SOLAMENTE SON HERMANOS LOS HOMBRES QUE COLABORAN - Antoine de Saint-Exupéry

SOLAMENTE SON HERMANOS LOS HOMBRES QUE COLABORAN

 

”Hombre -decía mi padre- es antes que nada el que crea. Y solamente son hermanos los hombres que colaboran. Y solamente viven aquéllos que no han hallado su paz en las provisiones que habían elaborado.

Un día le hicieron una objeción:

—¿A qué llamas tú crear? Porque si se trata de una invención que se destaca, bien pocos son capaces. Y entonces hablas para algunos; ¿y los otros?

Mi padre respondió:

—Crear, es, quizá, equivocarse un paso en la danza. Es dar de través ese golpe de cuchillo en la roca. Poco importa el destino del gesto. Ese esfuerzo te parece estéril a ti, ciego, que tienes la nariz encima; pero retrocede. Considera de más lejos el movimiento de este barrio de la ciudad. Sólo hay allí un gran fervor y una polvareda dorada de trabajo. Y los gestos equivocados ya no se observan. Porque ese pueblo inclinado sobre la obra, de bueno o mal grado, edifica sus palacios, o sus cisternas, o sus grandes jardines suspendidos. Sus obras nacen como inevitables del encantamiento de sus dedos.

Y te advierto, nacen tanto de aquéllos que equivocan su gesto como de los que lo cumplen, porque no puedes dividir al hombre, y si salvas sólo a los grandes escultores te verás privado de grandes escultores. ¿Quién será tan loco como para escoger un oficio que da tan pocas ocasiones de vivir? El gran escultor nace del mantillo de los malos escultores. Le sirven de escalera y lo elevan. Y el fervor de danzar exige que todos dancen -aun los que danzan mal-; si no, el fervor es academia petrificada y espectáculo sin significación. (...)

Y mi padre decía, para concluir:

—Te lo he dicho ya. Error de uno, buen éxito del otro; no te inquietes por estas divisiones. Sólo es fértil la gran colaboración del uno a través del otro. Y el gesto fallido sirve al gesto que se logra. Y el gesto que se logra muestra el fin que perseguían juntos al que ha fallado el suyo. Aquel que encuentra a Dios lo encuentra para todos. Porque mi imperio es semejante a un templo y he llamado a los hombres. He convidado a los hombres a construirlo. De este modo es su templo. Y el nacimiento del templo extrae de ellos su más bello significado. Y ellos inventan el dorado. Y aquél que lo busca sin éxito, también lo inventa. Porque antes que nada es de este fervor de donde el nuevo dorado ha nacido.

Decía otra vez:

—No inventes un imperio donde todo sea perfecto. Porque el buen gusto es virtud de guardián de museo. Y si desprecias el mal gusto, no tendrás ni pintura, ni danza, ni palacio, ni jardines.

(De la Nota 9)