pautas cuantitativas, de “negocio”. Pero cuesta encontrar el éxito asociativo, cooperativo, colaborativo, o de compromiso.
Con modelos empresariales “llave en mano”
Optar por modelos empresariales “llave en mano”, “todo listo y montado para operarlo”, tomados de las empresas privadas y públicas, para intentar desarrollar “hechos solidarios”.
Así mismo, se da en muchas otras actividades, identificadas como solidarias, el traerse, el importar o conservar los modelos de empresas públicas y de capital.
Lamentamos oír muchas veces la frase: “Hacemos lo mismo, pero sin fines de lucro”. Ese “lo mismo”, es reconocer que asumimos la lógica de las empresas, constituidas y diseñadas en coherencia con el concepto que las inspira, el lucro y la subordinación de los factores de la producción, a los intereses del capital y factores políticos.
Es el diseño que atiende a terceros, a personas que no tienen que ver con las motivaciones que impulsaron la constitución de esos emprendimientos. Los espacios, físicos y humanos se construyen en esa lógica de trato al cliente y al trabajador como tercero.
Los indicadores del éxito acerca del propósito de la empresa, igualmente se guían por esos criterios. Sus normas y pautas de comunicación siguen esas visiones.
Se asume el modelo, el diseño de la empresa en los sistemas jerárquicos, como el ideal. Se establece la diferencia con ellos en unas asambleas de asociados poco relevantes para la dinámica real de las organizaciones.
Se asume la empresa “llave en mano”. Todo igual. Lo que cambia es que los “propietarios” de la empresa son un colectivo de asociados.
No parece captarse, entenderse, que la gestión y funcionamiento global bajo un modelo de empresa diseñado para el control y beneficio de unos pocos, no puede impulsar, ni facilitar los procesos solidarios.
Esas empresas que se pretenden identificar con la solidaridad, más bien, pertenecen a las fuerzas del freno estructural de los procesos de construcción de solidaridad en comunidad.
El concepto educativo también es un freno a la solidaridad
3. El pensamiento, lo cultural y espiritual. Fuerzas entrópicas
Lo que hemos planteado en las páginas anteriores sobre fuerzas entrópicas que halan hacia atrás a la Economía Solidaria, la frenan, la hacen vivir lo que se quiere superar, en lo económico y organizativo, tiene, por supuesto, coherencia con el modo de pensar, con la cultura que prevalece en esas experiencias.
Veámoslo en algunos tópicos:
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La Micro Visión
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La neutralidad política
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El condicionamiento del Estado, de la visión global, mediante leyes y las llamadas autoridades de aplicación que suponen pérdida de autonomía de la solidaridad.
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El concepto educativo como una acción paralela y separada de lo que se vive en la práctica del accionar solidario
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El alejamiento de la espiritualidad, del cambio personal, de la solidaridad
Se refuerza la Micro Visión
La Micro Visión
Ya nos hemos referido a cómo los “principios” de las cooperativas y mutuales, tan relevantes en la Economía Solidaria, se refieren solo al funcionamiento de las unidades de base. Que no hacen referencia a su proyecto de movimiento y tampoco al de la sociedad que persiguen.
El desarrollo de las unidades de la Economía Solidaria, bajo esa visión, tiende a impulsar un gran egoísmo grupal. Nosotros, en nuestro grupo, resolvemos nuestros problemas, sin importarnos, en la práctica, lo que sucede con nuestra comunidad, localidad, país, planeta.
Esa Micro Visión desdibuja la solidaridad, impide ver los problemas y sus causas, aleja de otros movimientos e impulsos por construir nuevas sociedades y lo hace profundamente ineficiente para lograr soluciones reales a los problemas a los que nos enfrentamos todos como sociedad. ¿Qué estabilidad y profundidad puede tener una solución o propuesta que no comprende ni se preocupa por lo que está pasando a su alrededor?
La Micro Visión impide ver el entorno profundo en el que se desarrollan los procesos solidarios. Nos hace incapaces de ver que vivimos una sociedad planetaria con crisis de desigualdades crecientes, con destrucción de nuestra casa común, con crisis de democracia, con la crisis de desempleo tecnológico, con la crisis del fin del trabajo, con la crisis de la utilización de los avances tecnológicos para consolidar el poder de corporaciones económicas y estados totalitarios. Problemas todos que afectan a cada unidad de la Economía Solidaria.
La Micro Visión impide captar el modelo profundo que está detrás de las manifestaciones exteriores de la sociedad. Nos impide ver que la base de todo está en subordinar al otro. En establecer sociedades de dominación que son jerárquicas, conquistadoras, esclavizadoras.
La Micro Visión, al no captar el fondo del asunto, querrá sustituir la dominación del patrón por la dominación del trabajador, la del hombre por la de la mujer, la de los ricos por la de los pobres, la del capital por la del Estado, quedándose siempre atrapada, dando vueltas en el mismo sistema.
Esa Micro Visión también impide ver soluciones para todos. Impide ver cómo el desarrollo tecnológico puede ponerse al servicio de las comunidades organizadas. Impide hacer alianzas a lo interno de la Economía Solidaria. Impide la alianza con otros sectores sociales. Impide las propuestas en lo político, social y espiritual para el desarrollo de todos. Impide el desarrollo de una propuesta educativa.
En definitiva, nos hace vivir la ficción de una vida monacal solidaria, alejada del mundo del que somos parte.
Es verdad que hay una tendencia en el mundo solidario que está muy consciente de su entorno y de la necesidad de actuar globalmente. El actual presidente de la ACI, Ariel Guarco, en el 2020, publicó un libro con propuestas sólidas sobre el tema: Principios cooperativos en acción. Frente a los desafíos de la agenda global. Se han hecho importantes declaraciones sobre el tema ambiental, de las desigualdades económicas, de género y otras. Se ha participado en eventos globales importantes. El coordinador de COLACOT, Rogério Dalló, acaba de contribuir con ese debate con un texto sobre el papel de la Autogestión, es el libro titulado Cambio de la Economía Social y Solidaria. En la pandemia se impulsaron foros semanales de reflexión sobre muchos de esos temas por parte de COLACOT. También por la Confederación de Cooperativas del Caribe, Centro y Suramérica (CCC-CA). Esto hay que celebrarlo y apoyarlo.
Sin embargo, hay una distancia grande entre las propuestas y la dinámica real de las organizaciones solidarias que han permanecido atrapadas en un modelo cultural que las encierra en sí mismas.
La neutralidad política
La neutralidad política
Esa Micro Visión está acompañada con un eslogan, con un mensaje: La Neutralidad Política.
Esa idea ha servido de guía en la Economía Solidaria. Ha sido, para algunos, una excusa para la falta de compromiso con los otros. Ha sido del interés de factores de poder, para limitar la visión, para tener sometido a ese movimiento.
Veamos el origen de esa formulación:
En coherencia con la Micro Visión —y como vimos, en el segundo capítulo, en la evolución de los principios que definían lo que era una cooperativa—, la Neutralidad Política obtuvo categoría de Principio en 1937 en el Congreso de la ACI. No era un principio rochdaleano. Fue incorporado en ese año. En el siguiente Congreso en 1966 desapareció esa formulación y se hizo énfasis en la independencia de las cooperativas y las no restricciones para incorporar asociados por sus tendencias políticas o de otra índole.
Aunque se retiró la fórmula expresa de neutralidad, no se optó por la orientación a un cambio global y se ha mantenido, en la práctica, un accionar en convivencia en todos los sistemas sociales en coherencia con esa neutralidad.
El no asumir un propósito societal, una propuesta de construcción de una nueva sociedad y de los caminos para lograrlo, ha generado un gran vacío en la orientación de la Economía Solidaria.
Esta posición impulsa a reducir la mirada. A no ver la gran crisis civilizatoria en el entorno. A pensar que se puede sobrevivir en cualquier tipo de ambiente. Se asume la actitud del avestruz frente a la realidad peligrosa que lo rodea. Para sobrevivir se alejó la discusión de lo que pasa en la sociedad y se evitó asumir posición aunque esté envuelto en la vorágine social en la que estamos todos. Declaró que es un tema que les corresponde a otros, a los que se mueven en la esfera de lo político.
Esa es una posición difícil de mantener. Ese aislamiento autoimpuesto, a pesar de que el origen de las experiencias solidarias fue y es una reacción a la realidad existente, lleva en la práctica a que la Economía Solidaria pueda quedar solo como un acompañante, una comparsa de sistemas económicos y sociales, aparentemente distintos, pero en realidad similares en concepciones jerárquicas, de subordinación. Todo eso alejado de los conceptos solidarios.
Vemos entonces modalidades de la Economía Social Solidaria conviviendo en China, Rusia, Estados Unidos, Europa, Canadá.
En el mundo de los países “en desarrollo” se ha insistido en que la Economía Solidaria es la ambulancia de la sociedad que recoge los heridos y enfermos dejados por el sistema.
La dependencia del Estado
- El condicionamiento del Estado, de la visión global, mediante leyes y las llamadas autoridades de aplicación que suponen pérdida de autonomía de la solidaridad.
Pero muchas sociedades sí analizan a la Economía Solidaria y la han querido delimitar mediante el aparato estatal. Le han quitado el protagonismo y llenan la ausencia de macro visión de la economía de la solidaridad estableciendo, el propio Estado, el papel que debe tener en la sociedad.
La definición de su papel en la sociedad la ha querido instituir el Estado y no los propios integrantes de la Economía Solidaria.
Fundamentalmente el Estado lo ha hecho mediante dos instrumentos: las leyes y los organismos de aplicación que son entes especializados para la supervisión de la Economía Solidaria.
Con leyes
Con las leyes
Les voy a pedir, amigos lectores, que verifiquen en el marco legal de su país o región, si las características que voy a indicar en las siguientes páginas están vigentes para la Economía Solidaria en donde ustedes viven.
La neutralidad política llevada a ley
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La neutralidad política llevada a ley
En el libro Legislación Cooperativa en América Latina de José María Montolío67, publicado en 1990, se analizan las leyes de veinte países del continente americano. En 12 de ellas, se establece textualmente la neutralidad política de las cooperativas. De los otros 8, 7 reconocen los principios cooperativos establecidos por la Alianza Cooperativa Internacional, lo que a la fecha de la aprobación de esas leyes incluían la neutralidad política. Solo uno, Cuba, no hace referencia a los principios cooperativos pero declara el carácter socialista de estas organizaciones.
En otras modalidades de la Economía Solidaria, como mutuales, fondos de empleados, cajas de ahorro; las disposiciones legales siguen las mismas pautas de la legislación cooperativa.
La delegación de la gestión en pequeños grupos, también hecha obligatoria mediante leyes
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La delegación de la gestión en pequeños grupos, también hecha obligatoria mediante leyes
Se establece por ley, que la autoridad de la asamblea pasa, cuando ella no está reunida, a un ente administrador único, llámese consejo de administración, directiva, consejo rector o nombre equivalente.
Ente que centraliza y concentra la gestión y en consecuencia el poder interno en la organización.
Esta situación, en términos de administración y ejecución, hace que los otros asociados pasen a ser actores pasivos, expectantes de las decisiones de ese grupo y de sus rendiciones de cuentas. Los convierte en terceros, en clientes. Los hace asociados pasivos. Los debilita al quitarle el protagonismo en un proyecto que es común.
Además, convierte a ese grupo delegado en el responsable de la gestión. El grupo debe coordinar y todos deben seguir sus pautas. Es su responsabilidad y debe asumirla. En definitiva se centraliza la gestión y el poder en la organización.
Esto amerita la existencia de una cadena de mando interna en las experiencias de la Economía Solidaria que tenga como cabeza a esos grupos o a gerentes. Se arrastra, en consecuencia, la cultura que este concepto trae consigo.
Lo más restrictivo de esta situación es que el marco legal, en la mayoría de los países, no da otra opción organizativa, impidiéndole a las entidades de la Economía Solidaria la flexibilidad organizativa y la adaptación al cambio en la sociedad. Les quita capacidad de adaptación. Las condena a ser organizaciones anquilosadas en el tiempo.
Es así como grupos sociales, étnicos, acostumbrados a formas colectivas, solidarias y participativas de gestión, para poder incorporarse a la Economía Solidaria legalizada deben desechar sus formas tradicionales y asumir los esquemas centralizadores del marco legal.
El trabajo asociado no se contempla
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El trabajo asociado en las leyes.
En el marco legal de la Economía Solidaria de la mayoría de los países, no se hace referencia al trabajo asociado, al trabajo en las cooperativas, dejando establecido, explícita o implícitamente, que se regulan por las disposiciones de la ley que se aplica a los trabajadores dependientes. Solo se trata el tema al referirse a un “tipo” de cooperativas, las llamadas cooperativas de trabajo. Pero es un tema más global. El trabajo asociado en toda manifestación de la Economía Solidaria, no en un tipo determinado de cooperativas.
Lo que sucede es que el ente de la Economía Solidaria se convierte en patrono, y el asociado que trabaja se reduce a un tercero contratado. En la práctica se le quita su carácter de asociado.
Algunas leyes hacen referencia a las cooperativas de trabajo o producción en donde el trabajo es asociado y sin embargo continúan dándole el carácter de contratante o patrón a la cooperativa como ente jurídico, quitándole la esencia de asociación para el trabajo.
La desintegración legalizada
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La integración
En la gran mayoría de las leyes se privilegiaba la interacción de las cooperativas por el tipo de actividad que realizaba. Como ejemplo, las federación de cooperativas de ahorro, de consumo, de producción, de transporte, agrícola o algún otro tipo de actividad establecida en la ley. Lo que está en el fondo de esta visión es que le quitan a las organizaciones su carácter local, de comunidad que se asocia y las valoran solo por la actividad que realizan, por lo que hacen y no por lo que son, promoviendo una articulación con otras experiencias fuera de la comunidad que se dediquen a la misma actividad.
Es la ruptura del arraigo local. En una misma comunidad se podrían presentar muchas necesidades diferentes y podría proponerse una organización comunitaria o alianzas de ellas, para enfrentarlas en conjunto. Pero las modalidades establecidas legalmente, canalizaban esos esfuerzos en emprendimientos por tipos, (transporte, vivienda, consumo y otros), fuera de la comunidad cercana, fuera de la ciudad, fuera de la región. Promueve una integración por lo que hacen, por “tipos” y no por lo que son: asociación, cooperación, mutualidad.
Su integración, su articulación con otras experiencias, se daría en entidades fuera de esa localidad, con otras experiencias también por tipos, llevadas por otras comunidades.
Así mismo, esos entes sectoriales, por tipos de cooperativas, federaciones, convergerían en Confederaciones de Cooperativas o mutuales, que tendrían un carácter gremial, de defensa de sus afiliadas y no de establecimiento de una política económica, organizativa y educativa de alcance societal.
Tampoco en este aspecto de la articulación, al igual que en el diseño de la gestión interna, se dan otras opciones de integración, estableciéndose modalidades rígidas, poco abiertas y flexibles. Minimizando así su potencial como fuerza local, regional, de país, mundial.
Cuando en algún país se asoma la posibilidad de organizaciones mixtas, de servicios múltiples o multiactivas, se generan contradicciones con el marco legal, que no contempla mecanismos de integración para esas realidades, por no poder enmarcarlas en “tipos” de organización por la variedad de su accionar.
En los países en donde, de conformidad con la ley o a pesar de ella, se han desarrollado tradicionalmente actividades multiactivas en las cooperativas, como Paraguay y Venezuela, esos movimientos han caminado por procesos de integración más envolventes y vinculados con las comunidades. Pero son excepciones porque las tendencias que han impulsado el modelo de las mayorías de las leyes en Latinoamérica, siembran la desintegración real con los procesos comunitarios al integrar por lo que hacen, por tipos, y no por lo que son: Solidaridad.
Autoridades de aplicación rectoras
Con las llamadas Autoridades de aplicación
Aparecen en la mayoría de las leyes unas entidades de carácter público encargadas al menos de tres aspectos fundamentales: la legalización de los entes de la Economía Solidaria, el registro y la supervisión. En algunos países también son responsables de la promoción, la educación y el financiamiento.
Tienen diferentes denominaciones como superintendencias, Institutos Nacionales, Direcciones Nacionales de Economía Social, de Cooperativas, de Mutuales o de entes de la Economía Social.
Se establece un control público sobre la Economía Solidaria que no se establece para otras modalidades civiles de organización, como las mismas asociaciones civiles y fundaciones entre otras.
En muchos casos, se las impele a legalizarse en un ente con condiciones distintas al modo normal de obtener la personería jurídica para otras entidades civiles.
Se establece una supervisión externa sobre los entes constituidos por asociados, que son responsables de una organización instituida por ellos mismos, y que deben ser gestionadas y controladas autogestionariamente, con los mecanismos y procedimientos que ellos establezcan.
Los argumentos para establecer estas figuras de control por parte del Estado, se quieren justificar como una defensa de los asociados frente a la cooperativa de la que ellos son parte. Es tratarlos como terceros. Así como las superintendencias bancarias y de seguros que deben proteger a los clientes frente a los entes que les prestan servicio. En ese caso es algo lógico, porque son terceros, clientes aislados frente a organizaciones con fines de lucro. Pero en el caso de la Economía Solidaria no es así. No son terceros. Son los organizadores, gestores y controladores de sus propias organizaciones.
Lo más grave es que por la vía de los hechos, en muchos países, esos entes públicos pasan a convertirse en integradores de la actividad de la Economía Solidaria. En algunos lugares hasta los denominan “entes rectores”. En otros casos, concentran los fondos de educación establecidos en la ley, lo que les da un poder de conducción enorme no apropiado para organizaciones autónomas.
Estos entes, en algunos países, llenan el vacío que deja la Micro Visión, sobre todo en la falta de perspectiva del sentido de construcción de un movimiento integrado y autónomo.
Muchas veces parece que los movimientos de la Economía Solidaria, son entes paraestatales, conducidos por los fines del Estado.
La educación no solidaria
- El concepto educativo como una acción paralela y separada de lo que se vive, en la práctica, del accionar solidario
Lo que normalmente se entiende por educación en el subsistema entrópico al que le hemos dedicado este capítulo, se refiere a cómo preparar a los asociados y trabajadores para participar y trabajar en la lógica de esas empresas. Conocer sus aspectos organizativos y económicos. Formar en el conocimiento del modo de gestionar de la empresa de la Economía Solidaria en las asambleas y en la gestión por delegación en los consejos y comités. Formar a los trabajadores para mejorar sus capacidades y actitudes en sus funciones y equipos de trabajo.
También en conocer los principios y valores de la organización.
Pero la educación profunda que este subsistema, que hala hacia el caos a la Economía Solidaria, hace vivir a sus asociados la experiencia de organizaciones en las que se es asociado-cliente o asociado-trabajador dependiente.
Los hace vivir en la dinámica de una cadena de mando.
Presenciar la práctica de la neutralidad política.
No empatizar con la comunidad del entorno.
Ir a asambleas en las que se vota pero no se llega a consensos.
Ver luchas para ocupar puestos en entes directivos.
No articularse con otros procesos y modalidades de la Economía Solidaria.
Ver cómo se beneficia individualmente, cada asociado de la organización.
La educación real, intensiva y profunda, no va a ser nunca la que se transmite en cursos y talleres, sino la que se vive todos los días en la práctica y dinámica de la organización en la que se está inserto.
Va a ser la educación en un modo de vida.
De hecho, cada unidad o vivencia de la Economía Solidaria está ya educando profundamente.
Unas unidades, las del subsistema entrópico que estamos describiendo, educan hacia modos de vida que no se desean. No solidarios.
Otras educando profundamente hacia la transformación.
Alejados de la espiritualidad, del cambio personal
La esfera de los valores profundos, de la solidaridad como modo de vida, del desarrollo humano, de la espiritualidad, es tratada en forma similar a la neutralidad política.
Es algo de cada persona, pero no de la organización.
Las consecuencias son fatales, porque así no seremos un proyecto transformador de la sociedad, en todas las esferas, incluyendo lo político y lo espiritual.
No es el norte de este concepto entrópico, que frena el asumir un modo de vida, sus valores, su compromiso profundo con él mismo, con su propia transformación, con su comunidad, con la sociedad global.
Esa visión quiere evitar que el movimiento solidario se conciba a sí mismo como fuerza social autónoma y con gran capacidad de transformación y a la vez mata su fuerza espiritual.
Que sean solamente empresas, sin transformación cultural, sin ser parte de una nueva cosmovisión.
Veamos en conjunto estas fuerzas de freno y destrucción
Estamos frente un subsistema de freno, de caos, lleno de entropía, de fuerzas de destrucción, dentro del sistema de la Economía Solidaria.
En lo económico la disociación del asociado convirtiéndolo en cliente y trabajador dependiente.
También en lo económico, el archipiélago asociativo como visión y acción de la empresa solidaria aislada.
En lo organizativo-económico el asumir modelos empresariales, llave en mano, de las empresas privadas y públicas, diseñados para desarrollar hechos no solidarios.
En lo organizativo, la incorporación de los conceptos de las sociedades jerárquicas para el diseño organizacional, delegando en grupos pequeños la gestión y estableciendo cadenas de mando en su administración interna.
En su ideología o pensamiento, además de acompañar con valores, simbología y justificaciones propias de otros modos de proceder, el someterse a las sociedades o ser sometidos por ellas, mediante criterios como la neutralidad política y también por acciones del Estado, fundamentalmente mediante leyes y organismos especializados en entidades de la Economía Solidaria.
Por otra parte educando en una práctica de vida alejada de un modo de vida personal, grupal y comunitario, comprometido con la transformación espiritual, económica y organizativa de la sociedad.
El subsistema descrito, (el de las fuerzas que lo destruyen, actuando dentro de la Economía Solidaria como una fuerza llena de entropía), hala poderosamente, frena con energía a la bicicleta Solidaria. La llama a la muerte de sus ideales de nueva sociedad.
Se aprovecha de la Micro Visión, de la ausencia de una visión macro, para integrarla a visiones de otros sistemas y también de otras fuerzas que desde lo político, por ejemplo, o desde lo religioso, o desde lo sindical desarrollan sus estrategias de lucha y cambio.
El no ver su propia potencialidad autónoma, su proyecto transformador integral, su carácter movilizador, su dimensión para ser un gran movimiento mundial en búsqueda de nuevas relaciones, hace que le deje el campo abierto a ese cáncer interno de un subsistema penetrado por la sociedad que se quiere cambiar.
Al no ver su propia potencialidad autónoma, tenderá a subordinarse a proyectos políticos o religiosos, o de otra índole. En consecuencia será un apéndice de ellos.
¿Las fuerzas para avanzar?
¿Y cuáles son las fuerzas en el Sistema de la Economía Solidaria que lo hacen avanzar? ¿Dónde está el pedalear que le permite a nuestra bicicleta superar el roce, el viento, las subidas, las fuerzas entrópicas?
En eso nos concentraremos en los siguientes capítulos. Analizar las fuerzas que están desarrollándose y que pensamos se deben potenciar en la Economía, que la hacen y la pueden hacer fuerte, impactante, transformadora de cada uno de nosotros, de nuestra comunidad y de la sociedad entera.
Millones Escuelas Vivientes de la Solidaridad
En el capítulo siguiente optamos por empezar por el sistema espiritual, por el tema educativo.
Elección que no fue fácil, porque es muy cuesta arriba descomponer un sistema que es un todo dinámico en funcionamiento. Es como explicar el corazón sin hablar de arterias, venas, cerebro, cuerpo, glándulas, músculos, en fin, sin comentar el todo, el sistema en funcionamiento.
Pero el tema educativo es primordial para el desarrollo de la Economía Solidaria. Lo intentaremos ver en forma sistémica, estableciendo las relaciones entre las partes en el todo viviente.
El tema y título del nuevo capítulo hace referencia a convertir cada unidad y proceso de solidaridad en una escuela: Millones de Escuelas Vivenciales.
CAPÍTULO V
MILLONES DE ESCUELAS VIVENCIALES
En Montevideo, más de 20.000 familias participan en un proceso educativo impactante. Tuve la suerte de asistir al cierre de una de sus etapas. Estaban reunidas 95 familias en un sorteo. La rifa tenía como “premios” 95 viviendas. Venían de meses de construcción de una urbanización, de un barrio, que ellos habían diseñado. Se habían sentado con una cooperativa técnica, de construcción urbana, a revisar su proyecto de urbanización. Estudiaron plano por plano el proyecto.
Entre ellos estaban familias con miembros numerosos. También familias de solo dos personas. Abuelos que no podrían subir escaleras. Muchos niños, lo que obligaba a un diseño especial de la unidad educativa. Los espacios recreativos y culturales demandaban apartar muchos metros cuadrados de la urbanización. Durante semanas analizaron estos aspectos y aprobaron su proyecto urbanístico.
Durante los meses de construcción cada familia destinaba 21 horas de trabajo semanal a la edificación de casas, edificios y áreas comunes. Unas veces venían los hombres de la familia, otras veces las mujeres. Las más de las veces, ambos. Otras veces los hijos. Trabajan por la urbanización y las casas de todos. Nadie sabía cuál vivienda ocuparía.
Trabajaron como obreros de la construcción, como cocineros, como ayudantes. Eran guiados por los profesionales de la cooperativa técnica de construcción. Se reunieron infinidad de veces para evaluar el trabajo, para planificar y también para compartir.
Familias construyendo viviendas por ayuda mutua.
Fueron construyendo, además de viviendas, hermandad y Solidaridad con sus futuros vecinos.
Hoy es un día emotivo. Se comienzan a sacar del biombo los números de las casas y apartamentos. Se empezó por los apartamentos grandes para las familias numerosas. El 31 para la familia de Jorge Cabrera. El 53 para la familia de Juan Pablo. Después, las viviendas en los pisos de abajo para los de más edad. A mi amigo Sarachu le tocó el 83. Después los de familias pequeñas. Una pareja amiga, Daniel y Claudia, recién casados, jóvenes, con deseos y pasión para tener, al menos, tres hijos, sabía que podría con el tiempo mudarse a otro apartamento de la misma cooperativa que tuviera más habitaciones.
La urbanización era de todos, en común, pero el sorteo era sobre el derecho al uso del apartamento asignado, a su usufructo legal.
Al terminar el sorteo celebraron su proeza humana y el enorme aprendizaje técnico logrado en urbanística, en organización participativa y en desarrollo personal y grupal. Carlitos, Diego y Jorge nos emocionaron con sus canciones que reconocían el esfuerzo de todos. Lo habían logrado en un emprendimiento común.
Aprendizaje que continuarían teniendo como gestores de un proyecto de vida común, en la cooperativa, en su urbanización.
Nosotros los acompañamos en la celebración de una gran escuela vivencial.
Vivimos un acto educativo tremendo que impactó nuestras vidas.
Otra experiencia y escuela vivencial en Montevideo, y en otras ciudades uruguayas, en las que participan más de 20.000 familias en cientos de cooperativas de vivienda por ayuda mutua.
También son escuelas de vida, las que con el mismo espíritu, en el ámbito de construir comunidades físicas y humanas, se multiplican en todo el mundo. Con diferentes modalidades de construcción y gestión de la vida comunitaria. Así las hay en Paraguay, en el sur de Quito en Quitumbe, en Centroamérica, en Suecia y Noruega y en tantos otros lugares y comunidades.
Las fuerzas neguentrópicas
En este momento del libro nos estamos enfocando en el tema de la Economía Solidaria, ya no vista desde las fuerzas internas del Sistema que lo llevan a la destrucción. Las fuerzas entrópicas. No viéndolo desde las fuerzas sistémicas que frenan el avance de nuestra bicicleta.
Estamos ahora enfocándonos, más bien, desde las fuerzas que la hacen avanzar con energía, las fuerzas que nos dan vida. Las fuerzas que nos permiten pedalear con intensidad. Según la Teoría General de Sistemas, TGS, las fuerzas neguentrópicas.
Nos estamos fijando en los caminos que debemos elegir para desarrollar la mayor velocidad posible de nuestra bicicleta. También en los acompañantes, en nuestros senderos, con los que hagamos sinergia para lograr objetivos comunes. En el mantenimiento de nuestra bicicleta. Así como lo que debemos llevar en nuestro viaje.
El Sistema de la Economía Solidaria, como sistema que es, se armoniza entre su desarrollo económico, organizativo y espiritual y de pensamiento. Como una unidad sistémica.
El tema educativo pertenece a este último aspecto espiritual y del pensamiento, pero que nunca podrá entenderse, si no lo vemos en conexión coherente con los aspectos económicos y organizativos.
Todas las propuestas de fortalecimiento en la cosmovisión, pensamiento, valores, actitudes, deben estar en conexión y coherencia con los otros procesos, subsistemas de ese gran sistema.
La idea que vamos a desarrollar en lo educativo debemos analizarla con los otros planteamientos sobre opciones en lo económico y en lo organizativo, que veremos en los siguientes capítulos.
Aunque lo trataremos por separado, intentaremos siempre ir vinculando esos tres aspectos en el desarrollo de los planteamientos.
Al final vamos a presentar y resumir integralmente los diferentes planteamientos que apoyen el desarrollo de la Economía Solidaria.
Veámoslo ahora desde el ángulo de lo educativo.
Serán planteamientos para la Economía Solidaria que ya están en funcionamiento. Estas fuerzas las hemos visto vivir en muchas experiencias solidarias. Queremos difundirlas y potenciarlas. Queremos que sean elementos que fortalezcan las fuerzas de mantenimiento y transformación.
Que sean neguentrópicas, homeostáticas, equilibradoras, reconstructoras, potenciadoras, según la Teoría General de Sistemas.
Las fuerzas que conservan y fortalecen al Sistema de la Economía Solidaria y se contraponen a las tendencias entrópicas que hemos analizado en el capítulo anterior.
Educación entre adultos
Nos vamos a enfocar e insistir, primero, en que los procesos formativos en la Economía Solidaria, en su mayoría, son entre adultos. Son ellos los protagonistas mayoritarios en este modo de vida.
Esta educación discurre en procesos que son distintos a los desarrollados en la educación entre jóvenes en los sistemas formales.
Y en segundo lugar nos enfocaremos en el desarrollo del planteamiento: Millones de Escuelas Vivenciales de la Solidaridad.
La importancia de la Educación
Detengámonos un momento para ver cómo está evolucionando y cómo están siendo abordados los procesos educativos ante los cambios en la sociedad.
“No hay solución sin educación”. “No hay desarrollo sin Educación”. “Si los países quieren superar sus niveles de pobreza, el énfasis tiene que estar en realizar grandes programas educativos”.
Esas frases cuentan con un gran consenso en el mundo.
Sin embargo, surgen muchas preguntas.
¿Educación para los jóvenes?
La sensación que tenemos es la de que estamos dándole mucha importancia, en todo el planeta, a fortalecer a las universidades, a los institutos técnicos, a las unidades educativas en los niveles universitarios, secundarios, primarios y de preescolar.
Todo ese sistema educativo es clave en nuestra sociedad. Pero no hay que perder de vista que se orienta a niños, adolescentes y jóvenes. Se diseñan los programas y métodos de educación para atender la oferta y la demanda educativa orientada a preparar para el empleo y la vida a los jóvenes, en la sociedad en la que deberán incorporarse.
Pero hay un gran ausente en esos proyectos educativos: La población adulta. La mayoría de las instituciones educativas no los incluyen.
En las expresiones sobre el tema educativo parecen descartados los adultos. Ya no hay nada que hacer con ellos. “El árbol que nace torcido nunca su rama endereza”, parecieran decirnos. El futuro está en la juventud. Aparentemente los adultos no están incluidos en los planes educativos para erradicar la pobreza, para el desarrollo. Ellos no serán los protagonistas de esos cambios.
Pero lo cierto es que la población adulta es la que vive y consolida la vida comunitaria, el trabajo, las relaciones. Por eso, se nos presenta un gran reto:
¿Cómo podremos atender, hoy, a la gran mayoría de la población que es adulta y para la que no están diseñadas las instituciones educativas tradicionales?
Educar, ¿para el fin del trabajo?
El problema se hace más complejo cuando para los que están naciendo hoy, según Iñaki Ortega68, el 65% de los trabajos no se han creado todavía. Serán otros los modos de empleos para ellos. Serán nuevas las opciones de ocupación en las que se podrán incorporar los actuales neonatos. ¿Cómo educar y preparar para un empleo que no existe, y que difícilmente podemos imaginar?
Más impactante aún, la Universidad de Oxford pronosticó en el 2013 que 47% de los empleos en Estados Unidos corren el riesgo de ser reemplazados por robots y computadoras con inteligencia artificial durante los próximos 15 o 20 años.
Jeremy Rifkin en 1996 publicó su libro El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo: el nacimiento de una nueva era69. La visión de Rifkin predecía un impacto devastador sobre los empleos y las profesiones tal como eran concebidas en su momento. La crisis social que avizoraba adquiría dimensiones planetarias. Él veía lenta la capacidad de respuesta de las sociedades, y al pensar en soluciones hacía un gran énfasis en la potenciación del tercer sector y la globalización de la Economía Social, además de hacer reingeniería de la semana laboral y establecer un nuevo contrato social.
En el año 2019 Andrés Oppenheimer nos dice: Sálvese quien pueda70. Con su ameno estilo periodístico nos pasea por todo el mundo, constatando la desaparición de las profesiones y empleos, y nos propone temas fundamentales para analizar en esta situación.
Kodak, con 140.000 empleados, fue sustituida por Instagram con solo 13 empleados. Blockbuster, con 60.000 empleados, no pudo contra Netflix con 30 personas.
Ya desaparecieron los ascensoristas, las operadoras telefónicas, los barrenderos, los obreros en muchas fábricas.
Los cajeros automáticos acabaron con las sucursales de los bancos.
Ahora las apps de los teléfonos celulares acaban con los cajeros automáticos.
Los trabajadores de las fábricas están siendo reemplazados por robots.
Desaparecen los empleos en las casillas de cobranza en los estacionamientos. Ya casi no se necesitan empleados para el chequeo de los pasajeros en los aeropuertos.
En Japón, los meseros de muchos restaurantes ya están siendo reemplazados por cintas movedizas y hasta los chefs de varios restaurantes de sushi están siendo sustituidos por robots.
El Hotel Henna en Japón, con 100 camas, es manejado por diferentes robots para atender a los huéspedes en los servicios comunes y en las habitaciones. Solo dos humanos, dos personas, además del personal de mantenimiento, están presentes por si algo falla.
En los supermercados, los cajeros y cajeras serán sustituidos por el autopago. Los controles de inventarios y otros procesos administrativos estarán totalmente automatizados.
Pero no son solo los trabajadores manuales los que sufrirán esta situación, sino los llamados trabajadores intelectuales. Los periodistas sustituidos por robots. Los contadores por sistemas informáticos. Los agentes de viajes, los vendedores de bienes raíces, los banqueros, los agentes de seguros, los abogados y los médicos. Los educadores por variadas modalidades informáticas. Los traductores por dispositivos portátiles. Prácticamente no hay profesión que se salve.
Muchos tienen la esperanza de que, al igual que en otras oportunidades, el empleo que se pierde por los cambios tecnológicos se recupere después con nuevas modalidades de empleo, dado por las mismas nuevas tecnologías.
Es una opinión sostenida por personas como Peter Diamandis, que escribió el libro El futuro es mejor de lo que piensas71.
Sin embargo las noticias no son buenas en este sentido. El cambio tecnológico actual tiene un crecimiento exponencial y sustituye los empleos a tal velocidad que no se está dando la recuperación esperada por nuevos empleos.
Hasta los propios responsables de la revolución tecnológica –figuras como el fundador de Microsoft, Bill Gates, y el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg– están admitiendo por primera vez que el desempleo causado por la tecnología, el así llamado desempleo tecnológico, podría convertirse en el gran conflicto mundial del siglo XXI72.
El ingreso básico universal
El tema es tan grave que, ante un previsible aumento del desempleo y la consecuente disminución de la demanda y por ende una gran crisis económica, se ha propuesto, por esta y otras razones, “el ingreso básico universal” para que todas las personas reciban periódicamente una cantidad mínima de dinero con la que puedan mantenerse. Esto transformaría las relaciones humanas impactando el mundo que conocemos.
Otros proponen remuneraciones como compensación por trabajo comunitario para sembrar relaciones más comprometidas con el entorno.
Geopolítica del empleo
Además este tema debe verse en el contexto geopolítico. En la economía europea los robots bajan los costos de producción y están evitando la competencia desde China y las políticas de movilizar unidades de producción hacia allá.
Según el Banco Mundial, el porcentaje de trabajos amenazados por la automatización será de 77% en China, 69% en India y Ecuador, 67% en Bolivia, 65% en Panamá, 64% en Argentina, Paraguay y Uruguay, 57% en el promedio de países industrializados y 47% en Estados Unidos73. Sin embargo, estos porcentajes pueden ser engañosos porque algunos de los países más amenazados por la automatización, como China y Corea del Sur, están comprando y construyendo robots industriales a toda velocidad para seguir siendo competitivos en la era de la automatización.
Es verdad, sin embargo, que el cambio tecnológico y social hace surgir nuevas necesidades y posiciones de trabajo.
¿Para cuáles ocupaciones formamos a los jóvenes y a los adultos?
Ante semejante cambio en la sociedad es imperativo preguntarnos, ¿Para cuál ocupación formamos a los jóvenes? ¿Cuáles profesionales se requerirán dentro de veinte años en una sociedad cambiando meteóricamente? ¿Qué tipo de organizaciones para el trabajo se deben desarrollar? ¿Cuál es el enfoque del mundo asociativo y solidario, frente a esta situación? ¿Cómo educar en ese contexto?
Para los pensadores avanzados en la educación otros temas pasan a ser prioritarios ante esa realidad. El llamado urgente que hacen es a educar para prepararse para ese cambio acelerado.
Formar en habilidades
Surgen entonces otras orientaciones y prioridades: Formar en skills, en habilidades individuales para el siglo XXI, que se convierten en necesarias y fundamentales: Creatividad, Innovación, Pensamiento crítico, Resolución de problemas, Comunicación, Colaboración, Razonamiento cuantitativo, Pensamiento lógico, Autorregulación, Determinación, Perseverancia74. Preparar a los jóvenes para el cambio por encima de la preparación en técnicas y especialidades para una realidad que no va a existir.
En esa misma lógica, Yuval Noah Harari, autor de Sapiens, en su libro 21 lecciones para el siglo XXI, señala que la formación hay que dirigirla a las cuatro C: Pensamiento Crítico, Comunicación, Colaboración y Creatividad75. Que debemos restarle importancia a las habilidades técnicas y hacer hincapié en las habilidades de uso general en la vida. Lo más importante de todo será la capacidad de habérselas con el cambio. “Sobre todo necesitaremos reinventarnos, una y otra vez”76.
Debilidad del sistema educativo formal
Pero el sistema educativo formal está diseñado como un complemento de la sociedad actual. Prepara para que los jóvenes se incorporen en su lógica y en su funcionamiento. El cambio actuante y previsible en la sociedad hace tambalear un sistema educativo que tiene vocación de acompañante y facilitador de esa realidad. La inercia y rigidez institucional del sistema educativo tienden a mantener la visión de la sociedad como una realidad dada, estática, y así lo entiende y lo atiende. Este es un desfase difícil de superar con la orientación concentrada solo en la juventud, ya que los niños que están empezando hoy tardarán entre 15 y 20 años para incorporarse activamente en el hecho productivo que está cambiando a la velocidad de la luz.
Esta debilidad estructural pone de relieve, y aún más en evidencia, la ausencia de la atención a los adultos por parte de los sistemas formales de educación.
Los adultos se están formando en la vida
Pero los adultos sí se están formando. Se están formando en la práctica, en la vida. Están formándose en la vida familiar, grupal, en su empleo, en sus proyectos, en su cotidianidad.
Pero ¿en cuál vida? Son múltiples los procesos formativos en los que están inmersos los adultos de hoy.
Trabajo dependiente
Nos tenemos que preguntar cómo se están formando los adultos, en la práctica, cuando se está inmerso en organizaciones características de las sociedades jerárquicas, en las cadenas de mando, en la subordinación de las personas, en la utilización de la naturaleza bajo los intereses del capital.
¿En que se están formando los que son parte de esquemas de subordinación en el sector público y sus empresas? ¿En que se están formando los que, en casi todas las organizaciones, son tratados e incorporados como individuos aislados, fuera de toda relación de grupo, de comunidad?
Las propuestas de los pensadores avanzados sobre la educación formal insisten en las skills del siglo XXI, habilidades que son una fuerte ruptura con las lógicas de las sociedades jerárquicas.
Pero esas habilidades parecen incompatibles con las sociedades de subordinación. Habilidades como la autogestión, la colaboración, el pensamiento crítico, la autorregulación, que no son compatibles con esos modos jerárquicos de organizar la vida. Para llevarlo al extremo, imaginemos a soldados con ese comportamiento y actitud. Harían inviable a los ejércitos tal como los conocemos.
Esas habilidades suponen que la transformación en la vida económica y social sea tal, que se elimine el concepto jerárquico que sostiene sus posiciones de poder. Supone una profunda reingeniería de las relaciones originadas desde el capital y desde el Estado. La presión está ahí y ya se van dando cambios que sacuden a las empresas y sociedades.
Trabajo por cuenta propia
Pero los adultos también se están formando en otras dinámicas económicas. Una de ellas es en economía por cuenta propia, las empresas familiares, en la llamada economía informal, que en regiones como América Latina, antes de la pandemia, representaban más del 55% del empleo de la población. En esos emprendimientos se desarrollan conocimientos, actitudes y valores completamente distintos: iniciativa, autorregulación, autogestión, sentido de la oportunidad, del marketing y otros propios de actividades que requieren una posición proactiva en la vida. Se desarrollan ahí muchas de las habilidades del siglo XXI señaladas anteriormente.
En las calles y autopistas de Caracas se venden: banderitas de los equipos de fútbol que estén jugando el mundial, la Champions europea o la Copa Libertadores de América; banderas de los equipos de béisbol del campeonato local; pitos, agua y banderas en las manifestaciones de la oposición y del gobierno; fotocopias de los libros de moda. Cuando llueve, aparecen de la nada paraguas y también papel de periódicos para el mismo fin protector. Y actualmente mascarillas y caretas para el COVID-19. Esa capacidad de adaptación, iniciativa y trabajo sin horario, la desearían muchas empresas formales.
Trabajo asociado
Y también los adultos se están formando en la Economía Solidaria. Se agrupan consumidores y trabajadores para organizar compras de productos y para producir bienes y servicios. Propician empresas de participación. Viven la democracia en lo económico. Desarrollan el apoyo mutuo, la colaboración, la autorregulación, la autogestión, la participación en asambleas. Aprenden las formas de utilizar el excedente, el sobrante de las actividades que realizan. Practican la responsabilidad en la autogestión y la capacitación para la gestión de los emprendimientos que llevan adelante. Estimulan la Solidaridad. Solamente el recordar a nuestros amigos de las cooperativas de vivienda del Uruguay nos permite visualizar el alcance de estas dinámicas educativas.
La debilidad actual de estos procesos está en las fuerzas entrópicas de la Economía Solidaria que se cuelgan de ella. La halan hacia el fondo. Al incorporar dentro de las empresas solidarias a la sociedad vieja que se quiere cambiar, se propician hechos de formación y capacitación como los de las sociedades jerárquicas. Irónicamente, en cierto sentido, de peor manera, porque el modo copiado de proceder y de gestionar de las sociedades jerárquicas es el modo que está en proceso de superación en esas mismas sociedades. Es casi algo del pasado.
En muchos casos, las empresas asociativas ni siquiera han copiado las innovaciones que empresas de capital y públicas ya han realizado en ese proceso de aggiornamento en las transformaciones mundiales.
Las leyes sobre la Economía Solidaria, al menos en los países latinoamericanos, se han encargado de congelar, en algunos casos, el modelo de gestión y mantenerlo en sus versiones de los siglos XIX y XX, de gestión por delegación en pequeños grupos como vimos en el capítulo anterior.
Pero esas tendencias que frenan su desarrollo no nos pueden hacer perder de vista la profunda realidad educativa que se da en estos procesos comunitarios inspirados en la solidaridad.
Educación transformadora
Nos vamos a enfocar e insistir, primero, en las características de los procesos formativos entre adultos, que son los protagonistas mayoritarios de la Economía Solidaria. Esas dinámicas formativas son distintas a las desarrolladas en la educación de jóvenes y se hace necesario evidenciar las diferencias. Sin descartar u olvidar la importancia que tiene el preparar a los jóvenes para la sociedad en transformación.
Y segundo lugar, en el desarrollo del planteamiento central de este capítulo: Millones de Escuelas Vivenciales de la Solidaridad.
Procesos educativos, de formación entre adultos en la economía solidaria
Desprenderse del concepto educativo que arrastramos.
Lo primero es desprendernos del concepto de educación que llevamos con nosotros normalmente, que es el concepto detrás de la educación formal, diseñado para jóvenes y que lamentablemente estamos heredando.
¿En qué consiste el modelo educativo que estamos heredando?
A vuelo de pájaro, es:
-
Un sistema de educación orientado a individualidades.
-
Un sistema de formación que aísla
-
Un sistema educativo “mecanicista”
-
Un sistema educativo dirigido y gravitando alrededor de la cabeza, del conocimiento.
-
Un sistema educativo en donde la institucionalidad (docentes, institutos educativos) tiene la verdad y la trasmite.
-
Un sistema con productos prediseñados, con metas del proceso educativo preestablecidas.
-
Un sistema educativo que educa para insertarse en un sistema social trasvasado por las ideas y sustratos de las sociedades jerárquicas y que busca satisfacer así las necesidades de una manera de producir y gestionar.
Veamos con más detalle estos conceptos
Veamos esas características con detalle.
1. Orientado a individualidades
El sistema de educación formal está concebido como una relación entre el aparato educativo y cada individuo. Aunque se haga en grupos o clases, la evaluación es individual, la orientación es la capacitación personal, el producto esperado se vincula con cada persona, fuera de su contexto social.
2. Un sistema que aísla al participante
La educación se da en locales, físicos o virtuales, fuera del contexto de vida. Se saca al niño, adolescente, joven y también al adulto, cuando se quiere educarlo, de su trabajo, de su empresa, de su familia, de su medio social, colocándolo en un ambiente exclusivamente dedicado a la educación, extrayéndolo con pinzas de su ambiente y aislándolo para su “formación”.
3. Un sistema educativo “mecanicista”
Inspirado en los procesos industriales de los siglos pasados, se pretende educar en serie.
– Se buscan productos homogéneos.
– Producidos en serie. Todos por el mismo camino: primaria, secundaria, educación superior. Además con destinos y carreras predeterminadas. Todos deben aprender de la misma manera y al mismo ritmo.
– Con patrones de evaluación predeterminados por quienes controlan el sistema de formación.
– Partiendo de una materia bruta que debe doblegarse a un patrón de producción. Supone, como si fuese una materia prima, que los educandos son deficientes y que la escuela, el sistema educativo los corrige y moldea.
– Descartando los productos que no logran el objetivo, los que tienen deficiencias.
– Seleccionando los mejores productos, separando las calidades establecidas por el patrón predeterminado y excluyendo los de mala calidad.
– Fragmentando el conocimiento. Separando las partes del todo. Hablando de cosas más que de relaciones.
4. Un sistema educativo dirigido a la cabeza.
La educación gravita en los conocimientos (lo intelectual). Ese es su diseño fundamental, aunque indudablemente muchos docentes, según sus orientaciones, buscan actividades “extras” que complementen la educación institucional. Sin embargo, formalmente, en el sistema, apenas existen, y se evalúan objetivos referentes a valores, actitudes, equilibrio humano y psicológico, compromisos sociales.
5. El sistema educativo se supone poseedor de unas verdades que deben transmitirse a los que acuden a recibirlas.
Las respuestas están ya listas. La evaluación será positiva si el educando las toma o las alcanza. Lógicamente los educadores y las instituciones educativas actúan como poseedores de esas respuestas, de la verdad.
6. Los productos finales están definidos.
Las instituciones educativas ofrecen unas determinadas carreras, unos determinados niveles en el proceso educativo, no adaptados a las necesidades concretas de su entorno social, sino a unas supuestas necesidades globales previstas con mucha anterioridad.
7. En el contexto social la educación proporciona “partes” para un sistema social en funcionamiento.
El énfasis se pone en “engranarse”, por lo tanto la orientación prioriza el trabajar para la maquinaria, es decir, trabajar en forma dependiente. La cultura del emprendedor, individual o colectivo, su formación para esa lógica, está ausente en este sistema educativo.
Se transfiere este concepto
a los adultos
Lamentablemente, cuando se pretende realizar procesos educativos para adultos, normalmente, se trae esta misma visión de la educación.
Se orienta a individualidades.
Se saca de su contexto al adulto para aislarlo en instituciones educativas.
Se ubica en sistemas de formación en serie.
Se separa de la vida de trabajo o comunidad por un tiempo o en horarios especiales.
Con una formación orientada casi solo a los conocimientos.
Sin incorporar en los procesos la verdad que acompaña la experiencia del hombre adulto.
Con carreras preestablecidas y buscando una incorporación tardía en el engranaje social y por lo tanto como trabajador individual y dependiente.
¿Cómo educarnos como adultos, desde y para la vida solidaria?
La educación, en especial la educación entre adultos, en la Economía y en la Sociedad Solidaria, debe partir desde la vida misma, desde el trabajo, desde los procesos organizativos.
Pero ¿Cómo? ¿Cómo se convierten los procesos de vida en procesos sistemáticos de formación y capacitación?
Veamos algunos elementos claves a considerar, para lograr esa sistematización de los procesos de formación y capacitación.
a. Con instituciones educativas vivas, en permanente cambio y adaptables al entorno.
b. Desde el compromiso con una nueva sociedad.
c. Aprendiendo en equipos, en comunidad, versus el aprendizaje solo individual.
d. Haciendo surgir lo bueno.
e. Con las premisas de la Universidad Cooperativa Internacional.
f. Convirtiendo cada empresa, organización o proceso comunitario, en una escuela.
Veamos estas bases para la educación solidaria
Veamos los significados de esa propuesta:
a. Con instituciones educativas vivas, en permanente cambio y adaptables al entorno
En esta visión, las instituciones educativas son, no solo las que se dedican a la educación formal, sino toda organización que asume la reflexión sistemática y permanente sobre sí misma, sobre el desarrollo personal y colectivo, sobre su proceso formativo y de capacitación.
Estas instituciones son y están, como los organismos vivos, en permanente cambio y adaptación en relación con su entorno. En consecuencia deben ser abiertas y flexibles. Deben ser instituciones en constante aprendizaje.
La principal herramienta para este proceso debe ser la permanente reflexión en colectivo, las reuniones de evaluación del quehacer cotidiano, la planificación en común de los procesos que se desarrollan todos los días, la evaluación de las actitudes grupales y también personales.
Los requerimientos de capacitación técnica de la organización también deben darse por decisión de los grupos, priorizando siempre la formación de equipos, sin descartar la formación personalizada de alguno de sus integrantes.
b. Desde el compromiso con una nueva sociedad
La educación se da en el contexto de una determinada sociedad. Una parte de esa sociedad lucha por conservar su lógica, su dinámica, lo que ya ha logrado. Otra parte lucha por construir desde otra perspectiva. En nuestro caso desde la visión de la construcción de vida, de sociedades, que gravitan en la asociación, en la solidaridad, en la armonía.
Las innovaciones tecnológicas, las nuevas maneras de organizarse y producir, el pensamiento y los ideales de nuevas posibles relaciones humanas y perspectivas de vida, están permanentemente presionando hacia el cambio. Pero también desde la esfera espiritual, desde nuestros valores y cosmovisiones, impulsamos cambios educativos.
Ir construyendo, aquí y ahora, la sociedad que queremos
La educación entre adultos en la perspectiva de una nueva sociedad se inspira por la frase de Macario Castillo “ir construyendo, en pequeño, la sociedad por la que luchamos en grande”77. Como lo narraremos más adelante, esa frase está evolucionando, pero su aporte fundamental está en no disociar nuestra vida de la sociedad que queremos.
Todo lo que hagamos en esta perspectiva mostrará la nueva sociedad en construcción, sus valores, sus relaciones, su efectividad. Nos emocionará esa visión, nos comprometerá, nos empataremos con ella.
Venimos de una cultura del trabajo dependiente. ¿Cómo debemos construir las relaciones en el trabajo asociado? Venimos de una cultura de la gestión de las organizaciones en forma jerárquica. ¿Cómo construir una gestión en donde todos aportemos? ¿Cómo definir nuestras relaciones con la comunidad, con el país, con el ambiente, con la tecnología?
¿Cuál es el cambio en nosotros, como personas, como familias, como organización? La propuesta de Gandhi se convierte en un faro luminoso que nos guía: “Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”78.
Por eso el compromiso con una nueva sociedad basada en la cooperación es un elemento fundamental de este concepto educativo, partiendo de nosotros, aquí y ahora. Haciendo vida y testimonio de la sociedad por la que luchamos. Siendo personal y colectivamente ejemplo, ahora, de esa vida futura.
Retomaremos este tema de la nueva sociedad que queremos en el último capítulo.
c. Aprendiendo en equipos, en comunidad versus la formación solo individual
En esa visión de nueva sociedad, la comunidad, el equipo, el colectivo son la esencia de las relaciones propuestas.
El aprendizaje individual es el eje de la actual manera de concebir la educación.
Frente a esa manera, la valoración del individuo como parte integrante de proyectos de equipos, de comunidades y colectivos, es el norte de estos nuevos procesos educativos.
De ahí que los procesos educativos son inseparables de los objetivos del colectivo, con sus dinámicas para diseñar y desarrollar, igualmente en colectivo, los procesos de sistematización de la formación y capacitación.
Aprender en equipos, aprender en comunidad, aprender en colectivo son las formas coherentes con esta visión de la educación.
d. Haciendo surgir lo bueno. Educere
Hacer surgir, ir construyendo formación y capacitación. No es trasmitir y llenar un vacío de conocimientos. Es propiciar, hacer que nazcan, crezcan y se desarrollen compromisos, valores, actitudes, concepciones, partiendo de la persona, el equipo, la comunidad. Es todo lo contrario de procesos educativos pasivos con concepción bancaria, de almacenar conceptos. Es partir de cada realidad, preguntándonos y cuestionándonos permanentemente. Es ir encontrando, viviendo y creando, nuestra verdad. Es hacer surgir lo bueno de nuestro interior, hacer surgir las tremendas potencialidades y valores que tenemos todos, en la perspectiva de esa nueva sociedad por la que luchamos. Que eso bueno florezca desde una perspectiva constructivista.
Es fortalecer el desarrollo humano en cada persona, en cada grupo, en cada comunidad. Que lo mejor de cada uno de nosotros surja, se desarrolle. Que sepamos vivir armónicamente. Que sepamos vivir en comunidad.
e. Con las premisas de la Universidad Cooperativa Internacional inspirada en el Colegio Cooperativo de París guiado por Henri Desroche
Las premisas de la Universidad Cooperativa Internacional79 pueden resumirse en:
• Las paredes de los procesos educativos, sus locales están en todo lugar donde se esté dando el proceso social. Toda cooperativa, organización solidaria, sindicato u organización comunitaria es potencialmente una infraestructura educativa.
• No se requieren títulos previos formales para incorporarse a un proceso de formación y capacitación. Se toma en cuenta con qué base formal se integra un grupo al proceso formativo. Pero fundamentalmente se determina lo que se ha aprendido en la vida, producto de las experiencias, las habilidades y la sistematización.
• El proceso formativo se debe dar como parte y por voluntad de un colectivo de trabajo y vida. No es solo la voluntad personal de formación, sino la decisión de un colectivo que entiende y apoya un proceso de capacitación que se vincula profundamente con la acción y las necesidades de todos sus integrantes y de su acción social.
f. Convirtiendo cada organización de la Economía Solidaria en una escuela vivencial.
Serán millones de escuelas
Viendo los procesos educativos desde ese punto de vista, la Economía Solidaria en el mundo tiene millones de escuelas en pleno funcionamiento. Millones de procesos de vida distinta, con millardos de participantes. Esfuerzos colectivos que nacen con la aspiración de solucionar necesidades con el esfuerzo propio, con emprendimiento, con lógica y racionalidades solidarias. Si la metáfora nos ayuda, ya está de pie la infraestructura necesaria, las paredes de innumerables escuelas vivenciales. La vida en proceso de cambio.
Por supuesto que en esas escuelas debemos deslastrarnos de las fuerzas entrópicas que nos halan hacia el pasado. Remodelar nuestras escuelas. Cambiar los modos de hacer economía, de gestión y de pensar y vivir que nos hemos traído de las sociedades de subordinación.
Si no lo logramos, el cambio será muy difícil.
Afortunadamente podemos compartir las experiencias de muchas de esas escuelas vivientes que nos muestran sus grandes posibilidades educativas.
Antes de sintetizar la propuesta de Millones de Escuelas Vivenciales de la Solidaridad, es bueno recorrer el funcionamiento de varias de ellas, en plena actuación para percibir su potencial. Para verlas en la práctica. Para extraer lecciones que nos ayuden a consolidar nuestras escuelas vivenciales.
Veamos esas escuelas en funcionamiento
Veamos cuatro hechos de la Economía Solidaria que nos permiten ver lo que son las Escuelas Vivenciales de Solidaridad.
1. Food Coop. 17.000 asociados que son 17.000 trabajadores en una cooperativa de consumo.
2. La Alianza Territorial de San Gil en Colombia. Un territorio solidario.
3. El Banco Grameen. 7 millones de personas organizadas en grupos de cinco.
4. CECOSESOLA. Red comunitaria con más de mil trabajadores asociados que no tienen directivas, ni gerentes, ni supervisores. Ni siquiera cargos.
Veamos esas escuelas.
Food Coop de Brooklyn
1. Food Coop. 17.000 asociados que son 17.000 trabajadores en una cooperativa de alimentación.
Food Coop de Brooklyn Nueva York.
Todos los 17.000 asociados, trabajan en la cooperativa. Trabajadores asociados y consumidores, son los mismos.
Han acordado que cada asociado destine 2 horas y 45 minutos, en promedio, por semana, al trabajo directo en su organización. Se encargan de “reponer productos en las estanterías, cobrar en la cajas, cortar los quesos que se venden al granel, trabajar en oficinas, recibir las mercancías de los proveedores o cuidar de los niños en la sala infantil o childcare room”80, por citar algunos.
En general, realizan casi todas las actividades propias de un espacio de distribución de alimentos y otros bienes de consumo.
Realizan asambleas mensuales en centros comunitarios. Se conciben, no como un espacio para la venta de productos de la industria de alimentos, sino como una organización de consumidores, que compran juntos y que cuidan la calidad integral de lo que consumen y cómo afecta al ambiente y a la sociedad. No toleran la explotación de la naturaleza, ni humana por parte de los proveedores de productos.
La cooperativa tiene una larga tradición de acción política. En la época del apartheid, se negaba a vender productos originarios de Sudáfrica. Durante el período de la dictadura de Pinochet en Chile, dejó de vender la uva chilena. Dejó de vender los productos de la marca Nestlé debido a la campaña de esta sociedad para promover sus preparaciones para lactantes, en sustitución de la lactancia materna.
Esos “boicots” decididos por Food Coop deben ser renovados cada año por la Asamblea General. Si no se renueva se suspenden. Desde 2004, Food Coop no compraba los productos de la compañía Coca-Cola incluyendo las marcas Minute Maid y Odwalla para protestar contra sus prácticas de explotación de los recursos naturales en los países del tercer mundo y las condiciones laborales en esta empresa. Desde 2010, Food Coop no compra la marca Flaum Appetizing Products debido a sus violaciones del derecho del trabajo.
En 2008, la Asamblea General de Food Coop decidió que la cooperativa cesaría la venta de agua en botellas y el suministro de las bolsas plásticas en la caja.
Esta Escuela Vivencial rompió con la disociación de asociado-cliente y el asociado-trabajador.
No es un simple supermercado. Es una organización solidaria. Tiene una posición práctica, de compromiso con el ambiente y el respeto de los derechos humanos. La vive. Todos los que participan en ella y también la comunidad entorno, crecen en formación, en valores y en fuerza comunitaria transformadora.
Es una Escuela Vivencial que ha inspirado muchas experiencias en España y otros países europeos.
Continuemos nuestro recorrido por otra escuela vivencial de la Solidaridad.
San Gil en Colombia
2. La Alianza Territorial de San Gil en Colombia.
Es otra escuela vivencial centrada en la articulación de fuerzas comunitarias, que asumen protagonismo en el desarrollo local, convirtiendo un territorio en una tierra de solidaridad.
En la publicación de Miguel Arturo Fajardo81 que resumiremos en las siguientes páginas, Territorio Solidario: Provincias del Sur de Santander, nos encontramos esta tabla, con datos del 2009, que nos llama mucho la atención.
Tabla 2
Asociados a cooperativas por cada mil habitantes en cinco departamentos de Colombia
Indicador de aceptación y difusión del movimiento cooperativo |
||||
(lad=(# de asociados por departamento / # de habitantes por departamento)*1.000) |
||||
Departamento |
Nro. de asociados |
Participación sobre el total nacional |
lad |
Impacto |
Santander |
775.848 |
16,09% |
390 |
Alto |
Huila |
231.286 |
4,80% |
219 |
Alto |
Antioquia |
1.118.434 |
23,20% |
189 |
Alto |
Bogotá |
1.199.779 |
24,88% |
168 |
Alto |
Valle |
564.637 |
11,71% |
132 |
Alto |
Fuente: Miguel Arturo Fajardo, (2011).
En el Departamento de Santander los asociados a cooperativas representaban 390 personas de cada mil habitantes sin contar el número de integrantes de otras organizaciones comunitarias. La presencia solidaria es determinante en ese territorio.
El sistema de Economía Solidaria de la región cuenta con mecanismos de articulación de las empresas de Economía Solidaria. Sobresalen en el territorio las organizaciones gremiales de los campesinos y productores rurales: Fedetabaco, El Común, los paneleros, el gremio del turismo, los bocadilleros, los fiqueros (fibra para cabuya) y los fruticultores. Por su parte, las organizaciones cooperativas cuentan con Confecoop y Coopcentral.
Las 33 emisoras comunitarias de la zona están articuladas en Resander (Red Cooperativa de Medios de Comunicación Comunitarios).
Esas organizaciones han emprendido la tarea de articular las diferentes organizaciones solidarias, ya que se han iniciado diálogos y acciones conjuntas para fortalecer su presencia y acción en las tareas del desarrollo humano del territorio desde la perspectiva solidaria.
La región cuenta con tesoros históricos, ambientales y culturales que poco a poco se han convertido en el territorio más turístico del departamento de Santander. El espacio se identifica por sus ancestros comuneros, que marcan una tradición cultural de arraigo local y organización. También por su Economía Solidaria y sus atractivos turísticos. Por eso, son un escenario propicio para construir diferentes rutas turísticas focalizadas hacia los procesos de Economía Solidaria.
Las estrategias maestras desarrolladas hacen de este proceso una verdadera Escuela Vivencial de Solidaridad en un territorio. Esas fueron:
– Asumir el territorio. La provincia como unidad de desarrollo
– La Educación, estrategia de liberación
– La organización
– La comunicación
– La movilización
– Las alianzas solidarias estratégicas
a. Asumir el territorio: la Provincia, unidad de desarrollo
La pregunta de partida es sobre la unidad territorial del desarrollo.
El desarrollo está ligado a las poblaciones locales que tienen identidad cultural y apropiación social de un territorio. Descubrir los nexos entre territorio y cultura, sin duda, era para la época de arranque una idea novedosa.
El Padre Ramón González, (1989), señala:
No necesitamos forzar el tema para que recordemos que la revolución de los Comuneros fue una idea, una organización de Provincia, y solamente después, pudo extenderse a Colombia y a Latinoamérica82.
Los niveles nacionales para el Desarrollo rural, impiden la participación de quienes lo necesitan y de los únicos que pueden realizarlo.
b. La Educación, estrategia de liberación
La nueva sociedad será el fruto de personas que hayan realizado un proceso de transformación interior. El principio de la educación cooperativa y solidaria, asumido con responsabilidad, se ha convertido en la estrategia de promoción y desarrollo sustentable de las organizaciones sociales de la región.
En todos los casos hay un interés especial por la formación y capacitación. Se ha hecho énfasis en la formación dentro de las organizaciones comunales con tres fases: la consideración sobre los derechos fundamentales de las personas, el diagnóstico de la realidad y el compromiso con la transformación social. El cooperativismo y las demás formas organizativas se convertían en estrategias de trabajo.
Se creó el Instituto para Campesinos Adultos de Zapatoca. Por su parte, Coopcentral y Sepas (Secretariado de pastoral social de la diócesis de Socorro y San Gil) crearon un equipo especializado en educación cooperativa.
A mediados de la década de los 80, Sepas, Coopcentral y otras cooperativas constituyeron Indecol como institución especializada en la formación del liderazgo para las cooperativas y demás organizaciones sociales.
La Diócesis y el movimiento cooperativo crearon la Fundación Universitaria Cooperativa, con la misión de contribuir al desarrollo integral, sostenible y solidario del país a partir de las provincias.
Cooperativas de mayor desarrollo como Coomuldesa y Coopcentral, en su momento, conformaron sus propias fundaciones para desarrollar la educación cooperativa en la región.
Sin duda alguna, la educación fue y ha sido el camino para crear, sostener y fortalecer a las cooperativas y demás organizaciones sociales de la región.
Hoy, Sepas, El Común, la Fundación Coomuldesa, la Corporación de Desarrollo de la Provincia de Vélez, Unisangil, SENA y el Consejo Pedagógico de las provincias del sur de Santander, continúan trabajando en la promoción y fortalecimiento de las organizaciones de Economía Solidaria de la región.
En convenio con Dansocial, Confecoop y otros organismos cooperativos se realizan acciones y procesos de capacitación permanentes para el mejoramiento de las organizaciones del sector.
c. La organización
Cada organización se ha convertido en fermento de otras nuevas. Toda estrategia de transformación social requiere de una apuesta organizacional. Las cooperativas, como empresas socioeconómicas, pueden impulsar el cambio en diversas áreas: ahorro, producción de bienes, comercialización de productos, educación, vivienda, etc.
Pero igualmente la sociedad necesita otras formas de organización, por eso desde el comienzo de la experiencia se impulsaron diferentes formas organizativas para responder a las diversas situaciones y problemas de la sociedad: sindicatos agrarios, asociaciones de productores, de sectores sociales (jóvenes, mujeres), clubes deportivos, acción comunal, grupos comunitarios, etc. La estrategia era clara: lograr la organización de toda la población para resolver los principales problemas de las comunidades.
d. La comunicación
El proceso impulsado en la región ha tenido como estrategia de trabajo el desarrollo de diferentes formas de comunicación social. El punto de partida lo constituyó Radio Sutatenza, pero después se crearon mecanismos internos de comunicación; inicialmente el periódico José Antonio, y actualmente la red de 33 emisoras comunitarias convertidas en un medio excepcional para el desarrollo de la Economía Solidaria en las provincias.
e. La movilización
Las metas de desarrollo y cambio de las comunidades locales se hacen inalcanzables si el conjunto de la población no se moviliza hacia tales fines. Los cambios sociales requieren de la acción colectiva, de la participación organizada de la sociedad. Las cooperativas, las organizaciones comunales y gremiales han desarrollado procesos de movilización que buscan impactos al interior de las organizaciones, así como reivindicaciones frente al Estado y otros actores sociales.
Las movilizaciones han sido vitales para motivar la identidad y para fortalecer los nexos entre las distintas organizaciones de la región.
f. Las alianzas solidarias estratégicas
A medida que se van estructurando las organizaciones, estas han venido estableciendo alianzas estratégicas para potenciar el trabajo social. Las organizaciones solidarias se articulan en redes territoriales que entran en contacto con otras de carácter nacional e internacional. En este aspecto, hay innumerables ejemplos que hacen evidente la aplicación de esta estrategia. En la actualidad, la articulación de las organizaciones solidarias tiene sus dinámicas sectoriales y también se está trabajando en la integración general a partir del Cones (Consejo Nacional de Economía Solidaria) de las provincias del sur de Santander.
Esta es otra escuela en plena vida que nos muestra una Economía Solidaria comprometida con el desarrollo local, con el territorio, desde el mundo espiritual, la organización y procesos económicos enraizados en San Gil, es otra gran Escuela Viviente de la Solidaridad.
Sigamos en nuestro recorrido por experiencias en pleno proceso educativo vivencial. Vayamos al sur de Asia.
Banco Grameen
3. Banco Grameen. Otra gran escuela vivencial. 7 millones de personas organizadas en grupos de cinco.
Es el Banco Grameen83 de Bangladesh. Millones de personas están luchando contra la pobreza en la que han vivido.
En ese Banco la pobreza no se entiende solo como un problema de ingresos o de empleo. El simple ingreso o el empleo podrían insertar a la gente en una mayor pobreza; en la pobreza del trabajo dependiente o individualista y en la pobreza del ingreso no alcanzado con esfuerzo propio. La pobreza es algo mucho más profundo: Una enfermedad de toda la sociedad, y en este Banco afirman y demuestran que la pobreza puede enfrentarse y erradicarse.
En las paredes de las más de 1400 sucursales del Banco encontramos una especie de decálogo, de obligatorio conocimiento y cumplimiento por todos los que participan en la organización y obtienen financiamiento para sus iniciativas.
¿Qué les parecería, amigos lectores, encontrar los siguientes principios en el banco que ustedes más visitan?
-
No viviremos en casas arruinadas. Repararemos nuestras casas y trataremos de construir casas nuevas en cuanto nos sea posible.
-
Planificaremos familias pequeñas. Minimizaremos nuestros gastos. Mantendremos buena nuestra salud.
-
Educaremos a nuestros hijos y nos aseguraremos de poder financiar su educación.
-
No impondremos injusticias a nadie y no le permitiremos a nadie que nos haga injusticias.
-
Colectivamente emprenderemos más inversiones para crear ingresos más altos.
-
Siempre estaremos listos para ayudar a los demás. Si cualquier persona tiene problemas la ayudaremos.
-
Haremos permanentemente ejercicio. Participaremos colectivamente en actividades sociales.
-
...
Para poder obtener financiamiento, además de compartir estos y otros principios de similar inspiración, cada persona deberá integrarse en algún grupo de vecinos no mayor de 5. El grupo analizará las necesidades y solicitudes de sus integrantes y de la comunidad y será garante de todo crédito entregado por el banco a cualquiera de sus miembros o a una empresa colectiva. Son grupos fundamentalmente integrados por mujeres
El grupo deberá constituir un fondo común con el 5% de todos los préstamos recibidos. En la práctica se convierte en un fondo de capitalización en el banco y fuente de nuevos préstamos para los integrantes del grupo. También crearán un fondo de emergencia para cubrir accidentes de los integrantes y de otros grupos participantes.
Si los grupos no cumplen con los pagos y contravienen el reglamento aprobado, deben separarse y por consiguiente perder este instrumento financiero.
¿Quiénes son estos Banqueros tan originales? ¿Cuánto o qué ganan con esto? ¿Cómo se llama ese Banco? ¿Dónde está? ¿Cómo está organizado?
Los Banqueros son las mismas 7 millones de personas organizadas en unos 1.400.000 grupos de 5 personas (fundamentalmente mujeres). Ellos poseen más del 75% de las acciones del Banco. No el 100% por disposiciones gubernamentales. El Banco es su propio instrumento financiero para enfrentar su situación humana y construir una vida nueva. Es un instrumento de su proceso de transformación cultural, de su desarrollo económico y de su organización social.
El Banco Grameen describe su organización como una federación de círculos, donde cada pequeño círculo conserva su independencia dentro de un círculo mayor que lo abarca y lo determina. Los círculos básicos son los grupos de cinco personas, a los que les siguen centros, que integran varios grupos. Después siguen sucursales y otros círculos, hasta llegar al círculo mayor que es la totalidad del banco.
El Banco Grameen tiene cerca de 30.000 trabajadores y los empleados equivalentes a los gerentes son llamados “maestros”, palabra que simboliza una manera de entender la gestión participativa. Los empleados provienen, en su mayoría, de la misma organización y se forman en ella. Los maestros contribuyen y guían ese proceso formativo.
El Banco Grameen es un banco de la Economía Solidaria, de la participación y autogestión. No es un banco estatal, aunque fue apoyado inicialmente por el sector gubernamental que aún participa con un porcentaje del capital. No es un banco del sector de la economía cuyo motor es la rentabilidad de la inversión. Es un banco de comunidades que se guían por el interés de construir soluciones en cooperación con la acción de sus propios usuarios, sus trabajadores y la comunidad en donde está enraizado. Es un banco de la opción comunitaria en la economía.
Culminemos, por ahora, este recorrido rápido por escuelas vivientes de vida solidaria en Barquisimeto, Venezuela.
CECOSESOLA Venezuela
4. CECOSESOLA. Otra importante escuela vivencial. Red comunitaria con más de 1.300 trabajadores asociados que no tiene directivas, ni gerentes, ni supervisores. Ni siquiera cargos.
Están en la red de CECOSESOLA84, fundada en 1967. Red comunitaria cooperativa que realiza actividades de distribución de bienes de consumo, que antes de la pandemia del COVID-19, abastecía a unas 150.00085 familias cada fin de semana. El 40% de la ciudad de Barquisimeto, Venezuela, se abastece allá86. Desarrolla una escuela cooperativa, no en una escuela en el sentido tradicional, sino una iniciativa de acompañamiento educativo dentro de la red. También ha impulsado fondos solidarios de ayuda mutua, servicios funerarios a 20.000 familias, red de salud en la que participan más de 150 médicos y personal de salud. Se han realizado más de 1.700 cirugías, y se atiende a unos 230.000 pacientes al año. La red está constituida por unidades de producción agrícolas, de hortalizas, de café. Unidades de producción de diferentes productos como pasta, aliños, productos de limpieza. Actividades de ahorro y créditos, fondos de ayuda mutua. Fondos de financiamiento de la producción. Área comunicacional con programas radiales diarios y producción de videos, libros, publicaciones, comunicación comunitaria. El área informática que soporta los procesos administrativos, logísticos, comunicacionales.
Pero más allá de lo que se hace y de la incidencia que tiene en la sociedad, es relevante mostrar el cambio profundo y el espíritu solidario presente en la organización, que es en realidad, lo que explica el impacto social y económico de la experiencia. Un ángulo para captar esa realidad es percibirla desde el diseño de la gestión de los procesos.
La red no tiene directivas responsables de la gestión. No delega en un pequeño grupo la autoridad y la operación. Por supuesto tampoco tiene presidentes, secretarios u otros cargos formales. No hay gerentes, directores ejecutivos, jefes. Tampoco supervisores. Más aún ni siquiera hay cargos. En las ferias de consumo familiar, por ejemplo, nadie es cajero, o comprador, o portero o vigilante o cocinero. Todas las funciones se van rotando entre los compañeros. Todos están construyendo el proceso desde la posición más adecuada en un momento y proceso determinado.
Cada grupo de trabajadores asume la responsabilidad de gestionar el área en la que están desarrollando su trabajo, sea la feria, la escuela cooperativa, el área de compras, el quirófano, la funeraria, la unidad de producción. Todos los espacios de desarrollo de la acción solidaria son responsabilidad de todos, pero con énfasis en el grupo de trabajo que dedica su esfuerzo ahí.
Y todo el proceso integral, por supuesto, es responsabilidad de todos, por lo que han diseñados espacios de encuentro que permitan evaluar y construir la visión común.
En el año 2020 se realizaron más de 3.000 reuniones de gestión y evaluación de los procesos en todos los espacios de la organización. Trescientas de ellas, por lo menos, enfocadas en la globalidad de la acción que se lleva adelante.
En esas reuniones se construyen los criterios colectivos de gestión y evaluación que guían la acción individual, grupal y colectiva. Frente a las situaciones cotidianas y las nuevas, cualquier persona o grupo que la atiende, aplica el criterio colectivo y lo lleva adelante. En las reuniones se aprende de esas situaciones, se evalúan y si es el caso se modifican los criterios. Se está abierto al aprendizaje, al cambio, a la innovación, a reinventarse.
En los espacios de encuentro no existen las votaciones. Las ideas de mayorías y minorías rompen la unidad y la fuerza colectiva. El consenso es la opción. El consenso como filosofía de vida. La búsqueda profunda de la mejor opción, la búsqueda en armonía, oyéndonos todos, con mente abierta y disposición solidaria para encontrar el mejor camino, que no es otro que el que todos queramos emprender y en el que queramos concentrar la fuerza para hacerla realidad. Y, si los hechos ponen en evidencia los errores de cualquier decisión consensuada, encontraremos de nuevo el camino, otra vez, entre todos, en consenso.
Este modo de organizarse y proceder no puede explicarse sin personas y grupos en un gran crecimiento personal humano, solidario. Estando en permanente construcción de mejores personas y comunidad. Sacando lo bueno de nosotros.
Una red sin la disociación del trabajador asociado como obrero o empleado dependiente. Que se asume como comunidad organizada, en donde el trabajo asociado se incorpora con profundidad. En donde se quiere erradicar la sociedad jerárquica que arrastramos todos en nuestro interior porque nacimos en ella, pero que nos demostramos que es posible superarlo viviendo el lema que se comparte en la red: “Ir construyendo, aquí y ahora, el mundo que queremos”.
La red CECOSESOLA es una Escuela Vivencial de la Solidaridad. Personas y grupos desarrollándose, creciendo humanamente, en un proceso organizativo participativo de reinvención constante, en actividades económicas organizadas desde las necesidades comunitarias de consumo y producción. Un sistema coherente entre su modo de construir economía, sus procesos organizativos y los seres en construcción de solidaridad que lo integran. Un proceso de transformación cultural en lo personal y lo colectivo en el respeto mutuo87.
Millones de Escuelas
Convertir cada experiencia en una Escuela Vivencial de la Solidaridad
¿En qué consiste el planteamiento de convertirnos en millones de Escuelas Vivenciales de la Solidaridad? ¿Qué hacer? ¿Cómo hacerlo?
Se trata de propiciar que en las millones de experiencias de la Economía Solidaria existentes en todo el mundo, tomemos decisiones y acciones para convertirnos en unidades conscientes de construcción de una nueva vida, de una nueva civilización. En centros de formación y educación. En Escuelas Vivenciales de la Solidaridad.
En todas ellas ya se dan realidades transformadoras. Son esfuerzos grupales en busca de soluciones comunes no inspiradas por el egoísmo y la subordinación, y que suponen el esfuerzo y el compromiso de cada integrante. Se declara en ellas la democracia y participación de todos en la gestión y la solidaridad para la solución de necesidades humanas. Son escuelas de nueva vida.
Pero eso no basta, sobre todo cuando en nuestras organizaciones conviven los criterios y los modos de actuar de las sociedades jerárquicas. Cuando tenemos una Micro Visión de nuestra organización que propicia un egoísmo grupal pasa como con los grupos que en un naufragio recogen tablas del barco encallado para construir su pequeño bote, se olvidan de todos sus compañeros de tragedia y esquivan las soluciones más efectivas y globales que podrían alcanzar actuando todos juntos. Casi podríamos asegurar que, en el bote improvisado que construye el egoísmo grupal, flotaran los egoísmos personales y no podrán encontrar buenas soluciones efectivas ni siquiera para ellos mismos.
Las soluciones basadas en egoísmos grupales, sin propósito compartido de mayor alcance, y arrastrando muchos otros elementos de la sociedad que no se quiere compartir, terminarán en soluciones sin vigor y fuerza, que al final no serán verdaderas respuestas a los problemas que queremos resolver.
Remodelar nuestras escuelas
Por eso el primer reto es transformar nuestras escuelas, nuestros hechos solidarios. Cambiar el techo de las estructuras jerárquicas. Derribar las paredes que nos llevan a concebir al asociado como un cliente o como un trabajador dependiente. Ampliar los espacios de la participación. Construir terrazas que nos permitan salir de una visión encerrada y pequeña y ver nuestro papel como Economía Solidaria en la construcción de una nueva sociedad. Tumbar las barreras que nos impidan crecer en soluciones construidas con nuestra comunidad. Convertir nuestras experiencias en espacios de avance en todo tipo de tecnologías. Transformarlas en lugares de encuentro humano, de integración y crecimiento, de amor y solidaridad.
Para eso necesitamos
– Deslastrarnos y repensarnos
– Levantar la mirada
– Gestionar, formarnos y evaluar por grupos
– Capacitarnos
– Investigar
Deslastrarnos y reevaluarnos
El deslastrarse de las cargas que heredamos es una primera tarea en el desarrollo de la red de millones de centros de Escuelas Vivientes de Solidaridad. Eso requiere repensarnos y reevaluarnos.
Levantar la mirada
Levantar la mirada
Es una característica fundamental de las escuelas vivientes de solidaridad.
En las cuatro experiencias que recorrimos, Food Coop, San Gil, Banco Grameen y CECOSESOLA nos encontramos un denominador común: En las cuatro encontramos personas visionarias y comprometidas con sus proyectos de vida. Animadores y generadores de otros animadores, que convocan y aglutinan. Impulsores del protagonismo e inclusión de todos. Moviéndose con una fuerza interior de convencimiento y compromiso. Siempre viendo más allá. Con propuestas para el desarrollo económico, organizativo y espiritual de la Economía Solidaria. Y comprometiéndose en la construcción de soluciones globales desde la perspectiva de la solidaridad. Convencidos del papel transformador de la Economía Solidaria, de toda la sociedad global.
Se hace imperativo levantar la mirada. Entender la lógica del entorno cercano, de la sociedad inmediata en la que nos desenvolvemos y de la sociedad global que vivimos. Pensar y comprometerse con las soluciones posibles desde la cooperación y la solidaridad.
Esa es otra importante misión de la construcción de millones de escuelas vivientes: Propiciar el análisis permanente de nuestro momento histórico y comprometernos con el esfuerzo de construir fuerzas y propuestas solidarias. Debe ser un punto permanente en la agenda educativa de cada una de las experiencias de la Economía Solidaria.
Gestión por equipos
Gestión y evaluación por equipos
Este criterio deberíamos asumirlo en todas nuestras organizaciones solidarias. Nadie puede considerarse un tercero, un cliente, un externo. La construcción de la organización debemos asumirla todos. Comprometernos todos. Un cambio o consolidación de las maneras y modos con los que participamos en la gestión es imprescindible. Las asambleas espaciadas en períodos largos, por si solas, no propician la gestión de todos.
Cada unidad, por pequeña que sea, debe ser gestionada por los que participan en esa área.
En esas unidades de base vamos a crecer humanamente, en confianza, en solidaridad, en capacidad de gestión, en formación y capacitación. Ahí se generará la fuerza transformadora necesaria para lograr los objetivos que nos proponemos.
No solo equipos de trabajadores asociados sino también la comunidad que gravita más en la obtención de los servicios. Vernos como comunidad organizada para la vida, para el consumo, para las soluciones solidarias con nuestros vecinos y comunidades.
La articulación de todas esas unidades de gestión, de encuentro comunitario, nos dará la visión integral de nuestra organización y de nuestra proyección.
En cada uno de esos núcleos se dará la oportunidad para evaluar lo que hacemos, para gestionar con eficiencia, para desarrollar nuestra visión, para formarnos y capacitarnos, para responsabilizarnos, para comprometernos en la construcción de una nueva sociedad.
La capacitación y la investigación
Unidades especializadas en capacitación e investigación
La Economía Solidaria también requiere capacitar a sus jóvenes y adultos en el manejo del saber hacer, de la tecnología.
Es verdad que ese saber hacer se desarrolla en el hacer mismo, en el día a día de la gestión y la vida de las unidades y el conjunto de la Economía Solidaria. En el aprender haciendo.
Eso es cierto, pero no es suficiente. Es necesario contar con procesos y unidades de formación sobre el saber hacer.
Pero ¿cuál debe ser su papel? ¿No puede suceder que, al igual que como pasa con el sistema educativo formal, se separe de los procesos reales, se desfase, forme y eduque para realidades no existentes o cambiantes?
La visión de la Corporación Mondragón en el País Vasco
Este tema es sumamente importante. Es el puente entre la educación en la vida y los requerimientos formativos para hacer de nuestros emprendimientos, organizaciones capaces de atendernos eficientemente y de dominar la tecnología, las técnicas, el saber hacer.
Necesitamos que nuestros médicos sean excelentes médicos. Nuestros ingenieros de primera. Nuestros informáticos A1. Nuestros administradores, fuera de serie. Nuestros comunicadores excelentes. Mucha de nuestra formación se da en nuestra vida cotidiana. Pero requerimos centros formativos solidarios. Formando e investigando para los procesos solidarios. Técnica y espiritualmente.
Para acercarnos a ese tema, dediquémosle un tiempo al centro de formación de la Corporación Mondragón88 en España.
La Corporación Mondragón es un grupo de cooperativas originario del País Vasco y actualmente extendido por el resto de España y fuera de ella. Es el segundo grupo empresarial de Economía Social y Solidaria en España. A finales de 2017 facturó 11.280 millones de euros con un total de 80.818 trabajadores89.
Está compuesta por 98 cooperativas, 143 filiales, 8 fundaciones, 1 mutua, 10 entidades de cobertura y 7 servicios internacionales, distribuidas en cuatro áreas: finanzas, industria, distribución y conocimiento90.
Actividades que realizan en Mondragón
Para acercarse a la dimensión de esta corporación cooperativa, les voy a colocar una lista parcial de las actividades que realizan en el conjunto de la Corporación. Las demás se detallan en las notas al pie91.
El objetivo de la siguiente lista es relacionar todas esas actividades con las actividades de capacitación que se requieren:
– Troquelería y sistemas de automoción.
– Desarrollo, diseño y fabricación de utillaje para fabricación de piezas complejas fundidas.
– Fundición de carcasas de freno.
– Externalización de Servicios Informáticos.
– Mecanizados de precisión y grandes mecanizados.
– Robótica.
– Formación en idiomas a través de internet.
– Fabricados para la construcción.
– Producción de equipos para farmacias.
– Diseño y fabricación de Máquinas Herramienta y Sistemas de Producción.
– Componentes para electrodomésticos.
– Equipamiento integral para el sector hotelero.
– Fresadoras, mandrinadoras y centrotorneado vertical
La capacitación en centros especializados es fundamental para contar con asociados muy bien capacitados.
Desde el principio se atendió la capacitación
Desde el origen de esta experiencia cooperativa en el año 1943 su fundador, el padre José María Arizmendiarrieta, veía fundamental realizar actividades de capacitación.
Mondragón Goi Eskola Politeknikoa (MGEP) –la cooperativa de enseñanza que ostenta la titularidad de la Escuela Politécnica Superior (EPS) de Mondragón Unibertsitatea– cumplió en el año 2020, su 80 aniversario desde que se creó como Escuela Profesional en Arrasate.
El objetivo entonces era apoyarse en la educación para “la promoción de un nuevo orden social, humano y justo” tal y como propugnaba su fundador92.
Muchos hitos importantes se han sucedido desde que en 1943 José María Arizmendiarrieta puso en marcha la Escuela Profesional. Estos hitos han trascendido ampliamente de lo local y han contribuido a la conformación del País Vasco. En 1952 se diploma en Zaragoza la primera promoción de peritos industriales, muchos de los cuales constituyen en 1956 Ulgor, la primera cooperativa industrial. Así, han pasado 78 años hasta la configuración actual de Mondragón, el fruto de aquella semilla plantada en 1943 y que hoy constituye el primer grupo empresarial vasco y el décimo de España.
36.000 técnicos, ingenieros y tecnólogos
Desde entonces, Mondragón Goi Eskola Politeknikoa ha mantenido ese espíritu y en ella se han formado más de 36.000 técnicos, ingenieros y tecnólogos con un gran impacto en las empresas y en la sociedad guipuzcoana y vasca93.
Desde su creación, MGEP ha formado en concreto a 10.700 egresados en estudios universitarios oficiales, 191 doctores, 23.560 egresados en formación profesional y 1.800 profesionales formados en títulos propios, ya sean másteres, cursos expertos y equivalentes94.
Mondragón Unibertsitatea
Formación y empleo
En 1997, el Parlamento Vasco aprobó la constitución de Mondragón Unibertsitatea.
Hoy ofrece una formación práctica y cercana al mundo de la empresa, plurilingüe, a través del trabajo en equipo y basada en metodologías activas de aprendizaje, importadas de Dinamarca, que buscan resolver problemas reales a través del desarrollo de proyectos.
El reto de Mondragón Goi Eskola Politeknikoa es adecuar los conocimientos, la oferta formativa y las estructuras, para que los estudiantes y profesionales puedan hacer frente a las demandas de las empresas y a los retos de la sociedad a través de la tecnología.
Formación y trabajo
Formación dual desde 1966
En cuanto a la formación dual, en la que participan los estudiantes de todas las ingenierías desde el primer curso, su germen se gestó realmente en 1966 con la creación de Alecop, una iniciativa que permitía a los estudiantes de la Escuela Profesional compatibilizar estudios y trabajo (lo que hoy se conoce con el nombre de formación dual y en aquella época se denominaba alternancia estudio trabajo). Hoy toman parte en este tipo de programas 741 estudiantes, que realizan sus prácticas y trabajos fin de grado y máster en 262 empresas colaboradoras, con un índice de satisfacción por parte de estas empresas de un 9,04 sobre 1095.
Investigación y transferencia
Investigación y Transferencia
Uno de los puntos fuertes de Mondragón Goi Eskola Politeknikoa es su orientación hacia la empresa, lo que le permite conformar grupos de investigación pluridisciplinares, específicamente configurados para responder ágil y eficazmente a las necesidades planteadas por las mismas. El área de Investigación y Transferencia se estructura en 17 grupos de investigación
La Escuela acomete desde proyectos de investigación fundamental orientada, en los que se engloban las tesis doctorales, a proyectos de investigación industrial y desarrollo experimental, en colaboración con empresas y otros agentes, que acaban desembocando en el desarrollo de productos, procesos y servicios innovadores.
Aprendizajes desde Mondragón
Tres reflexiones partiendo de Mondragón:
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Nos encontramos unas importantes unidades educativas profundamente imbricadas, articuladas con el proceso social que se desarrolla. Sus fines y procederes no son autónomos, Responden a las necesidades de la realidad con la que están comprometidos. A las necesidades de las organizaciones cooperativas de las que ellos son parte también. Fortalecen esos procesos que son la razón de su existencia.
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Están en permanente búsqueda de la metodología educativa que más mantenga la cohesión entre capacitación y destino del trabajo. Formación dual. La investigación igualmente estará en función de levantar la mirada de la organización sobre los cambios tecnológicos, las maneras de generar identidad, el impacto social, e igualmente sobre las mismas metodologías educativas.
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Y también las mismas unidades educativas del grupo Mondragón son cooperativas. Buscan, creen y viven la práctica de la gestión participativa, lo que fortalece la identidad emocional y conceptual de todo el equipo de profesores, asistentes, colaboradores. El proyecto cooperativo y solidario es vivido también dentro de los muros de la universidad y de los institutos técnicos, lo que se convierte en soporte para que en todos los procesos educativos se consolide la visión compartida del proyecto de una nueva sociedad solidaria.
La educación solidaria en los jóvenes
La Economía Solidaria atiende también la formación de los que, por su edad, todavía no se incorporan en forma permanente en la construcción de las organizaciones productivas asociativas.
Lo vimos en la experiencia de Mondragón en sus centros educativos.
Pero una escuela, una unidad de educación media o una universidad, cuenta con un gran espacio de vivencia solidaria.
Lo tiene en la pedagogía a desarrollar, en sus dinámicas de vinculación con la comunidad, en su participación y construcción del hecho educativo.
Pero especialmente lo desarrolla bajo el concepto de escuela, liceo o unidad productiva. Cuando analiza todo lo que la unidad educativa adquiere, y puede adquirir y también cuando establece que puede producir.
No visto solo como unidad educativa física o limitada a cumplir programas preestablecidos, sino comunidad educativa que integra alumnos, familias, docentes, trabajadores, en un esfuerzo conjunto de construcción de soluciones solidarias.
Darle solución solidaria a las necesidades de todos.
En muchas unidades de educación en la perspectiva solidaria, con la participación de todos los integrantes de la comunidad educativa, se producen pupitres, se hace el mantenimiento, se lleva adelante la cantina o cafetería escolar y el comedor. También las familias de alumnos, profesores, docentes y trabajadores compran en conjunto sus bienes familiares. Tienen huertos escolares gestionados por ellos mismos que ofrecen sus productos internamente y a la comunidad. Prestan servicios informáticos, apoyan las labores administrativas y una enorme cantidad de otros servicios.
Los conceptos pedagógicos son coherentes con la cosmovisión solidaria.
Son las nuevas escuelas en pleno sentido.
Se vive en escuelas y unidades educativas que practican una nueva cultura de relación, en donde no se es receptor individual pasivo, sino que se construye colectivamente la vida que es educación solidaria, desde las primeras edades.
En esa dinámica, no se prepara solo en lo puramente técnico. Se entrena, reflexiona y se generan los valores necesarios para la vida adulta solidaria.
Una expresión de este concepto está en las cooperativas escolares que se han desarrollado en el mundo a partir de 1917 en Francia y que en países como Argentina han tenido amplio desarrollo.
De igual manera las experiencias de bachillerato y técnicas de carácter cooperativo y asociativo.
También el movimiento de universidades asociativas, cooperativas, comunales que tienen amplio desarrollo.
Estos centros formativos asociativos serán coherentes en la medida que se integren a los procesos del mundo solidario, evitando caer en el modelo de adaptación a la sociedad actual, del que hablamos al principio de este capítulo.
Millones de escuelas vivenciales
Es el planteamiento central de este capítulo. Ir convirtiendo todas nuestras experiencias de la Economía Solidaria en escuelas de la nueva vida.
Las millones de escuelas vivientes deben gravitar en estos paradigmas claves.
– La remodelación de las paredes de todos nuestros hechos de cooperación. Que nuestra práctica de la Economía Solidaria nos eduque en ese proyecto de vida sin que nos frenen las rémoras y llamadas hacia el pasado que nos hacen las fuerzas entrópicas coladas entre nosotros.
– En levantar la mirada. Que todos los millones de escuelas vivientes de la solidaridad nos permitan ver nuestro contexto social y nuestro proyecto transformador
– En la gestión y evaluación en grupos de nuestros procesos económicos, organizativos, humanos, espirituales. El funcionamiento en grupos pequeños, cercanos, los grupos naturales de gestión y evaluación, van a impulsar un proceso formativo y una fuerza inmensa de consolidación del factor C en todas nuestras organizaciones. Cada equipo natural debe ser un grupo de formación y de profunda vivencia de la solidaridad.
– Contando con unidades especializadas en procesos de capacitación e investigación y como decimos en el Caribe, que “bailen pegao” con la construcción del proyecto solidario, destinando su esfuerzo capacitador a esas realidades y siendo ellas mismas organizaciones con vida solidaria.
Ahora desde lo económico
Hemos estado navegando, en este capítulo, en un subsistema del gran sistema de la Economía Solidaria. Nos hemos movido en el círculo de lo cultural, espiritual, educativo. Un círculo, como en todo sistema, que no se puede abordar, ni entender, si no lo vemos en conjunto con los otros dos subsistemas, el de la gravitación en los procesos económicos y el de la gravitación en los procesos organizativos. Así quisimos plantearlo, subrayando los puentes, las relaciones con lo económico y con lo organizativo.
Vamos a abordar en el siguiente capítulo el tema económico y en el que le sigue los procesos organizativos. Aspiramos que en el último capítulo podamos contar con una visión panorámica integradora de los planteamientos.
CAPÍTULO VI
LA ARTICULACIÓN ECONÓMICA
En el sistema del ser humano existe un subsistema clave. El subsistema óseo. Imaginémonos el cuerpo humano sin ese sustento. Seríamos como una lombriz o un caracol, arrastrándonos por la tierra, limitados por esa condición. Necesitamos nuestros 206 huesos para sostener y proteger los órganos fundamentales de nuestro cuerpo y entre otras cosas, para poder movilizarnos, comunicarnos y vivir.
Ahora imaginemos que los huesos, por ejemplo, los de la pierna, estuviesen sueltos, sin conexión con los otros huesos, ni con el sistema muscular, ni con el sistema nervioso. Es difícil visualizarlo, pero, hagamos el esfuerzo. La función del sistema óseo para el organismo del hombre sería nula. No habría soporte ni movilización. Los huesos se convertirían, más bien, en una carga pesada, difícil de llevar y de encontrarles un papel en el sistema total.
En el sistema de la Economía Solidaria, los procesos económicos cumplen un papel similar al sistema óseo. Son soporte de procesos humanos, organizativos y espirituales. Le dan estabilidad, permanencia y posibilidades de todo tipo al desarrollo de la sociedad y cultura solidaria que queremos construir. Permite aglutinar el esfuerzo colectivo, desarrollar procesos de gestión mancomunados. Soportan nuestros procesos de desarrollo espiritual. Son base para la acumulación solidaria. Las soluciones a necesidades personales y comunitarias, encuentran en este soporte económico, un importante camino para resolverlas.
Sin él, nos pareceríamos a la lombriz y al caracol reptando, sin las posibilidades que implican la movilización eficiente de los vertebrados.
La Economía Solidaria perdería capacidad de acción y de soluciones solidarias para todos.
Pero tan o más grave, es la separación y descoordinación de los huesos. Unidades económicas de la Economía Solidaria dispersas, sin articulación y sin conexión con el sistema total.
Es lo que está pasando en la Economía Solidaria. Millones de hechos solidarios inconexos.
Entre otros factores, el origen de esa desconexión está en la Micro Visión, que está planteada en los principios cooperativos, como vimos antes y en los fundamentos de otras modalidades de la Economía Solidaria.
Consecuencias de la Micro Visión
en lo económico
El Archipiélago
La consecuencia más grave de esa Micro Visión acerca del rol de las unidades de la Economía Solidaria, es que convierten a esta economía en un archipiélago. Cada grupo luchando por sus intereses, ignorando que el empuje para solucionar los problemas de cada unidad, y del conjunto de ellas, así como también para impactar a la sociedad global, está en consolidar una fuerza social solidaria de grandes proporciones. En cada localidad, en cada país o región, en el mundo.
Es un tema central que queremos abordar en este capítulo. La articulación de la Economía Solidaria. El papel de sus procesos económicos para potenciar su impacto articulador y transformador en sus dimensiones locales y globales. El cómo su articulación potenciaría su fuerza para impulsar y construir nuevas sociedades
En capítulos anteriores vimos cómo existen fuerzas entrópicas, fuerzas que frenan el impulso transformador de la Economía Solidaria. Fuerzas que lo halan hacia el modo de sociedad que origina las desigualdades.
Ahora estamos dedicados a ver y analizar las fuerzas que la fortalecen, que le dan capacidad de impacto y transformación en lo político y social. Hacemos énfasis en aquellos aspectos, propuestas y estrategias, tomadas de la vida de experiencias solidarias y de nuestro quehacer, que fortalecen las fuerzas consolidadoras de la Solidaridad.
Lo hemos estado viendo en los tres subsistemas básicos. En primer lugar lo analizamos en el subsistema de la cultura, el pensamiento y lo espiritual. Propusimos un lema que nos de la visión del qué hacer en ese nivel: Millones de Escuelas Vivenciales de la Solidaridad.
Ahora estamos analizando esas fuerzas trasformadoras en el subsistema económico, para analizar, después, las fuerzas en la esfera, en el subsistema de los procesos organizativos.
Planteamientos para la cohesión económica
Veamos esas fuerzas en lo económico. Analicemos los planteamientos que fortalezcan y consoliden su acción.
Vamos a enfocar el tema en cuatro dimensiones:
1. La integración económica
2. El financiamiento
3. La tecnología
4. La economía en el hábitat
1. La integración económica
Lo que requerimos, lo buscamos en la Economía Solidaria.
Si no hay integración económica, es decir, si no tenemos lazos de intercambio de los bienes y servicios hechos en solidaridad, del financiamiento necesario, de la acumulación en el sistema solidario, los mecanismos de integración, de concentración de fuerzas, de ese archipiélago de unidades se limitará a instituciones gremiales, que cumplirán el papel de representar y promover los intereses de ese movimiento atomizado, pero no articularán las fuerzas solidarias.
Federaciones, confederaciones y similares entes representativos y gremiales, pero no entes de coordinación de procesos económicos y sociales sustentados en procesos articuladores de base.
Ante la ausencia de los lazos más profundos de la integración económica, esos entes gremiales, representativos, serán una realidad importante. En ellos siempre estará presente la llama de la solidaridad, la comunicación y la defensa, en la sociedad, de la idea y la posición solidaria y cooperativa. Sin embargo no tendrán la fuerza articuladora real de la Economía Solidaria, ni la fuerza en la sociedad para marcar caminos de transformación.
Si traemos a la mente hechos como el de la Corporación Mondragón y su influencia en el País Vasco, o CECOSESOLA y su impacto en la región centro occidental de Venezuela, o el Banco Grameen y lo comparamos con el impacto de entes gremiales, de la Economía Solidaria en otras latitudes, veremos cómo la potencialidad integradora de la articulación económica de la base es mucho más potente.
Las estructuras gremiales necesariamente gravitarán en la representación, promoción y defensa. No en la articulación económica, en la acción de red. Ese no será su papel principal. Por supuesto, las estructuras de carácter gremial y educativo pueden y deben incidir en las dinámicas de articulación económica, como muchas veces lo han realizado.
Estrategias de articulación
La reflexión sobre este tema viene desde hace muchos años. William King en 1828 y Charles Gide en 1889 nos habían planteado esa visión de la articulación.
King, inspirador de una red de 300 cooperativas y asociaciones similares, escribió en 1828 en la revista “El Cooperador”:
Las clases obreras tienen un motivo de mucha importancia para abrir tiendas para ellos mismos. La cantidad de dinero que las clases obreras gastan anualmente es enorme. Pueden cifrarse en varios millones. El beneficio realizado sobre esta suma sería suficiente, por sí mismo, para establecer no pocas fábricas. No es la falta de poder, sino la falta de saber, lo que impide a los trabajadores ponerse manos a la obra y empezar. Comerciar para ellos mismos y trabajar para ellos mismos, les produciría beneficios, como consecuencia, capital y como consecuencia, la independencia96.
Charles Gide, en su discurso pronunciado en 1889 ante el Primer Congreso Cooperativo Internacional dice:
Hay que hacer un plan de campaña, o más bien no es necesario hacerlo, puesto que está hecho. Comprende tres etapas sucesivas:
Agrupar a las sociedades entre sí, descontar de sus beneficios la parte mayor que se pueda para crear grandes almacenes al por mayor y realizar las compras en gran escala, he aquí la primera etapa.
Con los capitales que se hayan constituido así, comenzar a producir directamente todo lo necesario para cubrir las necesidades de los socios, creando panaderías, molinos, fábricas de telas y vestidos confeccionados, fábricas de zapatos, de sombreros, de jabón, de galletas, de papel… he aquí la segunda etapa.
Por último, en un futuro más o menos lejano, adquirir tierras y granjas para producir directamente el trigo, el vino, el aceite, carne, leche, huevos, legumbres, frutas, flores y la madera, que constituyen la base del consumo. He aquí la última etapa97.
Ambos, King y Gide, no tenían una Micro Visión de la economía de los trabajadores y las cooperativas. No se quedaban en el desarrollo de las unidades en sí mismas. Era un sistema que debía articularse. Que debía acumular para poder desarrollar su potencial solidario y tener autonomía.
Para ambos, distribuir la totalidad de los excedentes entre los asociados era un error. Se debían acumular para el desarrollo de la cooperación.
Es la visión de un movimiento integrado. No en la Micro Visión que se queda en el egoísmo grupal y que castra el desarrollo de un movimiento poderoso.
El Dr. King nos plantea un tema importantísimo. El del financiamiento de la Economía Solidaria. Da por supuesto que el financiamiento ya está en manos de los cooperadores. Es un tema clave que debemos abordar. Y lo vamos tratar más adelante en este mismo capítulo. Pero, ahora queremos insistir en la articulación económica de la Economía Solidaria.
Comprar juntos
Tanto el Dr. King como Charles Gide veían como un primer momento, como una manera estratégica, comenzar por la actividad de consumo. La comunidad organizada desde su cualidad de consumidores, no requiere inicialmente grandes inversiones. La inversión inicial necesaria en almacenes y puntos de venta no es alta y la capacidad inversora la tiene la población que opte por el compromiso, por la solidaridad. Esta demanda organizada, esa compra en conjunto multitudinaria, da la posibilidad para que otros grupos solidarios puedan insertarse en la red con los bienes y servicios requeridos.
Intercambiar lo que producimos
Para todos es clave superar la visión del egoísmo grupal. Es un solo movimiento. Los grupos productores de bienes y servicios no tendrán un cliente, un comprador, en la red de consumo solidario. Ni la red de consumo tendrá un proveedor externo. Actúan desde la misma red. Son todos uno.
En la red CECOSESOLA en donde se abastece el 40% de la población de Barquisimeto en Venezuela, los productores solidarios satisfacen esa demanda de alimentos y bienes diversos, zafándose de los intermediarios que tradicionalmente los explotaban. La red realiza periódicamente unas reuniones que se denominan de “plan local”. En ellas se analizan los costos y la calidad en las unidades de producción y también en las actividades de distribución. Se acuerdan por consenso, los precios de los intercambios en la red por períodos suficientemente amplios para que permitan tanto la planificación de la producción como los precios en la distribución.
Apoyarnos porque somos uno
Recientemente, por una medida regulatoria del gobierno venezolano, se congelaron los precios de los detergentes, a tal punto que hacían inviables económicamente a las unidades de producción solidaria de esos bienes. No podían cubrir sus costos con esos precios regulados. Se llevó el caso a la reunión de plan local en CECOSESOLA y se acordó vender los productos en las ferias de consumo familiar, con los precios regulados, pero internamente la red le pagaría a las unidades de producción, con un precio que permitiera el desarrollo del hecho productivo. Se cubría así, entre todos, la comunidad que compraba y las unidades de producción, el déficit que se originaba en la venta a precio regulado de esos productos. La regulación era un problema de la red completa. No un problema solo de las unidades de producción y en consecuencia la solución práctica debía ser de todos. No había clientes ni proveedores. Es una red integrada que enfrenta como conjunto los problemas en cada espacio de solidaridad.
Contando con la dinámica de la red CECOSESOLA, los productores cooperativos de café, decidieron invertir en las torrefactoras necesarias para entregar el producto procesado. En las reuniones de plan local se construyó el consenso sobre la calidad, el precio, las oportunidades de entrega.
En una visión de egoísmo grupal, de archipiélago, cada unidad velaría solo por sus intereses grupales y en consecuencia esas situaciones no tendrían solución. Si logramos romper con esa visión atomizada, se abre el paso a un gran movimiento solidario con una gran capacidad y fuerza transformadora, constructora de soluciones para todos. La calidad de los productos y servicios no es solo el interés de integrantes de la comunidad que los consume, sino también de los que están en la producción, integrantes de la misma red.
Adquiriendo calidad solidaria
La articulación de la red se fortalecerá si la política, si el lema de toda la Economía Solidaria fuese: Adquirir calidad solidaria.
Adquirir los bienes y servicios que necesitemos en la red solidaria. Estimular y apoyar todos los procesos auténticos de producción de bienes y servicios que se desarrollen en solidaridad.
Adquirir los insumos de calidad que requiramos en las unidades de producción y servicios de los emprendimientos solidarios.
Hay que resaltar que aquí el uso del término “calidad” tiene el sentido de la cosmovisión solidaria. Incluye que el producto, el insumo, además de sus óptimas características, sea el resultado de un esfuerzo por el respeto a la condición humana, a nuestra casa común, a las relaciones armónicas.
Esas relaciones cumpliendo en nosotros el rol del sistema óseo, el papel del esqueleto articulado e integrado con los otros elementos del sistema, cohesionaría las redes locales, regionales y mundiales de la Economía Solidaria.
En esa óptica las redes de comercio justo y todas las otras redes de productores en solidaridad, encontrarían en las organizaciones solidarias que gravitan en el consumo de bienes, el espacio, nacional e internacional para la colocación de sus productos, fortaleciéndose así todo el sistema.
No buscando clientes
La tarea fundamental ya no sería “encontrar clientes”, sino integrarse en redes solidarias para satisfacer las demandas de productos de calidad por parte de organizaciones de consumidores pertenecientes a la misma red.
Igualmente cuando las unidades de producción requieran insumos de calidad para realizar su tarea y ellos no puedan obtenerlos con la calidad y precios necesarios en mercados locales, se podrán conseguir en redes solidarias en otras localidades y países.
Se evitaría así que movimientos cooperativos y de Economía Solidaria, de países desarrollados, que estén en busca de insumos más baratos para la producción propia, organicen empresas no solidarias para solucionar esa necesidad. Pensar en alianzas, en fórmulas cogestionarias con la Economía Solidaria local, haría más sólida la articulación de estos procesos.
Los procesos económicos satisfaciendo necesidades en solidaridad y articulados y cumplirán el papel del esqueleto en el hombre. Sostendrán la Economía Solidaria, facilitarán su integración. Además permitirán construir la cosmovisión y los valores de vida de una fuerza social sólida que nos muestra a todos la nueva sociedad en construcción.
2. El financiamiento está en nosotros
El financiamiento de la Economía Solidaria está en nosotros.
Normalmente cuando hablamos de financiamiento, estamos refiriéndonos a los recursos que necesitamos para instalar la infraestructura de nuestras actividades de obtención y producción de bienes y servicios y contar con un capital de trabajo básico. Sabemos que una vez en marcha nuestro emprendimiento, obtendremos los recursos para mantenerlo y desarrollarlo en el proyecto solidario.
Imaginemos una corporación internacional que tenga unas 5.000 empresas. Bancos, financieras, aseguradoras, tecnológicas, con cadenas de distribución de bienes de consumo, con una gran red de producción de lácteos y derivados, con grandes unidades de producción agrícolas y agroindustriales y con centros formativos.
Las ganancias de ese complejo generan una gran acumulación financiera, que se destina a la consolidación de las actividades y a la continua inyección de recursos en nuevas actividades y proyectos.
Por un segundo asumamos ver en nuestro país el cúmulo de las empresas de la Economía Solidaria. Asumamos que están articuladas. Veámoslas también en nuestra región. Mirémoslas en el globo terráqueo. Contemplar panorámicamente el crecer de la hierba a la que hicimos referencia en el primer capítulo.
Si lo contrastamos con la corporación internacional a la que hicimos referencia en los párrafos anteriores, percibiremos que la Economía Solidaria está en una dimensión mucho mayor, con muchísimas más posibilidades de desarrollo articulado.
Excedentes inmensos
Los excedentes, los sobrantes, en esas operaciones solidarias son inmensos. Pequeños en cada unidad, pero inmensos en su conjunto. Lo son en cada país, en las regiones y en el planeta. Su acumulación generaría recursos cuantiosos para la optimización de las actividades que realiza y para la continua generación de nuevos proyectos.
El centro de salud de CECOSESOLA, fue en gran parte financiado colocando los excedentes de caja de las cooperativas de ahorro crédito y de otras cooperativas, en fondos comunes.
Centro Integral de Salud financiado con recursos comunitarios.
Lamentablemente, dos enfermedades impiden esa consolidación:
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La Micro Visión. Ver que nuestra acción solidaria termina en los límites de nuestro grupo o emprendimiento.
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La concepción del Retorno de los excedentes llevado a nivel de principio para la gestión.
La Micro Visión no permite vernos como un gran movimiento integrado, local, regional y mundialmente. Al no tener propósitos y proyectos para el conjunto, no articulamos nuestro potencial financiero de apoyo a nuevos proyectos. Caemos fácilmente en buscar el apalancamiento financiero en el sector bancario privado y público para consolidar nuestras acciones y desarrollar nuevas iniciativas con las consecuencias lógicas derivadas de depender de financiamientos del Estado o del sistema financiero privado.
Llevar el concepto de retorno de los excedentes (entregarlo en efectivo año a año a todos los asociados) tomándolo como un principio es prácticamente un suicidio y un asesinato a la proyección de un movimiento.
Por supuesto que detrás de la idea del retorno como principio, está la ratificación, la evidencia, de que en los fines que predominan en nosotros, que nos orientan como filosofía social, no está presente la acumulación con fines de lucro.
La Economía Solidaria no tiene fines de lucro, pero cuando se extrema el concepto de no lucro, llegamos a conclusiones suicidas, como la de que los sobrantes se deben retornar, no acumularlos y no ponerlos al servicio de la acción solidaria.
Es verdad que en el mundo asociativo, no se retornan los excedentes en función al capital aportado, sino a criterios derivados de la participación de los integrantes de las asociaciones, pero en definitiva, se castra el desarrollo como movimiento cuando esa acumulación no se canaliza en la consolidación y en nuevos proyectos solidarios.
Este concepto llevado a principio, el de no acumular los excedentes financieros y decidir que solo los retornaremos en la unidad de base, es coherente con la Micro Visión que no tiene en su horizonte la perspectiva, el proyecto común solidario. En la medida que desarrollemos la globalidad de la Economía Solidaria, se fortalecerán todas las unidades de base.
De ninguna forma se está contrariando nuestra filosofía de no tener como norte la acumulación individual de ganancias. Por el contrario, es distribuir de una manera más inteligente el bienestar entre todos los integrantes del movimiento y también en la comunidad de la que somos parte.
Sinergiar, si la palabra existe, la acumulación financiera, va a resultar en el mayor atesoramiento que buscamos en nuestro proyecto de vida, que es el de rebozar Solidaridad. Mientras más y mejores empresas solidarias existan, mayor será la presencia y el desarrollo de la Solidaridad.
El financiamiento está en nosotros
El financiamiento de la Economía Solidaria está en nosotros, en el movimiento que ya hemos construido en dimensiones planetarias.
Está en nuestras manos.
Pero el financiamiento también está en nosotros si tomamos las palabras del Dr. King y Guide y hacemos una estrategia que optimice el uso de esos recursos que ya están circulando en nuestras manos.
En nosotros, como población, como familias con recursos abundantes y con pocos recursos, circula el dinero para comprar bienes y servicios. Pocos o muchos recursos individuales que unidos, concentrados, son descomunales.
Si compramos juntos nuestros bienes y servicios, en nuestra propia organización, estamos haciendo ese esfuerzo de integración y concentración de los recursos financieros que cada uno tiene.
Desde el punto de vista financiero, al hacerlo en un emprendimiento solidario común, concentramos el excedente financiero, lo que nos permitirá, como movimiento, optimizar su uso, potenciarlo como fuente de consolidación y expansión de la red solidaria.
Pero no solo circulan en nuestras manos los recursos para la obtención de bienes y servicios. También como familias podemos tener ahorros. Esos ahorros igualmente los podemos articular. Establecer nuestras estructuras financieras solidarias, ahorrar en nuestras organizaciones en entes solidarios, que no se conciban a sí mismas como una actividad que fomenta solo las soluciones individuales, los créditos o financiamientos personales, sino que priorice soluciones comunes a problemas comunes.
Si las necesidades individuales son de consumo, seguramente algunas de ellas podrán articularse para comprar juntos y construir nuevos emprendimientos solidarios y para construir en conjunto mejores soluciones. Igualmente si se presentan necesidades de producción, de vivienda, de salud, de educación.
Sistemas financieros propios
El sistema financiero así concebido, será la base que requerimos para la consolidación de lo existente y como la gran fuente de nuevos emprendimientos solidarios y de actividades comunes entre empresas solidarias.
No es plantear estructuras financieras alejadas de las unidades solidarias de base. Es articularse en lo local. Apoyar financieramente los intercambios de bienes y servicios, la producción articulada, los servicios comunes necesarios de los emprendimientos cercanos.
Partir de lo local y continuar después integrando procesos nacionales y globales de financiamiento de los pequeños, medianos y grandes proyectos.
Desarrollo de sistemas financieros.
Por supuesto debemos estar a la vanguardia en la tecnología financiera. Es preciso contar con criptomonedas solidarias, con formas de pago de última generación, con monedas locales, con entes financieros de avanzada.
Tenemos grandes ejemplos en desarrollo. El Banco Grameen es uno de ellos, también la Banca Palmas de Brasil, Alcona de México, el área de Finanzas de Mondragón, el Banco de los Comunes (Bank of the Commons), Coop 57 en España, los bancos comunales, los fondos de ayuda mutua de CECOSESOLA, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos de Argentina, Red de Finanzas éticas, una criptomoneda Cooperativa, proyectos y realidades de incorporación de blockchains en la dinámicas asociativas y cientos de experiencias en la Economía Solidaria que fortalecen experiencias locales y que, integradas en los procesos que los soportan y articuladas entre sí, serán el soporte de un movimiento en expansión.
El concepto de Coop57 viene como anillo al dedo, para ejemplificar la potencialidad del financiamiento solidario. Coop57 es una cooperativa de servicios financieros. Recoge ahorro popular de la ciudadanía y de entidades solidarias, para canalizarlo hacia la financiación de proyectos de economía social y solidaria que aporten un valor añadido, que no es económico, sino social.
Declaran que:
Su objetivo principal es la transformación social en positivo de nuestra economía y de nuestra sociedad. Realizando actividad financiera, el objetivo de Coop57 sus socios y socias y al servicio de esta transformación social. Coop57, por sí sola, no podrá transformar la sociedad. El dinero por sí solo, tampoco podrá transformar la sociedad. Serán las entidades, grupos, colectivos y personas que trabajan para esta transformación social las que podrán incidir en modificar la realidad y mejorar la situación del conjunto de la sociedad trabajando por la creación de empleo estable y de calidad, impulsando proyectos que persigan la sostenibilidad y la soberanía alimentaria y energética, trabajando para toda forma de inclusión y reforzando tanto la cultura como los espacios de socialización, entre otros.
Buscamos promover fórmulas económicas y de desarrollo colectivo que ayuden a transformar la sociedad en positivo98.
Son unidades financieras con sentido de movimiento, compromiso y con la mirada levantada hacia un movimiento global. Coop57 es parte de una red, de una alianza con otras entidades que cumplen un papel similar. Están integradas a esa red: ACAF99, Acció Solidària Contra l'Atur (ASCA)100, CAES101, FETS102, FIARE103.
Financiamiento por las Alianzas con nuestro saber hacer
Pero además el financiamiento también está en nosotros por nuestro conocimiento. Está en nuestro saber hacer.
Las fuentes financieras no solo están en nosotros. El sector público y el privado cuentan con recursos y necesitan del conocimiento, del saber hacer, que es un patrimonio del trabajo.
Pero será realmente un patrimonio del factor Trabajo y el factor C, cuando está organizado, cuando está integrado.
De lo contrario el conocimiento es de las personas consideradas individualmente, que deben vender su conocimiento como una mercancía individual, con poca fuerza real para establecer acuerdos.
Si el conocimiento es de colectivos de trabajo, de grupos solidarios de trabajo asociado, se abre un campo inmenso de Alianzas en donde otros sectores ponen el financiamiento, y la Economía Solidaria aporta el conocimiento, el saber hacer. No una compra venta del conocimiento y el trabajo. Sino un Alianza con el trabajo asociado.
Veamos un ejemplo con más de 20 años de funcionamiento.
Consorcio de cogestión Venequip
Cogestionar con el conocimiento
Caterpillar en Venezuela tuvo su representante, su dealer, en la empresa Venequip. Una de las principales del país, por su vínculo con el sector petrolero, minero, de construcción, eléctrico y agrícola, en momentos de mayor estabilidad de la economía venezolana.
El dueño de esta empresa Venequip, Carlos Bellosta, hombre visionario, con gran capacidad de innovación y adaptación, después de muchas dificultades estructurales, les propuso a los trabajadores organizar un consorcio en Cogestión para llevar adelante sus actividades en el país y también en sus operaciones fuera de las fronteras.
Constituir una nueva empresa que sustituyera a Venequip en su accionar desde Venezuela, en donde a los trabajadores, organizados en una Alianza Estratégica Solidaria104, les corresponda el 50% de las ganancias de la empresa, reservándose el otro 50% a la empresa mercantil, consorciada, Venequip. Es decir, 50% de las ganancias finales para el trabajo y el conocimiento y 50% para el capital.
Además pactaron en la fundación y constitución del Consorcio que todas las decisiones deben tomarse por consenso, de tal manera que no privara el Capital o el Trabajo en las decisiones de la gestión y en la utilización de los resultados de la operación.
Los trabajadores, cerca de mil, en todo el país, previamente se habían organizado en cooperativas responsables de las diferentes áreas de la empresa especializada en la venta y mantenimiento de equipos de construcción, agrícolas, eléctricos, de minería. Las cooperativas se desarrollaron en todas las áreas, en finanzas, logística, sistemas informáticos, administración y contabilidad, en talento humano, en seguimiento experto de la tecnología de maquinarias de última generación, en reconstrucción y recuperación de grandes equipos, en gestión de la venta de equipos y repuestos, en minería, en capacitación de todo el equipo técnico de soporte.
Son empresas solidarias de la economía del conocimiento. El saber hacer técnico y administrativo está en cada una de estas cooperativas, que constituyeron un organismo de integración, la Alianza Estratégica Solidaria, que las integra a todas, en el Consorcio de Cogestión.
Son cooperativas, sin estructuras jerárquicas en su interior, orientadas hacia el consenso, con comités de coordinación de sus equipos naturales de trabajo, instancias en donde todos se encuentran para la gestión.
Todas las cooperativas obtienen sus ingresos de porcentajes sobre las operaciones. Vistas en su conjunto, articuladas en su organismo de integración: la Alianza Estratégica Solidaria, van por el resultado global de la operación.
Las razones de esta Alianza de Cogestión
Todo el que se acerca a esta experiencia se pregunta por qué el empresario optó por esta modalidad cogestionaria. ¿Por qué convocó a sus antiguos trabajadores a compartir en cogestión su empresa? ¿Por qué los trabajadores la aceptaron?
Varias fueron las razones:
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Romper con la relación de confrontación con el trabajo.
La empresa y los trabajadores, estructuralmente, estaban enfrentados. Lo que ganaba una parte lo perdía la otra. La relación de confrontación rompía la motivación y el compromiso por los logros.
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Desarrollar la capacidad para enfrentar las situaciones volátiles que se presentan en la economía.
Cada vez que se presentaban situaciones de descenso en la economía y amenazas de pérdidas, la empresa despedía a cientos de trabajadores. Se perdían años de formación y capacitación de esos trabajadores que tardaba lustros recuperar.
Al compartir los riesgos entre la empresa y los trabajadores, al ir ambos por el resultado de la gestión, en situaciones difíciles, la consecuencia de esas bajas no era de despidos, sino de disminución en los ingresos. De riesgo compartido.
De hecho, después de establecer esta Alianza, en varios momentos de conflictos sociales en la nación, todos, empresa y cooperativas, acordaron disminuir sus ingresos y los recuperaron al resolverse la situación.
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También argumentaba la importancia de construir una empresa flexible frente a los cambios tecnológicos y sociales. En lugar de un barco pesado en una gran tormenta, se transformó en una flotilla de embarcaciones ligeras capaces de flotar en el mar turbulento. La flexibilidad organizativa permitió múltiples cambios y soluciones impensables en anteriores momentos. El cierre de las minas de carbón en el occidente del país, atendidas por la empresa con alquiler y mantenimiento de esos gigantescos camiones mineros, (los que tienen esas ruedas que superan la altura de tres personas) y también el alquiler y mantenimiento de las grúas necesarias para la operación, no supuso la pérdida de trabajo para los cooperativistas.
Se financiaron los déficits y se innovaron las cooperativas prestando servicios especializados mineros, en otros lugares del país y en el exterior. Se conservó la fuerza del conocimiento presente en ellos. Se mantuvo durante varios años la infraestructura básica de la empresa en las minas, en espera de la reactivación.
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Otra razón fue la defensa de la empresa en un contexto social hostil. La defensa se convirtió en tarea de todos.
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Así mismo era importante transformar las relaciones humanas para hacer del lugar de trabajo un espacio de relaciones armónicas producto de la participación, la búsqueda de consenso y la gran capacidad de sinergia e integración que tiene la lógica cooperativa y solidaria.
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Buscar la desburocratización de las relaciones y procesos que entrababan el funcionamiento empresarial.
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Y por supuesto la obtención de una mayor rentabilidad, basada en un interés de bienestar compartido entre todos los factores de la producción, como consecuencia de las nuevas relaciones establecidas.
Todas esas razones han mostrado su validez a lo largo de 20 años que lleva el proceso desarrollándose hasta este 2021.
Razones de los trabajadores para esa cogestión
Para los trabajadores poseedores de un gran conocimiento y experiencia en el campo, son numerosos los argumentos para integrarse y consolidar la Alianza en el Consorcio de Cogestión Venequip.
De empleados y obreros pasaron a ser cocreadores, cogestores de una de las principales empresas del país, en cada una de sus sucursales y áreas y también en el conjunto de ella. Corriendo el riesgo de las pérdidas del emprendimiento, pero a la vez, viendo día a día resultados en sus ingresos, producto de la acción consorciada en cogestión.
El proceso formativo en la gestión ha sido enorme. Participando día a día en los procesos y decisiones se ha crecido en capacidad de administración y en nivel técnico.
Los trabajadores han pasado de individuos contratados por separado a equipos de trabajo con un alto nivel de relaciones armónicas.
Ambas partes se necesitaban
Nos hubiésemos podido imaginar que las cooperativas emprendiesen solas, con su capacidad y conocimiento, una empresa nueva, autónoma, con los mismos propósitos del actual Consorcio de Cogestión Venequip. Pero ese sueño hubiese chocado de inmediato, con la carencia de los inmensos recursos financieros para poder emprenderlo, además de no contar con la visión y la experiencia en el contexto empresarial, con el que ha contado la empresa Venequip.
El capital invertido en la empresa es grande. Instalaciones de mantenimiento y reparación de maquinaria pesada. Edificios, inventario de equipos y maquinarias. Inversión en Tecnología. Millones de dólares que no estaban al alcance, en ese momento, de los trabajadores.
La Alianza Estratégica Solidaria aporta en este proceso cogestionario su conocimiento, su saber hacer, su organización solidaria y participativa, sus valores. Pero la otra parte empresarial aporta todo ese financiamiento representado en activos tangibles e intangibles y su capacidad de gestión visionaria.
La Alianza en cogestión le da un potencial enorme a ambas partes.
Este modelo de Cogestión no se queda en la participación accionaria o de posiciones en instancias de gestión en las empresas, y muestra que también es una opción para que sea posible financiar procesos solidarios.
En el Consorcio de Cogestión Venequip, no es la incorporación de las cooperativas de trabajo en la gestión de una empresa privada. Es la constitución de una nueva empresa entre las partes, que acuerda, los modos de gestión de ambas partes.
Sobre este tema revisemos su compromiso constitutivo.
En él se establece el compromiso del Consorcio de Cogestión, con:
La Economía Social, aprendiendo así a diseñar el modelo de sociedad al que aspiramos: humana, democrática, participativa, justa y trascendente. En este sentido, el CONSORCIO se desarrollará en Alianza de cogestión, con auténticas asociaciones, entendiendo como tales, a empresas de propiedad colectiva, trabajo asociado, que se gestionen democráticamente, propiciando la participación plena y permanente de sus asociados, guiados por los valores propios de la solidaridad105.
Dificultades
Sin duda este proyecto tiene serias dificultades, que provienen de la contracción enorme del mercado en la venta de sus productos en la situación de crisis actual en el país.
También por las visiones culturales de las que provienen, tanto los cooperativistas, como los empresarios. Se trae la cultura propia de una empresa jerárquica y de una concepción de trabajo dependiente.
Sin duda es un freno que se manifiesta con frecuencia. Acostumbrados a mandar y acostumbrados a obedecer. Tienden a surgir, en la práctica, en el día a día, esas actitudes y se necesita concertar permanentemente para mantener la coherencia del proyecto de cogestión.
Pero ese freno cultural y económico, no impide ver también los avances en el proceso de transformación cultural que supone vivir en esta alianza innovadora, que debe mantener su norte claro para lograr su éxito estructural.
Proyectemos estas alianzas en cogestión
Volemos por un rato con nuestra imaginación. Profesionales de la salud, organizados de forma solidaria que cogestionen emprendimientos públicos y privados en el área. Profesionales de la educación con procesos cogestionarios similares.
La gestión de los servicios públicos, en general, llevados por nuevas empresas cogestionarias. Imaginemos el sector eléctrico, de gas, los metros, los ferrocarriles, la distribución de agua, las comunicaciones.
La industria automotriz, la industria de la energía y otros sectores productivos
Esta Alianza en Cogestión del conocimiento, del trabajo, con empresas públicas y privadas marcaría una transformación trascendental de las relaciones en la sociedad.
Esto lo trataremos de manera especial en capítulos posteriores. Ahora nos hemos querido focalizar un aspecto de esos procesos cogestionarios. El financiamiento que se obtiene aportando el conocimiento, el trabajo, en alianzas en las que se cuenta con capital público o privado.
El trabajo como un hecho colectivo
Los trabajadores, se ofertan en la sociedad de manera individual. Cada uno ofrece sus saberes y su fuerza.
La sociedad adquiere ese conocimiento y esa fuerza. La compra el Estado y la compran los privados. La adquieren de personas, de individuos aislados, con contratos unipersonales.
Cuando el conocimiento se une, cuando el trabajo se asocia, cuando se organiza en forma solidaria, en empresas de conocimiento y trabajo asociado y quiere ofrecer a la sociedad, su saber hacer, como un grupo, como colectivo, crece en su potencialidad y alcance.
A la vez, se enfrenta a la gran dificultad de no contar con un mercado que demande colectivos de trabajo y la dificultad tremenda de poder financiar por sí mismos esos emprendimientos.
Una vía de solución es encontrar en el sistema financiero solidario los recursos necesarios para obtener la infraestructura y capital de trabajo.
La Cogestión como opción
Sin embargo, en la opción de la cogestión, se abren posibilidades inmensas, por las necesidades de los emprendimientos públicos y privados. Ellos necesitan compartir riesgos, desburocratizar, flexibilizar y adaptar sus empresas a las realidades cambiantes. Con la disposición de acordar, consensuar, con actores colectivos de la Economía Solidaria. Con fórmulas de cogestión auténticas, esos objetivos se pueden lograr.
El Estado y los privados obtendrían mucho al alinear sus objetivos con el conocimiento y el trabajo. Su aporte sería proporcionar la infraestructura y el capital con el que no cuentan los trabajadores asociados.
El sector público y el privado pueden encontrar en esta fórmula caminos de desarrollo, desburocratización, flexibilidad empresarial, eficiencia y motivación, y el desarrollo e incorporación de una visión ética de las relaciones, muy difíciles de encontrar en los modelos de empresas actuales.
Esta unión con intereses compartidos y complementarios vendría a resolver grandes problemas de la sociedad actual.
Otras experiencias latinoamericanas
En América Latina encontramos muchos ejemplos que muestran la capacidad de la Economía Solidaria para gestionar emprendimientos que no han podido mantener solos, el sector empresarial público y privado.
En Uruguay, hay que resaltar la empresa FUNSA y FUNSACOOP106, productora de neumáticos, que fue recuperada de una quiebra técnica por los trabajadores integrados en una cooperativa. Pactaron con el empresario. Establecieron una figura de Cogestión con gran participación de los trabajadores en la gestión y recuperaron el proceso productivo. Llevan más de 30 años de recuperación vendiendo su producción en el Uruguay y en países del Mercosur.
En Argentina existe un fuerte movimiento de empresas recuperadas. Más de 300 empresas. Se llaman así, recuperadas, porque se parte de empresas que fueron abandonadas por sus dueños. No podían mantenerlas en el contexto económico en el que se desarrollaban.
Con fórmulas cooperativas y de la Economía Solidaria, asumieron la gestión de las mismas. Las hicieron funcionar y han demostrado que pueden llevar adelante emprendimientos en los que el sector privado se rindió.
En el año 2018, según Facultad Abierta, se estimaban activas 310 empresas recuperadas agrupando a 15.323 trabajadores.
La distribución porcentual por rubros o actividad, se estima en el 2020 de la siguiente forma:
Figura 12
Cantidad de Empresas Recuperadas por los Trabajadores por rubros
Fuente: Facultad Abierta107
En Bolivia, la empresa estatal COMIBOL (Corporación Minera Boliviana) encargada de la minería boliviana, prácticamente cerró en 1985. No pudo producir más y fueron los trabajadores, abandonados a su suerte, que constituyeron cooperativas mineras, más de 1.400, con más de 100.000 asociados que asumieron la producción de cobre, níquel, estaño, zinc, plomo, aluminio, oro y plata, en las minas abandonadas por el Estado, y en áreas señaladas como poco productivas. Con su lógica solidaria y flexibilización organizativa, sostuvieron y levantaron el sector minero durante muchos años. Las fallas de estas cooperativas, combatidas y dejadas a su suerte durante muchos años, no nos deben impedir ver lo importante de este hecho social.
También en Bolivia en muchas ciudades, el servicio telefónico, la distribución de agua y de la electricidad, en acuerdo con el Estado, está en manos de las cooperativas. En Santa Cruz, ciudad importante del oriente boliviano, esos tres servicios públicos básicos, están en manos de la comunidad mediante cooperativas. CRE108 (Electricidad), SAGUAPAC109 (Agua) y COTAS110 (Telecomunicaciones).
En Argentina la electricidad, el internet, los medios de comunicación y servicios públicos, en muchas poblaciones, han sido asumidos por mutuales y cooperativas.
En todos esos casos y otros en América Latina, el trabajo y el conocimiento asociados han probado que, contando con la infraestructura básica, pueden llevar adelante empresas en la que el sector público y el privado solos no han podido y en muchos casos han abandonado.
La Economía Solidaria demuestra, en esas experiencias, su capacidad para flexibilizar la organización, soportar dificultades económicas y superar inconvenientes.
Pero más allá que eso, han mostrado que el factor C, el factor solidario, tiene una fuerza enorme, que si establece alianzas justas, equitativas, con otros sectores sociales, puede ser un camino de profundo desarrollo para toda la sociedad.
Estas formas de relación con el Estado son fórmulas cogestionarias.
No se trata del concepto de cogestión conocido de la experiencia que se originó en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, en donde los trabajadores participan en las juntas directivas y otras instancias de la empresa. Se trata de llegar a un acuerdo entre el conocimiento y los poseedores de la infraestructura y el capital. Constituir nuevas empresas en cogestión, pactando los modos de relación y los aportes de cada uno y la distribución de los excedentes entre las partes.
Tampoco se trata de una contratación colectiva en la que se pactan beneficios.
Con los consorcios de cogestión, el conocimiento organizado en forma solidaria logra el financiamiento necesario para emprender proyectos y va configurando figuras que muestran las modalidades de ser del nuevo Estado, en sociedades solidarias.
Las primeras experiencias de Cogestión y la crisis actual por el COVID-19
Ante la crisis mundial existente que se agudizó por la pandemia del COVID-19, nos viene a la memoria el final de la Segunda Guerra Mundial. En medio de ciudades y fábricas alemanas en ruinas y destruidas surge la figura de la cogestión. Enfrentar juntos la reconstrucción. Se reunieron empresarios y trabajadores y crearon una modalidad de gestión. La llamaron cogestión. En ese momento la solución cogestionada se limitaba a la participación de los trabajadores, mediante representantes, en juntas directivas y otros niveles de gestión. Se dio en ese momento histórico y adquirió carta de ciudadanía en varios países europeos con leyes y disposiciones que le han dado aliento. También ha mostrado sus limitaciones y muchos intentos de revertir lo logrado.
Ahora para enfrentar la acumulación de crisis sociales, que han hecho explosión con las consecuencias del COVID-19, nuevamente se plantea una oportunidad de repensarnos. La Economía Solidaria y en especial las Alianzas de Cogestión, pueden darnos la oportunidad a todos de encontrar nuevos caminos comunes de superación y reconstrucción social.
El modelo de Alianza de cogestión que planteamos, no es de Alianzas entre representantes, delegados o voceros. No es una Alianza participando en Juntas Directivas.
Tampoco se trata de la cogestión entendida como accionaria. Es decir, que alguna organización de los trabajadores obtenga acciones de la empresa. Esa figura convierte a los trabajadores en patronos de ellos mismos. Si no va acompañada con otras transformaciones más profundas, genera una dualidad y una contradicción en la relación de trabajador y patrón.
Se trata de constituir nuevas empresas o transformar existentes a fórmulas pactadas de gestión en conjunto y distribución de los resultados en forma consensuada.
No pretendemos decir que son alianzas fáciles de construir. Son lógicas, cosmovisiones distintas que se encuentran con algún propósito compartido. Solo podrían darse dentro un respecto y comprensión de la otra parte. Solo podrían darse en justicia de la relación. Con acuerdos de gestión en conjunto claramente establecidos y consensuados.
Supone que la nueva empresa en cogestión, se establezca con criterios solidarios.
Para la Economía Solidaria estas alianzas vendrían a solucionar un tema fundamental que ha disminuido muchos de sus proyectos, la obtención del financiamiento para desarrollar grandes emprendimientos.
Cogestión a lo interno de la Economía Solidaria
Esa figura de cogestión también es aplicable a lo interno de la Economía Solidaria. Trabajo organizado en empresas asociativas que cogestionan emprendimientos de otras cooperativas que las congregan. Inversiones de movimientos solidarios en países o regiones distintas al suyo, que las realizan con cogestión con el trabajo y conocimiento asociado de la localidad.
Así lo ha hecho la cooperativa de seguros La Segunda de Argentina al entrar en cooperación con Surco de Uruguay, como también lo hizo durante muchos años La Equidad de Colombia en Costa Rica con la Sociedad de Seguros del Magisterio.
Sí, el financiamiento está en nosotros
La política del financiamiento de la Economía Solidaria está pues en nosotros.
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Integrando los excedentes de las operaciones de los millones de emprendimientos solidarios. Integrándolos local, regional y mundialmente.
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Con la estrategia de intercambiar y ahorrar en nuestro propio sistema solidario.
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Con una red especializada financiera que no sea un fin en sí misma, sino que además de su acción de integrar fondos y financiar a sus asociados directos, sea también parte y esté en función de los proyectos de la Economía Solidaria local, regional y mundial.
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Con Alianzas de Cogestión del conocimiento y el trabajo con otros sectores sociales.
El tema tecnológico
3. La tecnología
El sociólogo y filósofo de la ciencia y la tecnología, Ignacio Ávalos Gutiérrez nos dice que la suerte no está echada en lo que se refiere al papel del desarrollo tecnológico en el devenir de las sociedades.
La moneda está dando vueltas en el aire.
En una cara de la moneda
En una cara de la moneda está el impulso al desarrollo de la tecnología al servicio de proyectos de dominio de la ciudadanía por los Estados y también proyectos en servicio del control del individuo como consumidor y trabajador por parte de las grandes corporaciones y empresas.
Citando a Ignacio Ávalos:
Se acuñó el concepto de “Algocracia”, que hace referencia al traslado de nuestra capacidad de gobernarnos a unos algoritmos opacos, que no son neutros ni social, ni política, ni ideológicamente, accediendo de manera arbitraria e ilegítima a nuestro cerebro”, y añade Morozov “influyendo en nuestra vida como consumidores, como ciudadanos, como electores111.
En la otra cara
En la otra cara de la moneda están las opciones para que esas maravillas tecnológicas, de comunicación, de procesamiento de datos, de la nanotecnología, de la biotecnología, de la neo genética, estén en función de un desarrollo armónico, del crecimiento del bienestar colectivo.
Los dados están cargados hoy, en la primera cara de la moneda.
Los cambios en la posibilidades de democratizar la información y de la gestión de empresas y procesos sociales, han cimbrado, sacudido, a las organizaciones que se sustentan en criterios jerárquicos y de dominación y en coherencia con su lógica han reaccionados poniendo sus esfuerzos en moldear esas transformaciones tecnológicas y ponerlas en servicio de la optimización de sus objetivos.
La lógica de relación de esa cara de la moneda, por un lado, con la subordinación a sus intereses inmediatos de los recursos materiales, ha puesto a toda la humanidad en una crisis ambiental, al agravar intensamente los cambios climáticos y poner en riesgo la casa de todos, al decir del papa Francisco.
Por otro lado, la búsqueda de la maximización de la ganancia, reduciendo sus costos de trabajo, ha impulsado las inversiones en nuevas tecnologías que están llevando a la desaparición del trabajo.
Como ya dijimos, Jeremy Rifkin, por los años 90, llamó la atención del mundo sobre este tema con su libro El fin del trabajo.
Recordemos que Bill Gates y Mark Zuckerberg están señalando que el desempleo tecnológico, podría convertirse en el gran conflicto mundial del siglo XXI.
El objetivo, no tan piadoso, de la propuesta del Ingreso Básico Universal, parece ser la respuesta ante esa crisis, ante la disminución de la demanda de bienes y servicios, que va acarrear ese llamado “desempleo tecnológico”.
Darle capacidad de compra a la población para así mantener a flote la economía.
Ya el COVID-19 le ha permitido a la humanidad un primer ensayo masivo del Ingreso Básico Universal. Ante la disminución de los ingresos de las familias, por el confinamiento, los estados que han podido hacerlo, les han entregado a las familias diferentes modalidades de apoyo económico, que permita que la economía se mantenga y se recupere.
En la primera cara de la moneda, la que utiliza el desarrollo tecnológico para controlar el pensamiento democrático y manipular nuestro consumo, se apuesta a que la innovación tecnológica tenga como motor la optimización de formula básica de las empresas: Maximizar sus ingresos, minimizar sus costos.
Tomando nuevamente al pensador de las nuevas tecnología, Ignacio Ávalos:
Expresado en términos muy generales, estas tecnologías permiten registrar lo que es cada persona, en términos de sus preferencias individuales, deseos y pensamientos, expresados en datos que antes solo eran accesibles a los propios individuos, pero que ahora están abiertos a observadores externos, quienes los recogen y clasifican, analizándolos a partir de las neurociencias, la psicología cognitiva, las biotecnologías, permitiendo, así, numerosas formas de manipulación, con implicaciones políticas serias, evidentes, por solo citar un ejemplo, en los procesos electorales. Se está provocando la fragmentación política del espacio público, su polarización y la emergencia de posiciones cada vez más extremistas en diversos formatos de populismo. Por otro lado, hace posible la división de la población en grupos de intereses específicos al punto de que cada quien recibe un mensaje personalizado, ocasionando que el debate público común se descomponga en miles de debates privados112.
Es triste constatar cómo se ha venido a menos una gran expectativa humana, la de que los cambios tecnológicos nos ayudarían a construir unas verdaderas democracias, sociedades mucho más participativas, con posibilidades de consultas permanentes, de interactividad, de profundización en conocimiento, de gestión local participativa, en definitiva de procesos que nos incorporen a todos en la construcción del bienestar común.
Esas esperanzas tienden a difuminarse frente a los poderes que quieren someter y encauzar las tecnologías hacia sus fines de control y aprovechamiento.
La otra cara de la moneda
La otra cara de la moneda
Pero, por otra parte, la construcción de procesos democráticos reales, de movimientos sociales alternativos, de la Economía Social y de la Economía Solidaria, que incluyen la democracia en la gestión de los hechos económicos, potenciada por las innovaciones tecnológicas, permite volver a alzar la mirada y la esperanza.
Se necesitan nuevos protagonistas.
La constatación de que la moneda está cargada y se castran grandes proyectos civilizatorios, llama a gritos a nuevos protagonismos.
Al final los modelos sociales se encarnan en seres concretos que tienen ciertos comandos del desarrollo de ellos.
Al igual que en el ser humano que parece dominado por los impulsos del subconsciente, por sus genes, por su entorno, pero en él siempre está presente el timonel, su conciencia, que tiene un papel de conductor, de freno, de encauzar la fuerza vital, también los modelos sociales tienen sus timoneles que actúan en coherencia con la embarcación que conducen.
El modelo que se sustenta en la maximización del beneficio del capital requiere de unos timoneles, empresarios, políticos, conductores sociales que, en coherencia con su visión, organicen y sometan, en este caso, a los procesos de innovación tecnológica, a los objetivos profundos del modelo que profesan.
Su ética real, su conducta, su proceder está marcado por el tipo de embarcación que conduce. Su interés personal, su deseo de ganancia se traduce en innovaciones y riquezas que sin duda han traído beneficios a la humanidad, a la par que grandes desigualdades y crisis societales.
El timonel guía el barco siguiendo ese norte en su brújula, sin incorporar en los resultados de su gestión a los pasajeros de la embarcación.
El modelo social de dominación desde el Estado, igualmente, cuenta con timoneles, líderes, funcionarios, conductores de empresas públicas, que requieren moldear los avances tecnológicos hacia la conservación de su modelo de control social.
Consolidan los beneficios de una élite bajo la coartada de que buscan darles beneficios a todos. Pero al no querer insertar la energía humana, de tripulantes y pasajeros, en el proceso de conducción, terminan constituyendo élites burocráticas que le quitan fuerza y agilidad al navío, desmejorándolo permanentemente.
En ambos modelos esos timoneles juegan el rol de la conciencia en el ser humano. Sus sistemas tienen un lógica que sus conductores deben optimizar.
Por supuesto que los cambios tecnológicos pueden erosionar sus dinámicas y producir fracturas y cambios significativos que obliguen a readaptaciones. No son realidades estáticas. Pero siempre sus timoneles, como “porfiados” o tentempiés, están queriendo reorientar, bajo sus principios guías, el interés individual fuera de la comunidad en la que vive.
Pero los que soñamos por sociedades renovadas y transformadoras, apoyadas en la innovación tecnológica, necesitamos nuevos timoneles, necesitamos nuevos protagonistas sociales que no sean parte de modelos jerárquicos de dominación, concentrados en sus objetivos esenciales, sino que sean guías del Sistema de la Solidaridad. Ya no timoneles individuales o pequeños grupos, sino timoneles sociales de movimientos sociales que pueden ser comunidades, consumidores, productores, trabajadores, sujetos sociales que siempre ven su individualidad en el contexto o junto con otros que comparten su momento histórico.
Se necesitan nuevos protagonistas
Son nuevos protagonistas, nuevos actores sociales. Comunidades, consumidores organizados, trabajadores asociados, productores solidarios. Protagonistas con una brújula distinta.
Para que la innovación tecnológica juegue en el equipo transformador, debe ser asumida e incorporada en esa alternativa.
La Economía Solidaria como proyecto mundial debe generar innovación tecnológica en todo sentido como proceso que acompañe el desarrollo solidario.
Debe innovar en la generación e incorporación tecnológica, en la conquista humana de una salud de primera para todos. Innovación para superar enfermedades, para construir salud desde la revolución genética, para sanar con las mejores herramientas curativas desde una perspectiva comunitaria.
Debe ser bandera en este campo tecnológico de todas las formas de desarrollar los modos de gestionar, producir, intercambiar y consumir, con el confort y la calidad que aspiramos.
Debe ser impulsora de la innovación tecnológica en el construir y gestionar el hábitat y las viviendas de tal forma que nuestras urbanizaciones, barrios, asentamientos sean testimonio de confort y buen vivir.
Debe liderar los procesos tecnológicos en la conservación y potenciación de la casa común de las que nos habla el papa Francisco. Debe cuidar nuestro planeta en nuestra acción cotidiana, pero también estando incorporados en los procesos de defensa de todos los que habitamos el planeta, en erradicar las fuerzas destructoras del ambiente.
Debe propiciar las condiciones, el ambiente, las escuelas vivientes que permitan el desarrollo espiritual, artístico, cultural y de desarrollo personal y grupal para una convivencia armónica.
Es saber seleccionar alternativas tecnológicas coherentes con la mayor y óptima utilización del trabajo personal o colectivo. Ante resultados similares optando siempre por tecnologías intensivas de trabajo.
Es saber potenciar la innovación tecnológica para los nuevos tiempos y ocupaciones que se vislumbran por el desempleo tecnológico.
Es poner el desarrollo de la tecnología a ser un eje fundamental, una fuerza social mundial que supere los esquemas de dominación.
Es poner la innovación tecnológica en el desarrollo de la democracia y la participación en la gestión de la economía, de los procesos organizativos y el desarrollo espiritual.
Para la Economía Solidaria, la democracia es una necesidad, es consustancial a ella, es su esencia. No se mueve por el interés de unos pocos.
Siendo un movimiento de grupos sociales, de gestión de muchos, toda innovación tecnológica que facilite esa gestión colectiva y participativa, apoya la fuerza del sistema emergente, le da viabilidad, lo hace más coherente con su esencia. Sin esa capacidad de incorporación, de democracia profunda en la gestión, se desviaría, retrocedería a formas centralizadas y jerárquicas que debilitarían su capacidad esencial de transformación.
Se necesitan esos nuevos protagonistas que propicien que las innovaciones se incorporen en las corrientes de las transformaciones solidarias de la humanidad y no se vayan por los cauces de modelos sociales concentradores y jerárquicos.
Esos protagonistas deben ser parte de grandes movimientos mundiales, no solo de opinión, sino también económicos, organizativos y de transformación cultural. Ser parte de una gran fuerza social, coherentemente articulada. Ese es un gran reto de la Economía Solidaria.
La moneda no estará cargada
Con la presencia de esta opción solidaria, junto con otras múltiples fuerzas sociales que buscan otra civilización, la otra cara de la moneda, ya no estará cargada. Ya la suerte no caerá indefectiblemente del lado de las opciones jerárquicas. Más aún, un gran movimiento mundial impulsará que las nuevas tecnologías apoyen una mayor y mejor democracia, sostenida por grandes sistemas sociales de carácter solidario y por el uso de las innovaciones para facilitar la construcción de una vida más armoniosa.
La solidaridad en el Hábitat
4. La economía solidaria en el hábitat
Pensar la vida desde donde vivimos.
Vayamos un momento a las cooperativas de vivienda por ayuda mutua. Las 20.000 viviendas en urbanizaciones o barrios cooperativos en Montevideo y otras ciudades de Uruguay.
Para construir esas viviendas y urbanizaciones se necesita asistencia técnica para el diseño y la construcción. Se necesitan los múltiples materiales para la construcción y la fabricación de ellos. Se necesita investigación sobre modalidades de construcción y de vida.
En esas comunidades de vida se necesitan alimentos, salud, recreación, transporte, formación en tecnología, comunicación, educación, servicios, mantenimiento de equipos electrodomésticos, pintores, plomeros, cerrajeros, reparación de vehículos, reparación de calzados, cuidado de niños, sistemas administrativos y legales. Seguridad, arte, cultura, bibliotecas, centros informáticos y un sinfín de cosas más.
Es la demanda integrada de un complejo urbano solidario que puede y debe encontrar su satisfacción en múltiples unidades de producción solidarias de bienes y servicios articulados, que generen trabajo asociado para miles de personas. Que se desarrollen en la perspectiva de una gran ciudad solidaria.
Las formas organizativas federativas, gremiales, que inicialmente se originaron para producir las viviendas en la comunidad, contarán además con entes asociativos que aglutinarán los procesos comunales o comunitarios, de vida y de producción de bienes y servicios, consolidando así la fuerza solidaria comunitaria y la incidencia en la ciudad y en el país, del modelo solidario.
El hábitat es el otro eje fundamental del desarrollo asociativo.
Desde la familia
A su capacidad de articulación de procesos económicos, hay que sumarle el hecho familiar. Integra a las familias.
Se arraiga en el territorio. Sus procesos parten de lo local.
La institucionalidad local es construida por las familias. El mundo de lo público, con sus centros educativos, entes para la salud, los sistemas de seguridad, el diseño urbano, los servicios públicos, su sistema local de justicia, de identificación, de cultura arte y deportes, necesariamente se cogestionarán con comunidades fuertes y organizadas.
Es el espacio propicio para que la gestión de lo público la asuman las comunidades organizadas. Los servicios públicos gestionados en cogestión. Es el espacio en donde se vislumbrará el nuevo Estado que es administrado en lo local por fuerzas comunitarias integradas, articuladas, teniendo a la Economía Solidaria como un gran centro de gravitación por su capacidad y gestión de los hechos comunitarios.
Subsistema económico
Hemos avanzado en este capítulo en otro subsistema del gran Sistema de la Economía Solidaria. El subsistema económico. Lo estamos viendo desde la óptica de fortalecer las fuerzas neguentrópicas del sistema. Es decir desde aquellas fuerzas que tienden a reconstruirlo, llevarlo a su esencia, mantenerlo, potenciarlo.
Hemos tomado experiencias concretas y en proceso de la Economía Solidaria para plantearlas como camino, como norte o sur, según nos paremos en el mundo, como propuestas que queremos compartir, en el universo de la economía asociativa y con todos los que acompañan, apoyan y estimulan este cambio planetario.
En lo económico proponemos:
Que articulemos nuestras unidades, preferentemente desde lo local, adquiriendo nuestros insumos y bienes de calidad, de otras unidades solidarias, ofreciendo nuestros bienes y servicios en el sistema solidario.
Que articulemos el financiamiento con el que contamos y que tenemos en nuestras manos, creando instituciones financieras con visión de globalidad.
Que creemos e incorporemos la tecnología que nos fortalezca en lo esencial, nuestra gestión democrática y con la que nos podamos atender con mucha calidad en la creación colectiva de otro modo de bienestar de todos.
Desde el hábitat construyendo redes locales fuertes y articuladoras de procesos sociales públicos y privados.
En fin, construyendo una gran fuerza planetaria, sustentada en esa gran malla, red, sistema óseo que es una Economía Solidaria sólidamente entrelazada.
Ese subsistema económico será el soporte de una acción local, regional y mundial, transformadora.
Si vamos relacionando estas propuestas desde lo económico con las que hemos venido haciendo en lo espiritual, con la creación de millones de escuelas de la solidaridad, vamos configurando una totalidad, una visión panorámica, sobre el Sistema de la Economía Solidaria que queremos continuar construyendo, y sobre los subsistemas que consolidan su fortaleza.
Nos falta otro subsistema, el de los procesos organizativos. Lo vamos a abordar en el siguiente capítulo.
Después lo queremos ver globalmente y plantearnos sus relaciones con instituciones, procesos económicos, movimientos espirituales, con los que convivimos en este momento de nuestro planeta, personas, organizaciones, instituciones.
CAPÍTULO VII
LOS PROCESOS ORGANIZATIVOS EN LA ECONOMÍA SOLIDARIA
Recordando a Grameen
Recordemos la forma organizativa del Banco Grameen en Bangladesh.
Son, hoy, 7 millones de personas organizadas en 1.400.000 grupos de cinco individuos. El Banco es su propio instrumento financiero para enfrentar su situación humana y construir una vida nueva. Es un instrumento de su proceso de transformación cultural, de su desarrollo económico y de su organización social.
Ellos describen su organización como una federación de círculos, donde cada pequeño círculo conserva su independencia dentro de un círculo mayor que lo abarca y lo determina. Los círculos básicos son los grupos de cinco personas, a los que les siguen centros que integran varios grupos. Después siguen sucursales y otros círculos más grandes, hasta llegar al círculo mayor que es la totalidad del Banco.
Su forma de financiar, en la que todos los integrantes de cada grupo son garantes, son corresponsables de los financiamientos a cualquiera del grupo, condiciona la forma organizativa que el banco adopta. La organización natural, la más lógica, la más adecuada será la que esté más cercana o sea más coherente con esa forma de dar créditos, de hacer economía por grupos pequeños que acuerdan el destino de los fondos y se solidarizan con los pagos que se hagan con ellos.
El objetivo del banco y de los grupos no es solo el crédito, lo financiero, sino el empoderamiento de las personas, la superación de la pobreza.
La forma organizativa tenderá a ser coherente con ese proyecto de vida que tienen los que se integran al Banco Grameen. Tenderá a empoderar e integrar desde la base de la organización.
Normalmente tendemos a imaginar que en organizaciones integradas por tantas personas, en este caso por millones de personas, la gestión, el orden organizativo, se imponga mediante un esquema centralizado. También imaginamos que tendrán regímenes asamblearios imposibles para facilitar la gestión y participación de todos.
No es así en este banco. La vida del Banco Grameen lo contradice. Son los pequeños grupos organizados y articulados localmente los que hacen un andamiaje organizativo difícil de destruir o separar.
Organización para transformar
Es el tema de este capítulo: lo organizativo en la Economía Solidaria.
Las reflexiones y propuestas que consoliden los procesos organizativos de un sistema transformador de la Solidaridad. Que impidan las tendencias entrópicas, hacia el caos organizativo y propugnen aquellas que le den vitalidad a formas organizativas coherentes con la consolidación y crecimiento de la Solidaridad.
Estamos analizando el tercer subsistema del gran sistema de la Economía Solidaria.
Hemos analizado los retos para el fortalecimiento transformador de la Economía Solidaria en lo educativo. En los aspectos del espíritu, del desarrollo personal y comunitario. Nos concentramos ahí como visión de síntesis en las Escuelas Vivientes de la Solidaridad. Hacíamos énfasis en que vivir coherentemente nuestros procesos en las experiencias de la Economía Solidaria, convertiría a esas experiencias en unas escuelas vivientes de la vida nueva.
Después transitamos el subsistema económico. La importancia para el fortalecimiento de la Economía Solidaria en procesos articulados, integrados, que maximice la fuerza solidaria, que cohesionen el sistema.
Analizamos cómo encontrar los recursos financieros en nosotros mismos, teniendo como apalancamiento fundamental el conocimiento, el saber hacer. En ese subsistema nos acercamos al tema tecnológico planteándonos el reto del cambio tecnológico, del “fin del trabajo”, del uso de la tecnología.
Ahora queremos reflexionar sobre el subsistema organizativo. Entenderlo, en coherencia con todo el sistema transformador de la Economía Solidaria. Entenderlo como subsistema y como parte de un sistema integrado con el subsistema del pensamiento y el subsistema económico. Cómo es esa unidad. Cómo lo organizativo potencia la fuerza de la Economía Solidaria.
El subsistema organizativo
El reto es grande. ¿Cuáles son las dinámicas, los procesos organizativos, para que más de 3.000 millones de personas, sean protagonistas reales, se incorporen en la gestión de sus organizaciones solidarias, se comprometan en su acción? ¿Cuáles son los procesos y conceptos organizativos para que se termine con las figuras de asociados-clientes y con los trabajadores asociados-dependientes? ¿Cuáles las que le den fin al archipiélago asociativo? ¿Cuáles +modalidades organizativas son coherentes con nuestros vínculos con la comunidad y las organizaciones sociales?
Como todo sistema social, el sistema de la Economía Solidaria tiende a mantener su armonía, su coherencia. La manera de organizarse reflejará la forma de pensar, de sentir, de motivarse. Será coherente también con la manera de hacer economía y con el tema que nos atañe en este capítulo: los procesos organizativos.
Diseño de participación cercana
Una premisa fundamental de este capítulo es que la organización para la gestión de la Economía Solidaria debe darse con diseños que permitan la participación directa, cercana e inmediata de todos sus integrantes en la gestión de lo económico, organizativo y espiritual.
A la vez, un diseño que permita gestionar lo macro, la integración y la acción global de la Economía Solidaria con gran participación.
Cuatro elementos de la propuesta organizativa
Nos queremos acercar al tema de la organización en la Economía Solidaria desde cuatro ángulos:
-
Un diseño organizativo cercano a cada persona y grupo incorporado, que permita la participación y la gestión de todos en un proceso democrático.
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El trabajo asociado que realizan a tiempo completo alrededor de 400 millones de integrantes de la Economía Solidaria. El desafío de “el fin del trabajo”. Las modalidades de trabajo. El reto que supone ser asociado y trabajador. Los sistemas de remuneración y la seguridad social.
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La articulación e integración de la Economía Solidaria.
-
La cogestión con otros sectores sociales.
Un diseño de cercanía.
Grupos naturales
1. Un diseño de cercanía
Un diseño organizativo cercano a cada persona y grupo incorporado, que permita el protagonismo, la participación y la gestión de todos.
Quizás una frase pueda acrisolar este mensaje de gestión cercana a cada asociado y a cada grupo de trabajo: equipos naturales de gestión.
Los equipos naturales de gestión y trabajo.
Para poder participar realmente en la gestión de una organización solidaria, debemos hacerlo desde nuestro ámbito más cercano. Desde lo más cercano a nuestra vida diaria. Desde lo más cercano a nuestro equipo de trabajo de base en la organización solidaria.
En el trabajo asociado
En los espacios de trabajo asociado que se realizan a tiempo completo o parcial, en las actividades de producción de bienes y servicios, encontramos a equipos de trabajadores asociados, que en forma natural les corresponde ser responsables de procesos concretos, cercanos en su diario laborar.
Cada proceso económico, productivo, de distribución, de consumo y acumulación, está íntimamente ligado a un grupo de trabajadores asociados que asumen la responsabilidad de hacerlo fluir. Son los equipos naturales de trabajo que en la práctica son los núcleos básicos de cada organización.
Son los equipos humanos que naturalmente deben coordinar su acción para llevar adelante sus responsabilidades en los procesos.
¿Cómo cuáles? Los equipos de administración, los de cada proceso productivo, los equipos de logística, de compras, de promoción, educación y comunicación. Los que cultivan, los que transportan. Los que administran fondos comunes. Los que gestionan almacenes e inventarios. Esos y otros similares son equipos naturales de trabajo.
No importa el número de integrantes de cada equipo. El número no va a definir la viabilidad de la participación y la gestión. Aunque grupos muy numerosos pueden limitar la participación, lo que define es que el equipo sea responsable de un proceso de la organización que esté a su cargo. Normalmente esos procesos están a cargo de números relativamente pequeños de personas. O son procesos que se pueden subdividir y generar más de un equipo natural de gestión.
El tamaño de cada equipo va a depender del espacio físico, de la tecnología para la comunicación de sus integrantes, de la complejidad del proceso. Lo fundamental, lo que potencia, es que el equipo sea responsable de un proceso que amerite la coordinación de quienes lo integran.
El diseño organizativo más coherente para las organizaciones solidarias, es el que se establece alrededor de esos procesos y equipos. Como los, casi millón y medio de grupos del Banco Grameen, como los equipos de gestión de una entidad financiera solidaria, como cada equipo responsable de un proceso productivo en una fábrica asociativa.
El énfasis está en construir organización, modos de relacionarnos alrededor de nuestra acción grupal, en los procesos cercanos sobre los que hemos asumido la responsabilidad de llevarlos adelante.
El diseño organizativo de la empresa solidaria debe reconocer esa realidad y construir la organización con base en ella.
Evitar duplicidades en las
formas de gestión
Si por el contrario, asumimos y formalizamos formas centralizadoras de organización, como asambleas de trabajadores, representaciones en juntas directivas, u otras figuras que se alejan de la dinámica cercana y cotidiana, el resultado será una duplicidad en la dinámica organizativa. Necesitaríamos alguna forma de organización para coordinar la acción de esos equipos. Una manera superpuesta a esos equipos, lo que normalmente terminaría en formas jerárquicas y duplicidad o paralelismo de la gestión.
Si quitamos el foco de los procesos y de los equipos naturales que lo asumen, desconectamos la organización de su vida real y la ubicamos en otros niveles, que no son cotidianos, sino de control de gobernanza de la organización y que propician la desconexión de todos.
No es negar la importancia de momentos de asambleas y otro tipo de reuniones especiales. Es insistir en la importancia del diseño organizativo, basado en la gestión construida desde los procesos cercanos desde la organización cotidiana natural.
Si la razón del encuentro de los asociados no gravitase alrededor de la gestión de los procesos que los aglutina naturalmente, tenderán a ser encuentros vacíos de contenido sustanciales. Se propiciaría además la toma de decisiones desde esos espacios fuera de la gestión de los procesos, sobre la gobernanza de los procesos, lo que generaría duplicidades en la conducción de la organización.
El testimonio del Banco Grameen nos muestra lo pertinente de esta visión.
Por supuesto, esos equipos no están fuera de la red solidaria, de sus propósitos, de su visión global. Por eso deben estar entrelazados con los otros equipos naturales. Ser una red de procesos, de coordinación de todos lo que se hace en la organización solidaria.
En una organización solidaria pequeña, probablemente un solo equipo natural podrá coordinar toda la actividad.
En organizaciones de mayor dimensión se necesitarán numerosos equipos naturales de trabajo, responsables de procesos. En esa situación, además de la coordinación interna de cada equipo, se torna imprescindible una red de encuentros que vaya articulando los diferentes equipos, sus subredes y la red global.
Figura 13
Red de equipos naturales
Equipos en permanente comunicación, gestionando en común.
Figura 14
Red de equipos naturales
Redes de equipos naturales.
Esa red articulada debe ser el eje de la coordinación democrática de las empresas solidarias que producen bienes o servicios.
Tomando esa opción no serán necesarias figuras o posiciones que coordinen desde afuera a los grupos de trabajo, como gerentes generales o similares que pretendieran coordinar los procesos por encima de ellos.
Redes de equipos naturales
En las redes de estos equipos, entre todos, se establece lo que hay que hacer, se proponen y ejecutan soluciones, se fijan las políticas. Cada equipo natural en red lleva adelante los procesos y genera nuevas políticas que se analizan en los momentos de encuentro.
También la red puede generar instancias, equipos naturales, que faciliten la articulación. El trabajo de estos equipos facilitadores consistirá, precisamente, en impulsar el encuentro, la información, la coordinación. Esos equipos de apoyo a los procesos son parte de la red, son catalizadores, son integradores.
Una experiencia que ilumina este concepto está en la red solidaria de atención funeraria que se desarrolla en Venezuela.
En el año 2020, 675.000 personas en cerca de 96.500 grupos solidarios familiares, forman parte de un sistema solidario para atender la situación del fallecimiento de familiares.
El grupo de base lo constituye una familia integrada en una cooperativa u organización solidaria de base. Grupos que van de dos a nueve familiares.
Se calcula, actuarialmente, cuántas personas de las que se han sumado al sistema en esos grupos, probablemente morirán en el período siguiente.
Se estima el costo de atender ese número de entierros o cremaciones y ese costo se divide entre todos los grupos.
Cada grupo aporta al fondo común solidario la cantidad resultante de esa división, la que siempre es muy pequeña, porque divide el costo de pocos funerales entre todos. Esos montos pequeños permiten cubrir los costos que acarrean los fallecimientos.
Este sistema solidario además ha desarrollado sus propias instalaciones funerarias con capillas, carrozas y otros implementos para realizar esa atención. Ya se ha desarrollado en casi todo el país.
Pero, ¿cómo es su proceso organizativo?
En cada comunidad se invita a las familias a unirse al sistema. A incorporar en una lista hasta nueve familiares.
Esos grupos familiares aportan sus cuotas en la cooperativa u organización solidaria cercana de la que forman parte.
Así mismo esas cooperativas de base, se reúnen y concentran los fondos recogidos en Centrales de Cooperativas o en cooperativas, que prestan el servicio funerario.
En esa Central Cooperativa, se acuerdan, entre todos, las políticas del servicio, el tipo de ataúd, los velatorios, las capillas velatorias.
A su vez en las Centrales Cooperativas se organizan internamente, en equipos de gestión de los servicios, los aspectos administrativos, de mantenimiento, de prestación de servicios.
Pero no se queda ahí. También se organizan equipos de trabajo para elaborar los ataúdes y otros implementos.
Parémonos un momento. Intentemos ver la realidad descrita con la visión que tendríamos, figuradamente, desde un helicóptero.
Pensemos en los grupos solidarios de base como puntos de luz. Veríamos las comunidades de las barriadas con muchos puntos de luz, que se aglutinan en la cooperativa de base que los integra para la centralización local de los fondos. Se convertirían en luces más potentes. Representarían los grupos de administración local de fondos.
Si lo vemos con una perspectiva más amplia, veríamos reunidas esas luces más potentes en un gran reflector que sería la Central de Cooperativas con sus equipos naturales gestionando procesos administrativos, de prestación de servicios funerarios, de producción de ataúdes e implementos para ese tipo de servicios.
Los procesos organizativos de esta experiencia naturalmente tenderán a la participación en una red de equipos naturales que coordinan este proceso, desde cada comunidad, con los equipos gestores y administradores. Cada equipo con un rol, un espacio de gestión y participación y una red en la que todos los grupos se articulan para hacer que funcione.
Red de gestión de protección solidaria
Es una red articulada. Cada equipo natural tiene la responsabilidad de su proceso más inmediato. Pero están todos articulados y establecen sus mecanismos de coordinación del conjunto de la red. La coherencia y la coordinación son posibles porque se tiene un propósito común y una visión compartida de cómo hacer las cosas en solidaridad.
Supone una visión solidaria
Por supuesto, que en esta y otras experiencias que hemos reseñado, solo podemos explicar las formas organizativas que asumen, si entendemos la visión que tienen de la Economía Solidaria.
En ellas encontramos un concepto fundamental. Son experiencias, acciones, movimientos de las comunidades y trabajadores que emprenden juntos, que deciden actuar en conjunto. Que quieren resolver sus problemas, con autogestión y solidaridad. Que quieren construir soluciones para ellos y para todos.
Ese sentido de la acción, impulsa modelos organizativos en los que es profundamente verdad que todos participamos en la gestión. También es verdad que en este modo cercano de gestionar y articular, el control de los procesos, se hacen más eficientes los mecanismos y procesos de control.
Lo vemos en Food Coop en Brooklyn en donde los 17.000 trabajadores asociados son simultáneamente “compradores”, comunidades que desean adquirir productos. Lo vemos en el Banco Palmas en Brasil que es un proyecto financiero de la comunidad para atender sus necesidades y canalizar sus recursos hacia ellos. Lo vemos en los barrios productivos del Paraguay que bajo el proyecto de viviendas por ayuda mutua, han transformado el barrio en centros de producción de materiales de construcción para otras barriadas, en escuelas comunitarias, en emisoras de radio, en unidades de producción de alimentos. Ellos han convertido el barrio en una organización productiva sustentada en su hábitat con diferentes proyectos que son gestionados por equipos de trabajo solidarios.
Capacidad y fuerza de todos, frente a la de unos pocos
Cuando nos separamos de la gestión coordinada por los equipos naturales y la suplantamos por modelos de gestión que responden a visiones centralizadoras, desechamos la fuerza del conjunto y pretendemos que la organización se conduzca bajo una sola batuta. Que gerentes o presidentes y cadenas de mando le den la eficiencia, la fuerza y la conducción a la organización. De esa forma cada uno de los integrantes de la organización se convierte en un ser pasivo, que debe estar atento a las instrucciones de esa gestión centralizada.
Ya no es verdaderamente una gestión de todos y por lo tanto pierde sentido el proyecto solidario. De alguna forma mutamos otra vez a la disociación entre el asociado cliente y el asociado trabajador dependiente.
Con los grandes retos y el crecimiento de la Economía Solidaria en el mundo, y sobre todo por la presión cultural que idealiza una supuesta eficiencia de las formas de gestión centralizada, muchas veces nuestras organizaciones de origen solidario se transforman en empresas que importan los modelos organizativos de carácter jerárquico. Gerencias y cadenas de mando suplantan la fuerza del colectivo asociado.
Es cierto, que desde esa perspectiva gerencialista, pueden darse procesos muy eficientes. Solo que la eficiencia se entiende de otra manera. Se entiende como rentabilidad de la inversión, como resultados cuantitativos, como crecimiento en las operaciones, como acumulación financiera, como trabajadores que cumplan.
Y no es, que no sean valores y hechos significativos. Pero lo verdaderamente importante es la acumulación y crecimiento de la solidaridad, de las personas, la fuerza comunitaria, la contribución a ir construyendo soluciones en solidaridad.
Es un mal cambio que la fuerza de la organización se sustente en gerentes y cadenas de mando, vaciando la organización de la fuerza de todos los que han emprendido esos proyectos solidarios.
Es un mal cambio porque al final esas visiones empresariales centralizadoras necesitan de la no participación activa y protagónica en la gestión de todos los asociados y en consecuencia son escuelas, profundamente populistas, clientelares, que buscan “beneficios” para los socios, “para ellos”, sin su compromiso con los procesos que se desarrollan.
En el fondo debilitan gravemente a las empresas que se autodefinen como sociales o solidarias.
El esquema “gerencialista” sí le sirve a las empresas de capital. El control de la empresa, al final, es de los dueños mayoritarios. Las gerencias les rendirán cuentas a ellos. No se aspira que trabajadores y clientes sean protagonistas. Para ellos, la fuerza de la gestión debe estar en esa gerencia “eficiente”. En consecuencia los asociados pasan a formarse en una escuela de vida, en donde se es pasivo y expectante de los beneficios e instrucciones de otro. Así la fuerza vital va muriendo y en la primera crisis importante que se dé por razones internas o del contexto, se evidenciará la debilidad de la organización.
La vivencia en organizaciones cuyo núcleo básico sean los equipos o equipos naturales de gestión, articulados en redes, será el epicentro de las Escuelas Vivenciales de Solidaridad que analizamos en el capítulo dedicado a la educación. Es la oportunidad de vivir y formarnos en la construcción de la nueva sociedad.
Equipos naturales en la obtención de bienes y servicios
Equipos naturales en organizaciones de servicios
Muchas de las organizaciones solidarias se establecen para comprar y distribuir bienes y servicios, como las llamadas organizaciones de usuarios y consumidores. En otras se colocan los ahorros en común para atender necesidades financieras de los asociados. En este tipo de modalidades, los asociados no están a tiempo completo en la gestión de la misma, con excepción de grupos de ellos que sí se requieren con dedicación especial. La mayoría de los integrantes de la organización obtienen sus ingresos para vivir, de otras fuentes públicas o privadas.
¿Cómo esos asociados pueden ser protagonistas en el desarrollo de sus organizaciones?
Para Food Coop de Brooklyn y el Banco Grameen de Bangladesh la respuesta es simple. En Food Coop todo consumidor es trabajador. Cada integrante de esa asociación de compra y distribución de bienes, se incorpora en equipos de trabajo destinando horas a la semana a esa labor y se une a la reflexión que se realiza en el trabajo y en reuniones periódicas de los asociados.
Para el Banco Grameen, el sistema financiero se sustenta en grupos de cinco personas, que se van articulando localmente, en círculos concéntricos que van abarcando a la totalidad del Banco.
La Cooperativa el Triunfo de Pueblo Nuevo, en Lara, Venezuela, impulsa la organización por cuadras o manzanas, que además de participar en la gestión de la cooperativa se integra con organizaciones comunitarias de salud, culturales, de distribución de alimentos, con otros emprendimientos comunitarios y con organizaciones vecinales.
Igualmente en la Cooperativa Los Horcones o en la John F. Kennedy de la misma ciudad, encontramos formas de incorporación voluntaria en la organización comunitaria local.
En definitiva se trata de que la organización no gravite ante el hecho del consumo, la actividad puntual, sino alrededor del hecho comunitario. Alrededor del esfuerzo de todos por enfrentar la vida, por construir vida distinta.
El Banco Palmas en Brasil
Ver el funcionamiento del Banco Palmas113 en Brasil nos permitirá profundizar en el concepto.
Grupos humanos de desplazados, campesinos y pescadores, que colocados en un espacio virgen, armados de solidaridad, construyeron en grupos y en conjunto, una vida nueva.
El espacio otorgado por la Municipalidad, a campesinos y pescadores desplazados debía ocuparse lo más pronto posible. Es conocido actualmente como Conjunto Palmeiras y estaba desprovisto de una estructura básica como agua, vías de transporte, electricidad, dejando entonces al vecindario vulnerable a inundaciones y otros problemas de estabilidad económica y natural.
Adicionalmente, el hecho de la mudanza dejó a la comunidad de pescadores sin una fuente de ingreso estable.
Debido a eso, en 1981, los residentes se reunieron para mejorar la comunidad y de este modo, se crea la Asociación de Moradores del Conjunto Palmeiras (ASMOCONP).
ASMOCONP se encargó entonces de la urbanización del barrio, creando toda la infraestructura (canales de drenaje, pavimentación de las calles, plazas, viveros y otro tipo de servicios). No obstante, en 1997, aunque el barrio ya se encontraba urbanizado, no contaba aún con formas para poder costear los nuevos servicios creados, obteniendo nuevas deudas y propiciando un exilio de algunos moradores del barrio a otras favelas.
Para lidiar con ese problema, ASMOCONP decidió enfocarse en el desarrollo económico de la comunidad, inaugurando el Banco Palmas el 20 de enero de 1998, como una estrategia para enfrentar el desempleo, creando trabajo local y oportunidades de ingreso para los residentes, siendo entonces el primer banco comunitario de desarrollo en Brasil.
De esta forma, el Banco Palmas surge como una necesidad de organizar los consumidores del barrio y direccionar el consumo y la producción local.
En su inicio tuvo un fondo inicial de 2.000 reales, conseguidos por una organización de desarrollo social de la ciudad. En la distribución de este primer fondo una parte fue destinada para la creación de un tipo de tarjeta de crédito llamada Palmacard, para estimular el consumo local y préstamos para productores y comerciantes locales.
Con el tiempo, el banco generó otras formas y ejercicios para propiciar el desarrollo de la economía del barrio, tales como la tienda solidaria, ferias de comercio y un grupo de intercambio y trueque, con moneda propia. El resultado de este último fue la creación para el año 2000 de la moneda social palmas, del Banco Palmas, la cual aún circula en el mercado local.
Carácter diferenciador del Banco Palmas y su modelo
El Banco Palmas, sus acciones, sus logros y su historia provienen de una discusión básica en la que se cuestionaba el origen de su pobreza, llegando a la conclusión de que no existe un territorio de naturaleza pobre económicamente (sea un vecindario, región o municipalidad). Los territorios se convierten en pobres después de perder, repetidamente, sus propios ahorros. A pesar del nivel de pobreza, siempre es capaz de alcanzar desarrollo económico. Ese desarrollo debe ser autónomo, o de lo contrario, no será sostenible.
La idea principal con la creación del Banco Palmas es, entonces, la reorganización de la economía del barrio, creando una red local de productores y consumidores, estimulando a las personas a producir y consumir en su propia comunidad, creando un “circuito financiero” generador de desarrollo local. De esta forma sus productos y actividades están basados en la sinergia del consumidor y el productor, con un fuerte control social.
La red social construida en Palmeiras, con organizaciones vinculadas desde sus necesidades inmediatas, desde su articulación y lucha conjunta, propició el renacimiento de ellos como comunidad. Es otro hecho que muestra que, organizados alrededor de los procesos vitales que emprendemos, se da la fuerza y participación necesaria para construir vida solidaria.
Clave común, la gestión desde la cercanía
Según su situación, historia, cultura solidaria, las organizaciones van encontrando su diseño organizativo que busca hacer realidad el protagonismo de los que se incorporan a construir vida asociativa. Sin embargo hay una clave común: la cercanía.
Diseñar la organización desde los equipos naturales cercanos y responsables de cada proceso y después ir encontrando los caminos de la articulación en redes de todos ellos.
Hay muchos otros aspectos organizativos en la Economía Solidaria que evidencian la coherencia entre los tres ámbitos del Sistema, el emocionar, el pensamiento, lo económico y lo organizativo. Queremos enfocarnos un momento en un aspecto que llama a la coherencia en la Economía Solidaria: El trabajo asociado.
2. El trabajo asociado que realizan a tiempo completo alrededor de 400 millones de integrantes de la economía solidaria
La responsabilidad especial de los trabajadores asociados
En un proceso social que abarca a 3.000 millones de personas en el mundo, debemos resaltar el peso específico, la influencia de 400 millones de esos asociados, que dedican su vida, su tiempo completo al desarrollo del movimiento solidario. 280 millones en cooperativas y 120 millones en otras modalidades de la Economía Solidaria114.
Tienen responsabilidades en la producción de bienes y servicios y también en los entes de articulación del movimiento solidario, a niveles locales, regionales y mundiales.
Sin ninguna duda, esos 400 millones de trabajadores asociados son referentes para todo el movimiento solidario. Ellos son testimonio de la economía de la solidaridad que se construye y que se quiere desarrollar. En ellos está la posibilidad de que la Economía se enrumbe como fuerza transformadora. Están ahí, día a día, sin las limitaciones de otros adherentes de la Economía Solidaria que consiguen su sustento vinculado a otras relaciones sociales. Ellos viven intensamente la vida solidaria, con una dedicación intensa de tiempo.
La coherencia, la cosmovisión de estos 400 millones de trabajadores solidarios, será fundamental para que la Economía Social y Solidaria cuente con fuerzas neguentrópicas, consolidadoras e innovadoras del sistema en coherencia con un futuro solidario, o que, por el contrario la Economía Solidaria se desarrolle bajo la égida de las fuerzas entrópicas que llevan al retroceso, al caos.
Si esos trabajadores se educan, se adecúan e impulsan formas de trabajo y de gestión propias de las sociedades jerárquicas, si viven dentro de cadenas de mando, de relaciones de mando y subordinación, si se establece con ellos la disociación del trabajador asociado dependiente y si ellos mismos propician el trato de asociado cliente a los otros integrantes de la organización solidaria, el resultado será que ellos pasarán a ser sustentadores de las fuerzas minimizadoras del impacto transformador de la Economía Solidaria.
Pero si esa fuerza humana de 400 millones de personas, viven a plenitud el proyecto de construcción de una nueva sociedad solidaria, la muestran en su quehacer diario, se transforman personalmente, asumen el compromiso de colaborar en construir las escuelas vivientes de solidaridad, en las que cada experiencia solidaria se constituya en una escuela vivencial, la Economía Solidaria, entonces, se potenciará, será un factor de cambio monumental en la sociedad que vivimos.
La mayoría de esos 400 millones trabajan en las unidades de base de la Economía Solidaria. Trabajan en producir, distribuir, administrar y acumular, en cada una de esas experiencias.
Otro grupo, nada despreciable, al menos un 10%115, realiza su trabajo solidario en organismos que articulan la Economía Solidaria, desde la ACI, el AIM, los que trabajan en confederaciones, federaciones, uniones, ligas, centrales, consorcios, entes para la educación solidaria y organismos similares.
En ellos recae una mayor responsabilidad en el proceso de desarrollo de la Economía Solidaria. Su función es coordinar y orientar, gestionar, de cara a muchos procesos asociativos.
Los trabajadores asociados en los entes de integración
Si ellos viviesen una vida contradictoria con las pautas de la sociedad que, teóricamente, quieren superar, serán entonces el espejo distorsionado que confundirá a los que se acerquen buscando el camino para los trabajadores asociados y para los integrantes del movimiento solidario. Provocarán desilusión.
Pero si viven coherentemente, con relaciones y vida solidaria, su imagen será contagiante y motivadora.
De manera especial, la ACI, como mayor referente conocido de la Economía Solidaria en el mundo debe contar, no con “funcionarios”, ni “burócratas” del mundo asociativo, sino con trabajadores apasionados por ayudar a construir ese nuevo mundo solidario. La ACI en su funcionamiento cotidiano nos debe mostrar coherencia en la gestión del factor Trabajo. Debe ser esa escuela viviente y modelo en las relaciones del trabajo en entidades de la Economía Solidaria.
Grandes retos del trabajo asociado
Esos 400 millones de trabajadores asociados y en realidad toda la Economía Solidaria, tienen en este principio de siglo, unos grandes retos. Señalaremos algunos que vemos de suma importancia.
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El Fin del Trabajo
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Los sistemas de remuneración y anticipos.
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La seguridad social.
El fin del trabajo, también para los trabajadores asociados
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El reto del fin del trabajo. Sálvese quien pueda
Como vimos cuando nos referíamos al tema de la Educación, Jeremy Rifkin en 1996 publicó su libro El Fin del Trabajo. Las nuevas tecnologías contra los puestos de trabajo116.
La visión de Rifkin predecía un impacto devastador sobre los empleos y las profesiones tal como eran concebidas en su momento.
Oppenheimer, nos mostró en Sálvese quien pueda117, un mundo ya en camino de eliminación de muchos empleos y profesiones.
Es significativo que al pensar en soluciones, Rifkin hace un gran énfasis en la potenciación del tercer sector y la globalización de la Economía Social118, además de hacer reingeniería de la semana laboral y hacer un nuevo contrato social.
Él imaginaba a las comunidades organizadas resistiéndose y encontrando soluciones. Veía a la Economía Social, al voluntariado generalizándose y de alguna manera amortiguando el efecto de esta situación.
El efecto geopolítico de la “guerra del trabajo” está pasando a una competencia entre robots y personas.
Los países que compiten a base de colocar a millones de trabajadores en condiciones infrahumanas, durmiendo en fábricas por meses, con bajas remuneraciones y en condiciones de trabajo inadecuadas, parece acabarse, con consecuencias más graves para los trabajadores. Esos mismos países requerirán a los robots para esa nueva manera de competir y se desprenderán de sus actuales recursos humanos. Se acelerará en todo el mundo la sustitución de trabajadores por robots y nuevas tecnologías.
La Economía Solidaria no será ajena al impacto de estos acomodos societales.
El impacto en la Economía Solidaria
La pregunta resuena en nosotros ¿Cómo impactará este proceso de fin del trabajo en la Economía Social y Solidaria? ¿Los 400 millones de trabajadores asociados, perderán sus trabajos? ¿Podremos los integrantes de la Economía Solidaria, prestarnos servicios de calidad, apartándonos de esos procesos tecnológicos? ¿Cómo incorporar los avances tecnológicos en nuestras organizaciones?
Intentaremos expresar algunas ideas sobre esas preguntas en este capítulo y en el próximo.
Algo muy importante, es que se necesitan nuevos protagonistas, timoneles que marquen el rumbo con claridad. Que la cosmovisión solidaria oriente las soluciones o respuestas a cómo asumir y propiciar cambios tecnológicos. Nos oriente en la geopolítica mundial y nos guíen en la construcción del Sistema Solidario.
Nuevos protagonistas
Queremos insistir aquí, que se necesitan nuevos protagonistas119 con nuevas lógicas de construcción de sociedad.
Los protagonistas actuales, el sistema social y político, que tiene como eje central la maximización de las ganancias de las empresas, guiarán como timoneles, y propiciarán el desarrollo tecnológico, para fortalecer sus objetivos, subordinando y utilizando esas innovaciones a sus objetivos principales, sin darle importancia al sufrimiento de los otros factores, la naturaleza, el trabajo, la gestión y el Factor C. Especialmente, este último, que es la parte humana, los valores, la cultura, las relaciones interpersonales.
Esta lógica está dejando, al menos, cuatro enormes cicatrices en el mundo entero.
La cicatriz de la desigualdad, la cicatriz ambiental, la cicatriz del desempleo masivo y la cicatriz democrática.
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La cicatriz de la desigualdad, de la riqueza que se acumula en las cúpulas de los centros de poder económico y político, creando evidentes desigualdades de ingresos y de acceso a los bienes del común. Desigualdades que además se manifiestan en la discriminación por etnias, razas, género, ingresos, formación, edad.
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La cicatriz ambiental, al utilizar como un recurso para sus fines las paredes, el aire, el agua, la energía, los jardines de nuestra casa común.
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La cicatriz humana, al considerar al trabajo y a los trabajadores como un mero recurso para lograr sus objetivos, fácil de desechar con otras opciones producto de la tecnología.
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La cicatriz democrática, porque en su afán maximizador de la ganancia y de control están asesinando a la democracia. El control como consumidor y como elector, hinca sus dientes sobre la ciudadanía que quiere construir su entorno, su comunidad, local, nacional y mundial y derrama su sangre democrática.
El pedido de cambio viene de muchos sectores sociales
La búsqueda de cambios que permitan superar esas crisis, viene de muchos espacios y sectores, incluidos los propulsores de la Economía de Capital. Personas que contemplan los efectos de la dinámica social y están persiguiendo otros propósitos y modificaciones, alarmados por sus consecuencias y la inestabilidad mundial que lo acompaña.
El Manifiesto de Davos 2020 es una declaración explícita y contundente. Es una tendencia actual que propicia el cambio en ese sistema de empresas que buscan la maximización de la ganancia. Muchos han tomado conciencia del daño global que se realiza. Vemos movimientos que hacen énfasis en la responsabilidad social empresarial, las Empresas B y otras tendencias y conceptos que empujan esos propósitos.
Sin embargo es hora de resaltar que se necesitan cambios más profundos.
Se necesitan nuevos protagonistas sociales. Se necesita el fortalecimiento de otro tipo de empresas que estén impulsadas por otros actores sociales y con otra lógica.
La Economía Solidaria en el mundo puede y debe contribuir con la solución a estos problemas mundiales.
Se necesitan otros protagonistas
En la Economía Solidaria los protagonistas que la impulsan son los del factor C, son básicamente comunidad solidaria que se manifiesta, por una parte la comunidad organizada, consumidores de bienes y servicios, y por otra parte los trabajadores.
Ambas manifestaciones de la comunidad, movidas por razones muy distintas, al afán de beneficio personal.
Están movidos por la búsqueda de soluciones en solidaridad.
Soluciones, que evidentemente benefician a la persona y a su familia y a su comunidad. Pero con la gran diferencia que se busca soluciones en comunidad y con gestión de todos.
Es una presencia protagónica distinta en la humanidad.
Rifkin, en su obra El fin del trabajo, ve necesario el desarrollo de la Economía Social:
Solo mediante la construcción de comunidades locales fuertes y autosuficientes, las personas de cualquier país podrán soportar las consecuencias de los cambios tecnológicos y la globalización del mercado que amenazan la vida y la supervivencia de muchas familias120.
La economía social se conforma en la última y mejor esperanza para el restablecimiento de un posible marco de referencia institucional alternativo para una civilización en pleno proceso de transición121.
Esta opción supone, para la Economía Solidaria, reinventarse. Reinventarse bajo la guía, orientación y cosmovisión de nuevos protagonistas.
Incorporar la innovación tecnológica en su lógica solidaria de desarrollo. Optimizar la satisfacción de las necesidades y atención de los asociados y la comunidad, desarrollando nuevas tecnologías e incorporando a aquellas ya desarrolladas, que permitan nuestra mejor atención.
Igualmente innovar e incorporar, en las actividades de producción de bienes y servicios, la tecnología que permita insertarse en el mercado propio solidario y en el mercado global, teniendo como norte una sociedad armónica y solidaria.
Las tecnologías ahorradoras de mano de obra son preferidas por los maximizadores de la utilidad. Las tecnologías con uso intensivo de trabajo y comunidad, serán las preferidas en la opción solidaria, porque están bajo el timonel de otros protagonistas.
Las tecnologías que permitan una mejor democracia y faciliten la participación, serán las incorporadas por la Economía Solidaria, porque sus actores tienen una nueva cosmovisión.
Las tecnologías para enfrentar el cambio climático, tendrán prevalencia en la Economía Solidaria, por el peso y compromiso de nuevos actores.
En general el cambio tecnológico trascendente para mejorar la calidad de vida de todos nosotros en el planeta tierra, debe estar encauzado en un movimiento donde la guía organizativa, su orientación sea un proyecto solidario mundial.
El reto de los sistemas de remuneración al Trabajo Asociado
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El segundo reto: los sistemas de remuneración y anticipos como procesos educativos y coherentes con la lógica de nuevos actores solidarios.
El primer reto para los procesos organizativos del trabajo y los trabajadores asociados, lo analizamos bajo la frase: El fin del trabajo.
Este segundo reto, los sistemas de remuneración en la Economía Solidaria, tiene una trascendencia importante.
Los más de mil trabajadores de CECOSESOLA en Barquisimeto, Venezuela, reciben mensualmente cantidades prácticamente iguales, diferenciadas solamente, por el número de días u horas trabajadas y por necesidades específicas de sus familias, analizadas y acordadas por todos. Es igual para los que compraron, administraron, tuvieron el control de las cajas registradoras, los que acomodaron en los estantes, los que verificaron las calidades y cantidades en la recepción, los que almacenaron, los que hicieron mantenimiento, los que vigilaron, los que cocinaron, los que realizaron actividades educativas.
Esto debe verse en el contexto de su rotación del trabajo.
La Red CECOSESOLA tiene un sistema rotativo de los trabajos a realizar. Cada cierto período se cambia de actividad, dependiendo de la complejidad de lo que hay que ejecutar, pero intentando que todos conozcan la multiplicidad de acciones que emprenden en cada uno de los equipos de trabajo.
En su sistema de anticipos de excedentes van acordando, en sus múltiples reuniones, los aumentos o disminuciones de sus ingresos, según los resultados económicos que va teniendo la organización y que se comparten permanentemente entre todos.
Igualmente consideran, establecen mecanismos y apartan los recursos para atender necesidades especiales como el descanso anual, la salud, la imposibilidad de continuar trabajando.
Otras organizaciones solidarias, con responsabilidades más complejas y variadas, y que requieren personas con formación especializada, en las que los sistemas de rotación no son viables, como médicos y especialistas en sistemas, en logística, en investigación, en informática, auxiliares en enfermería, laboratoristas, establecen sus ingresos mensuales, sus anticipos de excedentes, con criterios de equidad, valorando el aporte de los diferentes equipos de trabajo asociado, siempre acordando sus ingresos en reuniones, con participación de todos.
Algo sobre el concepto del Trabajo Asociado
Es importante resaltar, que en la doctrina y práctica solidaria, no se compra el trabajo de ningún asociado. No es trabajo bajo dependencia. El trabajo no es una mercancía. Es trabajo asociado. Nos unimos aportando nuestro trabajo en un esfuerzo común.
Siendo una asociación solidaria de trabajo, todos los que aportamos nuestro trabajo en esa forma asociada, obtenemos nuestros ingresos del resultado que produzca la organización que hemos constituido.
En otras palabras, todos los trabajadores asociados en la Economía Solidaria corremos la suerte de nuestra organización. Se va a riesgo. Nuestros ingresos estarán ligados a los excedentes que resulten de nuestra actividad solidaria. Asumimos el riesgo que tengan las actividades que desarrollemos.
Lógicamente habrá que anticipar esos excedentes periódicamente, semanalmente, quincenalmente, mensualmente o en cualquier otro período de tiempo, para que sea posible la vida cotidiana de los trabajadores asociados y de sus familias. Esa característica esencial, de ir a riesgo, origina los sistemas de anticipos de excedentes de las organizaciones solidarias, los que sin duda serán distintos para cada entidad solidaria, pero que responden a su cosmovisión común.
La forma de distribuirnos esos anticipos de excedentes debe ser decidida en coherencia con nuestra esencia de participación y democracia, por los propios trabajadores asociados.
Autorregulación del Trabajo Asociado
Otra vez aquí nos topamos con la presión cultural que nos envuelve y que impulsa a copiar modelos “exitosos” de sistemas de remuneración de las empresas públicas o privadas de carácter jerárquico.
Pero las diferencias con la Economía Solidaria son muy significativas.
En la Economía Solidaria:
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No es trabajo individual. Es trabajo asociado.
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Las normas del trabajo asociado las aprueban los mismos trabajadores asociados, no establecidos en leyes con mínimos o contratos colectivos o individuales.
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Los ingresos económicos de los trabajadores asociados son variables, dependen del resultado de la gestión de todos o de equipos de ellos.
Son conceptos completamente distintos a los que se aplican a las relaciones que se establecen en el trabajo subordinado.
En el trabajo dependiente, la relación se establece entre la empresa u organización con cada persona considerada individualmente. Se compra su trabajo.
Las normas se establecen desde afuera de los trabajadores. Desde las leyes que rigen el trabajo dependiente y desde la organización que lo contrata.
El trabajador dependiente recibe lo establecido en leyes y en contratos de trabajo, sin relación con el resultado de la empresa. Este tipo de relación estimula el descompromiso con la gestión.
La tentación cultural de copiar sistemas de remuneración que se adecúan a las relaciones jerárquicas, al trabajo dependiente, trae implícitamente el considerar como terceros a los trabajadores asociados y por supuesto, terminan atentando contra la participación en la gestión, el compromiso con lo que se emprende y con el sentido de que el trabajo es social, es de equipo, es de todos.
Al aplicar esos sistemas “importados” se actúa con incoherencia con la esencia de la economía solidaria y en consecuencia se debilitan los procesos de formación y su fuerza transformadora.
En la Economía Solidaria, los sistemas de distribución de anticipos, de los ingresos vinculados con el trabajo asociado, deben establecerse en coherencia con el concepto de la Escuela Vivencial de la Solidaridad.
Que nuestra vida en cada organización solidaria, nos permita consolidar los valores y las relaciones entre nosotros, y que muestren la nueva sociedad que queremos.
La seguridad social del Trabajo Asociado
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Otro gran reto: La seguridad social
Es un reto muy relacionado con el punto anterior sobre el Trabajo Asociado. Es otro tema autorregulado.
También en el tema de la seguridad social en el trabajo, la Economía Solidaria tiene grandes ventajas en relación con otras opciones de vida y organización.
En la Economía Solidaria, la decisión de los temas a cubrir bajo el concepto de seguridad social, se establece por consenso de los participantes, cubriendo no solo los mínimos que se han conquistado socialmente, durante cientos de años, por los trabajadores y las sociedades, sino, yendo sin límites, más allá.
No es un tema de ingresos mínimos, o días mínimos de descanso anual. Es eso, y más, como algo que construimos entre todos, en relación con los ingresos de las organizaciones asociativas y sus políticas de alianzas para enfrentar este tema.
Una propuesta de pensión y jubilación solidaria
El caso de la propuesta de política de retiro o jubilación, de los integrantes de las cooperativas integradas en la Alianza Estratégica Solidaria, base del Consorcio de Cogestión Venequip, es un ejemplo que permite visualizar las ventajas de las opciones en cooperación.
Se propusieron como objetivo que al cumplir 65 años y un mínimo de cinco años de incorporación en su cooperativa de base, se podría optar por cambiar la intensidad del trabajo a dedicar, bien sea pasando a retiro total o alguna fórmula de cooperación parcial en su organización de base o en el conjunto de las asociaciones.
Se acordó que todos los que optaran por el cambio en la intensidad del trabajo, continuaban percibiendo su mismo nivel de remuneración, como si estuviesen en pleno trabajo, recibiendo la totalidad de los ajustes que se hicieran en la organización.
Por supuesto, con los correspondientes cálculos actuariales, se estimó el costo de este proyecto de jubilación.
La estrategia básica para obtener los recursos necesarios para cubrir esas cantidades, fue el aporte que mensualmente hiciesen todos los participantes.
Aquí, “todos”, se refiere, tanto a los que están integrados a su aporte de trabajo normal, como los que se acogían a la opción voluntaria del retiro.
Ningún asociado, jubilado, en retiro o no, dejaba de aportar hasta la finalización de sus días.
El sistema, contaba con amplias regulaciones consensuadas, para garantizar su óptimo manejo financiero y la equidad en las relaciones. Su vínculo con los esquemas de seguridad social del país y con otros entes especializados.
Pero lo fundamental a destacar, es que este sistema no parte de la visión de que un grupo social fuese el soporte de otro grupo, el de los jubilados o en retiro.
Era un proyecto de todos, financiado por todos. Tanto los que les corresponde recibir los aportes como los que son potenciales receptores de ese acuerdo común.
Esa lógica de relación humana multiplica las posibilidades de atender diferentes campos de la llamada seguridad social y de su financiamiento.
3. La articulación del movimiento de la economía solidaria
En lo organizativo, nos hemos detenido, en la gestión de cercanía, y el trabajo asociado. Ahora queremos analizar la articulación de la Economía Solidaria en su interior, para finalmente ver la importancia de la cogestión en su interacción con la sociedad.
En las diferentes modalidades de la Economía Solidaria en el mundo, encontramos numerosas entidades que articulan en la dimensión gremial, representativa, a sectores o modalidades de las entidades solidarias. Con alcance mundial la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) que representa a las Cooperativas. La Asociación Internacional de la Mutualidad (AIM) que representa a las mutuales.
Son puntos de encuentro, de reflexión, de análisis de la situación de las organizaciones que representan, de formación. También su incidencia ante la sociedad, llevando la visión y la posición de sus afiliadas frente a los problemas del mundo.
A nivel regional, nacional y local están presentes otras entidades, también de carácter gremial, como confederaciones, federaciones, uniones, ligas, redes, cumpliendo papeles similares a los planteados para las entidades mundiales señaladas en el párrafo anterior.
Lo primero que llama la atención de esta forma de articulación es que se da, en la mayoría de los casos, incluyendo solo a alguna modalidad o expresión de la Economía Solidaria.
Organizaciones de integración para cooperativas, o para las mutuales, o para el comercio justo, o para las cajas de ahorros. Sin incluir otras vertientes hermanas.
Por supuesto no en todos los casos, como la Confederación Latinoamericana de Cooperativas y Mutuales de Trabajadores (COLACOT) y también los entes que articulan bajo conceptos más globales, como sucede con las entidades abiertas a toda la Economía Solidaria en Colombia o bajo el concepto de Economía Social como la Confederación Empresarial Española de Economía Social (CEPES).
La mirada puesta en la modalidad o en la actividad
Cuando se limitan a representar a variantes de la Economía Solidaria, circunscriben su acción a los intereses de esas modalidades, tendiendo a no contemplar la visión y los intereses de los entornos en los que están inmersas sus propias organizaciones de base.
No se incluye la visión y los intereses de otras modalidades de la Economía Solidaria o Social, pero principalmente no contemplan los intereses de las comunidades humanas en donde nacen, a las que se deben, a las que le están proponiendo modos de enfrentar los problemas de la situación en la que viven.
Por eso, no son los temas a los que le dedican sus esfuerzos. Sus esfuerzos se canalizan a defender el sector que dicen representar.
No se integran desde lo económico
Así mismo llama la atención que esas opciones de articulación no integran los procesos económicos que desarrollan sus entes afiliados.
Esos procesos son imprescindibles, básicos, para todas las organizaciones que conforman la base organizacional de sus representados, como lo son las cooperativas, las mutuales e infinidad de modalidades del accionar solidario.
La presencia fuerte de la Economía Solidaria, no se entiende sin verla desde sus hechos económicos. Son las soluciones que nos damos en la solidaridad, las soluciones en el accionar económico, las que impactan a la sociedad, las que son punto de referencia para la comunidad, las que le dan peso a la Economía Solidaria.
La articulación de los hechos económicos de la Economía Solidaria, tendría mucha más importancia que su integración gremial, si tuviésemos que elegir.
La Corporación Mondragón, como grupo empresarial cooperativo, tiene mucho más peso representativo, político y social que cualquier ente de carácter gremial asociativo, en el País Vasco, en incluso en toda España. Son el décimo grupo económico en España. Es el peso que se deriva de su articulación social, en el que lo económico es un elemento definitorio. Esto no niega que Mondragón está también afiliado a organismos representativos de las cooperativas y la Economía Social, pero su peso específico, basado en lo económico, es determinante en esas relaciones.
Lo gremial y la Visión Micro
La institucionalidad de la articulación se ha movido principalmente en dimensión gremial y no alrededor de la integración y acoplamiento de sus hechos económicos.
Esto ha sido coherente con la Visión Micro de los principios de las modalidades más relevantes de la Economía Solidaria a la que hemos hecho referencia en capítulos anteriores. Solo se alude a las unidades de base sin contemplar la visión global y proyección del movimiento global solidario. Esta visión ha impulsado un archipiélago de unidades económicas sin conexión, ya que se limitan a su propio accionar y no al de un movimiento social.
También este desarrollo de la integración, prevaleciendo lo gremial, es coherente con dar solución a las necesidades de representación para la comunicación, la reflexión interna en el sector y para establecer vínculos con el sector público en temas legislativos, tributarios y de apoyo institucional. Sin embargo su influencia, en esos mismos campos y fines, sería mucho mayor si se diese bajo el soporte económico.
Cuando la articulación se da entre diferentes modalidades, mutuales y cooperativas
Veamos una experiencia de encuentro económico entre mutuales y Cooperativas. UNO122 de Argentina.
Bajo la denominación de UNO, en Argentina en el año 2020, se constituyó un fondo donde más de 100 mutuales colocaron excedentes financieros para establecer líneas de créditos para la vendimia de las cooperativas vitivinícolas.
Se soluciona así las necesidades de estas cooperativas en un momento cumbre de su actividad económica y también las mutuales podrán colocar fondos con buenos rendimientos, gracias a las características pactadas por todos en UNO.
La primera de las experiencias de UNO permitió conformar un fondo de 150 millones de pesos, establecido por el aporte de diferentes mutuales –administrado por San Cristóbal Caja Mutual– para financiar la vendimia que realizan las cooperativas de productores vitivinícolas asociadas a la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita).
Aquí nos encontramos con un proceso de articulación de diferentes modalidades de la Economía Solidaria, que une sus necesidades y soluciones. El encuentro económico en UNO, acerca a instituciones que eran primordialmente de carácter representativo como la Confederación de Mutuales Argentinas y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), que participaron y promovieron este acuerdo.
En cada región o país, los procesos de integración tienen matices particulares que se corresponden con su historia y su cultura, y con la influencia de la historia de las modalidades asociativas, que hasta ahora las han hecho gravitar en lo representativo y gremial. Sin embargo en la medida que se produzcan procesos que articulen e integren fuertemente, las actividades económicas que desarrollan las unidades de base de la Economía Solidaria, en esa medida, los entes que articulan la Economía Solidaria, irán cobrando papeles múltiples, en lo gremial, económico y educativo. No limitándose a un aspecto. Y no porque lo declaren en sus estatutos o en su propósitos, sino porque los hechos sólidos e importantes en lo económico, son naturalmente apreciados por todos en la sociedad, con mucho valor representativo y gremial en la dinámica social.
La acción integradora representativa y la económica deben andar de la mano. Separar esos procesos generaría dobles, triples o más puntos de coordinación de la acción solidaria.
La experiencia de UNO en Argentina nos muestra un camino.
La articulación de la Economía Solidaria debe partir desde la cohesión de las unidades de base integradas a la comunidad, incorporando procesos horizontales y verticales de acoplamiento, muy especialmente en lo económico, que se encuentra local, regional, nacional y mundialmente, en una gran fuerza solidaria.
Cuando la articulación se da entre movimientos asociativos en el ámbito internacional
El Centro Cooperativo Sueco, articulador de la acción de cooperación internacional de las cooperativas en ese país, lleva muchos años en una acción sostenida de apoyo a otros movimientos cooperativos del mundo. Han incidido en procesos claves en el tema de la vivienda por ayuda mutua, en Uruguay, Paraguay, Centroamérica y otros países. Lo ha hecho con recursos propios y canalizando recursos de la Cooperación Sueca.
En una acción similar, el grupo cooperativo Desjardins de Canadá, con 7 millones de participantes, está activo en más de 30 países prestando asistencia técnica y dando apoyo financiero a experiencias asociativas.
Asimismo Clusa, constituido por organizaciones cooperativas de Estados Unidos, junto con otras organizaciones y personas, apoya procesos asociativos en América Latina, África y Asia menor.
Otras organizaciones de carácter asociativo de Francia, Bélgica, Alemania y otros países de Europa y Asia realizan acciones de fortalecimiento de la Economía Solidaria.
FUCVAM de Uruguay ha impulsado y asesorado proyectos habitacionales en América del Sur y Centroamérica. CECOSESOLA de Venezuela, ha apoyado procesos de organización comunitaria en El Cairo. Son sólo algunos ejemplos de la cooperación e integración posible entre movimientos sociales.
Estamos frente a un potencial de cooperación entre movimientos solidarios de muchos países que pueden fortalecer la articulación del mundo asociativo.
4. La Cogestión como potenciador de alianzas a lo interno de la economía solidaria, la comunidad, el sector público, y el sector privado
Un cuarto aspecto, en lo organizativo, es el cómo emprender y construir juntos con otros sectores sociales.
Alianzas en lo económico con las comunidades, los Estados y la economía privada.
LA COGESTIÓN se define por la experiencia del Consorcio de Cogestión Venequip, a la que nos acercamos en Venezuela, como:
la responsabilidad que asumen dos o más partes de gestionar una actividad, un proceso o una empresa, en conjunto, en igualdad, con el mismo derecho a participar, y con las normas que los cogestionarios acuerden, bajo la visión de una economía alternativa, donde privan las prácticas democráticas directas, donde el trabajo es asociado, donde las decisiones se toman por consenso123.
Hacer entre dos o más partes, lo que supone reconocer objetivos e intereses distintos, pero que coinciden en una acción común y que pactan un tipo de relación, que supone respeto y autonomía, pero que a la vez, produce transformaciones en los cogestionarios.
Cogestión a lo interno de la Economía Solidaria
Por supuesto que el primer ámbito de aplicación de la cogestión, debe darse a lo interno de la Economía Solidaria. Es una opción para establecer acciones extraterritoriales, alianzas de trabajo, entre los movimientos solidarios, de diferentes países, entre organizaciones solidarias de un mismo país o territorio. Entre organizaciones solidarias con actividades complementarias. Pero especialmente, alianzas de cogestión con organizaciones solidarias, cuyo principal activo es el conocimiento de los trabajadores asociados, su saber hacer, su saber técnico, su saber organizativo. Podemos imaginar esas alianzas de cogestión entre organizaciones solidarias de trabajo asociado, con otras en donde predominen consumidores de bienes y servicios, o con entes de integración o con entidades solidarias de promoción y educación.
Cogestión con lo público
Además, la cogestión, es una opción para establecer acuerdos con el Estado.
Vislumbremos, en el ámbito del Estado más cercano a nosotros, que los trabajadores de la educación organizados solidariamente, están cogestionando escuelas, liceos, institutos técnicos, universidades y otros procesos de formación de adultos. Que el conocimiento sobre la educación esté en cogestión con el sector público.
Soñemos con que los poseedores de los conocimientos sobre la salud, organizados en empresas solidarias, cogestionen ambulatorios, hospitales, procesos de vacunación y prevención, medicina comunal, atención médica a distancia, investigaciones.
Vislumbremos a los trabajadores organizados en solidaridad, cogestionando empresas de servicios públicos como la distribución de agua, electricidad, transporte, vialidad.
Supongamos también, que empresas de producción que haya asumido o proyecte asumir el Estado en la energía, infraestructura, desarrollo tecnológico, y en otros campos, sean, igualmente desarrolladas en cogestión entre empresas solidarias, esencialmente de conocimiento y trabajo asociado.
Pensemos en la cogestión de lo público con acuerdos como el de la RECM (Reunión Especializada de Cooperativas de MERCOSUR), entidad pública con funciones de coordinación y promoción de la Economía Social y Solidaria, integrada por representantes de todos los países y de todos los movimientos cooperativos de MERCOSUR. También en el caso de Paraguay, en donde el ente público encargado de la relación con las cooperativas está compuesto solo por voceros o representantes del sector.
Estas Alianzas de Cogestión, le darán la marca, el impacto solidario, a las transformaciones que se vayan construyendo en el sector público. Serán el soporte fundamental de esa relación.
Cogestión con lo privado
La evidencia del fracaso del sistema de las empresas de capital en los temas de desigualdad en las sociedades (en el efecto en el clima, la incapacidad de incorporar armónicamente el conocimiento de sus trabajadores en el desarrollo de sus empresas), ha sido tal que, en el seno de las organizaciones empresariales, sus líderes visionarios plantean nuevos esquemas organizativos.
Comprenden claramente las deficiencias de los modelos empresariales actuales y están en búsqueda de nuevas modalidades. Se están dando cambios en pequeñas y grandes empresas construyendo nuevas relaciones, formas participativas de gestión. Empoderamientos. Autonomía de equipos. Compartir procesos de gestión.
El creciente peso de la llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE), es muestra de esos procesos renovadores. Sin embargo muchas de las experiencias de RSE, se concentran en las relaciones externas de la empresa. Aunque hay preocupación hacia el interior de ellas, hacia sus colaboradores, el mejoramiento de sus condiciones de vida, pero el énfasis se pone en el entorno.
Sin embargo no le dan al Trabajo un carácter protagónico en el desarrollo de las empresas. Siguen siendo subordinados, tratados individualmente. Siguen siendo la parte débil de la relación.
El caso que hemos analizado, en páginas anteriores, sobre el Consorcio de Cogestión Venequip, y otros de similar factura, nos muestran un posible camino transformador.
No son alianzas, solo, para cogestionar una empresa existente. Es llegar a acuerdos con los trabajadores asociados para crear y cogestionar nuevas empresas en la que participe el Estado o el capital y el trabajo, junto con otros factores de la producción. Crear y establecer nuevas relaciones tomando en cuenta lo que aporta cada parte y sus intereses.
Con el Trabajo, ya no se establecerían relaciones individuales con cada uno de ellos, sino un acuerdo con el conjunto de ellos.
Este tipo de relaciones cogestionarias hace que el compromiso y riesgo empresarial sea compartido por los trabajadores y el Estado o los inversionistas.
Este modelo cogestionario entre factores de la producción, capital, trabajo, tecnología, recursos materiales y el factor C, nos abre las puertas a nuevas relaciones de una emergente civilización en donde el aporte de la Economía Solidaria, del trabajo asociado, hace la diferencia.
En Costa Rica ya existe legislación sobre estas modalidades. Definen a las Cooperativas de Cogestión como aquellas en las que la propiedad, la gestión y los excedentes son compartidos entre cualquiera de los siguientes grupos:
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Los trabajadores y los productores de materia prima.
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El Estado y los trabajadores.
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Los trabajadores, los productores de materia prima y el Estado.
Cogestión en la comunidad entorno
Las fórmulas cogestionarias tienen un campo natural de desarrollo en el entorno comunitario de la Economía Solidaria. Unir fuerzas con las diferentes expresiones de organización social, como los movimientos sindicales, de voluntarios, ecológicos, de género, de salud, comunicacionales, comunales, culturales, de derechos humanos, y de toda otra manifestación de esfuerzo por construir relaciones humanas de calidad.
Unir fuerzas con esas organizaciones aportando la experiencia de la Economía Solidaria, en el campo del financiamiento solidario, la distribución de bienes y servicios, la producción, siempre necesaria en los procesos de las organizaciones comunitarias como las indicadas. Aportando la experiencia de una economía construida con Solidaridad. Con las comunidades del entorno local de las unidades de la Economía Solidaria.
El sistema transformador de la Economía Solidaria
Nos hemos esforzado en ver la capacidad transformadora de la Economía Solidaria en los últimos tres capítulos. Viéndola como sistema, desde sus fuerzas consolidadoras y constructoras de nuevas sociedades. Fuerzas renovadoras en lo educativo, de soporte en lo económico, consolidadoras en lo organizativo. Tres grandes subsistemas de acción que, para funcionar eficientemente, deben actuar con mucha coherencia ente ellos.
En este último capítulo hemos hecho énfasis en aquellos aspectos de lo organizativo que creemos relevantes para la cohesión y coherencia de la Economía Solidaria.
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El diseño organizativo cercano a cada persona y equipo incorporado, que permita la participación y la gestión de todos en un proceso democrático.
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El trabajo asociado que realizan a tiempo completo alrededor de 400 millones de integrantes de la Economía Solidaria. Su papel de referentes. El desafío del fin del trabajo. Las modalidades de trabajo. El reto que supone ser asociado y trabajador. Los sistemas de remuneración y la seguridad social.
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La articulación e integración de la Economía Solidaria que le permita mayor estructuración y proyección, incorporando los hechos económicos como su sustento principal.
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La cogestión como camino de Alianza con otros sectores sociales.
¿De qué manera podríamos sintetizar esta cosmovisión? ¿Cuáles serán las estrategias, los caminos para contribuir a satisfacer las expectativas de sociedad armónica? ¿Cómo es la sociedad que buscamos?
Dedicaremos el siguiente capítulo a esbozar algunas ideas sobre estos tópicos.
CAPÍTULO VIII
IR CONSTRUYENDO, AQUÍ Y AHORA, LA SOCIEDAD QUE QUEREMOS
Un día, regresando en nuestro Volkswagen, de Guanare, una ciudad del llano de Venezuela, Macario me dijo: Mira Luis, llegué a la conclusión de que nuestra política debe ser la de construir en pequeño, la sociedad por la que luchamos en grande.
Llevábamos muchos días compartiendo sobre nuestras vidas, durante las horas de viaje por las carreteras de los llanos occidentales de Venezuela, cuando promovíamos la organización de cooperativas, allá por los años 70.
Macario tenía un año de llegar de la Universidad Patrice Lumumba de Moscú. Había asistido a esa universidad después de la política de pacificación, por la que el gobierno le permitió a los guerrilleros entregar las armas, reintegrarse a la política y poder salir del país. El partido lo envió a estudiar y a recuperarse en Moscú.
—Luis, en esas montañas que se ven a la izquierda pasé años emboscando al ejército. Ahí, muchas veces, vi a la “pelona” cerquita, a la muerte, según el decir llanero. A veces me despierto sobresaltado, con pesadillas, soñando con los enfrentamientos, los charcos de sangre. Éramos unos carajitos sin cumplir los veinte años matándonos con otros carajitos, reclutados por las fuerzas armadas.
—¿Por qué lo hacías, Macario?
—Estábamos llenos de ideales de cambiar la sociedad y teníamos que vencer en esa guerra. No teníamos límites. No dormíamos. Caminábamos kilómetros diariamente. Nos reuníamos con los campesinos. Emboscábamos. Toda nuestra energía de muchachos la canalizábamos hacia tumbar al gobierno, tomar el poder, acabar con el capitalismo para construir una nueva sociedad que acabase con las injusticias y la explotación.
Macario, propuesto por Teófilo, se había incorporado a nuestro equipo cooperativo, porque él valoraba mucho el compromiso con el trabajo comunitario, que asumía ese amigo, ex guerrillero de los años 60.
Los que constituíamos el equipo, casi todos, teníamos origen y formación cristiana. Prácticamente habíamos fundado una comuna de vida. Los ingresos que teníamos, como equipo y en forma personal, los poníamos en común y los redistribuíamos según las necesidades. Queríamos que nuestra vida reflejara nuestros valores.
Encontramos en la propuesta cooperativa, que habían impulsado los jesuitas en el centro occidente de Venezuela, un modo de hacer vivir en la práctica, los ideales cristianos. Hacerlos vivir en la economía. En una economía de valores, democrática, que pudiera convertirse en una fuerza social.
Dos historias, dos visiones
que se encuentran
En el Volkswagen nos encontramos dos historias y dos visiones. La de Macario, de origen marxista, y la cristiana que compartía la mayoría del equipo. También dos lógicas éticas distintas. Sin embargo, las dos historias se encontraban, se unían en el compromiso comprobado de voluntad de transformación de la sociedad.
Macario compartía, en esos largos recorridos, su percepción de que en la visión cristiana no estaba claro el tipo de sociedad que se quería y tampoco los cómos, los caminos para lograrlo.
Pareciera que el proyecto cristiano se limitase a fijar principios éticos que rigiesen a las sociedades globales, como el bien común, la subsidiaridad y la dignidad del trabajo.
Él sentía que esos principios parecían consejos para que los capitalistas fuesen mejores, aunque siguiesen con un modelo que generaba exclusión y desigualdad.
Macario insistía en que no se abordaban, desde un ángulo sociológico, las causas de las desigualdades en la sociedad. Que tampoco se fijaban posiciones claras sobre el modo imperante de hacer economía. Que se le ponían adjetivos como “salvaje” al capitalismo y al liberalismo, para en el fondo defender un supuesto “capitalismo no salvaje”.
En el tapete de esas horas de carretera también se colocaban las consecuencias en la ética personal de esas dos visiones. Los cristianos comprometidos se esforzaban por vivir los valores en el día a día, sobre todo la caridad, el amor por los demás.
La ética para los marxistas se relacionaba más con los valores necesarios para la lucha por la toma del poder, para, desde ahí, comenzar a cambiar la vida. Lo importante era el compromiso con la revolución, con la toma del poder. No era tan importante el cambio de la vida personal y social antes de asumir el poder.
Aprendimos, en esos viajares juntos por carretera, a valorar ambas visiones y posiciones personales. Macario fue construyendo la síntesis.
La síntesis
Ir construyendo en pequeño, en coherencia con la visión de sociedad que deseábamos en grande.
No esperar a ser poder, a ser gobierno, para empezar a construir la nueva sociedad.
Macario encontró una síntesis motivadora, emblemática:
“Construir en pequeño la sociedad por la que luchamos en grande”.
A nosotros, los de otros orígenes, nos sacudió la reflexión que nos hacía cuestionarnos muchas cosas. Los modos de construir en grande. Los caminos, las estrategias. La sociedad solidaria que buscábamos.
Rápidamente la frase de Macario abrió reflexiones y se añadieron palabras importantes.
Yaika, Demetrio y Franklin, de la cooperativa Gestión Participativa, hacían énfasis en que era importante incorporarle “aquí y ahora, desde nosotros”. Ese construir en pequeño tenía que empezar por una trasformación personal y grupal que arrancaba cada día, todos los días.
Nos convencimos de que la frase perdía todo valor y fuerza si no cambiábamos y lográbamos ser coherentes, cada uno de nosotros y cada equipo, con el proyecto de sociedad y vida que queríamos construir.
Elvy recordó la frase de Gandhi “Se tú el cambio que quieres ver en el mundo”.
Gerundiando
Las otras reflexiones se refirieron a la certeza del hacer de hoy, del tipo de sociedad que queríamos y de los caminos para alcanzarla.
La vertiginosa realidad de los cambios en la sociedad, nos hizo hablar “gerundiando” como símbolo de la adecuación permanente de lo que hacemos. Tere y Gustavo insistían en no “construir” sino en “ir construyendo”.
La frase de Macario hasta el momento, viene evolucionado a:
“Ir construyendo, aquí y ahora, desde nosotros, la sociedad solidaria que queremos”.
La frase se ha venido convirtiendo en lema, en visión y modo de vivir de muchos en la Economía Solidaria.
¿Cómo construir? ¿Cuál sociedad?
Aquí saltan a la vista dos grandes preguntas:
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¿Cómo es ese ir construyendo?
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¿Cuál sociedad solidaria queremos?
Importantes ambas. Abordemos la primera. ¿Cuáles son los caminos, los cómos, las estrategias?
Cinco Cómos para el ir construyendo la sociedad que queremos
Fuimos reflexionando sobre algunos cómos.
El primero: Nuestra coherencia
El segundo: Construir una impactante fuerza social solidaria
El tercero: Las Alianzas
El cuarto: Integrando y cohesionando líneas estratégicas que potencien nuestra acción transformadora.
El quinto: La acción protagónica de la Economía Solidaria en la construcción de soluciones a cinco grades crisis planetarias.
Nuestra coherencia
El primer cómo: Nuestra coherencia
Aunque parezca tautológico, redundante, como aquella afirmación de que “el mar es azul porque refleja el color del cielo y el cielo es azul a causa del mar”, nos convencimos de que la estrategia fundamental es “ir construyendo, aquí y ahora, desde nosotros…”.
Ser lo que queremos ver en el mundo. Ser testimonio para nosotros y para todos, de que sí es posible romper las ataduras culturales, jerárquicas, de subordinación. Ser viva presencia de formas de producir, distribuir, consumir y acumular, basadas en visiones alternativas solidarias.
Ir desarrollando procesos armónicos de vida entre nosotros, con las comunidades de las que somos parte, con la sociedad en la que vivimos, buscando la convivencia armónica que nos plantea CECOSESOLA, para el planeta entero.
Construyendo y siendo coherentes con el proyecto de sociedad que aspiramos.
Esta dimensión de coherencia y eficiencia en la solución de nuestros problemas es fundamental en los movimientos solidarios, porque la solidaridad, la cooperación no se pueden imponer. Necesariamente es una opción voluntaria. Supone la adhesión a un modo de vida.
Las formas de promover estos procesos son fundamentalmente testimoniales. Son el evidenciar, el mostrar que en forma asociativa se pueden enfrentar con éxito la solución a necesidades de abastecimiento, de calidad de vida, de trabajo, de participación, de vida armónica, de comunidad, de desarrollo personal, familiar y comunitario.
Que las experiencias solidarias cautiven. Que emocione participar en ese proceso, en esa fuerza transformadora, como solución a nuestros problemas. Que vibremos, atraídos por la búsqueda de armonía y de consenso. Porque nos seduce ser parte de las formas democráticas que vivimos. Por la vibración que nos sacude, por participar en la transformación personal y grupal que vivimos en esas relaciones solidarias.
Otros lo han podido lograr, lo han construido en organizaciones solidarias. Nosotros también lo haremos.
El testimonio, el ejemplo, los resultados se convierten en algo fundamental.
Es el primer y gran cómo.
Impactante fuerza social solidaria
El segundo cómo: construir una impactante fuerza social solidaria
Junto con ese proceso testimonial, que se inicia en cada uno de nosotros y también en la solidaridad de los más cercanos, al unísono, impulsar conjuntamente, una fuerza social solidaria, que tenga gran impacto en las sociedades en las que vivimos. Que lleve la voz de los que construimos y queremos una nueva sociedad basada en la solidaridad.
Esa fuerza social, con la autoridad y arraigo que le da, el construir soluciones en los aspectos fundamentales de la vida. Con la autoridad que le da vivir con coherencia y con la conciencia de su propia fuerza transformadora.
Esa fuerza social estará presente en la solución de todos los problemas societales. En los problemas de las injusticias sociales, en todo aquello en lo que grupos humanos pretendan sacar provecho de otros seres humanos, en todo lugar en donde haya injusticias y desigualdades producto de abusos sociales.
También estará presente en la solución de los grandes problemas del planeta, mostrando las soluciones que vamos construyendo y también desarrollando y proponiendo caminos que impulsen resultados globales.
Nuestra Economía Solidaria mostrará, con su coherencia transformadora, una alternativa para el mundo entero, con suficiente fuerza para aportar a las soluciones que necesitamos todos.
Una fuerza no subordinada a otros proyectos, políticos o económicos, porque su propio proyecto tiene una potencialidad importante y profunda, que se autofinancia, que es autónoma y que aborda la transformación social de una manera sistémica. No de una manera parcial, desde lo político, espiritual o económico en forma aislada, sino como un todo, desde la globalidad del sistema solidario.
Una fuerza convencida del potencial de su propia propuesta, de su organización y su capacidad transformadora.
Es el segundo cómo.
Las Alianzas
Un tercer cómo: Las Alianzas
Los problemas los tenemos todos en el planeta y por lo tanto, la Economía Solidaria debe estar construyendo Alianzas, con todos los que en el mundo se organizan y proponen caminos de solución, desde diversos movimientos sociales y también desde el sector político y el económico.
Alianzas que debemos plantearlas desde las dimensiones que desarrollamos y que son nuestra esencia.
Alianzas, con la conciencia de nuestro propio potencial transformador como sistema solidario, que no actúa como apéndice de otros proyectos sociales, pero sí, con pleno compromiso con las transformaciones coherentes con la cultura de las sociedades basadas en la asociación, y no con aquellos proyectos coherentes con la visión jerárquica y de dominación que ha prevalecido.
Integrando y cohesionando líneas estratégicas
El cuarto cómo: El desarrollo de líneas estratégicas potenciadoras de nuestra acción transformadora
En el transcurrir de la reflexión en estas páginas se han propuesto las siguientes líneas estratégicas:
El concebir y desarrollar cada unidad, organización y proceso solidario como una escuela vivencial de la solidaridad. Un espacio de consolidación de pensamiento y vida asociativa, de transformación cultural y de formación y compromiso en la construcción de una nueva sociedad. Fortalecer una red de Millones de Escuelas Vivenciales de la Solidaridad.
Articular nuestras acciones de atención a nuestras necesidades de bienes y servicios, integrándolas, adquiriendo en el mundo solidario los que requerimos.
Desarrollar un sistema financiero propio, partiendo de procesos de autogestión financiera, con nuestros propios recursos, con la visión de destinar los excedentes del sistema solidario a las iniciativas asociativas que vayan surgiendo a niveles locales, regionales y globales.
Incorporando procesos tecnológicos de avanzada para la atención de las necesidades que tenemos como personas, familias, comunidad y sociedad. Mostrándonos a nosotros y al mundo, cómo esos avances se desarrollan en armonía, por estar marcados en la cosmovisión solidaria.
Construyendo desde lo local la vida solidaria, desde el hábitat y toda la red de acciones entrelazadas que hacen la vida de las comunidades. Desarrollando la institucionalidad local en cogestión con los entes públicos y otros entes comunitarios. Partir de ahí, para construir la institucionalidad regional, nacional y global.
Organizándonos para participar en la implementación de las acciones solidarias desde la cercanía, desde los procesos en los que participamos en equipo.
Fortaleciendo especialmente la vida y cosmovisión de los que están dedicados con intensidad a la acción solidaria, los trabajadores asociados, como oportunidad de dar testimonio de otro concepto de trabajo y atención a las necesidades humanas.
Encontrando las fórmulas de articulación, integración y coordinación de las actividades solidarias, sus mecanismos de comunicación e integración con otros procesos sociales.
Buscando el desarrollo de acciones y procesos en cogestión que permitan unir fuerzas para la construcción de nuevas sociedades marcadas por la transformación cultural hacia un mundo asociativo.
Soluciones para cinco crisis planetarias
Quinto Cómo: La acción protagónica de la Economía Solidaria en la construcción de soluciones a cinco grades crisis planetarias
La manera de enfrentar y construir soluciones para cinco grandes crisis mundiales, será el quinto “cómo”, el quinto camino que proponemos asumir en la Economía Solidaria, para construir transformación de nuestra sociedad global.
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Crisis de desigualdad y pobreza
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Crisis del desempleo tecnológico
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Crisis de la democracia
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Crisis ambiental
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Crisis de proyecto de futuro
En todas esas crisis debemos llevar planteamientos, propuestas, que partan de nuestra vida y práctica. Que partan de lo que hacemos y estamos en camino de construcción. Que de alguna manera sea un testimonio viviente de posibles soluciones.
Aportar a la sociedad global en la solución de esas crisis, con esas propuestas vivientes y uniendo fuerzas en el mundo, con todos los que convergen para solucionar esos grandes problemas.
Crisis de desigualdad y pobreza
En el campo de la crisis de la desigualdad y la pobreza, continuar mostrando que se puede hacer economía democrática y equitativa. Que nuestro modelo económico y social, no es concentrador. Que la acumulación financiera, económica y de solidaridad que realizamos, es para la amplia generalización de resultados, para los millones de asociados y para la comunidad en general, para las sociedades.
Que la propuesta de cogestión con lo público y lo privado es una manera de construir, con otros sectores sociales, modalidades de emprendimiento que equilibren la relación de los poderes políticos y los poderes derivados del capital, en una nueva relación con el conocimiento, con el trabajo, organizado, con la sinergia de la fuerza, no individualmente vista, sino como el esfuerzo de colectivos.
Que los valores que son nuestra esencia, rompan con las desigualdades económicas, de raza, de género, etarias.
Ya en la Economía Solidaria, en el mundo, la acción femenina es protagónica. No porque sea una solución de cuotas de cargos en los entes de coordinación, o de gestión. Eso sería muy engañoso, porque nos estaríamos organizando bajo los conceptos patriarcales, con estructuras jerárquicas y caeríamos en el error de luchar por las cuotas o puestos en esas estructuras de poder, en lugar de consolidar familia, participación de todos, organizaciones planas y participativas.
Más que luchar por puestos de mando y decisión, tenemos que mostrarle al mundo, que la construcción de organizaciones profundamente democráticas, generan riqueza compartida, le abren paso a la mujer, a todas las modalidades de género, a todas las razas, a todas las edades, a todas las religiones y creencias. Es un proyecto de todos. No es una guerra de sexos o de cualquier otra naturaleza. Es construir juntos.
Nuestro aporte frente a la crisis de la desigualdad está en el reto de mostrar cómo creemos que podemos hacerlo y unir fuerzas desde lo local hasta las instancias de encuentro de las sociedades en el mundo entero.
Crisis de desempleo tecnológico
En el campo de la crisis del desempleo tecnológico, nuevamente nuestro aporte debe partir de nuestras acciones.
En estos días vi maravillado, en el programa Clix de Guillermo Arduino, un sistema de robots que les llevaban el almuerzo a los trabajadores y estudiantes de una universidad. Una especie de carrito refrigerado, guiado por geolocalización, que entregaba los pedidos en las puertas de las oficinas y aulas.
Me vino de inmediato la imagen de otra solución, frente al mismo problema, que tradicionalmente se ha utilizado en Tailandia.
A la hora del almuerzo uno veía, con su típico trotar balanceante, a cientos de personas llevando cada una un gran bambú, de donde colgaban las viandas con la comida recién preparada por las familias de los estudiantes y de los trabajadores.
Los bambuseros las pasan recogiendo por las urbanizaciones de las familias elaboradoras y las llevan a los centros de trabajo y de estudio. Las viandas van perfectamente identificadas y se entregan con precisión en cada lugar.
Los bambuseros esperan que finalice la hora del almuerzo. Recogen las viandas vacías y las retornan a las familias.
Dos tecnologías. En términos de eficacia posiblemente muy similares. Entrega oportuna con la calidad de comida solicitada.
Sin embargo una enorme diferencia en el empleo.
Lo vemos igualmente en la construcción de viviendas por ayuda mutua, en Uruguay, Paraguay y Centroamérica con sus cooperativas de vivienda. Son enjambres de personas trabajando en la construcción, las familias, sin que se vean grandes grúas y “tecnología de punta” que eliminen el trabajo de las personas.
La diferencia está en el modelo social que inspira la relación con la tecnología. Se necesita en el planeta una gran fuerza social y económica, nuevos protagonistas, que con otros propósitos y fines subordine a la tecnología.
No como predomina en la actualidad, que la fuerza productiva de la tecnología está subordinada a los intereses de Estados y corporaciones.
Los procesos tecnológicos deben estar subordinados al factor C, a los intereses de la Comunidad global, a los intereses de la Solidaridad.
Si está en esa lógica, en función de la solidaridad, de nuevas relaciones, entonces optemos por la más coherente. Robotizar, desarrollar la nanotecnología, la big data, utilizar el internet de las cosas, los blockchains y todas las que vayamos construyendo. Orientada toda esa tecnología a los propósitos y en coherencia con la transformación cultural solidaria.
Por supuesto que en esos intereses de la Solidaridad, está el confort, la calidad de la atención a nuestras necesidades, el avance médico, las comunicaciones, la educación, la producción de calidad de bienes y servicios. Pero cuando los intereses del común prevalecen, los cambios tecnológicos se desarrollan al ritmo y con las estrategias adecuadas. Así se podrán superar los vacíos de ocupación, de empleo, previsibles en las transiciones tecnológicas.
Grandes programas de hábitat y vivienda, urbanísticos y de vías de comunicación, llevados por la Economía Social y Solidaria, en cogestión con entes públicos y privados, puede ser el gran modelo que aporte la fuerza social de la Economía Solidaria, en procesos de transición tecnológica.
Es otro aporte significativo que la economía de la solidaridad puede dar en la solución de las crisis mundiales.
Crisis democrática
En el campo de la crisis democrática también la propuesta de solución de la Economía Solidaria debe venir de su vida y práctica.
La sociedad toda en un gran sistema en donde el peso de su subsistema económico es determinante en los ámbitos políticos y del pensamiento y la cultura.
De economías no democráticas (en el sentido, de que no se gestionan con participación de sus trabajadores ni sus clientes, que se dirigen desde poderes económicos y sociales concentrados), no se puede esperar sociedades con avances auténticamente democráticos en la gestión de lo común.
La concentración de poder a lo interno del subsistema económico, se transferirá a las dinámicas en la esfera de lo político. Ambos subsistemas se reforzarán, serán coherentes. Por supuesto la justificación a nivel del pensamiento, que soporta esas concentraciones de poder, también reforzará el funcionamiento de la antidemocracia.
Las sociedades de democracia representativa, con poderes balanceados y compensatorios, están siendo superadas por las dinámicas económicas que se salen de las fronteras nacionales, que impulsan las grandes corporaciones y empresas que se desenvuelven en un ámbito internacional abierto.
Las sociedades mundiales no logran establecer marcos regulatorios de control de esos procesos. Más bien, las entidades supra nacionales, los organismos multilaterales, parecen estar siendo cooptados por las naciones que mantienen un férreo control sobre sus dinámicas económicas. Les da una coherencia que las pone en ventaja política, frente a otras sociedades a las que se les escapa el control de las grandes corporaciones. Se está en una dinámica de cambio que no parece favorecer los procesos democráticos y de participación de la población.
Se necesita una gran fuerza local y mundial de una economía de carácter democrático. Que no sea dirigida por poderes concentrados, sino por nuevos protagonistas, usuarios y trabajadores, gestionando con participación, sus emprendimientos. La Economía Solidaria.
Una gran fuerza social de democracia económica, de carácter mundial, la Economía Social y Solidaria, puede ser ese gran contrapeso, que le abra paso a procesos democráticos, que partiendo de lo económico, trasciendan a la organización de las sociedades y al pensamiento y nos permita superar la crisis de democracia que vivimos.
Debemos recordar lo que planteamos en el primer capítulo sobre la esencia democrática de la Economía Solidaria. Todos los emprendimientos de esta economía son proyectos de grupos humanos, que deciden gestionar en común esas iniciativas, para beneficio de todos. Sin democracia, sin la gestión y participación de todos los que se han propuesto emprender en conjunto, no tendrá éxito el emprendimiento. Son los nuevos protagonistas, las comunidades y los trabajadores.
Como en todo, este desarrollo democrático a lo interno de la Economía Solidaria, tiene diferentes niveles de desarrollo. También desviaciones como las que vimos en el capítulo de las fuerzas del caos a lo interno de la Economía Solidaria. Pero las debilidades no borran la esencia de lo que es la Economía Solidaria. Un proyecto de muchos, gestionado bajo los propósitos e intereses de muchos que requiere democracia.
Si la política de Alianzas de Cogestión se implementara masivamente, nos toparíamos con un Estado sembrado de democracia a lo interno, con un sector público, local, regional y global, lleno de empresas públicas participativas, con un sector salud, educativo, de servicios, de empresas básicas, con la democracia viviendo en su interior.
Si además también se multiplican las alianzas con los poseedores del capital, para el desarrollo de empresas. Si logramos, como sociedad que el conocimiento organizado en empresas asociativas, llegue a acuerdos, como el que analizamos en el Consorcio de Cogestión Venequip, tendremos un desarrollo de la democracia creciendo en todo el mundo, impulsando cambios, en lo político y en el pensamiento que abarquen un amplio espectro y sea un fuerte contrapeso a la crisis democrática actual.
Si además, la Economía Solidaria, desde el hábitat, desde lo local va construyendo la institucionalidad política, la cogestión de lo común, la gestión de lo público, estaremos ante una nueva sociedad democrática, que, institucionalmente, estará llena de democracia.
Crisis ambiental
En el campo de la crisis ambiental, la Economía Solidaria asume el compromiso.
La metáfora del papa Francisco, “La Casa de Todos”, no puede ser más acertada. El cuido de nuestra casa es algo demasiado importante. Supone la conciencia de que todo lo que hagamos, debemos hacerlo con el cuidado de nosotros y de las paredes, techo, jardines, ventanas que hemos construido y el lugar que nos rodea, nuestras fuentes de agua, luz, sombras y luces.
Sería absurdo que le tiráramos piedras a nuestro techo, enlodáramos las paredes, envenenáramos nuestras aguas, destruyéramos la cocina, hiciéramos ruido a la hora de dormir, llenáramos de humo el interior de las habitaciones, tumbáramos las columnas.
Absurdo, pero pasa. Algunos de nosotros, ponemos nuestros intereses por encima de nuestra familia. Es el drama que vivimos en estos tiempos.
En la casa se necesita reconquistar el bien de todos. Actuar por el interés de todos y en coordinación con todos.
La Economía Solidaria debe ser coherente en sus fábricas y emprendimientos, en la forma de consumir, de trabajar, con el cuido debido a nuestra casa común.
En nuestras alianzas debemos marcar pauta en ese sentido. Llevando procesos en cogestión con las empresas públicas y privadas. Nuestra presencia en la gestión marcará el sentido de relación con el ambiente. Será parte de nuestras condiciones, en cualquier alianza de cogestión, todo aquello que promueva el cuido de nosotros como personas, como grupos y el cuido de nuestra casa común.
El desarrollo tecnológico impulsado por nosotros en la Economía Solidaria se esforzará por aportar en el cuido del ambiente. En el cuido de todos nosotros.
Pero además la Economía Solidaria será parte de la cruzada mundial de todos los que sufrimos la destrucción del entorno y la casa común. Clamar por todas las medidas, investigaciones y regulaciones que abonen a ese cuido. Hacer causa común con movimientos y personas comprometidos con esa lucha.
Es poner nuestra fuerza social al servicio de esa causa.
Crisis de proyecto de futuro
En el campo de la crisis de proyecto de futuro.
Quizás la crisis más profunda en nuestra época sea el no compartir un proyecto común global. Las inyecciones de individualismo que hemos recibido nos han impedido pensar el futuro como proyecto común. Igualmente las inyecciones de los valores de conquista, subordinación de los otros. También la cultura patriarcal.
No hemos sido, como globalidad, capaces de voltear, construir con nuestros compañeros de vida, esos objetivos comunes.
Construir la solución económica común a nuestras necesidades, organizarnos de tal manera que lo común sea efectivamente de todos, llevado por todos. Pensar en comunidad.
Los proyectos guiados por intereses individuales y de control y subordinación para lograrlos, han estado predominando en el planeta. Ha predominado la cultura de la Espada, al decir de Riane Eisler124, la cultura de la conquista, del apropiarse de los bienes de los otros, el apropiarse también de los otros, esclavizar y someter. Someter esclavos, mujeres, razas, conocimiento, vida.
La Economía Solidaria propone un proyecto común. La cultura del Cáliz, de la asociación, de los valores maternales, de la cooperación, de la ayuda mutua, de la solidaridad.
Esa cultura está sembrada en todo el mundo. A veces sometida pero siempre presente. Emerge apenas se le da la oportunidad. Es la cultura arraigada de los valores de la cooperación y asociación Está arraigada en todo el mundo. En términos formales reúne a la mitad de los habitantes del planeta en emprendimientos solidarios. Pero en términos reales es la añoranza que cautiva a la mayoría de la población.
En la Economía Social y Solidaria, está la esperanza de una nueva sociedad. De un proyecto que pueda aglutinar el vacío que vivimos. Cohesionar tanto a los necesitados por carencias materiales como aquellos que requieren ser parte, ser oídos, que buscan una vida más armónica, que quieren construir con sus conocimientos a la organización de una nueva sociedad.
¿Cuál Nueva Sociedad?
¿Cuál sociedad es esa Nueva Sociedad?
Ya la hemos venido vislumbrando en estas páginas.
Con el peligro de ser redundante, señalaremos las pistas principales de la visión de sociedad que nos orienta.
Una sociedad en cambio permanente que desarrolla la capacidad de adaptarse pensando en colectivo y en solidaridad.
Una sociedad arraigada en lo local, que se construye en las soluciones en cooperación de los problemas básicos de las familias y grupos sociales, con la participación de ellos. Que construye una institucionalidad vinculada a esa problemática local y edifica sobre ella y sobre las redes sociales, la institucionalidad regional y global.
Una sociedad con democracia que parte desde lo económico, desde la construcción a la solución de las necesidades con participación y gestión de todos y que la extiende en todas las expresiones sociales.
Una sociedad de consenso, que ve la mayor potencialidad colectiva en los acuerdos construidos y asumidos por todos.
Una sociedad en donde las fórmulas cogestionarias, interrelacionen los diferentes procesos organizativos, los proyectos de grupos humanos distintos, las instituciones, el Estado.
Una sociedad solidaria, llena de valores profundos de interrelación en cooperación, que inspiran a las familias, los grupos sociales, los pueblos, las sociedades, las naciones, el planeta todo.
Una sociedad con nueva espiritualidad, que recoge del gran bagaje humano, espiritual, religioso, filosófico, las visiones que soporten y acompañen la nueva sociedad solidaria, en permanente construcción.
Oír crecer a los nuevos protagonistas
Hicimos un llamado al principio para oír crecer la hierba. Ese crecimiento, que parecía, no poderse escuchar.
Nos hemos venido preparando, en estas reflexiones, para oír crecer los ríos, las cascadas, las cataratas. Para oír crecer los mares, las olas. Para oír crecer las montañas.
Oír que la innovación en la tecnología abre las puertas para compartir ampliamente el conocimiento, para participar, para llevar la democracia a la gestión de la economía desde las más pequeñas unidades, hasta los sistemas más complejos.
Oír, que bajo la óptica y el empuje de nuevos protagonistas, la democracia abre posibilidades para la gestión local, regional y mundial.
Oír que más de 3.000 millones de habitantes de nuestro planeta hemos optado por ir construyendo soluciones basadas en la solidaridad a la vida que llevamos. Oír que hemos asumido nuestro protagonismo.
Oír el grito, por un cambio de la sociedad, de múltiples movimientos sociales en todas las esferas de la vida humana.
Oír el clamor de cambio de la lógica de actuación de los mismos líderes y voceros del sistema actual como el expresado en Davos.
Saber, escuchar crecer la hierba de las soluciones y de la organización solidaria. Ya no como a la hierba, sino como un gran movimiento social.
La aspiración solidaria está creciendo en todo el mundo.
Más de 3.000 millones de habitantes de nuestro planeta hemos optado por ir construyendo soluciones basadas en la solidaridad a la vida que llevamos. Hemos asumido nuestro protagonismo.
En medio de nuestro entorno, escuchando crecer la hierba de las soluciones y de la organización solidaria.
Está creciendo en todo el mundo. Sus raíces penetran todos los espacios. Demuestra en todas partes que es viable, que da solución a los problemas, que actúa con nobleza, que genera armonía.
También nos demuestra y nos obliga a actuar como una gran fuerza social, como un gran sistema articulado en todo el quehacer humano, que debe incidir en la construcción de una nueva sociedad solidaria.
Se está pasando la posta, a nuevos corredores, a nuevos protagonistas para que asumamos, el ir construyendo, aquí y ahora, desde nosotros, la sociedad que queremos.
BIBLIOGRAFÍA
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SOBRE EL AUTOR
Luis Alfredo Delgado Bello
En su vida se ha dedicado a ser parte de procesos de construcción de solidaridad.
Licenciado en Filosofía con maestría en Planificación del Desarrollo Social y estudios de Sociología, Economía, Administración, Economía Solidaria y Dinámicas de grupos.
Integrante de la Cooperativa Gestión Participativa asociada a la Red Cecosesola.
Participante en numerosos procesos cooperativos en Venezuela.
En procesos de integración participó en centrales de cooperativas de Venezuela, en la Central Nacional de Cooperativas de Venezuela (CECONAVE), en la Organización de las Cooperativas de América (OCA), la Asociación Latinoamericana de Centros de Educación Cooperativa (ALCECOOP), la Confederación de Cooperativas de América y el Caribe (CCC-CA), la Confederación latinoamericana de cooperativas y mutuales de los trabajadores (COLACOT), en la Alianza Cooperativa Internacional Américas (ACI Américas).
En el sector público fue Superintendente Nacional de Cooperativas y coordinó la Fundación Fondo de cooperación y financiamiento de empresas asociativas (FONCOFIN).
Participó en proyectos de la Reunión Especializada de Cooperativas de Mercosur (RECM) en procesos de formación vivencial, en Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina.
Fue consultor y director de proyectos de la OIT y el PNUD en Bolivia, Perú, Paraguay y Ecuador en proyectos de Economía Social y Solidaria.
1 Luis Razeto. Filósofo y sociólogo chileno. Tiene numerosos ensayos y trabajos sobre la Economía Solidaria y la Nueva Civilización. Para los interesados en profundizar en su pensamiento les sugerimos revisar sus publicaciones en www.amazon.com/author/luisrazeto
2 Razeto (1994).
3 Ibídem.
4 Pérez de Mendiguren (2009).
5 Coraggio (2016).
6 Guridi y Pérez (2014).
7 Gestión Participativa (2008).
8 Cárdenas (2015).
9 Álvarez (2017).
10 Bastidas (2018).
11 Razeto (1994).
12 Iriarte (1985).
13 ACI, Alianza Cooperativa Internacional (ICA, por sus siglas en inglés). Véase: https://www.ica.coop/
14 ACI, para más detalles consúltese https://www.ica.coop/es/cooperativas/datos-y-cifras
15 Asociación Internacional de la Mutualidades (AIM). Disponible en https://www.aim-mutual.org/?lang=es
16 CAM, Confederación Argentina de Mutualidades, “El mutualismo es una fuerza local que se proyecta a una realidad global", disponible en: https://camargentina.org.ar/el-mutualismo-es-una-fuerza-local-que-se-proyecta-a-una-realidad-global/ y Christian Zahn en el Seminario “Mutualismo y los Desafíos del Siglo XXI” (2018).
17 Estimaciones del autor, partiendo de diversas referencias e informes.
18 Estimaciones del autor, partiendo de diversas referencias e informes.
19 Las empresas de producción de bienes y servicios de carácter familiar y solidario representan un gran contingente en este renglón.
20 Estimaciones del autor con base en diferentes publicaciones.
21 Datos de Worldometer. Consúltese: https://www.worldometers.info/world-population/#:~:text=The%20current%20world%20population%20is,currently%20living)%20of%20the%20world
22 Datos del Banco Mundial Birf - Aid: https://datos.bancomundial.org/indicator/SP.POP.1564.TO.ZS
23 Véase la entrada “Principales grupos religiosos” de Wikipedia en https://es.wikipedia.org/wiki/Principales_grupos_religiosos
24 Datos tomados del artículo What are the top 200 most spoken languages? de Ethnologue. Languagues of the World, disponible en https://www.ethnologue.com/guides/ethnologue200
25 ACI, Cooperativas de las Américas, “Hechos y cifras del cooperativismo en las Américas y el mundo”. Disponible en https://www.aciamericas.coop/Hechos-y-cifras-del-cooperativismo-en-las-Americas-y-el-mundo-44-44-44-44
26 Delgado Bello, Luis, (1972). “Banqueros luchando contra la pobreza”. Disponible en https://gestionparticipativa.coop/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=167:banqueros&catid=3:newsflash&Itemid=204 y “Banco Grameen” de Wikipedia en https://es.wikipedia.org/wiki/Banco_Grameen
27 “Impactos de CECOSESOLA en la sociedad larense”. Disponible en https://gestionparticipativa.coop/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=504:impactos-de-cecosesola-en-la-sociedad-larense&catid=123:noticias&Itemid=456 y Centro Gumilla (2018), Balance Cincuentenario. Estudio sobre los impactos de CECOSESOLA en la sociedad larense, disponible en https://es.calameo.com/read/0057312860f57928d614e
28 XINHUA en español (2019). “Ventas de cooperativas rurales de China aumentan en primer semestre”. Disponible en http://spanish.xinhuanet.com/2019-08/04/c_138283068.htm
29 ACI (2014). “Las 100 cooperativas más grandes de Australia tuvieron un volumen de negocio de AU $104 mil millones”. Véase en https://www.ica.coop/es/medios/noticias/100-cooperativas-grandes-australia-tuvieron-volumen-negocio-au-104-mil-millones
30 “Constitución de Guyana” en Wikipedia. Disponible en https://es.qaz.wiki/wiki/Constitution_of_Guyana
Franz Lee (2014). La evolución e involución del socialismo cooperativista de Guyana 1930-1985. Publicaciones electrónicas Pandemónium, https://es.calameo.com/read/002934514a30f7103bc5c
31 CONAFIPS (2013). Financiamiento de la economía popular y solidaria en el Ecuador. Véase http://www.finanzaspopulares.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2017/02/Financiamiento-de-la-Econom%C3%ADa-Popular-y-Solidaria-en-el-Ecuador.pdf
32 Este cuadro sintetiza la evolución de los principios cooperativos a partir de diversos documentos emitidos en su momento por la cooperativa de Rochdale y la Alianza Cooperativa Internacional.
33 Lambert (1965).
34 ACI (2017). “Notas de Orientación para los Principios Cooperativos”. Disponible en https://www.ica.coop/es/medios/biblioteca/research-and-reviews/notas-orientacion-principios-cooperativos
35 Lambert (1965).
36 Karl Marx y Friedrich Engels (1848). Manifiesto del Partido Comunista. Véase el apartado “El socialismo y el comunismo crítico-utópico”, versión digital disponible en https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
37 Lambert (1965).
38 Lambert (1965).
39 Ibídem.
40 Ibídem.
41 Karl Marx y Friedrich Engels (1848). Manifiesto del Partido Comunista. Véase el apartado “El socialismo y el comunismo crítico-utópico”, versión digital disponible en https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
42 Karl Marx y Friedrich Engels (1848). Manifiesto del Partido Comunista. Véase el apartado “II proletarios y comunistas”, versión digital disponible en https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
43 Steven Pinker (Montreal, 18 de septiembre de 1954) es un psicólogo experimental, científico cognitivo, lingüista y escritor canadiense.
44 Para consultar los datos sobre pobreza extrema de Steven Pinker, consúltese la charla “El mundo, ¿está mejorando o empeorando? Una mirada a los números” (2018), disponible en https://www.ted.com/talks/steven_pinker_is_the_world_getting_better_or_worse_a_look_at_the_numbers?language=es
45 Ibídem.
46 Pinker (2018).
47 Ibídem.
48 Ibídem.
49 Pinker (2018) “El mundo, ¿está mejorando o empeorando? Una mirada a los números”, en https://www.ted.com/talks/steven_pinker_is_the_world_getting_better_or_worse_a_look_at_the_numbers?language=es
50 Datos tomados del artículo “62 personas poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial”, publicado por Oxfam Internacional en https://www.oxfam.org/es/notas-prensa/62-personas-poseen-la-misma-riqueza-que-la-mitad-de-la-poblacion-mundial
51 OXFAN (s/f) “Cinco datos escandalosos sobre la desigualdad extrema global y cómo combatirla”. Véase https://www.oxfam.org/es/cinco-datos-escandalosos-sobre-la-desigualdad-extrema-global-y-como-combatirla
52 Ibídem.
53 Riane Eisler, en su libro El Cáliz y la Espada. La mujer como fuerza en la historia (2000), nos presenta dos tipos de sociedades: unas en las que predomina la cosmovisión inspirada en valores de asociación, armonía, protección, cuido, valores maternales, que tenían diosas femeninas regentes; y otras caracterizadas por conquista, subordinación y jerarquía, con dioses masculinos. Eisler nos muestra el recorrido de estas sociedades desde el paleolítico hasta nuestros días. Sociedades de poder por afiliación, frente al poder por dominación. Nos describe grandes experiencias sociales bajo el Cáliz y la Espada, avizorando el resurgimiento de sociedades de asociación en la civilización actual.
54 World Economic Forum (2019). Manifiesto de Davos 2020: El propósito universal de las empresas en la Cuarta Revolución Industrial. Consúltese en https://es.weforum.org/agenda/2019/12/manifiesto-de-davos-2020-el-proposito-universal-de-las-empresas-en-la-cuarta-revolucion-industrial/
55 Johansen (1995).
56 Weber (2001).
57 Ibídem.
58 Gestión inteligente (enero, 2012). “El «espíritu del capitalismo» en Benjamín Franklin”. Disponible en http://gestioninteligente.blogspot.com/2012/01/el-espiritu-del-capitalismo-en-benjamin.html
59 Esteller (1975); Kapelusz (1970).
60 Crónica del poder (abril, 2019). “El celular, herramienta para el desarrollo”, disponible en https://cronicadelpoder.com/2019/04/18/356506/
Los datos de Hootsuite para el año 2019 se tomaron del Informe Global Digital 2019, disponible en https://www.hootsuite.com/resources/digital-in-2019
61 Marketing4ecommerce (febrero, 2021). “Cuáles son las webs más visitadas del mundo (2021)”, estos datos pueden consultarse en https://marketing4ecommerce.net/cuales-son-las-webs-mas-visitadas-del-mundo-top/
62 Guillén, Andrés (mayo, 2018). “Generación T: la generación que heredará el mundo”. En BBVA, https://www.bbva.com/es/generacion-t-generacion-heredara-mundo/
63 Holloway (2005).
64 OXFAM Internacional (enero, 2018). “El 1% más rico de la población mundial acaparó el 82% de la riqueza generada el año pasado, mientras que la mitad más pobre no se benefició en absoluto”. Disponible en https://www.oxfam.org/es/notas-prensa/el-1-mas-rico-de-la-poblacion-mundial-acaparo-el-82-de-la-riqueza-generada-el-ano
65 Eisler (2000).
66 Mondragón (2019). Informe anual 2019 (Urteko Txostena 2019) Para descargar el informe a consultar el siguiente link https://www.mondragon-corporation.com/2019urtekotxostena/index.php
67 Montolío (1990).
68 Declaraciones de Iñaki Ortega, directivo de Deusto Business School y experto en la nueva generación del milenio para Mariano Fernández del diario El País (marzo, 2017). “El futuro de la educación: el 65% de no-sé-quién va a hacer no-sé-qué”. Disponible en: https://elpais.com/elpais/2017/03/10/hechos/1489146364_790212.html
69 Rifkin (1996).
70 Oppenheimer (2018).
71 Diamandis y Kotler (2013).
72 Oppenhaimer (2018).
73 Oppenhaimer (2018).
74 Consúltese la entrada “Habilidades del siglo XXI” en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Habilidades_del_siglo_XXI
75 Harari (2018).
76 Harari (2018).
77 Macario Castillo (†) fue Asociado de la Cooperativa Gestión Participativa, Promotor del movimiento cooperativo en los llanos occidentales de Venezuela y presidente de la Central Cooperativa Nacional de Venezuela.
78 Muñoz, Victoriano (junio, 2018). “La historia detrás de la frase: tú mismo debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”, en https://vicmumu.medium.com/la-historia-detr%C3%A1s-de-la-frase-t%C3%BA-mismo-debes-ser-el-cambio-que-quieres-ver-en-el-mundo-7423c362fd56
79 Universidad Cooperativa Internacional (UCI), promovida por Henri Desroche desde el Colegio Cooperativo de París. El Dr. Luis Gerardo Cárdenas fue impulsor de esta universidad en Latinoamérica.
80 Park Slope Food Coop: https://www.foodcoop.com/
81 Fajardo (2011).
82 Rhon, Francisco (2015). En Economía solidaria. Experiencias y conceptos. Quito: Superintendencia de economía popular y solidaria, (p. 284). Disponible en https://issuu.com/alelozanocazar/docs/economi__a_solidaria-experiencias_y/283
83 “Banco Grameen” de Wikipedia, disponible en. https://es.wikipedia.org/wiki/Banco_Grameen
Luis Alfredo Delgado (s/f). “Banqueros luchando contra la pobreza”. Disponible en https://gestionparticipativa.coop/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=167:banqueros&catid=3:newsflash&Itemid=204
84 CECOSESOLA es una red conformada por más de 50 organizaciones comunitarias en diferentes actividades sin fines de lucro, con sede legal en Barquisimeto, estado Lara, Venezuela. Véase el home https://cecosesola.org/
85 CECOSESOLA, datos de 2019.
86 Centro Gumilla (2018), Balance Cincuentenario. Estudio sobre los impactos de CECOSESOLA en la sociedad larense, disponible en https://es.calameo.com/read/0057312860f57928d614e
87 CECOSESOLA (2003). Buscando una convivencia armónica, disponible en https://cecosesola.org/wp-content/uploads/2020/06/Buscando-una-Convivencia-Arm%C3%B3nica.pdf
88 Mondragón (2019). Informe anual 2019 (Urteko Txostena 2019) Para descargar el informe consultar el siguiente link https://www.mondragon-corporation.com/2019urtekotxostena/index.php
89 Ibídem.
90 Ibídem.
91 Troquelería y sistemas de automoción. Desarrollo, diseño y fabricación de utillaje para fabricación de piezas complejas fundidas. Fundición de carcasas de freno. Externalización de servicios informáticos. Mecanizados de precisión y grandes mecanizados. Sistemas de envase y embalaje. Sistemas de montaje automático. Robótica. Portal de compras. Desarrollo y distribución de contenidos de calidad para la formación en idiomas a través de internet. Fabricados para la construcción. Soluciones logísticas integrales, Producción de equipos para farmacias, pacientes y otros agentes sanitarios. Troqueles de estampación para la industria del automóvil. Planes prospectivo-estratégicos, y gestión de la información y el conocimiento. Soluciones profesionales. Diseño y fabricación de máquinas, herramientas y sistemas de producción. Asesoramiento a organizaciones. Componentes para electrodomésticos. Sistemas de elevación. Fabricación de bicicletas. Componentes y equipos sanitarios. Componentes para automoción. Fabricación y distribución de sistemas de encofrados y andamios. Máquinas de soplado para la fabricación de envases huecos de termoplásticos. Diseño y construcción de prensas y sistemas de estampación. Equipamiento integral para el sector hotelero. Fresadoras, mandrinadoras y centros de torneado vertical. Distribución de artículos de ocio y cultura. Sistemas de montaje automático. Componentes metálicos y decorativos, juntas de estanqueidad y teclados de membrana. Puntas, alambre y malla metálica. Carretillas Elevadoras. Instalaciones automatizadas para el montaje y soldadura de subconjuntos de vehículos. Centro de investigación en gestión. Desarrollo de la actividad de regeneración de baterías. Transformación de plásticos. Soluciones logísticas integrales. Inyección en aluminio y mecanizado. Prensas y sistemas de estampación, laminado. procesado y corte de metales y soluciones de conformación de chapa. Semiconductores discretos para montaje axial y superficial. Gestión de fondos de inversión. Sistemas de automoción. Componentes para calefacción, agua caliente sanitaria, calentamiento de agua y electrodomésticos. Componentes para automoción. Distribución de bienes de consumo. Componentes para el transporte de cargas, Formación universitaria de grado, postgrado y formación continua para profesionales e investigación en el ámbito de la gastronomía, Prefabricados para la construcción, Fabricación de invernaderos, Fabricación y puesta a punto de troqueles para el sector de automoción. Equipamiento didáctico técnico. Instalaciones eléctricas prefabricadas. Alternancia en estudio y trabajo. Centro de enseñanza técnica. Apoyo a la internacionalización de las empresas. Soluciones y servicios de ingeniería industrial, procesos y gestión. Desarrollo de personas. Centro tecnológico de máquina herramienta y tecnologías de fabricación. Servicios de traducción e interpretación. Centro de investigación especializado en el sector servicios. Soluciones para la fabricación de maquinaria de fundición. Fresadoras, mandrinadoras y centros de torneado vertical. Desarrollo, diseño y fabricación de utillaje para fabricación de piezas complejas fundidas. Diseño y fabricación de máquinas herramienta y sistemas de producción. Componentes de caucho para las funciones de anti-vibración y estanqueidad. Y otras.
92 Mondragón Unibertsitatea (2018). “1943-2018: historia de una experiencia”. Disponible en https://www.mondragon.edu/es/escuela-politecnica-superior/75-aniversario
93 Datos de egresados tomados de El Economista (2018). “Mondragón Goi Eskola Politeknikoa ha formado a más de 36.000 técnicos e ingenieros en sus 75 años de historia”. Disponible en https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9111753/05/18/Mondragon-Goi-Eskola-Politeknikoa-ha-formado-a-mas-de-36000-tecnicos-e-ingenieros-en-sus-75-anos-de-historia.html
94 Ibídem.
95 Datos de formación dual tomados de El Economista (2018). “Mondragón Goi Eskola Politeknikoa ha formado a más de 36.000 técnicos e ingenieros en sus 75 años de historia”. Disponible en https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9111753/05/18/Mondragon-Goi-Eskola-Politeknikoa-ha-formado-a-mas-de-36000-tecnicos-e-ingenieros-en-sus-75-anos-de-historia.html
96 Lambert (1965).
97 Lambert (1965).
98 Coop57 es una cooperativa de servicios financieros éticos y solidarios, que opera en varias regiones de España, su página web es https://coop57.coop/es/informacion/qui%C3%A9nes-somos
99 ACAF, Asociación de Comunidades Autofinanciadas, fundada en Barcelona, España en 2004: http://www.comunidadescaf.org/web/index.html
100 ASCA, Acció Solidària Contra l'Atur, fundada en Barcelona, España en 1981: https://acciosolidaria.cat/es/qui-som/
101 CAES, Cooperación para el Aseguramiento Ético y Solidario, asentado en Madrid: http://caes.coop/
102 FET, Finanzas Éticas y Solidarias, fundada en Cataluña en 1999: https://fets.org/
103 FIARE, Fundación Inversión y Ahorro Responsable, fundada en Bilbao en 2003: https://www.fiarebancaetica.coop/
104 Alianza Estratégica Solidaria es un organismo de integración de 22 cooperativas de trabajadores asociados, con sede en Barquisimeto, estado Lara, Venezuela.
105 Tomado del contrato de constitución del Consorcio de Cogestión Venequip.
106 FUNSACOOP surge en 2003 en un esfuerzo por mantener el empleo de cientos de trabajadores. Se encuentra en Montevideo, Uruguay: http://funsa.uy/index.php/nosotros/historia
107 Programa Facultad Abierta/Centro de Documentación de Empresas
Recuperadas. Puede consultarse en https://www.recuperadasdoc.com.ar/ o https://www.argentina.gob.ar/inaes/registro-nacional-de-empresas-recuperadas
108 CRE, Cooperativa Rural de Electrificación que se ocupa de la distribución de energía eléctrica, con sede en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia: https://www.cre.com.bo/acerca-de-cre/
109 SAGUAPAC, Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario que proporciona sus servicios en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y ciudades aledañas: http://www.saguapac.com.bo/quienes-somos/
110 COTAS, Cooperativa de Telecomunicaciones Santa Cruz. es una asociación boliviana sin fines de lucro constituida en 1960 para operar sistemas de telecomunicaciones en la región: https://www.aciamericas.coop/IMG/pdf/presentacion_cotas.pdf
111 Ávalos, Ignacio (septiembre, 2020). “El Día Internacional de la ¿«Algocracia»?”, en El Nacional: https://www.elnacional.com/opinion/el-dia-internacional-de-la-algocracia/
112 Ávalos, Ignacio (septiembre, 2020). “El Día Internacional de la ¿«Algocracia»?”, en El Nacional: https://www.elnacional.com/opinion/el-dia-internacional-de-la-algocracia/
113 Ver la entrada “Banco Palmas” en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Banco_Palmas
114 Estimaciones propias, basadas en los datos tomados de ACI sobre trabajadores vinculados a las cooperativas: https://www.ica.coop/es
115 Estimaciones propias con base en las fuentes especializadas consultadas.
116 Rifkin (1996).
117 Oppenheimer (2018).
118 Rifkin (1996).
119 Luis Delgado Bello (s/f). “Se necesitan nuevos protagonistas” en el portal Gestión Participativa: https://gestionparticipativa.coop/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=486:se-necesitan-nuevos-protagonistas&catid=3:newsflash&Itemid=204
120 Rifkin (1996).
121 Ibídem.
122 Confederación Argentina de Mutualidades, CAM (febrero, 2020). “CAM y CONINAGRO pusieron en marcha junto al INAES el primer fondo de economía productiva y solidaria”: https://camargentina.org.ar/cam-y-coninagro-ponen-en-marcha-junto-al-inaes-el-primer-fondo-de-economia-productiva-solidaria/
123 Tomado del contrato de constitución del Consorcio de Cogestión Venequip, entre la Alianza Estratégica Solidaria y las empresas Venequip y Ortemaq.
124 Eisler (2000).